Campbell
y la literatura en redes sociales/COLUMBA
VÉRTIZ DE LA FUENTE
Revista Proceso # 1947, 23 de febrero de 2014
Como
cuentista y novelista, al tijuanense Federico Campbell (fallecido el pasado 15
de febrero) le llamaba la atención crear literatura en las redes sociales,
sobre todo en Twitter.
“Quisiera
escribir para este formato, donde sólo se puede incluir un texto en 140
caracteres. ¡Es un reto! He hecho algo, pero se puede caer en lo cursi, hay que
realizarlo con mucho cuidado.”
De
visita en Proceso el 17 de enero, se le preguntó si creía que funcionaban los
microcuentos que circulan en Twitter, sobre todo de jóvenes escritores:
“¡Quizá!
Tengo entendido que ya se han publicado libros de autores de microcuentos que
se dieron a conocer en dicha red, es decir, primero se publicaron en Twitter, y
los más leídos se publicaron en libros impresos. Aquí, la calidad de la
escritura es lo que puede fallar. Pero sí es una nueva forma de escribir. Tengo
muchas ganas de intentarlo.”
–Una
chica, Carolina Cádiz, ha escrito cientos de microcuentos en su Twitter, pero
todavía hay pocos microcuentos valorados en Twitter.
–Quien
publica mucho es Alberto Ruy Sánchez. Es valiente. Aquí, la crítica puede ser
demoledora, porque creo que sí se lee mucho esta red, y cualquiera que no dé la
cara te puede destruir, quizá por eso me da pavor. Facebook casi no me gusta.
Es muy frívolo, son más chismes. Y como Twitter no cuenta con mucho espacio, se
piensa más lo que se escribe, y según yo por eso lo lee gente más seria y
preparada. El Twitter sirve más para el periodismo, ahí se concentra mucha
información muy interesante. Pero también muchos escritores importantes que
cuentan con su página de internet donde se encuentra toda su obra. Eso ayuda a
difundir la literatura.
“El
microcuento ya existe desde hace mucho, como microrrelato, minificción,
minicuento, no es nuevo, lo que es nuevo es el Twitter. El minirelato o como se
le quiera llamar, viene desde la Edad Media en los llamados bestiarios. No hay
que olvidar el microcuento El dinosaurio, del escritor guatemalteco Augusto
Monterroso. Que ahora se puede leer más en las redes.”
Que
dice así:
“Cuando
despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.”
–Pero
el Twitter, ¿puede ser una buena herramienta para la literatura?
–Creo
que sí. Insisto, hay que cuidar la calidad de lo que se escribe. También es un
peligro porque cualquiera puede creer que lo que escribe es un buen minirelato
y no es fácil.
“Sin
embargo, beneficia a los jóvenes que quieren escribir. No necesitarán una
editorial. Los escritores pueden difundir sus propuestas, tanto en Twitter como
en Facebook, sobre todo aquellos que por diversas razones están fuera del
círculo oficial de las editoriales y de las burocracias culturales.
–Según
varias estadísticas, el Facebook es más leído en México, ¿no sería mejor que el
escritor aprovechara aquí porque cuenta con más espacio?
–El
Facebook es más comercial, quizá para los que quieren vender su obra, que es
válido para alguien que desea vivir de la escritura. Pero le voy más al
Twitter, donde tengo entendido que también se puede vender literatura. Facebook
es más adecuado para las imágenes de todo tipo y la publicidad.
“Lo
que si celebro es que haya un sinnúmero de redes en español especializadas en
literatura, donde se pueden conocer los nuevos libros que se han editado.”
Se
le comenta de la página de internet Lecturalia, uno de los sitios más
conocidos. Cuenta con una comunidad de casi 50 mil lectores y una base de datos
que reúne más de 60 mil libros y cerca de 11 mil autores. También se encuentra
un calendario con los premios literarios más importantes que se entregan cada
año, una zona de adquisición de eBooks…
Recordó:
“Me
parece que además existe un sitio donde se reúnen escritores iberoamericanos
para hablar de sus obras y compartir sus trabajos con los usuarios, hay
debates.”
Se
refería a la web Conocer al Autor.
Redondeó:
“El
libro impreso seguirá siendo primordial. No creo que desaparezca, quizá para
los empresarios y comerciantes les funcione el libro digital, por la cantidad
de tabletas que se les están vendiendo a las nuevas generaciones a pesar de la
crisis económica, pero no es igual la lectura.
“Se
lee mejor con un libro normal.”
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