La trata de personas es el egoísmo sin escrúpulos, dice el papa Francisco...
A las 123: 15 horas el papa Francisco recibió el pasado lunes 12 de febrero en la Sala Clementina del Palacio Apostólico del Vaticano, a los participantes en la Jornada Mundial de Reflexión contra la Trata de Personas; ente ellos estaban 110 supervivientes victimas de trata de personas.
Francisco respondió a algunas preguntas que le plantearon los jóvenes; en sus respuestas, el papa señaló que “seguramente, en el tema de la trata de personas, hay mucha ignorancia. Pero en ocasiones parece que también hay poca voluntad de comprender el alcance del problema”.
Señaló que eso es debido a que “toca de cerca nuestras conciencias, porque es escabroso y porque provoca vergüenza”. Luego están los que “conociéndolo, no quieren hablar porque se encuentran en la cúspide del ‘hilo de consumo’ como consumidores de ‘servicios’ que se ofrecen en la calle o en internet”.
Aquí las preguntas y respuestas del diálogo sostenido por el papa Francisvo con algunos de los presentes en el encuentro.
Aquí las preguntas y respuestas del diálogo sostenido por el papa Francisvo con algunos de los presentes en el encuentro.
Preguntas y respuestas del Santo Padre
1. Monday Joy [en inglés]
Santo Padre, antes que nada, queremos agradecerle su incesante y benévola atención y preocupación por todos los migrantes y víctimas de la trata. Hemos experimentado muchas dificultades y sufrimientos antes de venir a Italia. Llegados a Italia nos cuesta integrarnos y encontrar un trabajo decente es casi imposible. Me gustaría hacerle una pregunta: ¿Cree que el sorprendente silencio sobre los casos de trata se deba a la ignorancia del fenómeno?
Respuesta:
Seguramente en el tema de la trata hay mucha ignorancia. Pero a veces parece que también haya poca voluntad de comprender el alcance del problema. ¿Por qué? Porque toca nuestras conciencias de cerca, porque es escabroso, porque nos avergüenza. Luego, están aquellos que, a pesar de saberlo, no quieren hablar de ello porque están al final de la "cadena de consumo", como usuarios de los "servicios" ofrecidos por la calle o en Internet. Finalmente, hay quienes no quieren hablar de ello ya que están directamente involucrados en las organizaciones delictivas que obtienen grandes beneficios con la trata. Sí, se necesita coraje y honestidad, “cuando encontramos o tratamos en la vida cotidiana con víctimas de la trata de personas, o cuando tenemos que elegir productos que con probabilidad podrían haber sido realizados mediante la explotación de otras personas.”.[1]
El trabajo de sensibilización debe comenzar desde el hogar, desde nosotros mismos, porque solo entonces podremos concientizar a nuestras comunidades, estimulándolas a comprometerse para que ningún ser humano sea más víctima de la trata.
Para los jóvenes parece una tarea más fácil, ya que están menos estructurados en el pensamiento, menos ofuscados por los prejuicios, más libres para razonar con sus propias cabezas. La voz de los jóvenes, más entusiasta y espontánea, puede romper el silencio para denunciar lo nefando del tráfico y proponer soluciones concretas. Los adultos que estén dispuestos a escuchar pueden ser de gran ayuda.
Por mi parte, como ha señalado, nunca he perdido la oportunidad de denunciar abiertamente el tráfico como un crimen de lesa humanidad. Es "una verdadera forma de esclavitud, lamentablemente cada vez más difundida, que atañe a cada país, incluso a los más desarrollados, y que afecta a las personas más vulnerables de la sociedad: las mujeres y las muchachas, los niños y las niñas, los discapacitados, los más pobres, a quien proviene de situaciones de disgregación familiar y social. ".[2]
También dije que "es necesaria una toma de responsabilidad común y una más firme voluntad política para lograr vencer en este frente. Responsabilidad hacia quienes cayeron víctimas de la trata, para tutelar sus derechos, para asegurar su incolumidad y la de sus familiares, para impedir que los corruptos y criminales se sustraigan a la justicia y tengan la última palabra sobre las personas.".[3]
2. Migliorini Silvia [Liceo en Via Dalmazia, Roma]
-Santo Padre, muchos de nosotros, los jóvenes, queremos entender mejor el tráfico, las migraciones y sus causas. Sí, queremos comprometernos a hacer que este mundo sea más justo. Nos gustaría abordar problemas como éste con los jóvenes de nuestra sociedad, incluso utilizando las redes sociales, dado su considerable potencial de comunicación. Querido Papa Francisco, en los grupos parroquiales, en los movimientos juveniles, en las instituciones educativas católicas, a veces no hay espacios suficientes para tratar estos temas. Además, sería bueno organizar actividades para promover la integración social y cultural con aquellos que son víctimas de la trata, para que les sea más fácil superar su drama y reconstruir sus vidas. ¿Qué podemos hacer los jóvenes? ¿Qué puede hacer la iglesia?
