18 ago 2014

Diez mujeres periodistas, líderes de opinión/Elena Poniatowska

Diez mujeres periodistas, líderes de opinión/Elena Poniatowska
La Jornada, 17 de agosto de 2014
Fue un gusto abrir la revista Líderes (de puros empresarios) y encontrarme una lista de 10 mujeres que destacan en el periodismo de nuestro país y han transformado su tarea de comunicadoras y activistas en una defensa de los derechos humanos. También su fotografía tomada por Maritza López es reveladora. Con sólo ver su rostro y su actitud se tiene la certeza de que no les tiembla ni la voz ni la pluma y que están dispuestas a correr cualquier riesgo. ¡Qué diferencia con nuestras diputadas y senadoras, sus bolsas Gucci, sus monederos y sus peinados de salón! Las fotos de Maritza López hablan por sí mismas de lo que significa cada una de estas luchadoras sociales acostumbradas al grito de Prensa, no disparen como escribe muy bien Rocío Estrada.

 Claro que encabeza la lista Carmen Aristegui, con sus ojos brillantes, su carita lavada de niña buena, su cabello corto dispuesto a correr todos los riesgos. Carmen se ha enfrentado a los poderosos de nuestro país y muchos jóvenes la consideran la mejor. Lo primero que hacen en la madrugada (a las seis am) es escucharla, a veces hasta antes del regaderazo. Habría que recordar que la avenida Álvaro Obregón, a partir del 7 de febrero de 2011, se llenó de niños, mujeres y hasta ancianos cuando a ella le quitaron su noticiero en MVS. Carmen nos contó que Calderón se tomaba sus copas y le hizo una entrevista súper reveladora a Miguel de la Madrid, el 13 de febrero de 2009, quien habló de la corrupción de Raúl Salinas de Gortari.
Cada vez que sucede algo horrible en México, que es casi a diario, recurrimos a Carmen. ¿Ya le avisaron a Carmen Aristegui? ¿Tienes el teléfono de Carmen? Tres veces Premio Nacional, Premio Mary Moors Cabot de Nueva York, después de su libro Transición publicó Marcial Maciel, historia de un criminal para liberarse de la indignación que a todos nos causó la pederastia en México, sobre todo la de los curas.
Coincidir con Lydia Cacho es siempre un regalo del cielo. Seguramente ha sido la más perseguida de todas. Fundó en Cancún, Quintana Roo, el Centro Integral de Atención a las Mujeres, niños y niñas (CIAM) en el año 2000. En 2005, publicó Los demonios del Edén, que desenmascara a Kamel Nacif en su conversación telefónica con Mario Plutarco Marín Torres y a otros personajes públicos entregados a la pederastia y al comercio sexual. En vez de encarcelar a los culpables, nuestro gobierno persiguió a Lydia, la acusó de difamación, la encarceló y convirtió su joven vida en un infierno. Hoy por hoy, Lydia, que es tan bella por fuera como por dentro, es reconocida por todos y ella misma considera que su contacto con niños y niñas ha sido lo más importante en su vida.
Blanche Petrich, defensora del periodismo honesto, experta en temas de derechos humanos y movimientos populares, participó en los conflictos de Nicaragua, Guatemala y El Salvador. Todavía recuerdo su indignación a su regreso de Haití, después del terrible sismo del 12 de enero de 2010 que casi hizo desaparecer al país. Su vida profesional y su vida personal consiste en acercarse a todos aquellos que viven en situaciones límite. Blanche vive para La Jornada y siempre ha exigido que la envíen a los sitios de peligro. Recuerdo que Miguel Ángel Granados Chapa decía, emocionado, que ningún ejemplo lo conmovía tanto como el de Blanche Petrich.
 A Marcela Turati, fundadora de Periodistas de a pie, El País la reconoce como una de las periodistas más importantes de América Latina. Actualmente colabora en el New York Times. Luchadora por el derecho a la información contra el silencio, arriesga su vida en los tiempos más violentos y denuncia a las organizaciones criminales, la desigualdad social, el abuso y la corrupción. La Jornada festejó su Premio Washington Office on Latin America, en 2013. Colaboró no sólo en Proceso en México, sino en periódicos de Argentina, Chile y Perú, en medio de las peores amenazas y el dolor que le provoca la tragedia de la frontera norte de nuestro país.
