Revista
Proceso
# 2038, 21 de noviembre de 2015-
Por
el prohibicionismo, la mariguana es el mejor negocio de los narcos/JOSÉ
GIL OLMOS
La
ONU y la OEA admiten que no hay cifras precisas sobre los negocios que genera
la producción, circulación y consumo de las drogas, pero calculan que las
ganancias por esa actividad representaban más del 1% del PIB mundial, calculado
en 320 mil millones de dólares anuales. Consultados al respecto, dos
especialistas adelantan que, tras los amparos concedidos por la Suprema Corte a
cuatro personas para el consumo de mariguana con fines lúdicos, el gobierno
debe aprovechar para discutir a fondo sobre las políticas prohibicionistas y
abordar el tema económico financiero.
Las
cifras sobre el negocio de las drogas en el mundo son difíciles de rastrear,
aun para los organismos internacionales.
La
Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus
siglas en inglés) señaló en 2003 que las ganancias por esa actividad
representaban más del 1% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial; es decir,
320 mil millones de dólares.
Una
década después, la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas
(CICAD), adscrita a la Organización de Estados Americanos, publicó su Informe
sobre el problema de las drogas en las Américas, según el cual el tráfico de
mariguana genera ganancias anuales por 30 mil millones de dólares en mundo. De
ese universo, los cárteles de México se embolsan cerca de 3 mil millones de
dólares sólo por el abastecimiento del mercado estadunidense.
El
director en seguridad del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco),
Alejandro Hope, valida esas cifras. Sostiene que la producción de mariguana es
una de las principales generadoras de ganancias para los grupos del crimen
organizado en México.
Y
añade otros datos duros: Los cárteles nacionales obtienen 2 mil 419 millones de
dólares por la venta de cocaína en Estados Unidos; 964 millones por la
introducción de heroína, y 637 millones por la de metanfetaminas.
La
mariguana sigue siendo la principal generadora de divisas para el crimen
organizado en México, principalmente para los cárteles de Sinaloa, de
Michoacán, Jalisco, Guerrero y otras células dedicadas a producirla,
comercializarla y transportarla a Estados Unidos, donde el mercado de consumo
es aproximadamente de 30 millones de personas, de acuerdo con estimaciones del
gobierno de ese país.
Jorge
Carlos Díaz Cuervo, quien en octubre pasado obtuvo el premio a la mejor tesis
en derecho y ciencias sociales Dr. Marcos Kaplan por su trabajo doctoral Las drogas en México en el siglo
XXI: Prohibición, resultados y alternativas, comenta que el fallo de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de otorgar un amparo a cuatro personas
para el consumo lúdico de la mariguana abre la puerta para que México revise
todos los aspectos del comercio ilegal de las drogas.
En
particular el financiero, dice, para llegar a la sesión que sobre las drogas se
realizará en la sede de la ONU en abril de 2016 con una posición de vanguardia
distinta a la prohibicionista. La legalización de la mariguana en México,
reitera, tendrá un impacto muy importante en las finanzas del crimen
organizado.
Su
colega Imer Benjamín Flores Mendoza, especialista en temas jurídicos, penales,
derechos humanos, discriminación, ciencia política y derechos fundamentales,
considera que el esquema prohibicionista está rebasado; es contraproducente,
apunta, pues sólo ha ocasionado pérdida de vidas, corrupción e inseguridad,
pero sobre todo que el negocio de las drogas siga siendo atractivo para las
bandas criminales mexicanas.
Las
ganancias
En
su informe, la CIDAC revela que los grandes ganadores del negocio internacional
de las drogas no son los cultivadores ni quienes las transportan –pues apenas
se llevan el 1% del total de ventas al por menor–, sino los traficantes en los
países de tránsito y quienes las comercializan en los países consumidores;
ellos obtienen entre 20 y 80% de los ingresos.
Después
del amparo concedido por la SCJN a cuatro personas para el consumo personal de
la mariguana, el gobierno de Enrique Peña Nieto y la Iglesia católica han
expresado sus temores, mientras que académicos y organizaciones sociales que
apoyan la liberación del consumo de la cannabis proponen un cambio en la estrategia
de guerra contra las drogas.