Respuesta:
Los jóvenes tienen una posición privilegiada para conocer a los sobrevivientes de la trata de seres humanos. Id a vuestras parroquias, a una asociación cerca de vuestra casa, encontrad a las personas, escuchadlas. A partir de ahí, crecerá una respuesta y un compromiso concreto por parte vuestra. Veo, en efecto, el riesgo de que esto se convierta en un problema abstracto, pero no es abstracto. Hay indicios que podéis aprender a "leer", que os dicen: aquí podría haber una víctima de la trata, un esclavo. Necesitamos promover la cultura del encuentro que siempre trae consigo una riqueza inesperada y grandes sorpresas. San Pablo nos da un ejemplo: En Cristo, el esclavo Onésimo ya no es un esclavo sino mucho más, es un hermano muy querido (véase Filemón 1:16).
Vosotros, los jóvenes, podéis encontrar la esperanza en Cristo, y a Él también podéis encontrarlo en las personas migrantes que han huido de sus hogares y se quedan atrapadas en las redes. No tengáis miedo de conocerlos. Abridles vuestro corazón, dejadlos entrar, preparaos para cambiar. El encuentro con el otro conduce naturalmente a un cambio, pero no debemos temer este cambio. Siempre será a mejor. Recordad las palabras del profeta Isaías: "Ensancha el espacio de tu tienda" (véase 54: 2).
La Iglesia debe promover y crear espacios de encuentro, por esta razón he pedido a las parroquias que se abrieran a la acogida. Debemos reconocer el gran esfuerzo en respuesta a mi llamamiento, ¡gracias! Os pido, a vosotros que hoy estáis aquí presentes, que trabajéis a favor de la apertura al otro, especialmente cuando está herido en su propia dignidad. Sed promotores de iniciativas que vuestras parroquias puedan albergar. Ayudad a la Iglesia a crear espacios para compartir experiencias e integrar la fe y la vida.
También las redes sociales son, sobre todo para los chicos y chicas, una oportunidad de encuentro que puede parecer ilimitada: Internet puede proporcionar más oportunidades de encuentro y solidaridad entre todos, y esto es algo bueno, es un don de Dios Sin embargo, por cada instrumento que se nos ofrece, la elección que el hombre decida hacer de él es fundamental. El entorno comunicativo puede ayudarnos a crecer o, por el contrario, a desorientarnos. Los riesgos inherentes a algunos de estos espacios virtuales no deben subestimarse; a través de la red, muchos jóvenes son atraídos y arrastrados a una esclavitud de la que luego no tienen capacidad de liberarse. En este contexto, los adultos, padres y educadores, -incluso los hermanos y primos algo más mayores-, están llamados a supervisar y proteger a los chicos y chicas. Vosotros tenéis que hacer lo mismo con vuestros familiares y compañeros, percibir y señalar vulnerabilidades particulares, casos sospechosos sobre los cuales se deba arrojar luz.
Usad, por lo tanto, la red para compartir una historia positiva de vuestras experiencias de encuentro con nuestros hermanos en el mundo, contad y compartid buenas prácticas y poned en marcha un círculo virtuoso.
3. Outuru Faith [en inglés]
Santo Padre, soy una de las tantas jóvenes procedentes de un país lejano, con una cultura diferente, con diferentes condiciones de vida y experiencias de la Iglesia. Ahora estoy aquí y quiero construir mi futuro aquí. Pero pienso en mi país, en tantos jóvenes que son atraídos con falsas promesas, engañados, esclavizados, prostituidos. ¿Cómo podemos ayudar a estos jóvenes a no caer en la trampa de las ilusiones y en manos de los traficantes?
Respuesta del papa...
