23 mar 2014

El doctorado honoris causa de la UABJO a Julio Scherer García


El doctorado honoris causa de la UABJO a Julio Scherer García/PEDRO MATÍAS
Revista Proceso # 1951, 22 de marzo de 2014
En sesión solemne el jueves 20, la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca le otorgó a Julio Scherer García el doctorado honoris causa. Impedido de asistir a la ceremonia por razones de salud, el fundador de Proceso envió un breve mensaje –leído por su hijo Julio Scherer Ibarra– en el cual condena las reformas del actual gobierno que entregan el patrimonio energético a los extranjeros. Por lo demás, añadió, la República “vive paralizada en uno de los capítulos fundamentales” de la gestión peñanietista.
OAXACA, OAX.- Por “su búsqueda incansable de la verdad, su trabajo comprometido, su astucia periodística, su perspectiva política y rectitud”, el jueves 20 la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO) le otorgó a Julio Scherer García, fundador de Proceso, el grado de doctor honoris causa.
En sesión solemne del Consejo Universitario encabezada por Eduardo Martínez Helmes, rector de esa institución, Julio Scherer Ibarra recibió el reconocimiento en nombre de su padre, quien no pudo asistir a la ceremonia debido a un quebranto en su salud.

 Martínez Helmes indicó que el premio se otorga a personas que “con su acción diaria han dado vigencia al pensamiento de nuestro rector supremo, Benito Pablo Juárez García, quien expresaba con palabras y con hechos: La causa más grande y sagrada para los hombres y los pueblos es la defensa de la patria”.
 En la misma sesión, en el Jardín Etnobotánico del Complejo Cultural Santo Domingo y con la presencia del gobernador de Oaxaca, Gabino Cué, y de 92 consejeros universitarios, también recibieron la distinción el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, José Narro Robles; el ministro José Ramón Cossío­ Díaz; el pintor Shinzaburo Takeda y el empresario oaxaqueño Alfredo Harp Helú.
 En el mensaje leído por su hijo, el presidente del Consejo de dministración de Proceso condenó la reforma energética del presidente Enrique Peña Nieto: “En este mes de marzo –escribió Scherer García– se ha recrudecido la protesta por la venta de nuestro petróleo a los Estados Unidos. Lo mismo en las concentraciones públicas que en reuniones privadas la palabra traición circula libremente”.
 Y agregó: “Peña Nieto pisa ya terrenos peligrosos. Más allá de las victorias de largo alcance mediático que significaron la captura del Chapo Guzmán y el encierro de Elba Esther Gordillo, la economía no sale de su marasmo y la seguridad no ofrece datos alentadores”.
 También se refirió al nacimiento del semanario Proceso como resultado del ataque artero de la Presidencia encabezada por Luis Echeverría al que fuera el mejor diario latinoamericano, Excélsior, del cual dijo que hoy “sobrevive sin mérito ni gloria alguna”.
 Por su parte Scherer Ibarra señaló en referencia al doctorado honoris causa otorgado a su padre: “Don Julio aquilata ese grado en su valor más alto, como presea que lo incorpora a los trabajadores intelectuales de esta casa de estudios, y lo acepta con la mezcla íntima de humildad y orgullo propios de quien sabe que sus méritos, por obra de la generosidad ajena, han sido exaltados”.
 Añadió: “Don Julio Scherer García cumplirá, en unos días, 88 años de edad. Su juventud, la interna, da ejemplo vivo de que la búsqueda de la verdad no es una quimera, que ha valido la pena luchar por ella”.
“No hay obra ni trabajo”
A continuación se reproduce completo el mensaje enviado por Julio Scherer García a Oaxaca:
“Este marzo me perturba. Hace 208 años un niño desvalido daría lecciones de humanidad. Su sencillez y carácter indómito lo mantienen al frente de nuestros héroes.
 “En este mes de marzo se ha recrudecido la protesta por la venta de nuestro petróleo a los Estados Unidos. Lo mismo en las concentraciones públicas que en reuniones privadas, la palabra traición circula libremente. Agrava el problema el silencio del presidente de la República acerca del saqueo al que se ha visto sometido Petróleos Mexicanos desde los tiempos remotos del PRI casi eterno. Poco sabemos del dinero que muchos depredadores invirtieron para la compra de castillos en Europa y la adquisición de aviones y yates para un modo de vivir apenas creíble.
