Pasadas las 12 horas Francisco llegó al aeropuerto de Gimpo para la ceremonia de despedida con la
que concluyó su primer e histórico viaje a Corea del Sur, el primer país de
Asia al que ha viajado en su pontificado.
Seguidamente
el papa abrazó al sacerdote jesuita que lo acompañó durante toda su estadía a
Corea, que fue además quien realizó el rito del bautismo de Francisco, el
hombre que perdió a uno de sus hijos en la tragedia del ferry de Sewol y que le
pidió personalmente al Santo Padre que le administrara el sacramento.
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Antes, en la mañana, en la Capilla de la Nunciatura, el señor Lee Ho Jin recibió el Bautismo. Es el padre de uno de los jóvenes que murió en el naufragio de la embarcación ‘Se Wol’ y había pedido al papa que lo bautizara durante el encuentro entre los sobrevivientes y los familiares de las víctimas de la tragedia en el estadio de Daejeon.
Iba acompañado por sus hijos (hombre y mujer) y por el sacerdote que lo presentó al papa en Daejeon. Su padrino fue un miembro laico del personal de la nunciatura. La celebración se llevó a cabo de manera sencilla y fue guiada en coreano por el padre John Chong Che-chon, que asiste al papa en el viaje como intérprete.
El papa intervino personalmente para el acto del Bautismo. El bautizado recibió el nombre de Francisco.
El papa estaba muy contento de poder participar de manera imprevista (pues no formaba parte del programa original) en el gran ministerio de la administración del bautismo de adultos de la Iglesia en Corea.
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Viaje papal a
Corea.
Concluyó
la visita a Corea del Sur, tercer peregrinaje internacional (después de los viajes a Brasil y Tierra
Santa). Cinco días, cinco localidades, diez
discursos, encuentros con miles de jóvenes.
El
avión papal despegó de la base aérea de Seúl a las 13 horas y llegó al
aeropuerto romano de Ciampino después de 11 horas de vuelo.
Durante
el vuelo, Bergoglio respondió a las preguntas de los 72 periodistas de la
fuente.
Ningún
papa había volado sobre China, así como tampoco ningún grupo de jóvenes chinos
había participado antes en un encuentro con el papa, como sucedió en ocasión de
la Jornada Asiática de la Juventud, en la que participaron -además de los 60
jóvenes que llegaron oficialmente desde China, y cuya presencia fue confirmada
por los organizadores sudcoreanos- 240 jóvenes de la República Popular, 400 de
Taiwán, 550 de Hong Kong y 20 de Macao.
Los
jóvenes católicos chinos que participaron sin pertenecer a la delegación
oficial pudieron llevar a cabo su viaje a pesar de los obstáculos burocráticos
que las autoridades ; cada uno de ellos organizó su viaje individualmente y se
contactaron después a través de las redes sociales para reunirse en Corea del
Sur.
Durante
el vuelo de ida, el miércoles de la semana pasada, Francisco había escrito al
presidente Xi Jinping un mensaje de agradecimiento por haberle otorgado el
permiso para volar sobre el territorio chino. Un gesto que fue acogido
positivamente por Pekín, en donde el vocero del ministerio del Exterior, Hua Chunying, comentó: «Recibimos las
observaciones de Papa Francisco. China siempre ha sido sincera al mejorar sus
relaciones con el Vaticano y siempre ha hecho esfuerzos positivos en este
sentido».
También
el padre Mathew Zhen Xuebi, vocero
informal de la Asociación Patriótica China, que representa una especie de
Iglesia en perenne conflicto con la Iglesia ‘subterránea’ en comunión con Roma,
habló de un «importante paso para mejorar la comunicación». «Tenemos la
esperanza -añadió- de que un día China y el Vaticano puedan establecer
relaciones diplomáticas y de que el Papa pueda
visitar un día China».
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