Como dijiste, debemos asegurarnos de que los jóvenes no caigan "en manos de los traficantes". ¡Y qué horrible es darse cuenta de que muchas de las jóvenes víctimas fueron abandonadas en primer lugar por sus familias, consideradas como descarte por su sociedad! Muchos fueron inducidos a la trata por sus propios parientes y supuestos amigos. También sucedió en la Biblia: acordaos de que los hermanos mayores vendieron al joven José como esclavo, ¡y así lo llevaron a la esclavitud en Egipto!
Incluso en condiciones de extrema dificultad, la educación es importante. Es una herramienta para proteger contra el tráfico; de hecho, ayuda a identificar peligros y evitar ilusiones. Un entorno escolar saludable, como un entorno parroquial sano, permite a los jóvenes denunciar a los traficantes sin vergüenza y convertirse en portadores de los mensajes justos para otros jóvenes, con el fin de que no terminen en la misma trampa.
Todos los que han sido víctimas de la trata son una fuente inagotable de apoyo para las nuevas víctimas y recursos de información importantísimos para salvar a muchos otros jóvenes. A menudo, las que atrapan a los inocentes son noticias falsas, que pasan de boca en boca o filtradas por las redes sociales. Los jóvenes que se han encontrado con el crimen organizado pueden jugar un papel clave en la descripción de los peligros. Los traficantes suelen ser personas sin escrúpulos, sin moral ni ética que viven de las desgracias de los demás, que se aprovechan las emociones humanas y de la desesperación de las personas para someterlas a su voluntad, haciéndolas esclavas y súcubas. Solo hace falta pensar en cuántas jóvenes africanas llegan a nuestras costas con la esperanza de comenzar una vida mejor, pensando en ganarse la vida con honestidad y, en cambio, son esclavizadas, obligadas a prostituirse.
Para los jóvenes es esencial que construyan su identidad paso a paso y que tengan un punto de referencia, una luz guía. La Iglesia siempre ha querido estar del lado de las personas que sufren, especialmente de los niños y los jóvenes, protegiéndolos y promoviendo su desarrollo humano integral. Los menores a menudo son "invisibles", sujetos a peligros y amenazas, solos y manipulables; queremos, incluso en las realidades más precarias, ser vuestro faro de esperanza y apoyo, porque Dios siempre está con vosotros.
“La valentía y la esperanza son dotes de todos, pero en particular son propias de los jóvenes: valentía y esperanza. Ciertamente, el futuro está en las manos de Dios, las manos de un Padre providente. Esto no significa negar las dificultades y los problemas, sino verlos, eso sí, como pasajeros y superables. Las dificultades, las crisis, con la ayuda de Dios y la buena voluntad de todos, se pueden superar, vencer, transformar”.[4]
4. Rossi Antonio Maria [Liceo di Via Dalmazia, Roma]
Santo Padre, nosotros, los jóvenes italianos, nos enfrentamos a un contexto marcado cada vez más por la pluralidad de culturas y religiones. Es un desafío abierto. A menudo, la falta de respeto por lo diferente, la cultura del descarte y la corrupción, de las cuales surge el tráfico, parece normal. Papa Francisco, por favor siga alentando a nuestros gobernantes a combatir la corrupción, la venta de armas y la cultura del descarte; aliente también a todos los líderes religiosos a garantizar espacios donde las diferentes culturas y religiones puedan conocerse y valorarse mutuamente, de modo que todos compartan la misma espiritualidad de acogida. Quisiera preguntarle, Santo Padre
¿Qué podemos hacer nosotros aquí, para que desaparezca definitivamente la plaga de la trata?
Respuesta del Santo Padre
Cuando los países son víctimas de la pobreza extrema, de violencia y corrupción, la economía, el marco regulatorio y la infraestructura básica son ineficientes y no consiguen garantizar la seguridad, los bienes y los derechos esenciales. En estos contextos, los autores de estos crímenes actúan con impunidad. El crimen organizado y el tráfico ilegal de drogas y seres humanos eligen a sus presas entre las personas que hoy tienen escasos medios de subsistencia y aún menos esperanzas para el mañana.
La respuesta es, por lo tanto, crear oportunidades para el desarrollo humano integral, comenzando con la educación de calidad desde la primera infancia, creando sucesivamente oportunidades de crecimiento a través del empleo. Estos dos modos de crecimiento, en diferentes etapas de la vida, representan los antídotos contra la vulnerabilidad y la trata.
