27 de mayo de 2014
Lo
que el Papa Francisco dijo en el avión de regreso desde Tierra Santa
Entrevista publicada por el diario La
Razón con motivo de la rueda de prensa que el Papa Francisco ofreció a los
periodistas en el vuelo de regreso a Roma.
-Santo
Padre, en estos días hizo varios gestos que dieron la vuelta al mundo: la mano
en el muro de Belén, la señal de la cruz, el beso a los sobrevivientes hoy en
el Memorial del Holocausto, el beso al Santo Sepulcro junto a Bartolomé...
Queríamos preguntarle si estos gestos los pensó y por qué los pensó. ¿Y si se
imaginó cuáles serán los efectos de estos gestos de enorme entidad como por
ejemplo la invitación a Peres y a Abbas a ir al Vaticano?
-
Los gestos, los que son más auténticos, son los que no se piensan, son los que
surgen, vienen. Yo pensé, bueno, se podrá hacer algo, pero los gestos
concretos, ninguno fue pensado en sí. La invitación a los dos presidentes a la
oración, esto sí fue pensado un poco, pero de hacerlo allá (en Israel), pero
había tantos problemas logísticos –ellos tienen que tener en cuenta el
territorio, dónde se hace y no es fácil. Al final espero que salga bien. Pero
no fueron pensados, no sé, a mi me sale de hacer algo de espontáneo. Es así.
-Usted
habló con palabras muy duras contra el abuso sexual de menores de parte de los
sacerdotes, usted creó una comisión para enfrentar mejor este problema a nivel
de la Iglesia universal. Sabemos que en todas las iglesias locales hay normas
que exigen una fuerte obligación moral y a menudo legal a colaborar con las
autoridades civiles locales. ¿Qué hará usted si hay un obispo que no ha
observado estas normas, se lo excluye, se le pide que dimita u otras sanciones?
¿Cómo se puede enfrentar en sentido práctico?
-En
la Argentina a los privilegiados les decimos "este es un hijo de
papá" y en este problema no habrá "hijos de papá". En este
momento hay tres obispos que están bajo investigación: uno ya está condenado y
se está estudiando la pena que hay que hacer. No existen privilegios. Sobre
este tema de los menores es un delito tan feo, tan, lo sabemos que es un
problema grave en muchos lados, pero a mí me interesa la Iglesia.
¿Qué
nos aporta quién hace esto? Traiciona el cuerpo del Señor porque estos
sacerdotes que deben llevar este niño, esta niña, este muchacho, esta muchacha
a la santidad, y este niño, esta niña, confían. Y estos sacerdotes en cambio de
llevarlos a la santidad, abusan. Y esto es gravísimo. Es como... Les haré una comparación:
es como una misa negra, por ejemplo: tú tienes que llevarlo a la santidad y lo
llevas a un problema que va a durar toda la vida.
Y
la próxima semana, no, creo que será el 6 o el 7 junio, los primeros días del
mes, va a haber una misa con 6 u ocho personas abusadas en Santa Marta y
después, una reunión con ellos. Son personas que son de Alemania, dos de
Inglaterra o Irlanda... Serán unos ocho, con el Cardenal O'Malley, de la
comisión. Pero sobre esto tenemos que seguir adelante, adelante. ¡Tolerancia
cero!
-
Desde el primer día de su pontificado usted ha lanzado este mensaje fuerte de
una Iglesia pobre, simple y austera. Pero a veces vemos situaciones y
escándalos, como por ejemplo el del apartamento del Cardenal Bertone, la famosa
fiesta el día de las canonizaciones o, volviendo al Cardenal Bertone, la
supuesta malversación de 15 millones de euros. ¿Qué pretende hacer para que no
haya contradicciones con su mensaje?
-
El mismo Jesús una vez, según se dice en los Evangelios, le dijo a sus discípulos
que es inevitable que haya escándalos, porque somos humanos y pecadores todos.
Habrá, habrá escándalos. La cuestión es tratar de evitar que haya de más. En la
administración económica se necesita honestidad y transparencia. Las dos
comisiones, la que ha estudiado el IOR y a que ha estudiado el Vaticano, han
llegado a sus conclusiones y ahora el ministerio, la secretaria de Economía que
dirige el Cardenal Pell, llevará delante las reformas que estas comisiones han
aconsejados.
Pero
seguirá habiendo escándalo, los habrá siempre porque somos humanos. Las
reformas deben de ser continuas. Los padres de la Iglesia decían que la Iglesia
debía ser siempre reformada. Debemos estar atentos y reformar a diario la
Iglesia, porque somos pecadores, somos débiles. La administración que esta
Secretaría de Economía lleva adelante ayudará mucho a ayudar escándalos y
problemas.
