El
destituido Horcasitas balconea al director del Metro/Raúl Monge
Revista Proceso # 1951, 22 de marzo de 2014
Casi
un mes antes de ser cesado en su puesto, el director general del Proyecto Metro
del Distrito Federal (PMDF), Enrique Horcasitas, le entregó al titular del
Sistema de Transporte Colectivo (SCT), Joel Ortega, un resumen que éste le
pidió sobre la Línea 12 del Metro. Allí le refiere que ambas instancias
autorizaron el proyecto; más aún, que desde octubre de 2012 el SCT se
comprometió a encargarse de todas las actividades relativas al control, supervisión
y verificación del cumplimiento de las obligaciones del consorcio contratista
–ICA-Alstom y Carso– en materia de servicio y mantenimiento de equipos y
sistemas.
El
pasado 14 de febrero, un mes antes de anunciar la suspensión del servicio en 11
de las 20 estaciones de la Línea 12 del Metro por “inseguras”, el director
general del Sistema de Transporte Colectivo (STC), Joel Ortega, pidió al
entonces director general del Proyecto Metro del Distrito Federal (PMDF),
Enrique Horcasitas Manjarrez (oficio 10000/0028/2014), un resumen ejecutivo
sobre la polémica obra realizada en el sexenio de Marcelo Ebrard Casaubón.
Dias
después, el 26 de febrero, Horcasitas, quien la semana pasada se convirtió en
la primera víctima del escándalo al ser cesado abruptamente por el jefe de
Gobierno, Miguel Ángel Mancera, hizo llegar a Ortega Cuevas el oficio número
GDF/SOS/OMDF/DG/141/2014 con la información solicitada, desde el desarrollo del
proyecto hasta la entrega definitiva de la obra.
En
el documento de 11 cuartillas, Horcasitas le recuerda que el proyecto ejecutivo
de la Línea 12 fue autorizado por el PMDF en coordinación con el STC, y que
durante la construcción, el equipamiento y las pruebas intervino el STC en las
24 mesas especializadas de trabajo que se conformaron “para el seguimiento y
control de la línea, con la participación de la presidencia de supervisión
externa en materia de proyectos, obra civil y electromecánica”.
Asimismo,
le hace notar que, en función de la magnitud, características y complejidad de
los trabajos, “y con la prioridad de la seguridad de los usuarios”, por primera
vez en la historia de la red del Metro de la Ciudad de México, el PMDF adjudicó
mediante licitación pública internacional los servicios de consultoría técnica
especializada para la revisión, verificación, validación, dictaminación y
certificación de la seguridad de operación de los sistemas de señalización,
pilotaje automático, mando centralizado, energía eléctrica en alta tensión,
telefonía de trenes, telefonía directa y automática y vías, así como el control
técnico y de calidad de los suministros extranjeros.
Dicha
licitación fue ganada por el consorcio conformado por las empresas DB International
GMBH, ILF Beratende Ingenieure A.G, Tüv Süd Rail GMBH y Hamburg Consult GMBH,
las que certificaron los trabajos del 1 de septiembre de 2009 al 30 de octubre
de 2012, cuando la llamada Línea Dorada se puso en operación –dos meses antes
del cierre del gobierno de Ebrard–, con obras faltantes y/o mal hechas, pero
que en ningún caso “impiden el servicio regular y seguro de dicha línea”,
dictaminaron.
Horcasitas
subraya que esas firmas certificaron los rieles del sistema de vías el 29 de
octubre y el 5 de noviembre de 2009, y que en ambos casos manifestaron que
“cumplían con la normatividad y especificaciones aplicables a la Línea 12,
según consta en los oficios CCEL 12-CT-0102-2009 y CCEL 12-CT-01.10-2009”.
En
su relatoría, quien fue hasta el miércoles 19 director del PMDF se salta luego
hasta el 24 de octubre de 2012, cuando el PMDF recibió el visto bueno de la
Dirección General de Legalidad de la Contraloría General del DF para recibir la
obra “de forma preliminar, a efecto de que el área responsable de su operación
(STC) la pusiera en funcionamiento”.