La que en repetidas ocasiones he indicado como "la cultura del descarte" es la base de conductas que, en el mercado y en el mundo globalizado, conducen a la explotación de los seres humanos, en todos los niveles. «La pobreza, las necesidades, los dramas de tantas personas acaban por entrar en la normalidad».[5]
Algunos estados promueven, dentro de la comunidad internacional, una política particularmente dura cuando se trata de acabar con la trata de personas; esta actitud es, de por sí, falaz, porque, debido a los intereses económicos que están detrás de ella, no se quieren abordar sus causas profundas. Además, no siempre la postura a nivel internacional es coherente con las políticas internas. Espero realmente que podáis enviar un mensaje a los líderes en todos los niveles de gobierno, de los negocios y la sociedad, solicitando el acceso a una educación de calidad y, por lo tanto, a un empleo justo y sostenible.
Indudablemente, puede servir de ayuda una estrategia que incluya un mayor conocimiento del tema de la trata, a partir de una terminología clara y de testimonios concretos de los protagonistas. Sin embargo, la verdadera toma de conciencia sobre el tema, centra la atención en la "demanda de trata" que se encuentra detrás de la oferta (cadena de consumo); todos estamos llamados a salir de la hipocresía y enfrentar la idea de ser parte del problema en lugar de mirar a otro lado proclamando nuestra inocencia.
Dejadme decirlo, si hay tantas chicas que son víctimas del tráfico que terminan en las calles de nuestras ciudades, es porque muchos hombres aquí - jóvenes, de mediana edad, ancianos - demandan estos servicios y están dispuestos a pagar por su placer. Me pregunto entonces, ¿son realmente los traficantes la causa principal de la trata? Creo que la causa principal sea el egoísmo sin escrúpulos de tantas personas hipócritas de nuestro mundo. Por supuesto, arrestar a los traficantes es un deber de justicia. Pero la verdadera solución es la conversión de los corazones, el corte de la demanda para arenar el mercado.
5. Savini Maria Magdalene
Papa Francisco, en un mensaje suyo dirigido a los alcaldes de las grandes ciudades reunidas en el Vaticano, decía que "para ser verdaderamente eficaz, el compromiso común para la construcción de una conciencia ecológica y la lucha contra la esclavitud moderna - la trata de seres humanos y de órganos, la prostitución, el trabajo negro – debe comenzar desde las periferias".[6] También nosotros, los jóvenes, nos encontramos a menudo en la periferia y sufrimos la exclusión, la inseguridad por no tener trabajo y acceso a una educación de calidad, por vivir en situaciones de guerra, de violencia, por vernos obligados a dejar nuestras tierras, por pertenecer a minorías étnicas y religiosas. Sobre todo las mujeres somos penalizadas y las principales víctimas. ¿Qué espacio se dará en el Sínodo de la Juventud a las jóvenes y a los jóvenes que provienen de las periferias de la marginación causada por un modelo de desarrollo ya superado, que continúa produciendo degradación humana? ¿Cómo pueden estas chicas y chicos ser los protagonistas del cambio en la sociedad y en la Iglesia?
Respuesta:
Deseo, para aquellos que son testigos reales de los riesgos de la trata en sus países de origen, que puedan encontrar en el Sínodo un lugar para expresarse, desde el cual llamar a la Iglesia a la acción. Por lo tanto, es mi gran deseo que los jóvenes representantes de las "periferias" sean los protagonistas de este Sínodo. Espero que puedan ver el Sínodo como un lugar para enviar un mensaje a los gobernantes de los países de origen y de llegada para solicitar protección y apoyo. Espero que estos jóvenes lancen un mensaje global para una movilización juvenil mundial, para construir juntos una casa común inclusiva y acogedora. Espero que sean un ejemplo de esperanza para aquellos que atraviesan por el drama existencial de la desesperación.
La Iglesia Católica tiene la intención de intervenir en todas las fases de la trata de seres humanos: quiere protegerlos del engaño y de los señuelos; quiere encontrarlos y liberarlos cuando sean transportados y esclavizados; quiere ayudarlos una vez que sean liberados. A menudo, las personas que han sido atrapadas y maltratadas pierden la capacidad de confiar en los demás, y la Iglesia es a menudo la última ancla de salvación.
