La
Merced será para otros/GLORIA
LETICIA DÍAZ
Revista Proceso # 1951, 22 de marzo de 2014
Un
plan para “modernizar” una de las zonas más emblemáticas de la Ciudad de México
implicaría exiliar y arrumbar a trabajadores y vecinos. Sin consultar a los
habitantes, la administración de Miguel Ángel Mancera avanza en su propósito,
sin atender las causas de los problemas que arrastra el céntrico barrio ni
ayudar a los grupos que se verán afectados.
En
La Merced circula el rumor de que van a demoler una parte de la zona para
convertirla en centro comercial…
Doña
Teresa Flores Marchena quiso sacarse la espina y fue al Museo de la Ciudad de
México a revisar los planos y maquetas del barrio donde ha vivido 50 años.
“Me
encontré con un cuadrito y vi mi calle, Adolfo Gurrión, convertida en una plaza
comercial, y no vi mi edificio. Ahí fue cuando me preocupé: ¿Dónde nos van a
meter?, ¿qué va a pasar con tanto niño?, ¿por qué la delegación (Venustiano
Carranza) no nos ha dicho nada?”, cuenta doña Teresa desde la azotea de su
edificio, desde donde se aprecian los trabajos de reconstrucción de una parte
de la nave mayor de La Merced, incendiada en febrero del año pasado.
A
sus 81 años, la señora no se arredra y acusa a las autoridades capitalinas y
delegacionales de no haber informado, a ras de calle, del proyecto Rescate
Integral de La Merced, promovido por el gobierno de Miguel Ángel Mancera
después de aquel accidente.
“Nunca
nos han ayudado ni con una cubeta de pintura. Todos los que vivimos en este
edificio de 20 departamentos, fácil somos más de 100, pagamos predial, agua,
luz, y ahora resulta que nos quieren sacar”, se queja la anciana rodeada de
niños que usan la azotea como parque, porque el que tienen cerca está ocupado
por el comercio ambulante.
En
los 50 años que lleva viviendo en La Merced, doña Teresa ha atestiguado cuatro
incendios. Los dos últimos –en febrero del año pasado y en enero de éste– son
para ella los más graves. “Los camiones de bomberos no podían entrar por tanto
puesto ambulante clavado en la calle; de la quemazón del año pasado nomás
veíamos las lenguas de fuego, con miedo de que llegaran hasta el edificio”,
relata.
Otra
octogenaria y comerciante de toda la vida, Julia Cid, con un local dentro de la
plaza Merced 2000, también siente miedo luego de enterarse de que su lugar de
trabajo, donde vende cosméticos y se ha hecho de clientela, está amenazado al
menos en papel: “¿Qué voy a hacer si tiran esto? No me va a quedar otra que
irme a la puerta del Metro y estirar la mano”.
Ambas
mujeres verbalizan la incertidumbre que flota en el aire en esa céntrica zona
de la Ciudad de México.
Las
dudas se desataron cuando el Consejo Consultivo para el Rescate de La Merced,
nacido después del siniestro de febrero de 2013, avaló un anteproyecto de plan
maestro para el barrio, que eliminaba de un plumazo algunos inmuebles
habitacionales y comerciales, y a otros les cambiaba el rostro.
Hoy
quienes mayor preocupación muestran son los locatarios de los centros
comerciales Plan Ranchero, Plaza General Anaya y Plaza Merced 2000, sitios que
dejarán de existir si se cristaliza el anteproyecto. Además, serían modificados
los mercados de San Ciprián, de Flores y su anexo, así como una parte de la
nave mayor del mercado de La Merced.
Comerciantes
y vecinos ya manifestaron sus temores a los autores del anteproyecto –Carlos
Marín, José Muñoz Villers y Víctor Hoffman, integrantes del Taller de Estudios
y Análisis Metropolitano (TEAM 730)–, quienes en siete foros organizados por la
Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco) expusieron su plan. Los arquitectos
trataron de convencer a los asistentes a los encuentros –en total acudieron mil
800 personas, 99% de ellas comerciantes, según la Sedeco– de que aun cuando su
bosquejo ya había sido seleccionado entre 100 que se presentaron a concurso, no
era definitivo. Aseveraron además que, en todo caso, los inmuebles a destruir o
modificar habían sido seleccionados por las autoridades, en las bases de la
licitación.
En
la convocatoria efectivamente aparecen áreas “a intervenir”. Se marcan ocho
“inmuebles subutilizados (con potencial de reciclamiento)”, así como 10
espacios públicos clasificados como “predios disponibles”.
