Mirada desde
Washington: Reajustes sangrientos/J. JESÚS ESQUIVEL
Revista
Proceso
No. 1900, 30 de marzo de 2013;
Pese
a los enfrentamientos y asesinatos cotidianos en el norte de México, militares
de Estados Unidos y un especialista en temas de narcotráfico afirman que la
violencia extrema asociada al crimen organizado se ha alejado paulatinamente de
la zona fronteriza para asentarse en el centro del país. Se trata, aseguran, de
reacomodos de los cárteles, y no de una estrategia exitosa del gobierno
mexicano. En este contexto, el gobierno estadunidense anunció que en mayo
próximo Barack Obama se reunirá en México con Enrique Peña Nieto, encuentro que
supondrá ajustes en la cooperación bilateral en materia de seguridad.
WASHINGTON.-
La violencia que azota al Estado de México, Michoacán, Morelos, Hidalgo y otras
entidades del centro del país obedece a la disputa territorial entre los
cárteles del narcotráfico y su origen no es el supuesto éxito gubernamental en
su lucha contra ellos en los estados del norte, sostienen especialistas
estadunidenses.
“Ha
habido una ligera disminución en los niveles de violencia en los estados del
norte de México, pero es anecdótico. Hay una violencia extrema en otras parte
del país por las disputas territoriales entre los cárteles”, dice en entrevista
con Proceso Jeffrey Davis, capitán de la Armada de Estados Unidos y vocero del
Comando Norte (Northcom, por su acrónimo inglés).
Davis
comparte el análisis que su superior, el general Charles Jacoby, jefe del
Northcom, ofreció el miércoles 20 al Comité de Servicios Armados de la Cámara
de Representantes del Congreso federal.
“La
situación de la violencia ha cambiado un poco; ahora hay menos en el norte y
más en los estados mexicanos del interior. Ha habido un decremento porcentual
en 2013 (en el norte), pero se ha desplazado e incrementado en otras partes del
país”, subrayó Jacoby en su testimonio ante los congresistas estadunidenses.
El
mismo día en el que Jacoby presentaba su análisis acerca de la situación de la
narcoviolencia en el norte de México tuvo lugar uno de los más intensos
enfrentamientos entre presuntos narcotraficantes en Reynosa, Tamaulipas.
“El
testimonio del general Davis ante el Congreso se basó en lo que él mismo
observa día a día en México; insisto, es simplemente una evaluación anecdótica.
Lo que sí es cierto es que hay un cambio de norte a sur respecto a la situación
del nivel de violencia”, apunta Davis en conversación telefónica.
El
Northcom, brazo del Departamento de Defensa de Estados Unidos encargado de
vigilar y monitorear lo que ocurre en la región que va de México a Canadá,
reconoce que en el transcurso de este año “sí se registró una ligera caída en
términos estadísticos”, en los niveles de la narcoviolencia que hay en los
estados mexicanos fronterizos con Estados Unidos.
Consultado
sobre las razones que generan la violencia que ahora azota sobre todo al Estado
de México, la entidad gobernada seis años por Enrique Pena Nieto, un
especialista estadunidense resume: “Es por la disputa territorial entre el
Cártel de Sinaloa y Los Zetas”.
Experto
en asuntos de inteligencia y con amplio conocimiento del problema del
narcotráfico en México, el especialista –que habló con este semanario a
condición de que no se revele su identidad– coincide con el Northcom respecto a
la realidad de la narcoviolencia en el norte del país.
En
el Estado de México, Hidalgo, Michoacán y otras entidades del centro del país e
incluso en los estados del sur que colindan con Guatemala y Belice –según los
informes de inteligencia analizados por el especialista– la narcoviolencia fue
generada y provocada por Los Zetas.
“Desde
que Heriberto Lazcano Lazcano, El Lazca fue abatido por la Marina (el 7 de
octubre de 2012) Los Zetas se quedaron sin su cabeza de tácticas militares y
por razones de supervivencia se comenzaron a mover hacia el centro del país,
donde se han tenido que enfrentar con el Cártel de Sinaloa y La Familia
Michoacana”, subraya.