Es absolutamente importante responder concretamente a las vulnerabilidades de aquellos que corren peligro, para luego acompañar el proceso de liberación comenzando a poner a salvo sus vidas. Los grupos eclesiales pueden abrir espacios de seguridad donde sea necesario, en los lugares de reclutamiento, en las rutas de tráfico y en los países de llegada. Mi esperanza es que el Sínodo también sea una oportunidad para que las Iglesias locales aprendan a trabajar juntas y convertirse en "una red de salvación".
Finalmente, quisiera concluir citando a Santa Josefina Bakhita. Esta gran sudanesa "es también hoy testigo ejemplar de esperanza para las numerosas víctimas de la esclavitud y puede apoyar los esfuerzos de todos aquellos que se dedican a la lucha contra esta «llaga en el cuerpo de la humanidad contemporánea, una herida en la carne de Cristo»[7]. ¡Que nos inspire a realizar actos de hermandad con aquellos que se encuentran en un estado de sumisión, a dejarnos interpelar, a dejarnos invitar al encuentro!.
Oremos:
Santa Josefina Bakhita, de niña te vendieron como esclava
y tuviste que enfrentar dificultades y sufrimientos indecibles.
Una vez liberada de tu esclavitud física,
encontraste la verdadera redención en el encuentro con Cristo y su Iglesia.
Santa Josefina Bakhita, ayuda a todos aquellos
que están atrapados en la esclavitud.
En su nombre, intercede ante el Dios de la Misericordia,
para que las cadenas de su cautiverio puedan romperse.
Que Dios mismo libere a todos los que han sido amenazados,
heridos o maltratados por la trata y el tráfico de seres humanos.
Lleva alivio a aquellos que sobreviven a esta esclavitud
y enséñales a ver a Jesús como modelo de fe y esperanza,
para que puedan sanar sus heridas.
Te suplicamos que ores e intercedas por todos nosotros:
para que no caigamos en la indiferencia,
para que abramos los ojos y podamos mirar
las miserias y las heridas de tantos hermanos y hermanas
privados de su dignidad y de su libertad
y escuchar su grito de ayuda.
Amén.
[1] Mensaje para la XLVIII Jornada Mundial de la Paz 2015 ”No esclavos sino hermanos” n.6
[2] Discurso a un grupo de nuevos embajadores con motivo de la presentación de sus cartas credenciales 12 diciembre 2013
[3] Ibid
[4] Discurso a los jóvenesde la diócesis de Abruzzo y Molise, 5 de julio 2014.
[5] Catequesis, Audiencia General del 5 de junio de 2013.
[6] Discurso a los participantes del Workshop “Modern slavery and climate change: the commitment of the cities”, organizado por las Academias Pontificias de las Ciencias y de las Ciencias Sociales, 21 de julio de 2015.
[7] Mensaje para la XLVIII Jornada Mundial de la Paz 2015 ”No esclavos sino hermanos”
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Renuncias y nombramientos, 13.02.2018
Renuncia del obispo de Nelson (Canadá) y nombramiento del sucesor
El Santo Padre ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis de Nelson (Canadá), presentada por Su Excelencia Reverendísima Monseñor John Corriveau, O.F.M., Cap.
El Papa ha nombrado obispo de la diócesis de Nelson (Canadá) a S.E. Mons. Gregory Bittman hasta ahora obispo titular de Calderria y auxiliar de Edmonton.
S.E. Mons. Gregory John Matthew Bittman
S. E. Mons.Gregory Bittman nació el 5 de marzo de 1961 en Hamilton, Ontario. Su formación inicial tuvo lugar en el Seminario Benedictino de Christ the King en Mission, Colombia Británica, donde obtuvo el Master of Divinity. Luego trabajó en el hospital de Edmonton como enfermero. Continuando sus estudios, se licenció en Derecho Canónico en la Catholic University of America.
Fue ordenado sacerdote el 15 de agosto de 1996.
Después de su ordenación, ha ocupado los siguientes cargos: Administrador de la parroquia Sacred Heart de Gibbons (1996-1997); párroco de Our Lady of the Prairies de Daysland (1997-1999); párroco de Christ the King en Settler, y de Our Lady of Grace en Castor (1999-2000);párroco de Saint Agnes e Saint Anthony (2000-2001);canciller de la archidiócesis de Edmonton y miembro del Colegio de Consultores (2000). En 2009 fue nombrado Vicario Judicial.
Elegido obispo titular de Calderria y Auxiliar de Edmonton el 14 de julio de 2012, fue consagrado el 3 de septiembre sucesivo.