 “Más allá del desafío que engendre la decisión asumida por el presidente Peña Nieto, tendrá enfrente la imagen del presidente Lázaro Cárdenas. En esta confrontación inevitable, Peña Nieto representa el triunfo del capitalismo y Lázaro Cárdenas estará al frente de lo que aún pudiera quedar del México revolucionario.
 “(A) Peña Nieto se le recibió con vítores al asumir la Presidencia de la República y Cárdenas conoció desde la primera hora el encono de sus adversarios. Se llegó al extremo de fundar un partido político y, por su parte, la Iglesia católica endureció sus filas, dispuesta a la confrontación radical.
 “Marzo aún no termina y Peña Nieto pisa ya terrenos peligrosos. Más allá de las victorias de largo alcance mediático que significaron la captura del Chapo Guzmán y el encierro de Elba Esther Gordillo, la economía no sale de su marasmo y la seguridad no ofrece datos alentadores en su lucha contra el crimen organizado.
 “A estas alturas, el régimen no ha emprendido la construcción de obra alguna que valiera la pena mencionar. En la época oscura de Carlos Salinas de Gortari, el presidente exigía a sus colaboradores, mes a mes, información precisa acerca de los avances alcanzados en el nacimiento de una carretera o el levantamiento de alguna presa. Hoy nada de eso ocurre. La República vive paralizada en uno de los capítulos fundamentales de su gestión. No hay obra ni trabajo.
 “No obstante el gobierno persiste en su discurso y sostiene que el dinero del petróleo que fue nuestro fluirá en la República como instrumento de un progreso imparable. Se abrirán fuentes de trabajo y se crearán los empleos de los que el país está urgido. Ojalá hubiera empleo para los menesterosos, analfabetos y no sólo para aquellos que avizoran un espacio en Televisa o alguna trasnacional con la mente puesta en los negocios.
 “En este boceto del marzo que percibo me asalta el día 18. Un 18 de marzo de 1918 nació el periódico que tuvo su sede emblemática en Paseo de la Reforma 18. Su historia está escrita y sería inútil negar que fue Excélsior el mejor de su época en México, el número uno en América Latina y uno de los grandes diarios más allá de continentes. El presidente Luis Echeverría, auxiliado por hampones y traidores, decidió arrasar con él y hoy sobrevive sin mérito ni gloria alguna. Por fortuna para muchos, el diario es precursor de la revista Proceso, difícil de combatir por su honestidad reconocida.
 “Este 20 de marzo, honrado por la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, me siento fuera de lugar, pequeño. Quizá me quede un único recurso: despedirme de ustedes con la cabeza inclinada.”
La juventud de Julio Scherer
En seguida se reproduce el discurso completo de Julio Scherer Ibarra:
“Quiero que mis primeras palabras sean de agradecimiento a esta ilustre Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca por el honor que dispensa a mi padre, Julio Scherer García (ausente involuntario en este recinto por un quebranto en su salud), al otorgarle el grado de doctor honoris causa.
“Don Julio aquilata ese grado en su valor más alto, como presea que lo incorpora a los trabajadores intelectuales de esta casa de estudios, y lo acepta con la mezcla íntima de humildad y orgullo propios de quien sabe que sus méritos, por obra de la generosidad ajena, han sido exaltados. Pero lo recibe también con la alegría de advertir que la distinción proviene de una universidad de jóvenes que están convencidos de que nunca como ahora el destino de la nación está en manos de sus educadores, de que el vértice de nuestro destino está en las universidades, institutos, escuelas técnicas y que México habrá de ser del tamaño de las juventudes que forjemos.
“La misión de toda universidad es la de crear conocimiento y transmitirlo. Asimismo la de ser capaz de transformar a la sociedad; es la de cambiar la mentalidad de sus mujeres y hombres, aun las de aquellos que jamás pisaron las aulas; es la de la convicción que lleve a respetar las tareas del espíritu, las obras del pensamiento, las conquistas de la inteligencia. Igualmente es misión universitaria mostrar al país, a través de la conducta de sus hijos, la necesidad de actuar con rectitud y no admitir la mediocridad, el conformismo o la corrupción; la de organizar el desarrollo social en condiciones de equidad, justicia y responsabilidad para asumir, todos, la tarea que la vida nos ha encomendado –de la más alta a la más humilde– con la voluntad de realizarla noblemente.
