Todo es por el dinero...
El
PAN en su ignominia/JENARO VILLAMIL
Revista
Proceso
# 1912, 23 de junio de 2013.
Con
la innegable presencia de Felipe Calderón a través de sus incondicionales en la
fracción parlamentaria del PAN en el Senado, este partido se ve inmerso en una
pugna por el dinero que le corresponde como grupo legislativo y por el poder
que le puede significar la cercanía a los proyectos del actual presidente de la
República, que es miembro… del PRI. Panistas del grupo cercano al presidente
del partido, Gustavo Madero, y aquellos encabezados por el excoordinador de la
bancada senatorial, Ernesto Cordero, se enfrascan en una pugna lodera donde lo
que menos importa es la fidelidad a los principios del partido fundado por
Manuel Gómez Morín.
A
mediados de abril, Ernesto Cordero, aún
coordinador de la bancada del PAN en el Senado y presidente de la Mesa
Directiva, se reunió en privado con Luis Videgaray, secretario de Hacienda del
gobierno federal y contemporáneo suyo en el Instituto Tecnológico Autónomo de
México (ITAM).
El
propósito de Cordero era pedir al gobierno de Enrique Peña Nieto a través de
Videgaray que definiera a quiénes quería como interlocutores en el Pacto Por
México: al grupo de Gustavo Madero–a quien le quedaban “sólo unos cuantos
meses” como presidente del PAN– o a los senadores que él encabeza en el Senado,
a quienes, dijo, “nos quedan cinco años” en ese cuerpo colegiado.
Desde
entonces quedó claro que la disputa entre corderistas y maderistas en el
Senado, donde el PAN tiene 38 curules, no era por el contenido y el método de
las reformas aprobadas en el Pacto por México, sino por la interlocución
política con el gobierno priista.
Tanto,
que ante observadores internos y externos del PAN el mismo Cordero se proclamó
este jueves 20 aliado de Peña Nieto en favor de la reforma constitucional para
abrir Pemex a la inversión privada. Al día siguiente se modificaron los
estatutos de la bancada panista para quitarle el control administrativo y
político a su sucesor, Jorge Luis Preciado.
Cordero,
en el papel de coordinador de facto, pasó por alto la propia regla del estatuto
reformado, según el cual coordinador de la bancada sólo podía hacer y declarar
políticamente acatando la decisión de la mayoría de los 38 legisladores.
En
rueda de prensa, sentenció: “Le quiero mandar un mensaje al presidente Peña
Nieto sobre el tema energético (para) que no se desanime; puede modificar la
Constitución y hacer una reforma de a de veras en el sector energético.
“…Los
legisladores del Partido Acción Nacional estamos dispuestos a resolver de fondo
el asunto; queremos una reforma que verdaderamente genere empleos e inversión
en México; que nos dé insumos energéticos a precios competitivos a todos los
mexicanos y sea verdaderamente una palanca de desarrollo… Entendemos que para
eso hay que hacer una reforma a fondo que necesariamente pasa por modificar la
Constitución”.
Cordero
también negoció con Videgaray, en abril, la aprobación de la reforma
constitucional para regular la deuda de los estados y municipios en el Senado,
como cámara de origen, a pesar de la polémica con los diputados federales.
El
líder de la bancada priista, Manlio Fabio Beltrones, y otros coordinadores
reprocharon a Cordero por invadir, le dijeron, las facultades constitucionales
de la Cámara de Diputados. Pese a ello, la reforma fue aprobada el 18 de abril
con 100 votos a favor, ocho en contra y cuatro abstenciones.
El
senador perredista Mario Delgado, quien votó en contra, advirtió en tribuna que
los cambios constituían un nuevo “Fobaproa de las deudas” porque “regula
endeudamientos que han estado escondidos” desde la época en que el propio
Cordero era el titular de Hacienda en el gobierno de Calderón.
Para
el senador Javier Corral, uno de los adversarios del grupo corderista, la
disputa que se ha ventilado públicamente en las últimas semanas constituye un
pleito “cínico” por el manejo del fondo de 210 millones de pesos que distribuye
discrecionalmente el coordinador de la bancada, pero también por el poder y la
interlocución política del llamado “calderonismo residual”.