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Palabras del Santo Padre durante la santa misa en la Casa Santa Marta, 13.02.2018
Palabras del Santo Padre
Gracias del Patriarca al Santo Padre
Esta mañana, como de costumbre, el Santo Padre Francisco ha celebrado la santa misa en la Casa Santa Marta. Hoy, el Papa no ha pronunciado una homilía, sino unas breves palabras para explicar el significado de la celebración de hoy. Ha concelebrado con el Papa el patriarca de la Iglesia de Antioquía de los Greco-melquitas, Youssef Absi. Al final de la Santa Misa, el Patriarca dio las gracias, en francés, al Santo Padre y, por invitación del Papa, impartieron juntos la bendición final.
Publicamos a continuación las palabras del Santo Padre durante la misa y las de agradecimiento del Patriarca.
Palabras del Santo Padre
Esta misa con nuestro hermano, el patriarca Youssef, hará la apostolica communio : él es padre de una Iglesia, de una Iglesia antiquísima y viene a abrazar a Pedro, para decir "estoy en comunión con Pedro". Esto es lo que significa la ceremonia de hoy: el abrazo del padre de una Iglesia con Pedro. Una Iglesia rica, con su propia teología dentro de la teología católica, con su propia liturgia maravillosa y con un pueblo, en este momento una gran parte de este pueblo está crucificada, como Jesús. Ofrecemos esta misa por el pueblo, por el pueblo que sufre, por los cristianos perseguidos en el Medio Oriente, que entregan sus vidas, sus bienes, sus propiedades porque son expulsados. Y también ofrecemos la misa por el ministerio de nuestro hermano Youssef.
Gracias del Patriarca al Santo Padre
Santidad,
Me gustaría darle las gracias por esta hermosa misa de comunión, en nombre de todo el Sínodo de nuestra Iglesia greco-melquita católica. Personalmente, estoy realmente conmovido por su caridad fraterna, por los gestos de fraternidad, de solidaridad que ha demostrado a nuestra Iglesia durante esta misa. Prometemos mantenerla siempre en nuestros corazones, en los corazones de todos nosotros, clero y fieles, y siempre recordaremos este evento, estos momentos históricos, este momento que no puedo describir por lo hermoso que es: esta fraternidad, esta comunión que une a todos los discípulos de Cristo. Gracias, Santidad.
VATICANO
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Trata de personas; el Papa: hipócrita quien “consume” y quien se escandaliza y luego colabora
Francisco: «La doble cara de la gente impide una lucha o que se acabe con el problema». El “bullying”, la pornografía, «la eutanasia oculta» de los ancianos abandonados. «Algunos comentarios ensucian a los migrantes»
«Algunos comentarios ensucian a los migrantes»
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Pubblicato il 12/02/2018
IACOPO SCARAMUZZI
CIUDAD DEL VATICANO
«Hace algunos meses vi en el periódico un título, una pequeña ciudad de Italia decía: “Esta es la ciudad en la que ha habido más violaciones este año, y el 40% de los violadores fueron migrantes”. ¡Una manera para ensuciar a los migrantes! ¿Y el 60% restante, quiénes eran? ¡Italianos! Hay una manera de presentar las cosas que te cambian la verdad». Lo dijo el Papa en el diálogo que sostuvo con algunos de los que participan en la Jornada Mundial de reflexión en contra de la Trata de personas. Francisco afrontó muchos temas: desde el acoso escolar hasta la pornografía en la red, pasando por la «eutanasia oculta» de los ancianos abandonados. El Pontífice argentino denunció la «hipocresía» que rodea la trata de personas, utilizadas como esclavas en el trabajo o de las chicas que son obligadas a prostituirse. El Papa apuntó el dedo contra los «consumidores». También expresó gratitud por todas las parroquias y casas de religiosos que han acogido su llamado de abrir las puertas a los migrantes.
El Papa Francisco respondió a las preguntas de un grupo de más de un centenar de jóvenes y miembros de asociaciones de diferentes países; había algunos migrantes que fueron víctimas de la trata, pero todos ellos están comprometidos en las iniciativas vinculadas con la Jornada Mundial contra la Trata, que fue el jueves pasado, en la memoria litúrgica de la santa sudanesa Josefina Bakhita. Hace algunos días el Papa denunció, recibiendo a los miembros del llamado “Grupo Santa Marta”, promovido desde 2014 por la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales, la explotación sexual, animada y tolerada por la sociedad.