Hoy,
los principales temas a debatir son los relacionados con la salud, derechos
humanos, educación y justicia. Más adelante también habrá de incorporarse la
parte financiera y económica de las organizaciones criminales, las principales
beneficiarias de la producción y venta de drogas, en particular la mariguana.
Sin
duda, dice Flores Mendoza, “el tema financiero o económico es un gran negocio y
el esquema prohibicionista lo ha hecho el mejor negocio. La pregunta es cómo
reencauzarlo. Hay que preguntarnos cuánto dinero estamos gastando en la guerra
contra las drogas, cuánto en comprar armamento; hay que preguntarnos esto
porque al Estado mexicano le está costando mucho dinero la guerra contra las
drogas y no sé si necesariamente ese recurso esté destinado a prevención, las
adicciones y al tema educativo”.
Adscrito
al Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM, Flores Mendoza
insiste: si las drogas se legalizaran o comercializaran, tendría que tomarse en
cuenta necesariamente el tema de los impuestos y ver cómo encauzar el dinero.
“Esos
impuestos –dice–pueden dedicarse a los problemas de adicción. Con sus
impuestos, los consumidores de drogas pueden prevenir los efectos, tal como lo
hacemos con el tabaco y el alcohol. Con los impuestos que generan se hacen
estudios preventivos.”
Díaz
Cuervo advierte que aun cuando es difícil tener números sobre el tamaño del
mercado de las drogas, porque es clandestino, hay muchas cifras negras. La ONU,
por ejemplo, ha calculado que representa más del 1% del PIB mundial.
“Ante
esto –dice a Proceso– debemos preguntarnos con mayor seriedad de lo que hasta
ahora hemos hecho: ¿dónde está todo ese dinero?, ¿dónde circula? ¿Está en los
bancos e instituciones financieras? ¿Cuántos despachos de abogados, contadores
y financieros estarán involucrados en el blanqueo de este dinero no sólo en
México, sino en el mundo?”
Díaz
Cuervo, adscrito también al IIJ de la UNAM, presidió el Partido Socialdemócrata
de México hasta 2008, cuando perdió el registro. También fue diputado de la
Asamblea Legislativa del Distrito Federal, donde propuso iniciativas
importantes, como la de sociedades de convivencia, el aborto y la Ley de
Reasignación Sexual. Desde hace años es impulsor de la legalización de la
mariguana.
El
debate que viene
La
decisión de la Corte de otorgar el amparo a las cuatro personas para el consumo
de la mariguana con fines lúdicos, dice, evidenció que hay un conflicto, un
choque entre el llamado prohibicionismo, el andamiaje jurídico aplicado a
algunas drogas y el ejercicio de derechos humanos básicos.
Insiste
en que, además de los aspectos de adicción, educativos, penales y judiciales,
deberán abordarse los temas financiero y bancario; también sobre jugadores no
tan visibles que se han beneficiado del prohibicionismo, como la industria
armamentista, los cuerpos policiacos, agencias aduanales, instituciones
públicas de investigación y persecución del delito, y estructuras del Poder
Judicial dedicadas a perseguir a los criminales.
Otra
industria de la que se habla poco pero tiene un papel fundamental es la
farmacéutica. “No olvidemos que la amapola, la hoja de coca y la cannabis son
materia prima insustituible para la producción de analgésicos, ansiolíticos y
antidepresivos.
“Es
momento que se sepa que en la ONU existe una Junta Internacional de
Fiscalización de Estupefacientes que todos los años autoriza producciones
legales de amapola, hojas de coca y de cannabis de sólo nueve países para que
le vendan esta materia prima a las grandes farmacéuticas del mundo para que nos
puedan regresar estas sustancias ya occidentalizadas o procesadas en patentes y
marcas para curarnos el dolor o atendernos”.
Insiste
en este punto: “Por su puesto que la industria farmacéutica es una gran
beneficiaria de un mercado de materias primas absolutamente controlado y
solamente ellos pueden comprar legalmente, mientras que en el resto del mundo
cualquier otro uso que no sea el que está destinado a estas farmacéuticas se le
persigue a balazos, encarcelando a la gente”.