En
el último foro entre arquitectos y pobladores –realizado el 3 de marzo–, TEAM
730 se comprometió a “buscar alternativas” para la redacción final del Plan
Maestro para el Rescate Integral de La Merced, utilizando información que
proveerá el Programa Universitario de Estudios de la Ciudad (PUEC).
Pero
la desconfianza persiste. Valeria Reyes, locataria del Mercado de Flores, dice
que la ausencia de autoridades en los foros alimenta el resquemor: “Aunque el
equipo ganador aceptó las propuestas que le hicimos, no hay nada escrito.
Además no había autoridades, ni de la delegación ni del gobierno central, que
se comprometieran a no tocar los mercados”.
Reyes
señala que hay un sentimiento de impotencia entre los comerciantes. “Se nos
dice que el mercado de flores y su anexo no tienen identidad, ¿y nosotros qué
culpa tenemos? Este mercado se reconstruyó después del incendio del 7 de
noviembre de 2001; aquí hay 111 locales, y cada uno tiene trabajadores; si nos
afectan, no sabemos qué vamos a hacer”.
Rogelio
Hernández, comerciante de la Plaza Merced 2000 y representante de los
locatarios, resalta que en conversaciones con funcionarios de la Sedeco le
aseguraron que por lo menos ese espacio no sería tocado, aunque reconoce que
fue un compromiso verbal y no del secretario Salomón Chertorivski, quien
coordina la rehabilitación de la zona.
Mientras
se aclara la situación, admite Hernández, hay daños colaterales. En febrero,
platica, “un amigo me pidió fungir como aval en la renta de un local en
Jamaica. Le di las escrituras de mi local en la plaza para continuar con el
trámite y entregárselas a su abogado; a los pocos días regresó y me dijo que no
podía aceptar mi local como garantía porque Miguel Ángel Mancera iba a demoler
la plaza; es decir, mi local ya se devaluó, si yo quería vender probablemente
no me van a dar lo que vale, la incertidumbre generó una afectación a nuestro
patrimonio”.
Para
Hernández es incomprensible que el proceso de rescate se haya detonado tras la
deflagración, y que en vez de corregir el origen del siniestro, “la
sobreexplotación de las fuentes de energía eléctrica por omisión de la
autoridad, lo que están haciendo es buscar un pagador; en lugar de reordenar el
ambulantaje, quieren corregir la situación demoliendo plazas, cuando aquí nunca
ha habido un incendio de esas dimensiones”.
El
reclamo de Rogelio Hernández se debe a que desde hace varios años ha denunciado
los riesgos en materia de protección civil de la zona. Incluso una semana antes
del reciente incendio había concertado un recorrido con autoridades de la
Dirección Territorial Morelos –que sería resguardado por personal de la
Secretaría de Seguridad Pública (SSP) “para evitar que golpeadores de líderes
de comerciantes ambulantes interfirieran y rompieran el recorrido–. Sin embargo
las autoridades delegacionales no llegaron a la cita y una semana después
ocurrió el incendio que se atribuyó a un cortocircuito”.
De
la nave mayor del mercado de La Merced, locatarios como Édgar Mendieta y
Ricardo Cruz se han distinguido por exigir la atención de las administraciones
delegacionales, del gobierno central y de la Asamblea Legislativa para que
atiendan el cúmulo de problemas que tienen los diferentes centros de abasto,
debido a “un abandono criminal desde que se registró un incendio tremendo en
diciembre de 1988, en el que oficialmente murieron 66 personas”, recuerda Cruz.
Tras
señalar que el mercado de La Merced está clasificado como patrimonio artístico
por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), Cruz resalta que después de
la conflagración del año pasado, un grupo de locatarios acudió a la dependencia
para pedir “que estuviera atenta con lo que las autoridades realizarían. La
gente del INBA nos confió que querían hacer en la zona siniestrada una plaza
comercial; no entramos en detalles de quiénes tenían esa propuesta”.
Édgar
Mendieta, quien fue detenido en marzo del año pasado tras encabezar una
manifestación en el Zócalo capitalino en la que exigió la intervención de
Mancera en la reconstrucción del mercado, cuenta que aun cuando sólo hay mil
damnificados directos por el siniestro, “somos 5 mil 600 afectados, es decir,
todos los locatarios de las distintas etapas de La Merced. Nuestras ventas han
caído en un promedio de 80%, y eso lo podemos verificar también con los
desperdicios diarios. La delegación asegura que recolecta 20 toneladas de
basura al día, y la mayoría son productos que no se vendieron. (…) En 1957 se
levantó el mercado en nueve meses, ahora ya va un año y no avanza la
reconstrucción, parecería que se pretende reventar a la gente”.