Por
ejemplo, en el IOR creo que hasta este momento se han cerrado 1.600 cuentas de
personas que no tenían derecho a tener una cuenta en el IOR. El IOR está para
ayudar a la Iglesia, tienen derecho a tener una cuenta los obispos, las
diócesis, los empleados del Vaticano... Pero no tiene derecho las embajadas...
No es una cosa abierta. Quiero decir una cosa a la pregunta que me ha hecho
sobre el asunto de los 15 millones, Es una cosa que se está estudiando, o está
clara. Quizás sea verdad, pero en este momento no es definitivo, está bajo
estudio.
-¿Le
preocupa el crecimiento del populismo que se manifestado en las elecciones
europeas?
-Yo
estos días he tenido tiempo de rezar un poco el Padre Nuestro, pero no tengo
noticias de las elecciones europeas. Sé que se habla de la confianza o
desconfianza en Europa, que algunos quieren salir del euro... Yo de eso no
entiendo nada. Pero hay una palabra clave: desocupación. Eso es grave y yo lo
interpreto así simplificando: estamos en un sistema económico múltiple que
coloca en el centro el dinero, no la persona humana.
Un
verdadero sistema económico tiene que tener en el centro al hombre y a la
mujer. Este sistema económico que tenemos coloca en el centro al dinero y para
equilibrarse debe llevar a cabo algunas medidas de descarte: se descarta a los
niños, como lo indican las cifras de nacimientos en Europa. Y se descartan los
ancianos.
Ahora
van en su busca porque son jubilados y los necesitan, pero los ancianos se
descartan, incluso con situaciones de eutanasia oculta en muchos países. Y en
esto momento se descartan los jóvenes, y eso es gravísimo. En Italia, creo que
la desocupación juvenil está sobre el 40%. En España es el 50% y en Andalucía,
en el sur de España, el 60%... Esto significa que hay una generación de ni-ni,
que ni estudian ni trabajan, y esto es gravísimo, se descartan una generación
de jóvenes. Esta cultura del descarte es gravísima. Este sistema económico es
inhumano.
-¿Qué
se puede hacer para que en Jerusalén arraigue una paz estable y duradera?
-Hay
tantas propuestas... La Iglesia Católica ya ha establecido su posición desde el
punto de vista religioso, la ciudad de la paz y de las tres religiones. Pero
las medidas concretas por la paz deben salir de la negociación. Si en esta
parte tiene que estar la capital del Estado, o si en cual otra... Pero esto son
hipótesis que yo no me siento competente para decir se haga esto o lo otro, sería
una locura por mi parte. Pero creo que se debe negociar con honestidad,
hermandad, mucha confianza.
Se
necesita valentía para hacer esto y yo rezo mucho para que estos dirigentes
tengan la valentía de recorrer el camino de la paz. Yo solo puedo decir lo que
la Iglesia ha dicho siempre, que Jerusalén sea custodiada como la capital de
las tres religiones. Una ciudad santa, de paz, de religión.
-Quiero
saber si se ha hablado de casos concretos de acercamiento con otras Iglesias.
Por ejemplo, si cree que la Iglesia Católica puede aprender algo de la Iglesia
ortodoxa como por ejemplo en el caso de los curas casados, un asunto que se ha
puesto de actualidad tras la carta que usted ha recibido de 26 mujeres
enamoradas de sacerdotes.
-La
Iglesia Católica tiene curas casados. Católicos griegos, católicos coptos, hay
en el rito oriental. Porque no se debate sobre un dogma, sino sobre una regla
de vida que yo aprecio mucho y que es un don para la Iglesia. Al no ser un
dogma de fe, siempre está la puerta abierta. Pero en este momento no hemos
hablado de esto con el patriarca Bartolomé porque es secundario, de verdad.
Hemos hablado de que la unidad se hace en la calle, haciendo camino. Nosotros
jamás podremos llegar a la unidad en un congreso de teología. Hay que caminar
juntos, rezar juntos, trabajar juntos.
-Su
próximo viaje va a ser a Corea del Sur. Le preguntaré sobre Asia. En diferentes
países, como Corea y China, no hay libertad religiosa ni de expresión. ¿Qué
tipo de acciones tomara frente a las personas que sufren estas situaciones?
-Respecto
a Asia, hay dos viajes programados. Primero, el de Corea del Sur para el
encuentro de jóvenes cristianos. Y en enero próximo, un viaje de dos días a Sri
Lanka, y luego a Filipinas a la zona que tuvo el tsunami. El problema de la
falta de libertad para practicar la religión no es sólo de algunos países
asiáticos. También se da en otros países del mundo.
La
libertad religiosa es algo que no todos los países tienen. Algunos tienen un
control más fácil y tranquilo, otros toman medidas que acaban en una verdadera
persecución. Hay mártires. Hay mártires hoy. Mártires cristianos, católicos y
no católicos. Hay lugares donde no puedes llevar un crucifijo o leer la Biblia,
donde no puedes enseñar el catecismo.