El
jurista dimensiona en términos económicos la importancia de avanzar en la
legalización del consumo de la mariguana a pesar de las resistencias
gubernamentales y eclesiales:
“En
cuanto a la mariguana, en el mercado mundial es la droga más consumida. Más o
menos 70% de las drogas ilegales que se consumen es mariguana. En México es de
mayor demanda. La mariguana representa 50% de las utilidades de los cárteles o
de las organizaciones que se dedican a su comercio.
“Entonces,
no es menor empezar por regular o modificar el esquema regulatorio de la
mariguana en términos de lo que representa en utilidades o ganancias para el
crimen organizado.”
Díaz
Cuervo indica que el marco normativo mexicano que establece la prohibición del
consumo de las drogas deviene de las convenciones internacionales de 1961, 1971
y 1988.
Pero
asevera que cuando se revisan los dos grandes objetivos que justifican que 188
países las hayan suscrito, ninguno de ellos se ha cumplido. El primero es que
los sicotrópicos y estupefacientes estén a disposición de todo el planeta para
la salud de las personas. El segundo establece la meta de erradicar su
producción y consumo.
“Si
se revisa objetivamente cómo van las convenciones en el cumplimiento de sus
objetivos, resulta que el primero está muy lejos de cumplirse. No parece que
estemos avanzando como planeta por el juego perverso que ejercen las
farmacéuticas sobre el mercado de las medicinas.
“El
80% de estas medicinas lo consume sólo el 20% de la población en Estados
Unidos, Canadá, Europa y los países desarrollados, mientras que cientos de
millones de personas en otros continentes no pueden atenderse un dolor. La
pregunta es si en México, India y China se puede regular el uso de estas
sustancias y aliviar padecimientos de personas que no pueden acceder a las medicinas
de marca.
“El
segundo objetivo tiene que ver con erradicar el uso que no sea médico
científico. Los cálculos más optimistas de los (especialistas) estadunidenses
dedicados al combate señalan que no se está reduciendo la oferta y la demanda
por estas drogas. Tampoco están funcionando para acabar con un mercado,
pegándola en la oferta casi de manera exclusiva.”
Según
Díaz Cuervo, al no cumplirse los dos objetivos de las convenciones
internacionales, se han generado conflictos sociales con altos costos de vida.
Es el caso particular de México, donde intentar aplicar lo que se firmó en la
ONU ha significado un baño de sangre.
“Para
mí –dice–, si queremos aprovechar este debate y avanzar, tenemos que partir de
un diagnóstico objetivo. Y si alguien tiene dudas sobre este diagnóstico de que
el prohibicionismo está funcionando, pues que lo diga. Pero creo que es difícil
que alguien pueda sostener que estamos avanzando hacia lo que propusieron esas
convenciones.”
Tiempos
de apertura
Por
eso, ante la próxima asamblea del Consejo General de la ONU sobre el tema de
las drogas, que el propio gobierno de México impulsó, sería absurdo que Peña
Nieto insista en la política prohibicionista.
La
decisión de la Corte le da al presidente una valiosa oportunidad de mostrar una
posición de vanguardia, como lo espera de México el resto del mundo por los
altos costos de vidas humanas que ha tenido en su guerra prohibicionista.
En
ese sentido, su colega Flores Mendoza sostiene que sería absurdo que el
gobierno mexicano llegara sin propuestas firmes a la ONU sólo por el coqueteo
que tiene con la derecha, con la Iglesia católica y con grupos económicos que
se han beneficiado de la guerra contra el narcotráfico. Se tiene que ver
también, dice, cuáles son los intereses económicos que existen y quiénes son
los que se ha beneficiado de esa guerra.
Concluye:
“No es una cuestión de que el Estado ha fallado en cómo perseguir el
narcotráfico con una política prohibicionista. Ese es el punto. Y cómo esa política no ha sido exitosa,
necesitamos pensar en otras políticas, discutir el tema”. l
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