 Para Nora Patricia Jara, ganadora del Premio Nacional de Periodismo José Pagés Llergo, es enemiga del periodismo femenino en las secciones de Sociales de la que todas somos víctimas en un momento y en otro. Tú, a Sociales. Le apasiona ponerse en los zapatos del otro para entender sus circunstancias. Conductora de noticias en Antena Radio, Imer, Radio UNAM y TVE Mexiquense también escribe en La Jornada y es experta en contar lo que le pasa al otro.
 Sanjuana Martínez mantiene como un escudo frente a amenazas su vocación por el periodismo. La he visto en acción: dinamita pura, es imposible tranquilizarla o quitarle la palabra. Chaparrita cuerpo de uva, no hay quién pueda contra ella. Desde que doña Rosario Ibarra de Piedra le habló de los desaparecidos en México se comprometió con su causa. 20 años más tarde, Sanjuana Martínez defiende a más de 300 mil y trabaja en el tema más horrible de todos: el de la desaparición. Sanjuana es madre de dos hijos, ríe con ellos, los lleva y los trae en las calles de su ciudad natal, Monterrey y se la juega ante todos los peligros. Hace años que decidió que vale la pena vivir en el filo de la navaja y abrazar a las víctimas de tantos delitos impunes. Nos enseña lo que significa la dignidad humana y da voz a quienes no la tienen.
 Katia D’Artigues se inició como reportera de espectáculos, aunque había escogido el área cultural. Muy pronto, su columna se transformó en política. Recuerdo que un gran periodista italiano Gianni Proiettis, de Il Manifesto, la consideraba una maestra y no se perdía uno solo de sus artículos. A raíz del nacimiento de su hijo Alan, Katia se entregó en cuerpo y alma a defender los derechos de las personas con discapacidad. La protección a la niñez es uno de sus temas más entrañables y atesoro el recuerdo de una entrevista que me hizo en Chimalistac como ejemplo luminoso de entereza y solidaridad.
 Karla Iberia Sánchez fue testigo de la tragedia del 11 de septiembre en Nueva York y la desolación del paso del huracán Katrina en Nueva Orleans. Sus cápsulas televisivas causaron sensación. Recibió el Premio Nacional de Periodismo José Pagés Llergo por Los funerales de mamá, sobre la muerte materna-infantil y el Premio Internacional de Periodismo por la Tolerancia. The National Academy of Television Arts & Sciences la reconoció públicamente.
 Laura Castellanos confía en que el periodismo crítico contribuya a forjar otro mundo. Hostigada, intimidada y amenazada por sus artículos sobre el dolor y la impotencia del México violento, en 2010 denunció ante la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos contra Periodistas la intromisión en su departamento de un grupo de hombres que sustrajo su información. A raíz de esta denuncia intervinieron sus teléfonos y correos electrónicos pero también recibió reconocimientos.
 A Anabel Hernández, la vi en un excelente programa de Virgilio Caballero, México, ahora o nunca, y me impresionó su inteligencia y su valentía para denunciar a los narcotraficantes, dentro y fuera del gobierno. Me impactó su inteligencia y su coherencia. Su vocación por el periodismo de investigación es extraordinaria. En 2013, sufrió el allanamiento de su hogar –no sabe si por la policía o los narcotraficantes. En su oficio de periodista, Anabel va más allá y ayuda a quienes lo necesitan. Según ella, su compromiso con el periodismo la ha cambiado.
 Es gratificante pensar que estas 10 grandes periodistas pertenecen de un modo u otro a La Jornada. Chomsky las abrazaría como ya abrazó a Blanche Petrich. Diez valientes mujeres, son ante todo el meollo de nuestra resistencia. Sin ellas viviríamos a la deriva, ciegos y sordos ante la atroz realidad mexicana. Es grande el acierto de Rocío Estrada y de la revista Líderes mexicanos al reconocerlas y un orgullo para todos nosotros, el tributo que hoy se les rinde.

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