La
entrega “preliminar” se concretó seis días después, el 30 de octubre, cuando el
consorcio certificador entregó su último dictamen técnico al PMDF y al STC en
el sentido de que la Línea 12 “podía ponerse en servicio con pasajeros”.
En
el dictamen CCEL 12-CT-0389-2012, el consorcio certificador hace una puntual
recomendación:
“La
indebida operación, la falta o el inadecuado mantenimiento predictivo,
preventivo y correctivo, así como las intervenciones a los equipos después de
la puesta en operación en servicio o inauguración al público, pueden alterar
las condiciones actuales de funcionamiento, por lo que se recomienda que el
mantenimiento preventivo y correctivo se realice estrictamente con los programas
y manuales de mantenimiento aprobados.”
En
la bitácora que Horcasitas hizo llegar al director del STC, le hace notar
también que con la entrega “preliminar” de la obra “concluyó el periodo de
garantía y mantenimiento contractual de los sistemas electromecánicos de la
Línea 12 que ha operado por más de 15 meses, lapso en el que los trenes han
circulado más de 5 millones de kilómetros y han transportado a más de 100
millones de usuarios”.
Además,
resalta que el PMDF y el STC suscribieron el mismo 30 de octubre de 2012 un
acuerdo de coordinación para que, a partir de esa fecha y durante un año, el
STC se encargue de “todas las actividades relativas al control, supervisión y
verificación del cumplimiento de las obligaciones del consorcio contratista –ICA-Alstom
y Carso– vinculadas a la prestación del servicio de mantenimiento preventivo y
correctivo de los equipos y sistemas electromecánicos”, sin costo adicional
para el organismo ni para el GDF.
La
Línea 12 se entregó en definitiva nueve meses después, el 8 de julio de 2013,
ya en la administración de Miguel Ángel Mancera. El acto protocolario se
verificó en las oficinas del director del STC, Joel Ortega Cuevas, en el quinto
piso de la calle de Delicias 67, colonia Centro de la capital del país.
En
la minuta de ese día, Horcasitas dice a Ortega Cuevas que, en términos de lo
dispuesto en la cláusula octava del contrato suscrito con el consorcio
constructor, se encuentra garantizada la obligación del contratista de reparar
los defectos que resulten de los trabajos realizados, de vicios ocultos y de
cualquier otra anomalía. “Ello se desprende de la copia certificada de la
fianza 932309 y sus endosos, expedida por Fianzas Monterrey el 24 de junio de
2008”, aduce.
Tres
meses después, el 3 de octubre, comenzaron a aflorar las primeras
irregularidades. El PMDF encargó a la firma alemana ILF Consulting Engineers un
diagnóstico sobre el estado del sistema de vías de la Línea Dorada. En su
predictamen, la consultora reportó el desgaste ondulatorio de los rieles y encontró
un notable deterioro en el material rodante (Proceso 1950).
Con
base en dicho reporte, el 8 de octubre el director de Diseño de Instalaciones
Electromecánicas del PMDF, Sotero Díaz Silva, hizo llegar al subdirector
general de Mantenimiento del Metro, Óscar Leopoldo Díaz González Palomas, un
oficio de carácter “urgente” con un paquete de recomendaciones para “minimizar
el problema presentado por el desgaste ondulatorio de los rieles de la Línea
12”.
En
su relatoría de hechos, Horcasitas no menciona el oficio anterior, pero sí el
que el consorcio consultor emitió el 14 de noviembre del año pasado, donde
reitera el severo daño que presentan el sistema de vías y el material rodante,
derivado de la “falta oportuna de mantenimiento preventivo y correctivo del
sistema de vías en elementos como: compactado deficiente de balasto, falta de
control del par de apriete en fijaciones, durmientes, soldaduras…”.
