10 jul 2013

Hay de generales a generales/Jorge A. Medellin..

Hay de generales a generales/Jorge A. Medellin..
La Silla Rota.com, 9 de julio de 2013;
1.- Hasta en la elite militar hay clases, ni dudarlo. Si al ex secretario de la Defensa Nacional (Sedena) Guillermo Galván le pareció que el polémico Mario Arturo Acosta Chaparro merecía un reconocimiento por su dedicación en cuerpo y alma a la institución y al país, el general Salvador Cienfuegos Zepeda, actual titular de la Sedena, no se ha quedado atrás y en circunstancias diferentes tuvo a bien ordenar un comunicado de prensa saludar la decisión del Poder Judicial de liberar al divisionario Tomás Ángeles Dauahare.
El 24 de abril de 2008, en la explanada del Campo Militar Número 1-A, Acosta Chaparro fue uno de los 13 generales que recibieron la condecoración por 45 años de servicio ininterrumpido.


2.- El general no sólo era incluido en la lista de militares a ser condecorados, sino que además asistía al desagravio en su favor que significaba la ceremonia, luego de los siete años que permaneció en prisión junto con el divisionario Francisco Quirós Hermosillo  acusado de nexos con el narcotráfico y tras librar otras acusaciones por la desaparición y ejecución de al menos 20 campesinos en la década de los setentas.
 Acosta fue liberado en junio de 2007. En abril de 2008 y tras intensas reuniones de todos los colores con el alto mando de Felipe Calderón, consiguió que su nombre y su prestigio fueran resarcidos con la condecoración. De todos modos iba a seguir trabajando para el Estado aun en el retiro.
 La ceremonia de condecoración cumplió su cometido. Todos satisfechos. Cinco años después, otro general -esta vez el divisionario Tomás Ángeles Dauahare, ex Subsecretario de la Defensa Nacional- caía también en desgracia, bajaba al purgatorio del arraigo y de la prisión federal y quedaba a las puertas del infierno de la reclusión de máxima seguridad en El Altiplano.
 3.- Esta vez el descenso al inframundo de la justicia mexicana no duró más de once meses y concluyó con la exoneración de Dauahare y de sus coacusados (los generales Roberto Dawe González, Ricardo Escorcia Vargas, Rubén Pérez Ramírez y el Teniente Coronel Silvio Isidro de Jesús Hernández) por la falsedad de las acusaciones en su contra, vertidas a modo por testigos protegidos estelares de la PGR, empleados en decenas de casos para hundir a civiles y militares.
 Con Dauahare ocurrió algo más o menos similar que con Acosta, pero a menor escala. El ex secretario de la Defensa no tuvo ceremonia de retiro ni recibió una condecoración por toda una vida dedicada a las armas.
 4.- Tomás Ángeles obtuvo, en cambio, la restauración de la honra castrense mediante un boletín de prensa (del 17 de abril de 2013) en el que la Sedena se congratulaba de la liberación del militar y decía recibir “con satisfacción dicha resolución, sin lugar a duda, la determinación y responsabilidad asumida por las autoridades correspondientes son resultado de un trabajo profesional”.
 Es decir, se pronunciaba favorablemente por la rectificación de una PGR panista que intentó refundir en prisión a los generales y embarrar al Ejército en una trama de telenovela. Pero como todo en la vida, en la milicia también parece haber clases y distingos perfectamente definidos.
 Los generales Roberto Dawe, Ricardo Escorcia y Rubén Pérez, así como el Teniente Coronel Silvio Isidro de Jesús Hernández no obtuvieron el reconocimiento de la Sedena y de su titular ni siquiera en un boletín de prensa.
 5.- Nadie, salvo sus familias y amigos, se ha pronunciado por la liberación de los militares, mucho menos quienes se comieron enteras y regurgitaron todas las filtraciones, tarjetas informativas, versiones, rumores y tips vertidos desde la PGR para hundir más, en los primeros días de captura, a Dauahare y ex coacusados.
 Los generales fueron liberados en horas de la madrugada. Abandonaron la prisión de El Altiplano muy tarde para que el grueso de la prensa nacional y extranjera no le diera al hecho la dimensión y difusión que merecía lo ocurrido, sobre todo porque en el fondo quedaban muchas más preguntas que respuestas en torno a la detención de los militares.
 6.- ¿Cómo era posible que la misma procuradora que había cañoneado a la Sedena fuera nombrada cónsul en Milán? ¿Su salida era un premio, era un pacto o un inverosímil destierro? ¿Cómo era posible que el mismo presidente de la nación que puso orden en la PGR, que desenmascaró el circo montado contra los generales y dispuso la liberación de los militares diera su visto bueno para la salida de la procuradora?
 Todo es posible, incluso que entre los generales existan clases y distingos bien definidos.
 Hay quienes, en la tormenta o después de ella, alcanzan condecoraciones.
 Otros logran boletines, y unos más, la madrugada.
 Twitter: @JorgeMedellin95

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