Golpe
a la asociación criminal más peligrosa y poderosa del mundo/J.
JESÚS ESQUIVEL
REvista Proceso # 1947, 23 de febrero de 2014
WASHINGTON.-
El cártel de Sinaloa y sus tres líderes – el ya aprehendido Joaquín El Chapo
Guzmán Loera, Ismael El Mayo Zambada García y Juan José Esparragoza Moreno, El
Azul– son considerados por el gobierno de Estados Unidos como la asociación
criminal y de trasiego de drogas más peligrosa y poderosa del mundo.
Las
autoridades estadunidenses le achacan a ésta la introducción anual de cientos
de toneladas de cocaína, mariguana, heroína y metanfetaminas a Estados Unidos,
además del lavado de miles de millones de dólares.
La
DEA ubica al Chapo Guzmán –a quien Washington colocó en 2011 en el puesto
número uno (incluso desplazando al saudita Osama bin-Laden) de la lista de los
criminales más buscados– como uno de los narcotraficantes más violentos y
peligrosos de México. Su captura evoca necesariamente la culminación de la
cacería de Osama.
Desde
hace más de una década, y en colaboración con el gobierno de México, la DEA lleva a cabo una intensa campaña para
desmantelar al cártel de Sinaloa y capturar a sus tres principales capos.
Por
medio de miles de informantes en todo el territorio mexicano y en varios países
de Centroamérica, y de las investigaciones de sus agencias de seguridad e
inteligencia en México, el gobierno de Estados Unidos intenta conseguir la
información que lleve a la ubicación y captura del Chapo, El Mayo y El Azul.
Desde
el 20 de diciembre de 2004 el gobierno de Estados Unidos ofrece una recompensa
de 5 millones de dólares por cualquier dato que lleve al arresto del Chapo.
“Guzmán Loera es conocido porque utilizó un túnel sofisticado localizado en
Douglas, Arizona, para meter cocaína de México a los Estados Unidos a
principios de la década de los noventa”, destacó la DEA cuando se dio a conocer
el monto de la recompensa.
Antes,
en febrero de 2004, Washington había anunciado que daría 5 millones de dólares
a quien proporcionara datos que contribuyeran a la captura del Mayo. “Zambada
García es responsable de haber metido por lo menos 16 toneladas de cocaína a
los Estados Unidos en los últimos cinco años”, señalaba el anuncio de la
recompensa.
Respecto
al caso del Azul, el 28 de octubre de 2004 el gobierno estadunidense también
daba a conocer que ofrecía 5 millones de dólares por información referente a su
paradero.
La
supuesta presencia de los tres capos (aunque con más frecuencia las del Chapo y
El Mayo) en ciudades como Culiacán, Durango, Monterrey, Saltillo y la capital
de México, es reportada con mucha frecuencia por los medios. Sin embargo, de la
misma manera se reporta el fracaso de los operativos que lleva a cabo el
gobierno mexicano para capturarlos. El más reciente se desplegó el lunes 17 en
Sinaloa y estuvo a cargo de la Marina y la Policía Federal. La captura de El
Mayo era el objetivo.
Juntos,
los historiales criminales por tráfico de drogas y lavado de dinero que tienen
los tres capos en Estados Unidos dan como resultado más de un centenar de
causas judiciales en varias cortes federales.
Hace
10 años Washington informó que en total ofrecía 15 millones de dólares por
información de los tres narcotraficantes; entonces se dijo que las actividades
ilícitas de estos capos generaban ganancias de cientos de millones de dólares a
su organización.
En
agosto de 2009, cuando se develaron las causas judiciales contra El Chapo y El
Mayo en Chicago y Brooklyn –donde se les imputan 12 delitos por lavado de
dinero y tráfico de drogas– la DEA se corrigió y determinó que de 1990 a 2008
ambos habían obtenido ganancias por 5 mil 800 millones de dólares por traficar
cocaína, mariguana y heroína a Estados Unidos.
Según
esos dos procesos, de 1990 a 2005 El Mayo y El Chapo, en colaboración con la
organización de los Beltrán Leyva, habrían llevado de México a Estados Unidos
más de 120 toneladas de cocaína.
Para
el caso de Esparragoza Moreno son muy pocos los procesos judiciales en su
contra en cortes federales de Estados Unidos, aunque algunos datan de los
ochenta, por tráfico de mariguana hacia California, Texas, Arizona y Nuevo
México.
En
2003 el Departamento del Tesoro llamó al Azul uno de los “narcotraficantes más
significativos” y se dio a conocer otro proceso judicial en su contra en una
corte federal en el estado de Nueva York por el delito de conspiración para
traficar sustancias prohibidas.
El
28 de octubre de 2004 una Corte Federal en Houston abrió una causa contra El
Azul por tráfico de cocaína y mariguana y por su presunta participación en el
Cártel de Sinaloa para lavar cientos de millones de dólares generados por la
venta de drogas en Estados Unidos.
Washington
no escatima recursos para reclutar informantes en México y Estados Unidos que
les funcionen para acabar con el cártel de Sinaloa y con todos los líderes e
integrantes de esta agrupación.
Golpes
al bolsillo
Son
muchos los supuestos golpes que el gobierno de Estados Unidos ha asestado al
cártel de Sinaloa y sus tres jefes.
En
los últimos cinco años, la Oficina para el Control de Bienes Extranjeros (OFAC)
del Departamento del Tesoro se destaca por haber clasificado como
“narcotraficantes significativos” a los hijos, esposas, socios, empleados y
hasta amantes del Chapo, El Mayo y El Azul. También ha aplicado sanciones
económicas a todos los negocios y cuentas bancarias que presuntamente
pertenecen o están relacionados con esos “narcotraficantes significativos”.
Por
ende, la OFAC anuncia constantemente la confiscación de bienes y cuentas
bancarias de aquéllos, acción que hasta ahora ha sido otro fracaso en el
intento de desmantelar a la agrupación delictiva y capturar a sus tres líderes.
Se
supone que los agentes de la DEA tienen en marcha en México operativos para
seguirles las huellas al Chapo, al Mayo y al Azul. Siempre a condición del
anonimato, funcionarios de la agencia antidrogas achacan el fracaso de las
operaciones para capturarlos al problema de la corrupción que corroe todas las
estructuras de seguridad del Estado mexicano, incluidos el Ejército y, en menor
escala, la Marina.
La
DEA tiene fincadas muchas esperanzas en que con el acuerdo al cual llegó el
Departamento de Justicia con Vicente Zambada Niebla, El Vicentillo, éste –como
informante del gobierno de Estados Unidos– dé mayores datos sobre el cártel de
Sinaloa y sus líderes.
Está
pendiente también el futuro de otro hijo del Mayo, Serafín Zambada, detenido
por las autoridades estadunidenses el pasado 20 de noviembre en Nogales,
Arizona.
No
se descarta que, como su hermano, Serafín acepte cooperar con la DEA
proporcionado información acerca del cártel de Sinaloa o de otros grupos
criminales a fin de evitar una condena de varios años.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario