LA
MANO DEL CHAPO EN 2016 Y 2018/Ricardo Alemán
El
Universal, 10 de enero de 2016..
Es
probable que para las elecciones del 5 de junio próximo, Joaquín El Chapo
Guzmán ya se encuentre en una cárcel de alta seguridad de Estados Unidos.
Sin
embargo, no es novedoso que su recaptura tendrá un impacto nada desdeñable en
la renovación de 12 gobiernos estatales —previstos para el 5 de junio—, ya que
junto con éxitos como la baja en el precio de las gasolinas, la reducción del
costo en la energía eléctrica, en telefonía y la reducción de la inflación a
los niveles más bajos en medio siglo, serán un paquete electoral harto vendible
para el electorado.
Todo
ello en medio del fracaso histórico del Partido de la Revolución Democrática
que, en no pocos gobiernos estatales, confirma que igual que la izquierda
radical —de Morena—, sabe gritar pero no sabe gobernar.
Y
si dudan del fracaso de la izquierda del PRD y de Morena, basta recordar que el
Partido Revolucionario Institucional recuperó el estado de Guerrero luego de
gobiernos fracasados y depredadores que entregaron la entidad y el poder al
crimen organizado, hasta llegar a escándalos como el de Iguala y la muerte de
los normalistas.
En
Morelos, el de Graco Ramírez ha resultado peor que los gobiernos panistas de
Sergio Estrada y Marco Adame y peor que el gobierno priísta de Jorge Carrillo
Olea, quien cayó por una crisis menor que aquella que hoy enfrenta el Morelos
de Graco Ramírez.
Por
eso —por el elevado nivel de descomposición de los gobiernos del PRD en
Michoacán, Guerrero y Morelos—, las dirigencias del PRD y Morena hacen todo por
culpar al gobierno federal de tragedias como la de Iguala y de Temixco. Con un
cinismo mayor culpan al gobierno federal —sea del PAN, sea del PRI—, de los
fracasados gobiernos en Guerrero, Michoacán y Morelos.
Y
por si fuera poco, también en junio próximo la izquierda amarilla será
derrotada en Oaxaca, en donde el PRD y Morena son responsables de llevar al
poder a Gabino Cué, el peor gobierno que ha tenido esa entidad. En Oaxaca se
vive la peor tragedia social en la historia mexicana, ya que millones de niños,
durante décadas, han sido obligados a vivir en la ignorancia y la miseria; se
les impide el acceso a la escuela. Y claro, de esos fracasos nadie dice nada.
En
2018, la mano de El Chapo. El domingo 18 de octubre de 2015, en el Itinerario
Político señalamos que además de haber exhibido las debilidades y corruptelas
del Estado todo y del gobierno de Peña Nieto, la fuga de El Chapo había
arrastrado una potencial y aventajada candidatura presidencial.
Dijimos:
“Para nadie es secreto que el principal golpe político por la fuga de El Chapo
lo recibió Miguel Ángel Osorio. Tampoco es nuevo que hasta antes del escape, el
titular de Gobernación era punteros en la carrera presidencial”.
Y
agregamos: “Lo cierto es que Osorio sigue en el cargo por razones que en
política son fundamentales; por la confianza del presidente y porque luego de
la fuga Osorio se comprometió —en tanto cabeza del Gabinete de Seguridad— a que
llevaría al Chapo de vuelta a prisión. Hoy se sabe que el gobierno federal pisa
los talones a El Chapo y que el jefe criminal podría caer en cualquier
momento”.
Y,
como todos saben, el momento llegó el viernes 8 de enero. La Marina Armada y la
Policía Federal capturaron a El Chapo en la ciudad de Mochis, en Sinaloa, luego
de un operativo de cinco meses que estuvo coordinado por el propio secretario
de Gobernación.
Hoy
se sabe que Osorio se jugó una carta de vida o muerte. Es decir, apostó todo su
capital político a la captura de El Chapo. Y la jugada resultó redonda para el
gobierno federal.
Pero
también es cierto que la recaptura de El Chapo no borra ni la gravedad ni el
tamaño de las fallas que hicieron posible la fuga. Dicho de otro modo, que
mientras no se revierta el sistema de corrupción en todo el sistema
penitenciario nada impedirá que los pocos criminales que llegan a prisión —en
un sistema judicial también corrupto— compren su escape.
Lo
más significativo es que con la recaptura de El Chapo, también regresan los
bonos favorables para la precandidatura presidencial de Miguel Osorio, el
titular de Gobernación que —en los hechos— había recuperado posiciones en todas
las encuestas.
Sin
embargo, ya con El Chapo en prisión, se abre otro flanco peligroso para otro de
los potenciales presidenciales. Resulta que en 2016 el gobierno mexicano será
evaluado en su sistema financiero para detectar y sancionar el lavado de
dinero; sistema que depende de la Secretaría de Hacienda. Y dicen los que saben
que la evaluación será reprobatoria.
¿Y
eso qué tiene que ver con El Chapo?
Casi
nada, que mientras buena parte del gobierno federal destinó recursos
extraordinarios en la captura de El Chapo —lo cual al final de cuentas dio
resultados positivos—, la SHCP de Luis Videgaray no ha hecho nada para
debilitar la estructura financiera de El Chapo. Y es que mientras la industria
criminal siga boyante en sus finanzas, de poco servirá que los jefes de las
bandas sean detenidos.
¿Alguien
sabe cuántas casas, cuentas, aviones, autos, relojes… ha incautado el gobierno
mexicano a El Chapo? ¿Alguien sabe dónde están los miles de millones de pesos
de la fortuna de El Chapo, que es considerado como uno de los más acaudalados
del mundo?
Lo
cierto es que, guste o no a los políticos, El Chapo también juega en las
elecciones presidenciales y en las estatales.
El
día después. ¿Qué pasará con El Chapo?
Ya
es público que el gobierno federal inició de manera formal el proceso de
extradición a Estados Unidos de Joaquín Loera, en donde harán todo lo posible
por arrebatarle su fortuna, como parte del proceso al que será sometido. Sin
embargo, son muchas las preguntas que aún quedan sin respuesta.
¿Qué
va a pasar con las bandas criminales que son desprendimiento del cártel de El
Chapo? ¿Quién impedirá que sigan existiendo narcoelecciones, como las que se
producen en los estados de Colima y Tamaulipas, por citar sólo dos casos de
muchos? ¿Cuál es el avance en el combate a la corrupción al interior de los
penales? ¿Cómo se consolidará a las policías municipales, estatales y a la
federal para identificar y enfrentar al resto de los delincuentes que siguen en
las calles?
¿Cómo
se garantizará la integridad, la seguridad y la vida de todos los ciudadanos de
a pie que podrían resultar afectados por el reacomodo en las estructuras
criminales, luego de la captura de El Chapo? ¿Cambiará, a partir de ahora, la
cooperación con las agencias extranjeras?
En
efecto, es aplaudible la captura de Joaquín Guzmán Loera. Sin embargo, es
apenas el primer paso de un trabajo titánico del Estado mexicano.
Al
tiempo.
twitter:
@ricardoalemanmx
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