Revista
Proceso
# 2038, 21 de noviembre de 2015
Mucho
más que abogados/Jesusa Cervantes
Ante
la posibilidad de ser detenidos como presuntos participantes en la fuga del
Chapo Guzmán Loera, dos de sus abogados solicitaron amparo de la justicia
federal.
Se
trata de Óscar Manuel Gómez Núñez y Andrés Granados Flores, parte del equipo de
siete litigantes que desde el 22 de febrero de 2014 –cuando el capo fue
detenido por segunda vez– presentaron recursos jurídicos para que no lo cambiaran
de celda ni de penal, además de que la autoridad no le confiscara sus bienes ni
lo extraditara a Estados Unidos.
El
11 de julio pasado, el líder del Cártel de Sinaloa se fugó del Centro Federal
de Readaptación Social Número 1, El Altiplano, ubicado en Almoloya de Juárez.
Tres meses después, el 21 de octubre de 2015, el coordinador de sus defensores,
Gómez Núñez, fue detenido como presunto organizador de la evasión.
Ante
ello, Granados Flores decidió protegerse. El 22 de octubre tramitó el “amparo indirecto”
1649/2015 ante el Juzgado Segundo de Distrito en Materia de Amparo y de Juicios
Federales en el Estado de México, con sede en Toluca. Alegó violaciones a los
artículos 14 y 16 de la Constitución.
El
Consejo de la Judicatura Federal refirió que Granados Flores pidió protección
para evitar la “orden de búsqueda y localización”. El 27 de octubre se le pidió
que ratificara la solicitud pero no acudió, por lo que el jueves 12 el juez
determinó “no tener por presentada la demanda”. El miércoles 17, el Consejo de
la Judicatura decidió subir a la red el documento correspondiente.
Granados
Flores fue detenido la semana siguiente a la fuga del Chapo, pero salió de
prisión al mismo tiempo que un grupo de custodios y encargados de monitorear la
celda vulnerada.
De
acuerdo con el gobierno federal, Granados Flores contribuyó a la fuga “buscando
los planos del penal de Almoloya a la vez que servía de mensajero con otros
miembros del Cártel de Sinaloa”.
Con
este abogado también fue aprehendido y liberado su hermano Javier Granados
Flores, quien trabaja al menos desde hacía 10 años en la Policía Federal,
aunque se desconoce si estaba asignado al penal de alta seguridad El Altiplano.
Javier
Granados fue sancionado de manera “pública” el 9 de diciembre de 2005 por
“negligencia administrativa”, como lo indica el expediente ER-342/2005 del
Reporte de Servidores Públicos Sancionados de la Secretaría de la Función
Pública.
Operadores
Granados
Flores y Gómez Núñez fueron designados defensores en el juicio de apelación en
contra del auto de formal prisión del 5 de marzo de 2014 dictado a Guzmán
Loera, según el expediente 182/2014 radicado en el Juzgado Sexto de Distrito en
Materia Penal Federal, con sede en Toluca.
El
21 de octubre, Gómez Núñez fue detenido al salir de un juzgado federal y
recluido en el mismo penal que su cliente bajo el cargo de orquestar la fuga de
su defendido.
De
acuerdo con las “fichas de información sobre los avances de la investigación”
que las autoridades federales entregaron a senadores, Gómez Núñez coordinó la
fuga y pagó a los cómplices, para lo cual mantuvo comunicación con el Cártel de
Jalisco Nueva Generación.
La
reportera Leticia Robles de la Rosa, de Excélsior, reveló el contenido de tales
fichas, en las que se hace el señalamiento contra el coordinador de la defensa
del Chapo: “El evadido mantuvo comunicación con él (Gómez Núñez) y con
operadores del Cártel de Jalisco Nueva Generación, con la finalidad de informar
la situación jurídica de los arraigados por la participación en la fuga de
Guzmán y para gestionar el pago de honorarios para todo el equipo legal”.
Más
adelante se refieren al litigante como el “operador y organizador de la evasión
de Joaquín Archivaldo Guzmán Loera” y quien “además de fungir como enlace con
operadores del Cártel del Pacífico, representaba al mismo tiempo la defensa”
del capo.
