27 dic 2015

La Liga Mexicana de Beisbol derrumba tres muros

La Liga Mexicana de Beisbol derrumba tres muros/BEATRIZ PEREYRA
Revista Proceso # 2043, 26 de diciembre de 2015..
La discriminación campeaba en la Liga Mexicana de Beisbol: había mexicanos de primera y de segunda, y aquellos que se iban a jugar a Estados Unidos “sin permiso” eran simplemente vetados a su regreso. Pero en su reciente reunión de invierno los dueños de los equipos decidieron que, en caso de dopaje, los naturalizados recibirán las mismas sanciones que los nacidos en suelo patrio, y aceptaron reabrir sus puertas a todos los beisbolistas que volvían de Grandes Ligas. Ahora sólo falta resolver algunos diferendos jurídicos y homologar la frecuencia de los exámenes antidóping entre extranjeros y nacionales.
Los 16 presidentes de equipos que integran la Liga Mexicana de Beisbol (LMB) determinaron poner fin a tres irregularidades: “descongelaron” a los peloteros que han firmado con equipos de Grandes Ligas como agentes libres, reconocieron que los jugadores que nacieron en el país y los naturalizados son igualmente mexicanos, y acordaron que los extranjeros que fallen en los controles antidopaje recibirán las mismas sanciones que los nacionales.
De esta manera, beisbolistas mexicanos como Amadeo Zazueta y Sebastián Valle podrán competir en la LMB a partir de la temporada 2016, mientras que los extranjeros que fueron expulsados de por vida tras dar positivo en pruebas antidóping, como el boricua J.C. Romero y los estadunidenses Jerry Owens y Reggie Abercrombie, también podrán integrarse a un equipo, siempre y cuando hayan cumplido un castigo de 50 partidos sin goce de sueldo.


