“Peña
Nieto nos quiere tener como perros acosados”/Alvaro Delgado, reportero
Revista Proceso # 1950, 16 de marzo de 2014
Admirador
y defensor a ultranza del expresidente Felipe Calderón, el senador Roberto Gil
Zuarth sostiene que el embate del gobierno de Enrique Peña Nieto contra el PAN
por el caso Oceanografía es una estrategia de amedrentamiento que busca
doblegar a ese partido para que ceda en sus posturas en materia energética. En
entrevista con Proceso, dice que a los panistas les convendría hacer un corte
de caja con el pasado en relación con actos indebidos, excesos y ambiciones,
pues advierte: “Si no exorcizamos a nuestros fantasmas nos van a perseguir el
resto de nuestra vida…”.
“¡Los
panistas no podemos ser ni sentirnos como perros acosados!”, clama Roberto Gil
Zuarth en medio del escándalo de Oceanografía, la empresa favorecida por los
sexenios de Vicente Fox y Felipe Calderón, que él atribuye a un “embate” del
gobierno de Enrique Peña Nieto para inmiscuirse en la vida interna del Partido
Acción Nacional (PAN).
Artífice
del retiro de los senadores panistas de las negociaciones de las leyes
secundarias de la reforma energética como respuesta a la acometida del gobierno
–“no podíamos poner la otra mejilla” –, el legislador asegura que se pretende
también someter al PAN aprovechando su división interna.
“Esa
división está siendo aprovechada por el gobierno y por el PRI para la
interlocución política –lo que no logra con uno lo logra con los otros, mantener
dos mesas en paralelo siempre es más útil que hablar con un partido unificado–,
pero también para hacer un ajuste de cuentas con el pasado y debilitar al PAN
hacia el futuro.”
Y
es que el caso Oceanografía se intensificó en el marco de la propuesta que hizo
el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la mesa de negociaciones para
que Peña Nieto nombre directamente a los consejeros independientes de los
órganos reguladores previstos en la reforma constitucional en materia
energética.
“Este
caso no tiene nada que ver con contratos, pero nosotros estamos siendo
doblegados, amainados o presionados para ceder ante una de las banderas que el
PAN tiene en las leyes secundarias de la reforma energética”, expresa.
Y
es que este embate del que se queja Gil Zuarth se produce cuando ha iniciado la
contienda por la presidencia del PAN entre Ernesto Cordero, cuya carrera
política patrocinó Felipe Calderón, y Gustavo Madero, quien presuntamente
cuenta con la simpatía de Peña Nieto.
En
entrevista con Proceso, el senador no tiene duda: “El PRI y el gobierno tienen
la tentación y aprovechan la ocasión para intervenir en la vida interna del
partido. Es el modelo del PRI del Estado de México: Intervenir en los otros
partidos”.
Pero
advierte: “El PAN nacional no es el PAN del Estado de México, al que basta con
sucumbirlo para que ceda más rápido a las necesidades del gobierno en turno.
Eso es lo que hemos decidido en el Senado: Nosotros no vamos a dejarnos
presionar bajo calumnias o bajo linchamientos mediáticos”.
Secretario
particular de Calderón, exdiputado federal, dos veces subsecretario de
Gobernación y derrotado por Madero en la contienda por el PAN, en 2010, Gil
Zuarth no evade el expediente de corrupción atribuido al PAN y afirma que se
deben “exorcizar los fantasmas” de ese partido:
“¡No
hay otra forma! No podemos ver hacia adelante y ver hacia el futuro si no
hacemos un corte de caja con nuestro pasado: los actos indebidos, los excesos,
las ambiciones, pero también los saldos positivos de nuestra gestión de
gobierno. Si no exorcizamos a nuestros fantasmas nos van a perseguir el resto
de nuestra vida. ¡Es el momento!”
Sin
embargo, advierte, en el caso de las leyes secundarias y de otros temas
fundamentales, el PAN no puede dejarse presionar por el gobierno y volver a ser
“perros acosados”, como decía Carlos Castillo Peraza.
“Puede
ser una estrategia relativamente fácil para el PRI lograr que el PAN ceda en
ciertas cosas que están reflejadas en el modelo constitucional (de reforma
energética), pero poniéndonos contra la esquina, haciéndonos ver y sentir como
perros acosados”, dice.
Pero
si antes podía entenderse que los panistas fueran como “perros acosados”,
porque había un régimen autoritario, ahora no hay razón, afirma.
“Ahora
sólo podemos sentirnos perros acosados por una presión a partir de un saldo
absolutamente pernicioso de nuestro paso por el gobierno, que nos estén
acusando sistemáticamente de corrupción y que eso sea lo que nos tenga en una
esquina enseñando los dientes, absolutamente asustados y sin posibilidades de
salir de esa encrucijada. El partido no está para eso.”