A
esconder a los pobres
Luis
Enrique Hernández Aguilar, del Caracol, una organización de atención a
población callejera, sostiene que es probable que el proyecto esté acompañado
de un proceso de limpieza social, como lo ha sido hasta ahora el rescate del
Centro Histórico. “A los chavos de la calle ni siquiera se les permite
atravesar la calle de Madero, los elementos policiacos tienen instrucciones de
prohibir que transiten, ya no digamos pedir limosna. Eso es lo que pensamos
puede ocurrir en La Merced, porque además ya pasa en Coyoacán y la Condesa,
donde fueron recuperados espacios en apego a un proyecto de ‘potenciar la
ciudad’, aunque sólo sea en imagen. Lo que ocurre es que se oculta la pobreza”.
Quienes
ya están preparadas para enfrentar el proceso son las prostitutas de La Merced,
que apoyadas en el trabajo de Brigada Callejera Elisa Martínez y la defensa de
la abogada Bárbara Zamora consiguieron un amparo que las reconoce como
trabajadoras no asalariadas, por lo que el gobierno capitalino está obligado a
permitirles ejercer, además de que debe proporcionarles facilidades para
acceder a programas sociales.
Jaime
Montejo y Elvira Madrid resaltan que la resolución de la juez primera de
Distrito en Materia Administrativa, Paula María García Villegas Sánchez, del 31
de enero de este año, debe poner fin al hostigamiento que desde hace más de 20
años han padecido las trabajadoras sexuales en La Merced.
Sostienen
que en 1997 se enteraron de las intenciones de “demoler 15 manzanas dentro del
Perímetro B” como parte de un proyecto de embellecimiento del Centro Histórico,
en el que estaría excluida “la banda muerta de hambre, se veía venir como un
proyecto clasista”.
En
2008, recuerdan, en una reunión con Héctor Serrano Cortés, entonces director de
Programas Delegacionales del gobierno de Marcelo Ebrard, el funcionario ofreció
a Brigada Callejera médicos y material a cambio de que convencieran a las
sexoservidoras de La Merced a concentrarse en tres puntos. Les explicaron que
el objetivo último era trasladar toda la prostitución a zonas fronterizas con
el Estado de México.
Elvira
Madrid apunta que la importancia del amparo ganado –que logró que la juez
catalogara como inconstitucional el artículo 24 de la Ley de Cultura Cívica– es
que la ley “ya no va a poder utilizarse para joder a las chicas, porque era
utilizada para extorsionar tanto a las trabajadoras sexuales como a los
clientes, y él único fundamento era que existían denuncias de vecinos contra el
sexoservicio, pero la juez dice que los derechos de los vecinos no pueden estar
por encima de los de las chicas que deciden de manera libre ejercer el
sexoservicio, e incluso les reconoce el derecho a formar sindicatos”.
Para
los investigadores de la UNAM y el Instituto Politécnico Nacional (IPN) Héctor
Castillo y Ricardo Tena, respectivamente, si el proyecto quiere tener éxito
debe considerar a los diversos actores en la zona, no sólo a los comerciantes
establecidos, sino una larga lista de grupos sociales, entre los que están
quienes viven en los límites de la legalidad y en la ilegalidad.
Investigador
del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, conocedor de la zona y
responsable de la elaboración de un diagnóstico para el rescate del tejido
social (que se considerará en la elaboración del Plan Maestro), Castillo
asevera que el proyecto implicará el incremento de precios del suelo, como
ocurrió en el Perímetro A del Centro Histórico, “y hubo una concentración de
empresarios que compraron varios edificios. (Carlos) Slim es uno de ellos, aquí
seguramente va a haber reacomodos, lo que no se vale es que hagan lo que
hicieron cuando se construyó el Metro Merced y se tiraron vecindades, esos
damnificados se fueron a Nezahualcóyotl”.
Para
Tena, el investigador de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura del
IPN, el anteproyecto ganador “no parece intervenir en una zona tan conflictiva,
sino ser un proyecto para hacer negocio. Derrumbar y construir siempre deja
ganancias”.
Ambos
especialistas cuestionaron que la coordinación del rescate de La Merced esté a
cargo de la Sedeco e insistieron en la urgencia de integrar a la sociedad
organizada en el diseño final del Plan Maestro, para evitar errores que han
mantenido deteriorada la zona.