La LMB anunció que nueve peloteros que en su momento firmaron con equipos de Grandes Ligas sin la intermediación de algún equipo de esta organización deportiva podrán jugar en la próxima liga veraniega.
Seis de esos nueve deportistas fueron sorteados y repartidos entre los 16 equipos: Édgar Osuna (que se va a Olmecas de Tabasco), Amadeo Zazueta (Acereros de Monclova), Ángel Francisco Rivera (Piratas de Campeche), Marco Antonio Camarena (Saraperos de Saltillo), José Santiago Chávez (Tigres de Quintana Roo) y Melchor Urquídez (Sultanes de Monterrey).
 Los otros tres fueron negociados directamente con los clubes a los cuales pertenecen: Rogelio Noris (Vaqueros Laguna), Sebastián Valle (Olmecas de Tabasco) y Óscar Alejandro Astorga (Sultanes de Monterrey).
 Fin a la congeladora
 De acuerdo con el reglamento de la LMB, los contratados por clubes de las Grandes Ligas deben firmar con el consentimiento de la organización mexicana, a la que deben entregar 75% del contrato.
 Cumplir esta condición permitía a los peloteros regresar al torneo veraniego cuando ya no tenían cabida en equipos de las mayores o sus sucursales en Ligas Menores, pues el club mediante el cual fueron negociados mantenía “los derechos de retorno”.
 Por el contrario, quienes por cualquier motivo signaban como agentes libres no podían ser contratados, porque una regla no escrita de los presidentes de los clubes de la LMB lo prohibía. Esta situación originó inconformidad entre los peloteros. El padre del ligamayorista Adrián González, David González, calificó esta práctica como abusiva.
 En septiembre de 2011, este semanario publicó que a pesar de que no existe ningún convenio por escrito entre las Grandes Ligas y la LMB, ésta obliga a los peloteros nacionales a firmar a través de uno de sus 16 clubes.
 El presidente de la LMB, Plinio Escalante, aclaró en aquel entonces que no era verdad que existiera un veto, sino que quienes sí firmaron a través de un equipo tienen prioridad para ser recontratados en México.
 “La LMB es una empresa, no una institución de beneficencia. Nos dedicamos a buscar jugadores, a invertir en ellos para desarrollarlos y que luego jueguen en nuestra liga. No es lo mismo tener una estructura de ligas como la nuestra –que forma peloteros y les da empleo durante cinco meses y, si se puede, negociar contratos en las Grandes Ligas–, que tener un campito (refiriéndose al proyecto de academias de David González) y querer vender jugadores” (Proceso 1818).
En esta situación de peloteros con menos oportunidades de jugar en la LMB se encontraba el infielder sinaloense Amadeo Zazueta, a quien en 2003 lo firmó el scout de los Astros de Houston Jorge Charolito Orta. Zazueta ignoraba los problemas que tendría por hacerlo en forma directa.
En 2007, cuando no encontró equipo en las Ligas Menores e intentó jugar en la LMB pidió ayuda a Escalante para acomodarse en alguna novena, pero no pudo hacerlo. “Según sé, no existe ninguna sanción (en mi contra), sólo que nadie requiere mis servicios. Es mentira… Por mi nivel de juego varios clubes podrían darme trabajo. No es un veto directo, pero te congelan” (Proceso 1818).
Desde 2005, Zazueta ha jugado en el invierno en la Liga Mexicana del Pacífico, con Guasave, Culiacán y Mexicali, demostrando un extraordinario nivel, por eso le resulta ilógico que en la LMB, donde hay el doble de equipos, nadie se interesara en él. El jugador dijo a esta reportera que era injusto tener que pagar 75% de su contrato a quien no invirtió “un centavo en mí y ni me conoce”.
Mexicanos de segunda
La segunda decisión que tomó la LMB durante el Winter Meeting (reunión invernal) que se desarrolló el martes 8 y el miércoles 9 en Nashville, Tennessee, fue que los deportistas mexicanos nacidos en el extranjero podrán ser contratados de manera libre –y ya no como marcaba el reglamento, que establecía: si un jugador no obtuvo su pasaporte mexicano a los seis años de edad (como máximo) debe ocupar una plaza de extranjero.
El artículo 13.1 del Reglamento de la LMB subrayaba: “Para que un jugador sea considerado como mexicano deberá haber nacido en México”.
Esta norma ocasionó que, entre septiembre de 2014 y febrero de 2015, dos mexicanos nacidos en el extranjero emprendieran acciones legales contra la LMB, organismo al que acusaron de discriminación y de violar la Constitución por no haberlos registrado, a pesar de que el club Rojos del Águila de Veracruz los contrató para la temporada 2015.
Jesús Norberto Estrada Rodríguez, nacido en El Paso, Texas, de madre mexicana, solicitó ante el Juzgado Primero de Distrito en Materia Administrativa del Distrito Federal un amparo “contra las acciones inconstitucionales” de la LMB, que no lo consideró “suficientemente mexicano”.
Por su parte, Carlos José Teller de León, quien nació en Nicaragua pero también es hijo de madre mexicana, promovió un recurso ante la Comisión de Apelación y Arbitraje del Deporte (CAAD) por los mismos actos “discriminatorios e inconstitucionales” (Proceso 1997).
El 25 de septiembre, dos días después de que Estrada interpusiera la denuncia, se realizó la Asamblea General Ordinaria y Extraordinaria de presidentes de los equipos integrados en la Asociación de Equipos Profesionales de Beisbol de la Liga Mexicana A.C., donde se discutió el asunto de la nacionalidad.
En esa sesión se modificó el mencionado artículo –pero sólo de palabra– y se acordó que los equipos enviaran al presidente de la LMB, antes del 10 de octubre, sus propuestas para reglamentar la acreditación de nacionalidad. Se consensuaría un método y se votaría en la asamblea de noviembre en Oaxaca.
El 8 de noviembre de 2014 se realizó esa asamblea, y se determinó que los peloteros mexicanos nacidos en el extranjero “deberán contar con pasaporte y entregarlo a más tardar el 16 de febrero 2015 junto con una carta en la que soliciten a la LMB permiso para (…) participar en un draft”.
Pero este método de selección “sigue siendo discriminatorio e inconstitucional, porque no hay ninguna razón válida para darle un trato diferenciado a los nacidos en territorio nacional de los nacidos en el extranjero”, explicó el abogado Jesús Moreno (Proceso 1997).
El renovado artículo 13 permitió situaciones como que el short stop Gil Velázquez haya jugado la temporada 2014 con Yucatán en calidad de extranjero, puesto que, aunque es hijo de padres mexicanos, nació en Los Ángeles. Pero en 2013 este pelotero ya había formado parte de la selección mexicana que disputó el Clásico Mundial de Beisbol.
Otro deportista nacido en Los Ángeles e hijo de mexicanos, Fernando Valenzuela Jr., gracias a un “permiso especial” de la LMB, siempre ha jugado como mexicano. Sin embargo, se le pidió que presentara la documentación necesaria para demostrar su nacionalidad. 
El escándalo del dopaje
 La tercera irregularidad que subsanó la LMB permitirá que tanto los beisbolistas mexicanos como los extranjeros enfrenten sanciones idénticas cuando fallen en los controles antidopaje.

Hasta antes del cambio, los jugadores extranjeros eran expulsados de por vida la primera vez que dieran positivo por una sustancia prohibida, mientras que los mexicanos que fallaban en el antidoping son suspendidos 50 partidos sin goce de sueldo la primera vez, 100 juegos la segunda y hasta la tercera el castigo es para siempre.

La Oficina del Comisionado de las Grandes Ligas sigue esta segunda política, y la aplica sin importar la nacionalidad del infractor.

Ahora la LMB anunció que los peloteros extranjeros que dieron positivo antes de 2016 podrán ser contratados vía waivers (disponibles), siempre y cuando ya hayan transcurrido 50 juegos de castigo.
Y “un jugador puede cumplir su castigo en la lista de reserva de un club (restringidos), el cual deberá jugar con un extranjero menos”.

Un día después de haber dado a conocer esta información se realizó el sorteo de jugadores extranjeros que dieron positivo y que ya cumplieron con su sanción de 50 juegos.

Ésta fue la selección de los equipos: Broncos de Reynosa: Ronnie Mustelier; Rojos del Águila de Veracruz: Alex Romero; Sultanes Monterrey: Wellington Dotel; Delfines del Carmen: Jerry Owens; Olmecas Tabasco: Wesley Bankston; Pericos de Puebla: J.C. Romero; Toros de Tijuana: Reggie Abercrombie, y Acereros de Monclova: Junior José Guerra.

Hay que destacar que en esta lista de jugadores extranjeros no aparece el venezolano Álex Cabrera, quien también fue suspendido de por vida en mayo de 2014 por haber dado positivo en el uso de estanozolol, un esteroide anabolizante, en el control que la LMB le realizó antes del inicio de la temporada en la que jugó para los Rojos del Águila de Veracruz.

En septiembre pasado, la CAAD revocó la suspensión de por vida contra Cabrera por considerarla ilegal y, además, estableció que se violó el derecho al debido proceso por la forma en que el beisbolista fue “notificado” del resultado en el antidóping.

“Para este Pleno (de la CAAD) no pasa inadvertido que la normatividad de la LMB es excluyente y un tanto discriminatoria, pues establece penas para los jugadores mexicanos y penas para los extranjeros. Adolece dicho reglamento del principio de proporcionalidad, dado que no existe una gradación o medición” (Proceso 2034).

El Reglamento de la LMB en su Apéndice C numeral 5 da cuenta de las sanciones a quienes fallen en los controles antidopaje: “A. Jugador que resulte positivo por el uso de sustancias prohibidas se someterá a lo siguiente: 1) Primera infracción: suspensión de 50 partidos. 2) Segunda infracción: 100 partidos de suspensión. 3) Tercera infracción: suspensión permanente de la LMB. (…) 6) El jugador extranjero que salga positivo en el control antidopaje no podrá jugar en ningún equipo de la LMB”.

Por ello, la CAAD resolvió que no existía causa suficiente para que Cabrera fuera suspendido de por vida.

Este caso –que comenzó el 20 de mayo de 2014, cuando Cabrera promovió un recurso de apelación en contra de los actos de la LMB y la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade)– aún no ha llegado a su fin, puesto que la Liga apeló la resolución de la CAAD alegando que en todo momento cumplió con las disposiciones avaladas por el Comité Nacional Antidopaje (CNA).

La defensa de Cabrera asienta que el 16 de abril la Conade notificó a la LMB el resultado de la muestra de orina en la que se encontró estanozolol y sus metabolitos, y que el 23 de abril, mediante un boletín de prensa, la Liga dio a conocer que cinco peloteros fallaron en el control antidopaje (uno de ellos fue Cabrera). El jugador, apuntan sus abogados, se enteró por internet y no mediante una notificación oficial.

A partir de la temporada 2014, la LMB estableció como obligatorio que a todos los peloteros extranjeros se les realicen controles antidopaje por lo menos una vez al año. A los peloteros mexicanos sólo se les aplican los controles si salen sorteados en las pruebas aleatorias.

Esta diferencia entre peloteros mexicanos y extranjeros no fue subsanada por la LMB.

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