“El
calderonismo residual representa este tipo de PAN que ya no queremos: el que
protesta contra el Pacto por México, porque los únicos pactos que valen son los
que ellos realizan; porque las únicas negociaciones oscuras son las que ellos
encabezan; porque la única opacidad que defienden es cuando ellos están al
mando. Sí, ese PAN que nos hundió como gobierno y ahora quiere dividirnos como
bancada y como partido”, escribió Corral en su blog Rotafolio.
Cercanía
con Calderón
La
fractura al interior del PAN quedó marcada desde la definición de la lista de
candidatos plurinominales al Senado en 2012. Los más importantes colaboradores
del gabinete de Felipe Calderón garantizaron una posición privilegiada para
acceder a la cámara alta, empezando por el propio Cordero, quien perdió la
contienda interna frente a Josefina Vázquez Mota.
Cordero
llegó al Senado con el mismo sello que ha marcado su vida política: su cercanía
con Calderón, a quien conoció en el ITAM. Ambos fueron alumnos de Georgina
Kessel, a la postre secretaria de Energía calderonista. En 2000, Cordero fue
presidente de la Fundación Miguel Estrada Iturbide, un organismo de asesoría
política del PAN, a propuesta de Calderón; jefe de asesores, subsecretario,
secretario y supersecretario de Hacienda durante el sexenio de Calderón, y
finalmente un frustrado candidato a la Presidencia de la República.
El
primer círculo calderonista recuerda que Cordero se convirtió en el colaborador
más importante y de mayor confianza de Calderón, a raíz de la muerte de Juan Francisco
Mouriño, en el avionazo de 2008.
En
enero de 2008 Calderón lo nombró titular de la Secretaría de Desarrollo Social
y menos de medio año después, en 2009, lo designó titular de Hacienda en
sustitución de Agustín Carstens.
El
equipo de Cordero comenzó a fortalecerse al interior del calderonismo. Él
impulsó a José Antonio Meade para que llegara a la Secretaría de Energía; a
Dionisio Pérez Jácome como titular de la Secretaría de Comunicaciones y
Transportes; a Alejandra Sota, al frente de Comunicación Social de la
Presidencia.
Ella
fue la principal aliada de Cordero frente a los medios de comunicación. Antonio
Vivanco, otro de sus protegidos, quedó al frente de la Comisión Federal de
Electricidad. Como titular de Hacienda, Cordero participó en el Consejo de
Administración de Pemex. Luego perdió la contienda interna por la candidatura a
la Presidencia frente a Josefina Vázquez Mota, Ese proceso demostró los niveles
de rudeza a los que puede llegar Cordero en pleitos por el poder.
Desconocido
por más de la quinta parte de la población –según la encuesta Mitofsky–,
Cordero se hizo famoso por una desafortunada argumentación que quería presumir
el avance de la clase media en el calderonismo
Así
lo hizo el 20 de febrero de 2012: “Hay familias mexicanas que con ingresos de 6
mil pesos al mes tienen crédito para una vivienda, tienen crédito para un
coche, se dan tiempo de mandar a sus hijos a una escuela privada, y están
pagando colegiaturas”, dijo.
Reparto
en el Senado
El
PAN pasó de primera a tercera fuerza política a nivel presidencial, pero en el
Senado se mantuvo como una débil segunda fuerza con 38 curules, de los cuales
poco más de 10 provenían del entorno calderonista: el propio Cordero, Roberto
Gil Zuarth, Luisa María Calderón, Mariana Gómez del Campo, Gabriela Cuevas,
Maki Esther Domínguez, Jorge Luis Lavalle, Francisco Domínguez y Javier Lozano,
este último como senador de primera minoría por Puebla.
El
13 de agosto de 2012, Gustavo Madero designó a Cordero coordinador de la
bancada del PAN. En el reparto de las 61 comisiones ordinarias, 18 le
correspondieron al partido; de las cuales 13 se las repartieron los
calderonistas-corderistas.
Gil
Zuarth quedó al frente de la Comisión de Justicia; Javier Lozano, preside la de
Comunicaciones; Jorge Luis Lavalle la de Administración, una de las más
poderosas; Gabriela Cuevas, en la de Relaciones Exteriores; Mariana Gómez del
Campo, la de Relaciones Exteriores de América Latina y El Caribe; Laura
Angélica Rojas Hernández, la de Relaciones Exteriores con Organismos
Internacionales, y el veracruzano Fernando Yunes Márquez, la de Defensa
Nacional.