**
Los
grandes capitales se apuntan/
GLORIA
LETICIA DÍAZ
Para
avanzar en la rehabilitación del Centro Histórico de la Ciudad de México el
gobierno de Miguel Ángel Mancera prevé aplicar este año más de 80 millones de
pesos al proyecto Rescate Integral de La Merced, con la intención de atraer
capital privado.
El
responsable del proyecto, el secretario de Desarrollo Económico del Gobierno
del Distrito Federal (GDF), Salomón Chertorivski Woldenberg, admite que para
aprovechar el potencial de La Merced –“el espacio comercial histórico más
importante del país y uno de los más importantes de Latinoamérica”– los fondos
públicos no bastan y se tienen que dar los primeros pasos para incentivar a la
inversión privada.
En
entrevista con Proceso, Chertorivski refiere que el arranque del diseño de un
Plan Maestro para el Perímetro B del Centro Histórico ha despertado interés en
algunos inversionistas, sobre todo inmobiliarios, quienes podrían hacer
planteamientos concretos cuando el gobierno capitalino rehabilite la calle de
Corregidora, para lo cual se erogarán 60 millones de pesos. Además se tiene
previsto reordenar el comercio ambulante y poner luminarias en la avenida
Circunvalación.
El
Perímetro B del Centro Histórico, que incluye el mercado de La Merced, está
enmarcado al sur por la avenida Fray Servando Teresa de Mier, por
Circunvalación al norte; Congreso de la Unión al oriente, y Eduardo Molina al
poniente.
“Ha
habido quien nos dice: ‘Yo pondría una tienda, un cine, yo quisiera poner un
edificio de oficinas’. Sí hay interesados y yo creo que tan pronto detonemos
uno o dos proyectos, que limpiemos un poquito o pongamos luminarias, se va a ir
logrando la inversión”, afirma a Proceso el economista egresado del Instituto
Tecnológico Autónomo de México y maestro en política pública por la Universidad
de Harvard.
–¿Cuál
de los interesados ha levantado la mano? –se le pregunta a quien fuera
secretario de Salud en el gobierno de Felipe Calderón y coordinador del
gabinete social del gobierno de Lázaro Cárdenas Batel en Michoacán.
–Alguien
en particular, no. Tenemos comunicación constante con la Asociación de
Desarrolladores Inmobiliarios y la Cámara Nacional de la Industria de la
Vivienda y nos han expresado que por supuesto estarían interesados en invertir
una vez que tuviéramos el Plan Maestro.
El
titular de la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco) del GDF agrega que si
bien La Merced perdió la mitad de su población en los últimos 15 años, es
atractiva para los desarrolladores inmobiliarios porque “tiene urbanidad”.
“La
ciudad ha invertido en esa zona importantes recursos en infraestructura y
urbanismo a lo largo de muchas décadas”, recuerda. “En ese polígono tienes
nueve estaciones del Metro, tres de Metrobús, tienes agua, luz, calles. Es una
zona en la cual puede habitar y hacer su vida económica y social mucha más gente”.
El
responsable del proyecto Rescate Integral de La Merced reconoce que en este
caso “la línea conductora es el desarrollo económico” y añade que se están
ubicando terrenos en la zona para su enajenación.
“Estamos
haciendo un barrido de terrenos propiedad del GDF o que estén en disposición de
ser adquiridos por terceros… en fin, estamos en un estudio de un área de
gestión estratégica que puede implicar cambios de uso de suelo y un
replanteamiento urbano de la zona.”
Información
de la Sedeco indica que el primer barrido fue hecho por la Fundación del Centro
Histórico, la cual localizó 27 inmuebles o espacios “sin uso” en el Perímetro
B.
El
funcionario capitalino dice desconocer el precio del metro cuadrado en la zona
de La Merced, porque recientemente no ha habido movimientos inmobiliarios
importantes y las transacciones que hay suelen ser informales.
Para
darse una idea de la cantidad de recursos y de la actividad económica que se
mueven en la zona, agrega, “hemos recibido información de que se ha pagado
hasta 1 millón de pesos por el traspaso de un local dentro del mercado de La
Merced, porque tienen una vida económica tremenda”.
Tomando
como base las tendencias internacionales de densificación (incremento de la
densidad poblacional), como ocurre en París o Nueva York, Chertorivski no
descarta que en La Merced se construyan edificios de más de 10 niveles
destinados a personas con altos ingresos.