Hoy
yo creo, si no me equivoco, que hay más mártires que en los primeros tiempos de
la Iglesia. Debemos acercarnos a estos casos con prudencia para ayudar, debemos
rezar tanto por estas Iglesias que sufren. También los obispos y la Santa Sede
trabajan para ayudar a los cristianos de estos países.
Pero
no es una cosa fácil. Te digo una cosa: en un país está prohibido rezar juntos.
Los cristianos quieren celebrar la Eucaristía. Hay un señor que trabaja como
obrero que es sacerdote. Hacen como que toman el té y celebran la misa. Esto
sucede hoy.
-¿Si
en un día muy lejano se siente sin las fuerzas suficientes, haría la misma
elección de su predecesor, renunciado al pontificado?
-Haré
lo que el Señor me diga que debo hacer: rezar y buscar la voluntad de Dios.
Creo que Benedicto XVI no es un caso único. Ha sucedido que no tenía las
fuerzas y honestamente, un hombre de fe tan humilde, ha tomado esta decisión.
Creo que él es una institución.
Hace
70 años no existían los obispos eméritos. Ahora hay muchos. ¿Qué pasará con los
Papas eméritos? Creo que debemos mirar como institución que él abrió una
puerta, la de los Papas eméritos. Si habrá más, lo sabe Dios. Pero esa puerta
está abierta. Creo que un obispo de Roma que siente que bajan sus fuerzas debe
hacerse las mismas preguntas que se hizo el Papa Benedicto.
-¿Queríamos
saber si se piensa seguir adelante con la causa de Pío XII o se quiere esperar
antes de tomar alguna decisión?
-La
causa de Pío XII está abierta. Me he informado y todavía no hay ningún milagro.
Hace falta un milagro para seguir adelante. Debemos esperar cómo va la realidad
de esa causa. La verdad es esa, no hay milagros. Hace falta al menos uno para
la beatificación.
Es
usted un líder político y espiritual, que abre muchas expectativas con
iniciativas como el encuentro con los líderes de Israel y Palestina. También en
la Iglesia hay muchas esperanzas de cambio, como ocurre con la situación de los
divorciados. ¿No le parece que está poniendo demasiada carne en el asador? ¿No
teme que haya abierto demasiados frentes y demasiadas expectativas?
-Este
encuentro en el Vaticano será un encuentro de oración. No será para hacer una
mediación o buscar una solución. Será oración y después vuelven a casa. Pero yo
creo que la oración es importante. Rezar juntos, sin entrar en discusiones...
Será un encuentro de oración. Habrá un rabino, un musulmán, y yo. He pedido al
Custodio de Tierra Santa organizar las cosas prácticas.
Le
agradezco la pregunta sobre los divorciados. El Sínodo será sobre la familia,
sus problemas, sobre la riqueza de la familia, la situación actual de la
familia. La presentación preliminar que hizo el Cardenal Kasper tenía cinco
capítulos. Cuatro sobre las cosas bonitas de la familia desde el aspecto
teológico, las problemáticas familiares, el problema pastoral de las
separaciones, la nulidad matrimonial, los divorciados y el problema de la
comunión... A mí no me ha gustado que tantas personas, incluso en la Iglesia,
sacerdotes, etc. hablasen de la comunión a los divorciados como si todo se
redujese a una casuística.
Sabemos
que hay una crisis de la familia. Los jóvenes no quieren casarse o no se casan,
conviven...Yo no querría que entrásemos en la casuística: lo que se puede hacer
o no se puede hacer... Por eso agradezco tanto esta pregunta, pues me da la
oportunidad de clarificar. El problema pastoral de la familia es muy, muy
amplio y no se debe deshojar caso a caso. Lo que el Papa Benedicto dijo tres
veces –una vez en Alto Adige, otra en Milán y otra en un consistorio– es que
hay que estudiar los procedimientos de nulidad matrimonial.
Estudiar
la fe con la que una persona va al matrimonio, y clarificar que los divorciados
no son extraños. Muchas veces se les trata como si lo fuesen. Estoy seguro de
que ha sido el Espíritu del Señor el que nos ha guiado a escoger este tema para
el Sínodo. La familia necesita mucha ayuda pastoral.
-¿Qué
obstáculos está encontrando en la reforma de la Curia romana?
-El
primer obstáculo soy yo... (risas). No recuerdo la fecha, pero un mes después
de mi elección, se nombró el consejo de los ocho cardenales, y está estudiando
todo el sistema del Vaticano. Uno de los puntos claves es el económico y por
esto tienen que trabajar de forma conjunta con la secretaría de Estado.
Ahora
en julio tenemos cuatro días de trabajo y en septiembre otra vez. Los resultados
todavía no se ven todos. Los obstáculos son los normales de cualquier proceso.
Limpiar el camino, el trabajo de persuasión... Hay personas que no lo ven
claro. Se está trabajando mucho con la persuasión.
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