Al
margen de la presidencia de comisiones quedaron varios legisladores que no son
del entorno calderonista, sobre todo Javier Corral. Incluso, el 12 de
septiembre los senadores Manuel Bartlett, del PT, y del PRD criticaron la
exclusión de Corral como presidente de alguna de las comisiones relacionadas
con telecomunicaciones, radio y televisión, a pesar de su experiencia en el
tema.
La
coordinación de los 38 senadores panistas, así como la presidencia de la Mesa
Directiva del Senado –en la que estará hasta agosto próximo– no sólo permiten a
Cordero el acceso a un fondo de más de 200 millones de pesos, más los recursos
extraordinarios, no auditables, que manejan las comisiones más importantes.
El
24 de agosto de 2012, recién integrada la bancada, Corral envió a su
correligionario Cordero una carta para establecer el principio de “máxima
publicidad” que permitiera el “desglose de la totalidad de los recursos que
recibe el grupo parlamentario de parte de la hacienda pública y la forma
pormenorizada como la ejerce”.
Corral
le recordó a Cordero que una de las principales quejas de grupos y personas
“fue la de los altos salarios que recibimos los servidores públicos, pero sobre
todo detecté una molestia por los apoyos adicionales y demás prestaciones que
no se trasparentan.
“Además
de responder a ese llamado- expuso Corral–, considero estimado coordinador, que
abrir la información evita también los manejos discrecionales en la asignación
de apoyos y recursos entre senadores de un mismo grupo parlamentario, que tanto
daña a la unidad y buen marcha del trabajo legislativo”.
La
propuesta de “máxima publicidad” al manejo de los recursos no fue admitida por
Cordero y el bloque de senadores calderonistas. Nueve meses después, en plena
disputa por el relevo de Cordero al frente de la coordinación, el tema de los
depósitos directos de 350 mil a 400 mil pesos a cada uno de los senadores (16.3
millones de pesos en total), en una sola exhibición, se convirtió en un
elemento más de la fractura interna.
“Tuits”
y gritos
Cuando
el presidente nacional del PAN, Gustavo Madero, se enteró del encuentro entre
Cordero y Videgaray, decidió remover de la coordinación a Cordero, según confirmaron
a Proceso varios senadores panistas que
exigieron el anonimato. Madero hizo público el anuncio el 17 de mayo.
El
pretexto fue la presunta desobediencia de Cordero a los lineamientos de la
dirigencia nacional panista sobre la reforma política y electoral. Tres días
antes, Cordero apoyó la propuesta de 30 puntos presentada con su homólogo del
PRD, Miguel Barbosa Huerta.
El
asunto no era sólo desobediencia, sino una lucha frontal de grupos. El 18 de
mayo, desde su refugio en Estados Unidos, el expresidente Felipe Calderón lanzó
un tuit con una clara dedicatoria a Madero y contra su decisión de remover a su
antiguo colaborador desde el gobierno de Vicente Fox.
El
ataque contra Madero y los políticos que no formaran parte del grupo corderista
se agudizó desde el flanco calderonista; el más virulento fue Juan Ignacio
Zavala, cuñado del exmandatario. (ver recuadro).
El
17 de mayo, los senadores corderistas: Gil Zuarth, Lozano, Rosa Adriana Díaz,
Francisco Domínguez, Yunes Márquez, Gómez del Campo, Martha Elena García, Pilar
Ortega y Lavalle lanzaron una “cargada tuitera” para apoyar a través de la red
social a su líder.
“La
gran mayoría de los senadores del PAN estamos con nuestro coordinador Ernesto
Cordero, pues los resultados de su liderazgo están a la vista”, escribió
Lozano.
Gil
Zuarth, brazo derecho de Cordero y vocero de facto del bloque corderista en el
Senado, afirmó que gracias al exsecretario de Desarrollo Social “hemos
demostrado eficacia. Aprobamos reformas, ganamos los debates. No hemos regateado
nada a México”.
Gómez
del Campo, sobrina de Margarita Zavala y Felipe Calderón, expresó su respaldo
al liderazgo de Cordero: “Concentrémonos para seguir trabajando por los
ciudadanos”, escribió.