“Eso
sería posible sobre todo en la cara que da a los ejes viales. Son zonas donde
sí puede haber densificación sin problema… Muchos comerciantes de La Merced
hacen dos hora de viaje, les funcionaría habitar cerca de ahí; hasta alguien
pudiera poner un edificio de departamentos en renta para los diputados, les quedaría
muy cerca”, sostiene.
El
detonante
El
hecho que dio pie al proyecto de regeneración de una de las zonas más
conflictivas de la ciudad fue un siniestro: un incendio destruyó 23 mil de los
44 mil metros cuadrados de la nave mayor del mercado de La Merced el 27 de
febrero de 2013.
Y
en enero de este año un nuevo incendio afectó los mercados Ampudia y del
Banquetón.
Los
percances permitieron a la Sedeco aproximarse a la actividad económica en el
mercado de La Merced: en promedio cada local produce 9 mil pesos diarios, según
información de locatarios damnificados.
En
abril de 2013 la Sedeco destinó más de 10 millones de pesos en préstamos para
los mil 29 comerciantes que perdieron sus locales y que “han estado pagando
puntualmente, algunos hasta ya pidieron otros préstamos”, comenta Chertorivski.
De
la reconstrucción de la Nave Mayor, apunta, es responsable la delegación
Venustiano Carranza, a cargo del perredista José Manuel Ballesteros.
En
un comunicado fechado el pasado 9 febrero Ballesteros calculaba en 150 millones
de pesos la rehabilitación; de ellos la demarcación ya había erogado la tercera
parte y anunciaba el pago de un seguro de 6 mil pesos por cada locatario
afectado.
Mancera
recurrió en septiembre del año pasado a la creación del Consejo Consultivo para
el Rescate Integral de La Merced, presidido honorariamente por Jacobo
Zabludovsky.
El
organismo dispuso someter a concurso el Anteproyecto Conceptual para el Plan
Maestro de La Merced en octubre del año pasado, para intervenir 220 hectáreas
del Perímetro B del Centro Histórico.
De
los 100 trabajos presentados, el jurado –presidido por Gabriel Mérigo Basurto,
del Centro de Investigaciones y Estudios de Posgrado de la Facultad de
Arquitectura de la UNAM– seleccionó el coordinado por los arquitectos Carlos
Marín y José Muñoz Villers, quienes encabezan el Taller de Estudios y Análisis
Metropolitanos.
El
anteproyecto prevé tres fases del rescate, a realizase en 16 años: detonante,
revitalización de los mercados de La Merced y rescate del espacio público
(2014-2015); desarrollo y resiliencia de la zona (2015-2018), y consolidación y
potencial de desarrollo (2018-2030).
El
equipo de Marín y Muñoz, premiado con 150 mil pesos, será responsable de
elaborar el Plan Maestro para el Rescate Integral de La Merced, vigilado por el
Colegio de Arquitectos de México (CAM).
La
Sedeco destinó 21 millones 750 mil pesos para el Proyecto General para el
Incremento de la Competitividad del Polígono Económico Productivo Ecosistema
Merced.
Según
un desglose de la erogación –proporcionado por la Sedeco a este semanario– 10
millones 916 mil 700 pesos se destinaron al CAM para “desarrollar el Plan
Maestro para el Incremento de la Competitividad del Polígono Económico
Productivo Ecosistema Merced, con una visión de desarrollo sustentable y
regional”.
Nueve
millones 280 mil pesos se canalizaron al Programa Universitario de Estudios
sobre la Ciudad (PUEC) de la UNAM, para la realización de cinco estudios que
“serán la base para que el Colegio de Arquitectos desarrolle el Plan Maestro”.
Los
estudios prevén un modelo de movilidad para atender “las necesidades de los
flujos interurbanos y de las diversas regiones metropolitanas” que se
concentran en La Merced; un modelo logístico para “el traslado, manejo y
resguardo de mercancía”; un estudio “socioeconómico empresarial para la
definición de las variables más significativas de incidencia para el cambio”;
un “modelo de innovación de buenas prácticas comerciales para las
especificidades del ecosistema”, y un estudio de “reconstrucción del tejido
económico social para diseñar nuevas aristas e incentivos que conformen un
esquema de inclusión social y empleabilidad”.
De
los más de 21 millones mencionados, 1 millón 553 mil 300 pesos se destinaron al
diseño de “un modelo de validación de los sistemas de intervención en la
investigación del proyecto Polígono Económico Productivo Merced en sus cinco
componentes y su Plan Maestro”, a cargo de la consultoría Unidad de
Transferencia Tecnológica.
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