Y
por eso, afirma, los panistas enfrentan una disyuntiva: “Ponemos la otra
mejilla, nos sentimos totalmente aludidos y nos sentamos a cederle todo lo que
quiere el gobierno por una supuesta mala conciencia o damos la cara y
defendemos al PAN”.
–¿Si
Peña y el PRI meten las manos se las van a cortar?
–Se
llevará una sorpresa. Intervenir en la vida del partido le va a implicar una
dificultad importantísima en la interlocución política.
“Porque,
hay que decirlo con claridad, el Senado durará el mismo tiempo de su gestión y
aquí habrá quienes estamos dispuestos a defender, hasta con la vida, a una
institución.”
Los
fantasmas del PAN
Y
es que el estallido del caso Oceanografía cimbró al PAN, en cuyos gobiernos de
Fox y Calderón facturó contratos por más de 50 mil millones de pesos, sobre
todo en el del segundo.
Una
fotografía de Madero a bordo de un avión de esa empresa, propiedad de Amado
Yáñez, acrecentó la confrontación entre facciones: Luego de deslindarse, exigió
castigo a los responsables sin distingo de su militancia y, con malicia,
involucró a Calderón y Cordero.
“Estoy
seguro que la información detallada sobre el caso Oceanografía podrán ofrecerla
los funcionarios que administraron Pemex en los últimos 12 años, así como los
miembros de su consejo de administración en ese lapso.”
Calderón
presidió el consejo de administración de Pemex cuando encabezó la Secretaría de
Energía en el gobierno de Fox, al igual que Cordero cuando fue secretario de
Hacienda en el sexenio del primero.
De
hecho, siendo secretario de Energía, Calderón intervino directamente para
favorecer a Oceanografía hace 10 años, en marzo de 2004, con la intermediación
de su asesor Juan Camilo Mouriño y César Nava, abogado general de la
paraestatal.
Según
documentación publicada por la reportera Ana Lilia Pérez en la revista
Contralínea, en 2008, cuando Mouriño era secretario de Gobernación, tras las
gestiones de los funcionarios, incluido Calderón, Pemex declaró desierta una
licitación y adjudicó directamente un contrato a la naviera.
No
sólo eso: Ese contrato fue usado por Oceanografía como única garantía para
obtener un crédito por más de 60 millones de pesos del Banco Nacional de
Comercio Exterior (Bancomext) que Yáñez cobró mediante cuatro facturas
apócrifas.
El
auditor Roberto Muñoz Leos, hermano del exdirector de Pemex, detectó estas
irregularidades y las hizo del conocimiento de Héctor Reyes Retana, director de
Bancomext, pero se impuso la impunidad.
–El
gobierno de Calderón está lleno de escándalos de corrupción…
–La
forma de despejar todas las especulaciones, las ciertas y las falsas, es que
enfrentemos a nuestros fantasmas, como en el cuento bellísimo de Dickens. La
forma de ponernos de pie y de ver hacia adelante es que nos exorcicemos de
nuestros fantasmas. Y la primera forma de exorcizar nuestros fantasmas es
enfrentarlos, prendernos la luz, vernos a la cara.
Pero
advierte: “Que sepan también el gobierno y el PRI que frente a la aparición de
un nuevo fantasma vamos a prender la luz y lo vamos a enfrentar”.
Calderón
es el PAN
De
36 años de edad, Gil Zuarth hizo una veloz carrera en el gobierno de Calderón:
Inició el sexenio como coordinador de asesores del secretario de la Función
Pública, Germán Martínez, a quien acompañó como director jurídico del CEN del
PAN.
Luego
de ser subsecretario de Gobernación con Fernando Gómez Mont, en 2010, pretendió
la presidencia del PAN y perdió ante Madero. Calderón lo hizo su secretario
particular, hasta noviembre de 2011, cuando buscó ser senador y luego
coordinador de campaña de la candidata derrotada Josefina Vázquez Mota.
Cuando
dejó la secretaría particular de la Presidencia pronunció encendidos elogios a
Calderón: “Dios ha tenido el cuidado, la generosidad de prestarnos al mejor
Presidente de México”.
Gil
Zuarth no se desdice: “Felipe Calderón, como hombre de poder, tuvo aciertos y
errores. Pero estoy convencido de que es un hombre de buenas intenciones, de
valores, patriota. Sólo el hombre de conciencia duda. Y la duda es fuente de
aciertos y de errores”.
En
el escándalo de Oceanografía alega que nada tiene que ver con los gobiernos del
PAN, porque el fraude cometido por la naviera contra Banamex ocurrió ya en el
sexenio de Peña Nieto.
“Si
hay alguna sospecha sobre los contratos suscritos en los últimos 12 años que se
aclaren en sus circunstancias, en sus condiciones y en sus términos, pero no a
propósito de un caso que no tiene nada que ver con contratos nosotros estemos
siendo doblegados, amainados o presionados para asistir a una reforma
energética y ceder ante condiciones que tiene el PAN en cuanto a la reforma
energética.
