23 jun 2013

García Luna preguntó cómo quería morir'


García Luna preguntó cómo quería morir'
Araceli Rodríguez Nava sigue buscando a su hijo, un policía federal desaparecido en 2009 durante una comisión en Michoacán
Martha Martínez
Enfoque de Reforma (23 junio 2013).- El 23 de junio de 2011, Araceli Rodríguez Nava, madre de Luis Ángel León, un policía federal que desapareció en el estado de Michoacán, llegó a la reunión entre el entonces presidente Felipe Calderón y el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad con dos solicitudes: la localización de su hijo y sus siete acompañantes, y una reunión con el entonces titular de la Secretaría de Seguridad Pública, Genaro García Luna.
En respuesta, el ex mandatario se comprometió a atender personalmente su caso y ordenó a García Luna programar la reunión que desde un año antes le había negado.
Dos años después, Araceli asegura que el compromiso del ex Presidente no sirvió de nada; tampoco la reunión con el entonces titular de la SSP.

"El ex Presidente, es verdad, se comprometió no sólo con mi caso, sino con más casos, a personalmente ver en qué situación estaban. Puedo decir que sí hubo de pronto iniciativa, más que del Presidente, de su esposa, Margarita Zavala, pero aunque en mi caso se han detenido más personas, sigo sin saber dónde está mi hijo", indica.
 Madre de Luis Ángel León, un policía federal que desapareció en 2009 junto con seis compañeros y un civil cuando se dirigían al municipio de Aporo, Michoacán, a cumplir con una comisión, señala que después del encuentro con las víctimas de la guerra contra el narcotráfico, Calderón no volvió a recibirla.
 Las reuniones que tuvo en Los Pinos, indica, fueron con la ex primera dama, quien le gestionó una escolta, pues la SSP, institución a la que estaba adscrito su hijo, se negó a proporcionarle una a pesar de que desde 2009 ha recibido amenazas de muerte.
 "La primera escolta que tuve fue por Margarita Zavala, ni siquiera por la institución (la SSP), porque me decían que si quisieran matarme, ya me hubieran matado", señala.
 La reunión con García Luna se llevó a cabo dos días después del diálogo en el Castillo de Chapultepec, pero resultó infructuosa.
 "Sí me recibió... él para todo nos contestaba que no buscáramos culpables, y termina diciéndome que reflexionara, que era muy bonito pensar en morir, que hiciera un análisis de mi vida desde que tenía uso de razón y que pensara 10 minutos cómo me gustaría morir. No sé si fue una amenaza, pero finalmente me preguntó cómo me gustaría morir", relata.
 A partir de mayo pasado, Araceli ha sostenido diversas reuniones con funcionarios de la actual administración, entre ellos Rodrigo Archundia, titular de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada de la PGR.
 Dichas reuniones, reconoce, comenzaron a darse luego de que denunciara ante los medios de comunicación que, a pesar de que su hijo estaba desaparecido desde 2009, fue citado por el Órgano Interno de Control de la SSP para que informara las razones por las que no había realizado su declaración patrimonial.
 "Me empiezan a llamar y a recibir porque me llegó un citatorio para que Luis Ángel se presentara a comparecer el 15 de mayo de 2013 a las 11:00 de la mañana, porque presentaba irregularidades al no haber presentado su declaración patrimonial 2010.
 "Esto lo comenté esperando que alguien me dijera que fue un error, pero nadie dijo nada, entonces el 15 de mayo me presenté a las 11:00 de la mañana a comparecer con mi hijo en su foto. Yo se los dije: 'aquí está el elemento Luis Ángel León Rodríguez, viene desarmado, el uniforme no se lo puedo quitar, y viene asistido por un abogado, su abogado soy yo, y soy su madre'", detalla.
 Advierte que ella y los familiares de los policías federales y el civil desaparecidos junto con su hijo Luis Ángel, han recibido amenazas de muerte. La última amenaza que tienen registrada, agrega, ocurrió en los primeros meses de la nueva administración.
 "Yo he estado amenazada desde el 15 de diciembre de 2009, mi hijo desaparece el 16 de noviembre de 2009 y yo empiezo su búsqueda seis días después porque la Policía Federal ni siquiera sabía que tenía seis elementos desaparecidos. La primera amenaza la dejaron en el patio de mi casa el 15 de diciembre y de ahí vinieron algunas otras; la última que recibió uno de los familiares de los federales fue el 21 de febrero pasado", indica.
 Sobre las acciones que la nueva administración ha llevado a cabo para atender a los familiares de las víctimas y avanzar en las indagatorias, Araceli indica: "mi opinión es reservada hasta que comiencen a trabajar como deben".

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