«Muchas veces los migrantes son ensuciados por los comentarios», dijo Francisco, que iba alternando en sus respuestas textos preparados e improvisaciones. «Hay una manera para promover y crear espacios de encuentro, por este motivo he pedido que se abrieran las parroquias a la acogida. Hay que reconocer el gran compromiso en respuesta mi llamado. ¡Gracias! Muchas parroquias, muchas escuelas, muchas casas religiosas han abierto sus puertas. Les agradezco mucho. Es un buen camino. Les pido a todos ustedes que están presentes hoy aquí que obren a favor de la apertura al otro, sobre todo cuando ha sido herido en la propia dignidad. Conviértanse en promotores de las iniciativas que sus parroquias puedan alojar. Ayuden a la Iglesia a crear espacios para compartir experiencias e integración de fe y vida».
Con respecto al tráfico de personas, dijo el Papa, «hay mucha ignorancia. Pero a veces parece que también hay poca voluntad para comprender el alcance del problema. ¿Por qué? Porque toca de cerca nuestras conciencias, porque es escabroso, porque nos da vergüenza. A un país que lleva a cabo o permite la trata no le gusta que salga a la luz, porque se avergonzaría: el problema de la trata se encubre. Hay personas que, a pesar de conocerlo, no quieren hablar de ello porque se encuentra al final de la “fila del consumo”: hay empresarios que alquilan chicos para el trabajo esclavo y hay consumidores que van con las chicas no libres, esclavas, porque esas chicas cuando vuelven a casa del padrote, el jefe, deben pagar tanto al día: para esta gente que va a explotar estas cosas no es conveniente que el problema de la trata salga a la luz. Se necesita valor».
«También hay hipócritas que se escandalizan: “Pero, mira qué problema, a qué hemos llegado, esto es una vergüenza”. Y luego colaboran con el trabajo esclavo, lo permiten, colaboran con la esclavitud de las chicas. Esto es terrible: la hipocresía de las personas, la hipocresía social. Jesús, en el Evangelio, condena fuertemente esta hipocresía. Muchas veces le decía a los dirigentes: hipócritas, hipócritas. La doble cara de la gente impide una lucha o que salga a la luz todo el problema. Y las personas que estudian se escandalizan. Yo –prosiguió el Pontífice argentino– estoy leyendo en el último número de la revista “Vida Nueva” un artículo sobre los menores de edad que llegan a España solos y todo lo que sufren. Chicos que han llegado para ser libres trabajan todo el día por unos centavos, pagan la libertad con la esclavitud y muchas cosas de las que huyen las pagan con la esclavitud. Alguien ha tenido el valor de escribir estas cosas, pero muchos otros las cubren, y acusan a las personas en lugar de ver el verdadero problema».
«Yo he hablado con uno que me dijo que venía de Eritrea y que para llegar a Italia se había tardado tres años y un poco más», contó el Papa. «Fue vendido cinco veces. Lo tomaban, lo explotaban y lo vendían como esclavo. Al final llegó. Muchos son así. Por ello es importante el papel que los jóvenes que ya se han encontrado con la criminalidad organizada pueden jugar para identificar los peligros y ayudar a que los demás los eviten».
Frecuentemente, subrayó el Papa, son parientes y amigos los que favorecen la trata de una persona. «Aquí a Italia –continuó Bergoglio– una chica llegó, desde su país engañada por una señora muy católica de su país, para estudiar, para hacer no sé qué cosas… confió y los hombres de la trata la estaban esperando en el aeropuerto. Y la metieron a la cadena de la prostitución hasta cuando algunos que la habían escuchado la liberaron y la llevaron a una casa en donde el jefe era una monja. Y esta joven vio a la monja y quería huir, porque había sido una mujer muy católica la que la había engañado y la que la había esclavizado. Y la pobre monja tuvo que usar mucha bondad para convencerla y al final logró liberarse».
Los jóvenes «son más abiertos, menos esclavos del sistema todavía. Los jóvenes no tienen nada que perder y dicen lo que les llega a la boca, dicen cosas que ponen en grandes dificultades a los grandes. Como los niños, que siempre dicen la verdad, y muchas veces hacen que sus padres pasen vergüenzas. La libertad de los jóvenes y de los niños de decir las cosas como son es muy importante», continuó el Papa. También subrayó que «los jefes a menudo huyen a la justicia y cuando hay una investigación los que pagan son los que están en la mitad de la cadena. En Argentina los llaman “perejiles”, que son los que se usan para darle de comer a los grandes explotando a los pequeños».