“Podemos
correr el riesgo de que se pretenda diluir el modelo energético a propósito de
un caso mediático que nos construyen y que parece que estamos asistiendo a esa
reforma con mala conciencia.”
Por
eso, dice, la bancada del PAN volverá a la mesa de negociaciones hasta que se
aclare a cabalidad el tema. “Es una decisión que tomamos para actuar en unidad
y para defender la dignidad del partido y también lo que ha significado el PAN
en el gobierno”.
Aclara:
“Reconocer errores y estar dispuestos a la autocrítica no significa que, bajo
un clima mediático, se nos obligue a sucumbir ante la presión y doblar las
manos”.
El
senador asegura que esta postura no es sólo de los panistas identificados con
Calderón, sino que es prácticamente unánime. “Y el argumento es muy sencillo:
hay un común denominador de maderistas, corderistas, calderonistas, zavalistas
y es Acción Nacional.”
Dice
que es una paradoja que esté reservada toda la información del caso
Oceanografía para salvaguardar las investigaciones, pero que se filtren nombres
de personas vinculadas al PAN, como el excandidato al gobierno de Campeche,
Mario Ávila Lizárraga.
“Está
reservado todo lo que pasó en 2013, pero no un contrato suscrito en los
primeros días de diciembre de 2012, antes de un relevo en una subdirección en
Pemex que, al final de cuentas, no provocó ninguna contraprestación a cargo de
Pemex.”
Gil
Zuarth advierte que este embate del gobierno por el caso Oceanografía no afecta
sólo a Calderón y a otros panistas, sino a todo el PAN.
“Calderón
fue un presidente postulado por Acción Nacional. Todo lo que se enderece contra
la gestión de Calderón es, a final de cuentas, un daño al emblema, a la
institución, a lo que representamos, a la confianza que fue puesta en
nosotros.”
Y
reitera: “Si detrás de este tipo de andanadas mediáticas, de acusaciones
supuestamente judiciales, de corrupción, hay una intención de debilitar a una
expresión dentro del partido o al partido mismo, eso tendrá consecuencias en la
interlocución del PAN con el gobierno inevitablemente”.
Las
ruinas
Gil
Zuarth no ve con optimismo el futuro del PAN si no se impone la estrategia de
que el perjuicio de uno por el escándalo es el beneficio de otro.
Explica:
“¿De qué va a servir ganar la presidencia de un partido estigmatizado por la
corrupción, arrodillado, sin dignidad, sobre el que pesan graves acusaciones de
corrupción y que es incapaz de responderlas o de aclararlas? Será comparsa de
un gobierno que, como todo gobierno, tiene tentaciones de acapararlo todo y de
tener, de alguna manera, disminuidas a sus oposiciones”.
El
legislador considera que en algún momento el PAN entendió que una forma de
diferenciarse del PRI en la oposición era con una estrategia de
responsabilidad, de cooperación, y para materializar ciertas agendas.
“Esa
estrategia es en cierto sentido razonable, pero las circunstancias han cambiado
y la estrategia dialogante del gobierno inicial está cambiando a una de
amedrentamiento a la oposición y nosotros no podemos, bajo ninguna
circunstancia, caer en esa estrategia.”
Insiste
en que un partido de oposición que acaba de gobernar tiene una disyuntiva
frente a un linchamiento mediático: Renunciar o dar la cara y defenderse.
El
PAN y los panistas no le pueden hacer el trabajo a sus adversarios, como ha
venido ocurriendo. “Esto debilita al PAN como fuerza parlamentaria y como
fuerza política. Esta es la neurosis de la cual nos tenemos que salir”.
Por
eso, tras el acuerdo en el Senado, se ha sugerido la idea de que haya un
entendimiento entre los competidores para evitar más pleitos. “En la defensa
del PAN no puede haber fisuras entre nosotros”, subraya.
“¿Cómo
pretendemos generar otra vez confianza en los ciudadanos si somos los primeros
que nos autodestruimos? ¡La antropofagia que tenemos en el PAN va a ser la
principal debilidad en la posibilidad de recuperar la confianza de los
mexicanos!”
–¿Es
posible esta convergencia?
–Si
no es así, lo que habrá, en consecuencia, será un partido absolutamente débil,
que el que llegue a la dirección simplemente va a administrar ruinas.
“¿O
qué va a hacer al día siguiente el que llegue a la dirección con un partido
tachado, calumniado, percibido como una mala copia del PRI? ¿Qué va a
administrar desde el punto de vista político y electoral? ¿Cómo poner de pie a
un partido que acusa recibo de las acusaciones de sus adversarios y se queda
callado? Lo que no está permitido para un partido que gobernó y que aspira a
gobernar es el silencio.”
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