No
se conmueven con el dolor'
María
Herrera Magdaleno salió de los diálogos reconfortada; creyó que Calderón iba a
cumplir su palabra. Hoy sigue buscando a sus cuatro hijos
Martha
Martínez
Enfoque de Reforma (23 junio 2013).- Cuando María
Herrera Magdaleno salió del Castillo de Chapultepec, luego de reunirse con el
ex presidente Felipe Calderón, se sintió reconfortada, pues pensó que la
promesa del entonces mandatario de atender personalmente su caso movilizaría a
las autoridades para encontrar a sus cuatro hijos desaparecidos. Dos años
después, continúa buscándolos.
Oriunda
del estado de Michoacán, el estado natal del ex Presidente, indica que el
próximo 28 de agosto se cumplirán cinco años desde que Jesús y Raúl, dos de sus
seis hijos, desaparecieran en el municipio de Atoyac de Álvarez, Guerrero,
mientras comerciaban oro.
Un
mes después, el 22 de septiembre, se cumplirán tres años desde que sus otros
dos hijos, Gustavo y Luis Armando, desaparecieran en el estado de Veracruz
haciendo lo que las autoridades se negaron: buscar a sus hermanos. Cuando sus
otros dos hijos desaparecieron, iban acompañados de otros familiares.
"Voy
a cumplir cinco años de la búsqueda de mis primeros dos hijos con cinco
compañeros, ellos desaparecieron en Atoyac de Álvarez, Guerrero, y hasta la
fecha no tenemos nada. Como si esto fuera poco, tengo otros dos de mis hijos
desaparecidos, además de un sobrino y el esposo de mi nieta", sostiene.
Recuerda
que durante los Diálogos por la Paz, Calderón le aseguró que su caso le dolía
mucho. De hecho, cuando se lo contó, el entonces Presidente se levantó de su
silla y caminó hacia ella para abrazarla, recoger su expediente contenido en un
folder color rosa y ofrecerle atención y consuelo. No obstante, lamenta que ese
dolor que Calderón dijo sentir no se tradujera en acciones concretas para
buscar a sus hijos o los de las otras madres que durante el encuentro le
expusieron sus casos.
"Nuestros
desaparecidos, que fueron una prioridad en el momento en que nos presentamos
ante el anterior gobierno, dejaron de serlo. De todos los casos que se
presentaron del Movimiento (por la Paz con Justicia y Dignidad) ninguno ha sido
resuelto", asegura.
María
indica que tras el encuentro con el ex Presidente, volvió a enfrentarse a la
realidad que todos los días viven los familiares de las víctimas: funcionarios
públicos que se niegan a recibirlos, que no les dan información de las
indagatorias o que no les toman las llamadas.
"Llevo
cinco años yendo de una dependencia a otra, llevo cinco años escuchando a
funcionarios decirme que no me pueden ayudar, que vaya a otro lugar,
funcionarios que no contestan el teléfono, que no se dignan a recibirnos, que
no se conmueven con nuestro dolor", sostiene.
Con
la llegada de la nueva administración, indica, lo único que ha cambiado es el
trato, pues los funcionarios siguen canalizando a los familiares de las
víctimas de una dependencia a otra, las instituciones a las que los mandan son
nuevas y aún no funcionan en su totalidad y, al igual que en el pasado,
desconocen si sus expedientes registran avances.
"Estuvimos
con él (Enrique Peña Nieto) el 9 de enero, que fue el día que aceptó firmar la
Ley de Víctimas, pero a partir de ahí, él descargó su responsabilidad en el
secretario (de Gobernación) Miguel Ángel Osorio Chong; el secretario, a su vez,
descargó su responsabilidad en los hombros de la señora Lía Limón
(subsecretaria de Asuntos Jurídicos y Derechos Humanos de la Segob), ella me
contactó con su secretaria y así hemos ido en cascada, pero sin
respuestas", indica.
Sobre
la nueva Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas, dependiente de la
Subprocuraduría de Derechos Humanos de la PGR, dice desconocer cómo está
trabajando.
"Ya
va casi un mes de que se inauguró y hasta la fecha no hay nada, todavía no la
ponen en marcha o no sé de qué manera estén trabajando", indica.
María
advierte que aunque el trato de los funcionarios públicos es más digno en esta
administración que en la anterior, éste no sustituye la falta de avances en las
indagatorias.
"La
semana pasada estuvimos por ahí (en la Unidad de Búsqueda de Personas
Desaparecidas) acompañando el caso de unas compañeras, muy buenas atenciones,
pero ya estamos hartos de buenas atenciones, queremos acciones, queremos que el
gobierno nos dé una respuesta, porque tenemos derecho a saber dónde están si es
que están vivos, y si les quitaron la vida, tenemos derecho a saber y a que también
los busquen", insiste.
Señala
que mientras las autoridades federales no busquen a los desaparecidos como si
fueran sus propios hijos, la búsqueda seguirá sin avances.
"Es
mi mensaje para el Presidente: que haga por nosotros lo que harían por cualquiera
de sus hijos, por cualquiera de las personas que quieren y que tienen a su
alrededor, porque mientras no lo tomen así, y no lo hagan de esa forma,
seguiremos en el mismo hoyo", añade.
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