Más:
“Las
causas que incrementan el desgaste ondulatorio adicional al generado por el
problema de desajuste del sistema de vías y que son motivadas por la falta de
mantenimiento correctivo oportuno del material rodante son: achatamiento de
ruedas en algunos trenes y golpes en los aparatos de vía y en las juntas de
dilatación por desgaste excesivo de la rueda.”
En
la parte final de su escrito, Horcasitas refiere que la Consejería Jurídica del
GDF suspendió desde el 26 de noviembre de 2013 el proceso de liquidación de la
construcción de la Línea 12 –el consorcio reclama casi 5 mil millones de pesos
por obras adicionales a las estipuladas en el proyecto ejecutivo–, por lo que le
sugiere al director del STC que “deberá tomarse en consideración el importe que
resulte de los trabajos faltantes o mal ejecutados durante el plazo de
ejecución consignados en la minuta definitiva de la entrega que hizo el PMDF al
STC el 8 de julio de 2013, así como las penas si las hubiera, a fin de estar en
condiciones de precisar el saldo que resulte a favor de quien corresponda”.
Además
resalta que es necesario para el PMDF, como administrador del contrato relativo
a la construcción de la Línea 12, que el STC “continúe informando de los vicios
ocultos que vaya detectando”, a fin de que el PMDF actúe en consecuencia.
Prosigue
Horcasitas:
“En
ese sentido, me permito solicitarle se sirva confirmarnos si las deficiencias
en las instalaciones electromecánicas y de obra civil que se precisan en el
‘Informe de afectaciones a la operación de la Línea 12’ y en el plano con la
representación gráfica de las curvas, avances de esmerilado y problemáticas
existentes en dicha línea constituyen los vicios y defectos ocultos que hasta
la fecha han resultado de los trabajos efectuados por el contratista con motivo
de la construcción de la Línea 12.”
Y
recuerda que la póliza de fianza de vicios ocultos y de cualquiera otra
responsabilidad está vigente hasta el 8 de julio de 2015.
Los
trenes
Uno
de los aspectos más controvertidos de la Línea 12 es la presunta
incompatibilidad de los rieles con los trenes.
Sobre
este punto en particular, los constructores ya se deslindaron. En un desplegado
difundido el pasado miércoles 19 y en conferencia de prensa un día después,
aseguraron que la compra de los trenes fue responsabilidad del STC.
“El
consorcio no tuvo conocimiento de los criterios aplicados para la selección del
tren ni se le proporcionó información técnica del mismo”, adujeron.
Llama
la atención el hecho de que Ortega Cuevas hable de incompatibilidad de los
trenes con las vías cuando desde el 5 de agosto de 2013 el subdirector general
de Mantenimiento, Óscar Leopoldo Díaz González Palomas, recibió un estudio del
gerente de Proyecto de la empresa CAF México, S.A. de C.V., Máximo Salgado
Chacón –la proveedora de los carros–, en el que le informa que los trenes de la
Línea 12 son compatibles con los rieles.
Dice
el oficio:
“En
atención a su oficio SDGM/0908/13 en anexo sírvase encontrar el estudio
mediante el cual se evidencia en forma dinámica la correcta inscripción de los
trenes FE-10 en las vías que conforman el trazo de la Línea 12, así como la
correcta compatibilidad rueda-riel.”
En
medio de la polémica, el pasado jueves 20, Bernardo Quintana, el presidente de
ICA, una de las empresas constructoras, puso los puntos sobre las íes al
asegurar que la suspensión parcial de la Línea 12 fue política.
“No
estoy cuestionando la decisión de parar ni me voy a echar encima la responsabilidad
de un accidente. Yo no opero. Yo ya entregué. Pero de que fue una decisión muy
dirigida a causar espectáculo y polémica, a mi juicio, es evidente que se pudo
haber evitado (el cierre), por supuesto.”
Y
remató:
“El
hecho de haber parado mandó un mensaje muy claro de tipo político.”
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