Luisa
María Calderón, hermana del expresidente, fue más allá: “Hoy parece que
disentir ha de sancionarse. Mal: la democracia necesita oposición deliberante.
“Ernesto
Cordero es excelente dialogador de los valores y prioridades del PAN, sobre la
mesa, sin engaños, y ganando debates, limpio y abierto”.
La
remoción y la judicialización
Frente
a la presión de los calderonistas-corderistas, Gustavo Madero decidió nombrar a
Jorge Luis Preciado –de escasa trayectoria nacional pero leal a él–, como
coordinador de los senadores panistas; lo hizo de manera atropellada.
Los 22 legisladores corderistas lo desconocieron.
Y comenzaron a preparar una reforma al reglamento interno de la fracción para
quitarle el control administrativo y político a Preciado; evitaron que
removiera a los presidentes de comisiones o tuviera acceso a los millonarios
recursos de la bancada.
El
jueves 13, Corral demandó una auditoría a la coordinación de Cordero porque,
dijo, “durante esta gestión se han manejado recursos de manera indebida,
incluso podría catalogar como desviación de recursos públicos a los allegados
al expresidente Felipe Calderón”.
El
escándalo sobre el manejo irregular de millones de pesos de la bancada se
desató cuatro días después, el lunes 17, en los medios de comunicación. Se
confirmó que Cordero creó “asignaciones especiales trimestrales” (entre 350 mil
y 430 mil pesos) que entregó a algunos miembros de la bancada.
Cinco
legisladores corderistas acumularon préstamos por 940 mil pesos: 300 mil para
Roberto Gil Zuath –que fueron un “préstamo personal” a Juan Ignacio Zavala– y
160 mil para cada uno de los cuatro legisladores que, con esos recursos,
pagaron una “asesoría extranjera” para exigir la recuperación del dinero que
los hermanos Moreira depositaron en Estados Unidos. Entre ellos estaba Luis
Fernando Salazar, cuya hermana trabaja en el despacho de asesores.
En
medio de esta polémica, Preciado quedó embarcado. Jorge Luis Lavalle,
exvicecoordinador administrativo con Cordero, lo acusó de haber autorizado
asignaciones por 430 mil pesos entre el viernes 7 y el lunes10 por “gestión
legislativa”.
Preciado
se defendió echándole la culpa a Cordero. El miércoles 19 lo acusó de haber
autorizado el lunes 10 un “depósito anticipado” por 16.3 millones de pesos para
los 38 senadores panistas. “Yo no autoricé y no tengo nada qué ver con ese
dinero”, respondió Cordero.
Ese
mismo día, 23 de los 38 senadores del PAN se reunieron, al margen de la
dirección nacional del partido, para hacer 17 reformas a los estatutos de la
bancada para quitarle el control financiero, político y operativo a Preciado.
“Técnicamente
se trata de un golpe faccioso a la institucionalidad partidaria y al nuevo
coordinador nombrado por Gustavo Madero”, dijo Corral, el senador más
confrontado con el bloque corderista; afirmó que ninguna de las reformas
aprobadas obliga a una mayor transparencia y rendición de cuentas en el manejo
de los fondos.
Y
se “judicializó el conflicto. El jueves 20, al día siguiente del “golpe
técnico” contra Preciado, agentes judiciales del Distrito Federal impidieron el
acceso a las oficinas panistas en la Torre Azul de avenida Reforma, al senador Francisco Domínguez, designado por
los corderistas como administrador de
los recursos.
Mientras
los corderistas tomaron el control estatutario y político de la bancada, los
maderistas tomaron el control judicial de las instalaciones y pusieron en un
“limbo jurídico” el destino de los recursos, según el senador Gil Zuarth.
El
viernes 21 comentó que el CEN del PAN no tiene facultades para desconocer la
reunión de los 23 senadores y que, en todo caso, su disputa no es con la
bancada sino con Senado, ya que Cordero es aún el presidente de la Mesa
Directiva de la cámara alta.
En
un salto de interpretación jurídica, Gil Zuarth advirtió: “De entrada, el
órgano demandado no es la mayoría del grupo parlamentario sino el Senado de la
República porque fue éste, a través de su Mesa Directiva, la que ha recibido y
ha validado los estatutos que se aprobaron por mayoría del grupo parlamentario.
En consecuencia, deben demandar al Senado de la República”.
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