Según
el experto, la actitud casi nómada de Los Zetas se debe a que Miguel Ángel
Treviño Morales, El Z-40 (quien heredo el liderazgo del grupo) carece del
conocimiento y la astucia militar que tenía su socio.
“Optó
por las vías más fáciles para mantener cierto poder, se asoció con pandillas
criminales de Centroamérica y pequeños grupos delictivos que ya operaban en el
centro de México. Esto se hizo para apoderarse de las rutas del paso de droga
que van del sur al norte”, comenta.
Otro
de los motivos que obligaron a Los Zetas “a invadir” territorios del centro del
país que estaban bajo el control casi total del Cártel de Sinaloa, de Joaquín
El Chapo Guzmán, fue la presencia del Ejército, la Marina y la Policía Federal
en los estados del norte, principalmente en Tamaulipas donde se enfrentaron de
manera frontal con los narcotraficantes.
“Cuando
Los Zetas se movieron del norte y quisieron apoderarse de los corredores que
van de sur a norte para el tráfico de droga, armas y dinero se desató la
narcoviolencia en el Estado de México y Michoacán. Los Zetas se toparon con la
gente del Chapo a quien todavía piensa erróneamente que van a derrotar”,
subraya el especialista en asuntos de inteligencia y narcotráfico.
Golfo
a la baja
La
nueva realidad de la narcoviolencia en el centro de México se debe a la disputa
logística entre Los Zetas, El Chapo y La Familia Michoacana con cierta
participación del grupo de los Beltrán Leyva, insisten las fuentes consultadas.
Pero
en los estados del norte siguen estando las plazas más importantes para el
trasiego de drogas hacia Estados Unidos.
En
Tamaulipas, Nuevo León, Chihuahua y Sonora persisten las disputas territoriales
entre cárteles, pero el desplazamiento de Los Zetas hacia el sur, el
debilitamiento de los cárteles del Golfo y el de Juárez le ha permitido al
Chapo materializar cierto control en la región. De ahí la baja en los niveles
de narcoviolencia que destacara Jacoby ante el Congreso estadunidense.
Tras
la captura de Jorge Eduardo Costilla Sánchez, El Coss, el 12 de septiembre de
2012, el Cártel del Golfo se quedó sin cabeza y así se inició una disputa
interna por el control de la agrupación.
El
experto estadunidense sostiene que esto a su vez generó un reposicionamiento
del control de las plazas del norte por parte del Cártel de Sinaloa y confundió
aún más al Z-40, quien prefirió moverse hacia el sur para intentar apoderarse
de otros territorios.
“La
disputa interna en el Cártel del Golfo está beneficiando al Chapo. Sabemos que
la pelea por el control del grupo la están librando las escisiones que manejan
Miguel Villarreal, El Gringo –presuntamente abatido en el enfrentamiento del
pasado miércoles 20 en Reynosa–; Mario Armando Ramírez Treviño, El X-20; Sergio
Ortegón Silva y Juan Reyes Mejía”, destaca el experto.
Otra
razón de la aparente calma de la narcoviolencia en el norte es el rumor del
retiro obligado de Vicente Carrillo Fuentes, El Viceroy, líder del Cártel de
Juárez, de quien se dice que llegó a un acuerdo con El Chapo para repartirse
plazas y acabar con la amenaza y presencia de Los Zetas.
“El
Z-40 y sus socios de las pandillas quieren ampliar sus dominios en el sur y en
el centro de México y por ello tiene una lucha encarnizada y sangrienta con la
gente del Chapo”, matiza el especialista.
Añade
que la presencia de estos criminales en lugares como el Estado de México, por
ejemplo, provoca al mismo tiempo el surgimiento de pequeñas agrupaciones que se
hacen pasar como zetas para cometer delitos no ligados con el narco. “Roban,
secuestran, extorsionan y asesinan bajo la supuesta etiqueta o marca criminal
de Los Zetas”, indica el especialista.