Pero Francisco también advirtió sobre algunos peligros típicamente juveniles. «Las redes sociales representan, sobre todo para los chicos, una oportunidad de encuentro que puede parecer no tener fronteras», pero «tú –prosiguió dirigiéndose a uno de los presentes– puedes usar la comunicación virtual para cosas buenas o para la pornografía, pero la decisión está en tu corazón y si tú eliges mal, cuidado, porque el resultado será muy feo, tu corazón se volverá líquido, movido adelante y atrás por el aire, por el viento, y sin consistencia».
El Papa volvió a reflexionar sobre la «cultura del descarte»: «Hay gente descartada por la pobreza, por las necesidades, por las enfermedades. Pero, ustedes saben que ahora se descarta la gente como se descarta el papel usado, se descartan los niños: es mejor que no vengan, y así vemos un invierno demográfico terrible. Se descartan los ancianos, porque estorban. Yo he visto en algunos países ancianos abandonados, “descartados” en una de esas que llaman casa de “reposo”, sin medicinas, o con la mitad de las medicinas. Esto se llama eutanasia oculta. No producen –denunció–, son descartados. Se descartan los más pobres, porque cuando eran niños no fueron bien alimentados y no tendrán la posibilidad para salir adelante, pero se las arreglan como pueden… la droga de plástico comienza así y luego vas a las demás drogas. Es mucha gente para la esclavitud. Pero –continuó el Papa– está el acoso escolar, la agresividad contra quien considero despreciable y descartable. En sus escuelas comienza el mal. “A este vamos a darle de palos, porque es gordo; burlémonos del otro, porque es así…”. Esta agresividad que mata es la base de todos estos problemas. Este es el descarte, respiramos este aire y se comprende que se facilita el mundo de la esclavitud y de la trata».
Según el Papa, la respuesta a la criminalidad organizada protagonista de la trata es «crear oportunidades para un desarrollo humano integral, comenzando con una educación de calidad desde la primera infancia, creando sucesivamente oportunidades de crecimiento mediante el empleo. Educación, trabajo, por este camino no se yerra: y no es algo moderno, piensen en los últimos años del siglo XIX, en el Piamonte don Bosco vio a los chicos de la calle sin educación, sin trabajo, y se dio cuenta de que estos chicos al final se perdían. Y, ¿qué fue lo que hizo? Los oratorios, las escuelas, los talleres para dar trabajo, oficios… Este es el camino: educación. Escuché hace poco una frase: la educación es hoy el nombre de la paz, y también el nombre del desarrollo. Nunca más niños sin educación. Este es el primer paso: los preparamos para que se defiendan de la explotación futura, o serán esclavos».
Con respecto a los jóvenes, el Papa Francisco recordó que el próximo 19 de marzo se llevará a cabo un encuentro en vista del Sínodo de octubre. El Pontífice respondió a una chica que preguntaba cómo poder ser protagonistas en la Iglesia: «Llama al cardenal Baldisseri y a monseñor Fabene (secretario y subsecretario, respectivamente, del Sínodo, ndr.) de mi parte y diles que quieres participar». «Háblales de mi parte», repitió, explicando que participarán en el Sínodo de octubre una decena de jóvenes, mientras que en este encuentro pre-sinodal «habrá 350 jóvenes y allí se hará todo el trabajo de reflexión».
Francisco concluyó el encuentro con una oración común. La que introdujo el encuentro fue sor Gabriella Bottani, coordinadora internacional de la asociación “Talitha Kum”, la red internacional de la vida consagrada en contra del tráfico de personas, que, además, coordina el mismo Comité para la Jornada Mundial de Oración y Reflexión. «Sabemos», dijo la religiosa al Papa, que los pobres, los enfermos, los explotados, las víctimas de la trata y las poblaciones migrantes «también habitan en su corazón. Muchos han sido sus gestos y acciones que lo han demostrado. Gracias por esta su valentía profética que nos sostiene en nuestro compromiso a favor de todos los que sufren por la explotación y la injusticia: son los predilectos de Dios». La religiosa subrayó, además, que «este año el comité internacional para la Jornada decidió dirigirse particularmente a los jóvenes, puesto que 2018 será, con el Sínodo, un año dedicado a ellos».
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