“La búsqueda incansable de la verdad, el trabajo comprometido, la astucia periodística, la perspicacia política y la rectitud de Julio Scherer forman parte de los trazos del México actual, desde aquel Excélsior silenciado por Echeverría hasta el Proceso de esta semana. El 8 de julio de 1976, por órdenes de arriba, se consumó el golpe contra el otrora Periódico de la Vida Nacional. Ese día Scherer alcanzó la cúspide de congruencia y dignidad. Vejado y calumniado, representa hoy el periodismo crítico. Su decisión y la de quienes lo acompañaron modificó para siempre la relación entre prensa y poder.
“A partir de ese año lo ya defendido en Excélsior se polarizó; para él y su equipo de trabajo el periodismo representa fundamentalmente responsabilidad hacia los lectores. La construcción y el desarrollo de Proceso son ya un referente que pone a nuestro alcance la lectura de la realidad nacional y rechaza improvisaciones o autoengaños. Cada semana Proceso es el medio cuyo origen parte del rigor y, sin embargo, no es ni ha sido obra del trabajo de un solo hombre.
“Inauguró y dio vigencia al modo de hacer periodismo, de ejercerlo, de llegar a la verdad para servir a la sociedad de la que forma parte activa. Reportero incansable, es autor de 20 libros sobre temas políticos y sociales. Ha entrevistado a presidentes, caudillos, guerrilleros, presos políticos, artistas, narcotraficantes. Ha recorrido el mundo y como escritor ha integrado con naturalidad el carácter autobiográfico al acontecer nacional en sus textos.
“Admiro profundamente a este hombre que asumió el oficio periodístico como la pasión de su vida; que en la comunicación hace imposibles por igual la alabanza o la ofensa, quien más allá de premios y reconocimientos sostiene que si el trabajo al que se debe vale la pena, el lector lo refrendará con su preferencia.
“Para Scherer las vanidades personales sólo son dignas de tomarse en cuenta en tanto sean un tema más de discusión. No es un hombre inaccesible, cree firmemente en la amistad, la considera un vínculo­ superior y la cultiva con muestras constantes de afecto y lealtad; disfruta del diálogo y los encuentros con compañeros, amigos y personajes que son materia de su quehacer cotidiano. Nunca deja de preguntar, reportero por naturaleza y elección, hambriento siempre del dato nuevo. Es un obseso de su oficio y de la modestia con la que deben comportarse las personas, y trata de usted a próximos y lejanos, respetuoso siempre. Es fuerte, paternal, conversador emotivo que en un instante, con una frase o un gesto, conquista, descubre o desconcierta a su interlocutor.
“No obstante, el periodista valora su distancia, su espacio, su privacidad, sus silencios. Parece desconcertante, frecuentemente resulta impredecible, pero no porque carezca de carácter y condiciones inamovibles. Más allá de su inteligencia están su honradez, su integridad personal, ellas lo califican, lo retratan y definen, en la grandeza y sencillez del término: hombre cabal.
“Los comunicadores deben al legado de Julio Scherer una parte de la dimensión con que ahora cuentan los espacios de opinión e información por los que transitamos.
“‘Honrado con amigos que rara vez se encuentran, unido a reporteros que ya son el futuro, y enriquecido por columnistas y escritores admirables, giro en torno a un tema que no suelto ni me suelta: la libertad de expresión y el torpe empeño del gobierno por limitar la fuerza expansiva de la palabra impresa’, expresó en Guadalajara en 2005.
“Don Julio Scherer García cumplirá, en unos días, 88 años de edad. Su juventud, la interna, da ejemplo vivo de que la búsqueda de la verdad no es una quimera, que ha valido la pena luchar por ella. Permítanme tomar prestadas las palabras que pronunció el 30 de mayo de 1986: ‘Premio es vivir la vida con plenitud, hasta donde dé. Y da en la medida de uno mismo, pero sobre todo en la medida de los demás’.”

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