Los
papeles de Panamá abren el debate en Marruecos sobre la inmunidad del rey
- Varios medios informan sobre las propiedades de Mohamed VI y algunos periodistas critican la autocensura de sus colegas
El País, Rabat
7 ABR 2016 - 13:26…
El
rey de Marruecos, Mohamed VI, aparece involucrado en los papeles de Panamá a
través de su secretario personal, el empresario Mounir Majidi, presidente a su
vez del grupo de empresas Siger, propiedad de la familia real. A través de
sociedades afincadas en las Islas Vírgenes Británicas, Majidi gestionó la
compra del velero Al Boughaz y la de un hotel en París por valor de 36 millones
de euros. Mientras la prensa marroquí oficialista guarda silencio sobre el
asunto o intenta restarle importancia, algunos periodistas han saltado la
imaginaria línea roja que protege al rey sobre cualquier posible crítica.
El
rey de Marruecos Mohamed VI (centro) saluda a admiradores marroquíes a la
llegada a su hotel de Amsterdam, el pasado 30 de marzo. ALEXANDER SCHIPPERS EFE
El
sitio digital Le Desk denuncia en un editorial publicado este miércoles el
“silencio incómodo” que guardan las instancias oficiales y reclama la apertura
de una investigación. “Ninguna reacción oficial ha venido de los ministros de
Justicia, Economía o Finanzas o de los responsables de las administraciones
involucradas”, reza el editorial de Le Desk. “Digámoslo sin rodeos”, añade el
texto, “el hecho de que se cite a Mohamed VI a través de su secretario
particular paraliza a todo el mundo. (…) Cinco años después de la adopción de
la nueva Constitución de 2011, en Marruecos el rey y su entorno permanecen
intocables”.
La
portada del diario Le Monde podía apreciarse el martes en los principales
quioscos de Rabat. Allí aparecía la cara de Mohamed VI bajo el título “El
dinero escondido de los jefes de Estado”, junto a las del ruso Vladimir Putin y
el argelino Abdelaziz Buteflika, entre otros. En un artículo titulado Mohamed
VI ama las islas Vírgenes, Le Monde informaba de que el rey compró el velero Al
Boughaz e invirtió en una compañía que cotiza en la bolsa de Casablanca a
través de una sociedad afincada en las islas Vírgenes Británicas. Otra sociedad
perteneciente al monarca facilitó la compra y renovación de un hotel en París.
Esas
operaciones se hicieron a través del bufete panameño Mossack Fonseca y mediante
el secretario particular del rey, el empresario Mounir Majidi, que es quien
aparece en los documentos de Panamá. Majidi fue nombrado secretario real en
2000. Y dos años después pasó a presidir Siger, el grupo de empresas de la
familia real.
El
director de Le Desk, Ali Amar, indicó a este diario que si en los documentos de
Panamá hubiese surgido el nombre del presidente del Gobierno, Abdelilá
Benkirán, del islamista Partido Justicia y Desarrollo (PJD), todos los medios
estarían criticándolo ahora. Amar lamenta la “fuerte autocensura que reina en
las redacciones”. Y no solo en las redacciones, según Amar: “El problema es que
no existe un ecosistema de debate en Marruecos. Los políticos, incluso una
amplia franja de la sociedad civil, se esconden en un mutismo alucinante cuando
se trata de comentar o investigar los temas relacionados con la monarquía. Hay
una vara de medir que se aplica al rey y a su entorno y otra para el común de
los mortales”, concluye.
“En
2003”, publicaba Le Monde el martes, “una empresa domiciliada por Mossack
Fonseca en las islas Vírgenes, EPOS International Corp, presta 36 millones de
euros a una sociedad luxemburguesa, la inmobiliaria Orion SA. El contrato
precisa que el ‘prestatario no pagará intereses por la cuantía del préstamo. Y
a cambio el acreedor podrá utilizar el inmueble para sus fines personales (…)”.
El diario francés concluye que la operación convierte a Mohammed VI a la vez en
"prestamista, prestatario y beneficiario del montaje”.
Hicham
Naciri, abogado del secretario particular del rey, declaró este jueves en el
sitio digital Medias 24 que el artículo de Le Monde está hueco y no contiene
ninguna revelación. "¿Puede haber algo más natural para un jefe de Estado,
cuyo patrimonio se gestiona con absoluta transparencia, que buscar una cierta
discreción en la gestión de algo que pertenece a su esfera privada?", se
pregunta el letrado. "En Marruecos", añade, "los negocios de la
familia real son conocidos y transparentes, muchas de sus empresas cotizan en
la bolsa de Casablanca y están sujetas a reglas muy estrictas"
El
semanario Tel Quel, el más influyente entre los medios francófonos, publicó
este miércoles un reportaje donde sostiene que los papeles de Panamá están
tomando el pulso de la prensa marroquí. “Sobre un tema tradicionalmente
considerado como una línea roja”, precisa el artículo, “es preciso constatar
que la prensa marroquí tan solo ha sido amordazada por su eventual autocensura
y su falta de acceso a la información (en referencia a los papeles de Panamá)”.
El
director del diario arabófono Akhbar Al Youm afirma en el citado artículo: “La
autocensura de ciertas publicaciones es más conservadora que la censura de
Estado”. Por su parte, el medio digital Le360, que dispone de excelentes
vínculos con el Palacio Real, publicó el pasado 7 de marzo un artículo titulado
“Los entresijos de una falsa investigación sobre dos bienes propiedad del rey”.
La publicación se hacía eco de un cuestionario que había enviado un periodista
estadounidense perteneciente al Consorcio Internacional de Periodistas de
Investigación (ICIJ) al secretario del rey. El reportero preguntaba por las
empresas domiciliadas en las islas Vírgenes. Sin embargo, el periodista de
Le360 estimaba que esas investigaciones eran innecesarias porque se hacían
sobre “informaciones públicas” y que el rey “no necesita autorización antes de
adquirir un bien”.
El
diario Le Monde respondía este miércoles a ese artículo con otro titulado: “Marruecos:
el método de un medio próximo a Palacio para desinflar las exclusivas
molestas”. El articulista de Le Monde asegura que lo que trataba de hacer Le360
con su “panfleto” es lo que en el lenguaje militar se llama “fuego preventivo”,
es decir, “disparar primero ante un ataque inminente”.
Por
ahora, el diario digital Le Desk parece bastante solo en su afán de fomentar el
debate y la investigación.
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