Con
vocación plural, nace Ediciones Proceso/ARTURO
RODRÍGUEZ GARCÍA
Revista Proceso # 1951, 22 de marzo de 2014
El
semanario Proceso, líder en periodismo político y de investigación en México,
anunció el lanzamiento de su sello Ediciones Proceso, con el que incursiona en
el mercado del libro.
“Ediciones
Proceso nace a partir de la certeza de que el libro impreso está lejos de la
agonía que muchos le auguran y de que, por el contrario, no hay mejor espacio
para el vuelo de la libertad de pensamiento y creación”, expresa el director,
Rafael Rodríguez Castañeda.
Explica
que el sello editorial se propone dar continuidad a la vocación de
independencia, pluralidad y profesionalismo que ha marcado la historia del
periodismo y del país desde que Julio Scherer García fundó la revista Proceso
en 1976.
Surge
también, dice, con el firme propósito de apegarse a las estrictas normas de
edición y estilo que distinguen a sus diferentes publicaciones impresas y
digitales, aunque la nueva oferta para los lectores irá más allá del quehacer
periodístico.
“Estaremos
abiertos a las reflexiones sobre los grandes temas nacionales, lo mismo que a
la imaginación literaria; al texto periodístico coyuntural que al producto de
la investigación profunda; a los autores nacionales tanto como los
extranjeros”, detalla el director de Proceso.
Durante
los más de 37 años transcurridos desde la fundación del semanario, y tras la
creación en 1980 de la Editorial Esfuerzo (originalmente para manufacturar la
revista y después ampliada a imprenta comercial), Proceso ha consolidado y
ampliado su oferta informativa con un indeclinable compromiso con la calidad
editorial, lo que se expresa en la edición de cada semana, en las ediciones
especiales y en el portal informativo www.proceso.com.mx, así como en la
agencia de noticias Apro y en la de fotografía Proceso Foto, a las que ahora se
suma Ediciones Proceso.
La
necesidad de informar
Rodríguez
Castañeda se ha referido a Ediciones Proceso como la segunda etapa del
semanario en la que se incursiona con la publicación de libros.
De
hecho, casi desde su nacimiento y hasta bien entrados los años ochenta, Proceso
publicó más de 30 títulos sobre la realidad nacional, ya fueran textos de
coyuntura o investigaciones más ambiciosas, que contribuyeron a esclarecer
episodios oscuros de la historia del país.
En
los tiempos en que el partido de Estado controlaba los flujos de información
periodística, el poder presidencial encabezado por Luis Echeverría provocó la
salida de Julio Scherer García de la dirección general del diario Excélsior por
ejercer sin cortapisas la libertad de expresión. Periodistas e intelectuales
reunidos en torno suyo abandonaron el diario y se reagruparon en Proceso, cuyo
primer número se publicó el 6 de noviembre de 1976.
Bajo
el lema “la lectura imprescindible”, la nueva revista logró sortear numerosos
embates desde el poder político, pese a lo cual mantuvo su independencia. En la
misma línea, los libros publicados en los años siguientes a su fundación
abordaron asuntos que, conforme a los cánones de la época, eran objeto de
censura.
Es
el caso de un hecho histórico: cuando en 1927 el general Francisco Serrano
desafió la reelección del también general Álvaro Obregón al aceptar postularse
a la Presidencia de la República. Serrano y varios de sus colaboradores fueron
masacrados en Huitzilac, Morelos. En 1977, al cumplirse 50 años de ese crimen,
el gobierno priista seguía considerándolo un tema tabú. En su novela La sombra
del caudillo, Martín Luis Guzmán abordó el suceso sin identificar a los
personajes verdaderos. La censura llegó al grado de que la película homónima
basada en esa obra, dirigida por Julio Bracho, fue “enlatada” por órdenes del
gobierno.
Para
arrojar luz sobre ese episodio, clave para comprender el surgimiento del PRI y
la forma en que se enquistó en el poder, Proceso publicó el libro La sombra de
Serrano, en el que se reunieron artículos con diferentes perspectivas
periodísticas e históricas bajo la coordinación del escritor Federico Campbell,
recientemente fallecido.
De
esa época destaca también el testimonio del luchador social y político Heberto
Castillo en torno a la pesquisa de Estado en su contra: Si te agarran te van a
matar, y las confesiones del soldado Zacarías Osorio Cruz sobre los
fusilamientos de civiles incómodos al régimen en los años setenta, publicadas
bajo el título Obligado a matar.
Otros
títulos dan idea de la variedad de los temas respecto de los cuales Proceso
aportó información documentada: Sampietro, memorias de un falsificador; Los
priistas, Los gobernadores; Espionaje político, Los escritores, Rulfo en Llamas
y varios más relativos al petróleo.
Reflexión
a fondo
El
jueves 20, Ediciones Proceso presentó el primer título de la nueva etapa:
Colosio. El futuro que no fue, que recoge los testimonios, experiencias y
análisis de personajes que en algún momento o circunstancia tuvieron relación
con el candidato presidencial del PRI asesinado en 1994.
La
propuesta y coordinación del proyecto estuvo a cargo de Alfonso Durazo, quien
fue secretario particular de Colosio, y entre los testimonios compilados
destacan los de Luis Donaldo y Mariana Colosio Riojas, hijos del político
sonorense.
Durante
la presentación, efectuada en el auditorio de la Casa Lamm, varios de los
coautores compartieron anécdotas, observaciones y reflexiones sobre el suceso
que, consideraron, cambió la historia del país.
A
su vez, Rodríguez Castañeda explicó que la propuesta de Alfonso Durazo implicó
publicar el libro en ocasión de los 20 años del asesinato –cumplidos el domingo
23–, hecho que coincide con el lanzamiento del primer producto de Ediciones
Proceso.
La
dirección de Proceso ha manifestado su interés por acoger las obras de autores
consagrados, pero también el de apostar por los nuevos talentos.
“Será
divisa de Ediciones Proceso la pluralidad en lo que esperamos sea pronto un
amplio fondo editorial, cuyo denominador común deberá ser, sin falta, la
calidad intrínseca en su forma y en su contenido”, expresó Rodríguez Castañeda.
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