Las
rutas de paso en el sur y centro de México tienen un valor especial para los
cárteles del narcotráfico. En el caso de las plazas que están en el sur y
colindan con Centroamérica o que son vías de ingreso y salida de esa región, se
valora la ubicación de pistas clandestinas de aterrizaje para aviones pequeños
o avionetas que sacan droga de Sudamérica, Guatemala, Belice u Honduras.
“También
están las rutas acuáticas para las lanchas rápidas y los centros para la carga
terrestre de las drogas que se desplazan hacia el centro, antes de terminar en
el norte”, amplía el experto.
El
valor de los territorios del Estado de México, Hidalgo, Morelos, Querétaro y
Michoacán “se debe a que son zonas altamente pobladas y por ello se convierten
en la joya más codiciada por los narcotraficantes: Son puntos ideales para
mover drogas hacia el norte y estratégicos para esconder la mercancía”,
enfatiza.
Los
informes y reportes confidenciales tanto del gobierno de México como del de
Estados Unidos, a los que la fuente consultada afirma haber tenido acceso,
indican que el Estado de México y la misma capital del país son puntos de
concentración de centenares de narcobodegas. “Esto explica perfectamente por
qué desde la llegada de Los Zetas a esta región se comenzaron a registrar actos
de narcoviolencia tradicionalmente característicos de la disputa entre los narcos
por las plazas del norte de México”, añade.
“Desafío
de Peña Nieto”
El
pasado martes 19 se dio a conocer de manera simultánea en México, Bogotá y
Bruselas el reporte El desafío de Peña Nieto: Los cárteles criminales y el
Estado de derecho en México.
El
informe de 58 páginas elaborado por el International Crisis Group (ICG, con
sede en Bruselas) destaca que en términos del combate al narcotráfico y al
crimen organizado el gobierno de Peña Nieto tiene el gran reto de contener a
criminales que practican casi todo tipo de ilícitos sin importarles el respeto
o integridad de los derechos humanos de sus víctimas.
“Los
cárteles tienen miles de hombres armados y se han transformado en grupos
criminales diversificados que no sólo trafican droga sino también realizan
secuestros masivos, supervisan extorsiones y sustraen recursos de la industria
petrolera estatal”, dice el reporte del grupo belga que se define como una
organización para prevenir conflictos mundiales.
Al
abordar el tema de la violencia que genera el tráfico de drogas en México, el
ICG apunta al uso de los efectivos del Ejército y la Marina como la alternativa
más capacitada para contener a los narcotraficantes, pero hace un apunte al
respecto:
“Los
cuerpos militares continúan luchando contra ellos (los criminales) en gran
parte del país en misiones polémicas que a menudo terminan en tiroteos en lugar
de investigaciones penales”. Por ello advierte a Peña Nieto que su gobierno
está obligado a construir un sistema efectivo policial y de justicia, ya que si
no lo hace, la violencia continuará e incluso podría aumentar.
“La
transformación de los cárteles en escuadrones de la muerte que luchan por el
control del territorio con armamento militar, reta al monopolio del Estado
mexicano sobre el uso de la fuerza en algunas regiones. La brutalidad de sus
crímenes quebranta la confianza de los civiles en la capacidad del gobierno de
protegerlos y la corrupción del dinero de la droga daña la confianza hacia las
instituciones públicas. Los cárteles desafían la naturaleza fundamental del
Estado, no con la amenaza de capturarlo sino dañándolo y debilitándolo”, acota
el informe.
Por
su parte, el subsecretario de Estado para Asuntos de Narcóticos
Internacionales, William Brownfield, en una videoconferencia realizada el
viernes 29, aseguró que el presidente Enrique Peña Nieto es quien decide la
política, la estrategia y las áreas en las que Estados Unidos colaborará con su
país. Además, confirmó que en mayo próximo Barack Obama visitará México con el
propósito de consolidar la participación estadunidense en el amplio abanico de
asuntos bilaterales, regionales y globales que conectan a los dos países.
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