Se
informa también que Gómez Núñez egresó como licenciado en derecho por la
Universidad Autónoma de Sinaloa en 1991. Su cédula profesional es la 1611378.
La
ficha afirma que “su capacidad de operación le permitió proveer de
documentación apócrifa, como credenciales y actas de nacimiento, a las personas
que El Chapo pedía que ingresaran a visitarlo al penal, entre las que se
identifica a la diputada Lucero Guadalupe Sánchez López”.
En
otra se sostiene que “la participación de Gómez Núñez en la fuga fue tal que
gestionó la compra del terreno en donde se construyó el túnel por el que se
evadió El Chapo Guzmán, realizó el pago de gastos que originó la construcción
de una casa y la bodega que cubrían el túnel, con un costo de $400,000.00,
pagándole a los albañiles los días sábados. Él mismo ordenó la entrega del
predio una vez terminada la construcción”.
A
decir de Juan Pablo Badillo Soto, integrante del equipo jurídico de Guzmán
Loera y encargado de evitar su extradición en caso de que sea reaprehendido,
los siete defensores se comunicaban entre sí pero “ninguno intervenía en la
causa del otro”.
Explica:
“El compromiso era no intervenir unos con otros. Estábamos en contacto entre
nosotros pero en especial con uno de ellos: Gómez Núñez, quien agendaba los
encuentros con el señor, aunque a mí se me estaban negando las visitas. Incluso
no me agendó y antes de la evasión llevaba cuatro meses sin verlo”.
Como
parte de la defensa del Chapo, Badillo Soto ha promovido los juicios 1233/2014,
733/2015, 118/2015, 712/2015, 732/2015 y 967/2015 en diversos juzgados, tanto
en el Distrito Federal como en el Estado de México, y todos en curso.
Pero
recientemente promovió uno más, en favor de quien encabezó el equipo de
abogados del Chapo: Óscar Manuel Gómez Núñez.
Al
tramitar el amparo 1160/2015, Badillo Soto pidió la “suspensión de plano” en
favor de Gómez Núñez, “la cual se me concedió al momento y el objetivo era que
fuera presentado en total estado de salud ante un juez. La demanda fue ante la
inminencia del riesgo de ser torturado, desaparecido o privado de la vida o
incomunicado, y apelé al artículo 22 de la Constitución, que en su primer
párrafo prohíbe el tormento de cualquier especie (tortura)”.
Badillo
Soto consiguió dicha suspensión de plano el 23 de octubre, por lo que Gómez
Núñez fue presentado ante un juez.
En
entrevista, Badillo Soto aclara que no fue gente allegada a Guzmán Loera quien
le pidió defender al excoordinador de su defensa, “sino la familia (de Gómez
Núñez), que temía que algo le pasara”. Pero comenta que una vez atendida la
petición, dejará el caso.
Al
igual que el abogado Granados Flores, Badillo Soto tiene un familiar en el
gobierno federal. Cuestionado sobre su hijo, que trabaja en una de las
direcciones generales del Instituto Federal de Telecomunicaciones, afirma que
eso nada tiene que ver con su determinación de defender a Guzmán Loera.
Agrega
que sus familiares “incluso me han pedido que deje el caso, pero yo tengo el compromiso
ético de llegar al final”. Dice que es el único caso que lleva por el momento.
Pero
no es la primera vez que Badillo Soto trabaja para El Chapo. En 1993 lo
defendió durante seis años. “Eran otros tiempos, otras reglas, porque en
aquellos años lo veía el tiempo que requería, hasta dos veces por semana. Ahora
fue más difícil, pues dejé de tener contacto con él cuatro meses antes de su
evasión, y quien se encargaba del acceso o agendarlo a uno era justamente Gómez
Núñez, y a mí ya no me dejaba entrar a ver al señor”.
Asegura
que, a diferencia de otros defensores, él no se amparará porque no cometió
ningún delito. l
No hay comentarios.:
Publicar un comentario