2 jun 2013

Human Rights Watch pretendía una Comisión de la Verdad para México


 En junio de 2003 Jorge G. Castañeda, fue incorporado a junta de directoreres de la organización estadunidense no-gubernamental defensora de los derechos humanos Human Rights Watch (HRW).
 La decisión fue calificada: "sin precedentes"
 El directorio de HRW define las políticas de la institución y tiene grandes responsabilidades, es un colectivo que se reúne de tres a cuatro veces al año y toma decisiones importantes que afectan a la organización", dijo José Miguel Vivanco, director ejecutivo de la división de las Américas.
  El anuncio oficial de la incorporación de Castañeda a la Junta de Directores se realizó el día de hoy jueves 5 de junio de 2003 en las oficinas de HRW en Washington, D.C.
  "Jorge ha sido invitado, ha aceptado y ha sido aprobado", apuntó Vivanco en una rueda de prensa previa al anuncio ofical.
 La HRW es una organización defensora de los derechos humanos que goza de una buena reputación a nivel mundial. Esa considerada como una corporación confiable e imparcial en la elaboración de los informes que presenta cada año.

  La Junta de Directores (Board of Directors) de HRW -actualizada por última vez el 24 de junio de 2002- que se localiza en su sitio de Internet y a la que ingresará el nombre del excanciller de México, está compuesta por Robert L. Bernstein (presidente fundador), Jonathan F. Fanton (presidente), Lisa Anderson, Lloyd Axworthy, David M. Brown, William D. Carmichael, Dorothy Cullman, Irene Diamond, Fiona Druckenmiller, Edith Everett, Michael E. Gellert, Vartan Gregorian, Alice H. Henkin, James F. Hoge, Jr., Stephen L. Kass, Marina Pinto Kaufman, Wendy Keys, Bruce J. Klatsky, Joanne Leedom-Ackerman, Josh Mailman, Joel Motley, Samuel K. Murumba, Jane Olson, Peter Osnos, Kathleen Peratis, Catherine Powell, Bruce Rabb (secretario), Sigrid Rausing, Orville Schell, Sid Sheinberg, Gary Sick, Domna Stanton, John J Studzinski, Maureen White y Maya Wiley. La Junta Emérita de HRW la forman: Roland Algrant, Robert Bernstein y Adrian W. DeWind
 En el 2001 la HRW publico el documento: Injusticia Militar  La reticencia de México para sancionar los abusos del Ejército, que causo polémica.
HRW nunca quisieron una Fiscalía sino la la creación de la Comisión de la Verdad .
Carta al Presidente Vicente Fox
Washington, DC, 21 de agosto de 2001
Su Excelencia Presidente Vicente Fox Quesada
Los Pinos
México D.F.
MÉXICO
 De mi mayor consideración:
 Tengo el honor de dirigirme a S.E. con el propósito de expresar nuestro más entusiasta apoyo a la formación de una Comisión de la Verdad para investigar graves violaciones a los derechos humanos ocurridas en el pasado en México. Nos merece especial satisfacción las declaraciones que S.E. ha realizado reconociendo la necesidad de establecer dicha comisión. Confiamos en que gracias a su liderazgo se logre establecer a la brevedad una comisión que cuente con las atribuciones, los recursos y la credibilidad necesaria para cumplir su tarea con éxito.
 La Comisión de la Verdad ofrece a México la oportunidad de conocer en detalle muchos casos que nunca fueron adecuadamente investigados por las autoridades judiciales como, por ejemplo, las masacres de Tlatelolco en 1968 y de Acteal en 1997. No sólo las víctimas y sus familias, sino toda la sociedad mexicana, se beneficiaría de la adecuada resolución de estos casos.
 Entendemos que la Comisión de la Verdad cuenta con abierta oposición -incluso dentro de su administración- por parte de aquellos que temen que pudiera socavar la función de las instituciones encargadas de administrar justicia en México. Estos críticos argumentan que, frente a la elección entre verdad y justicia, los mexicanos deben optar por la justicia. En este sentido, ¿Quién podría estar en contra del procesamiento penal de los responsables de graves violaciones de los derechos humanos que aún gozan de impunidad? Lo cierto es que se trata de un falso dilema. Los mexicanos tienen derecho tanto a la verdad como también a la justicia. Además, conforme al derecho internacional, México tiene la obligación de garantizar ambas.
 Los tratados internacionales ratificados por México como la Convención Americana sobre Derechos Humanos y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos conllevan la obligación de los Estados Partes de prevenir violaciones a los derechos humanos y sancionar a los responsables. Este deber refleja la convicción según la cual la lucha en contra de la impunidad por abusos pasados es crucial para prevenir futuras violaciones. Se deriva también del derecho de las víctimas a que se imparta justicia a los que violaron sus derechos. Un primer paso en este proceso es la investigación sistemática de los abusos del pasado.
 La búsqueda de la verdad en torno a los abusos ocurridos durante gobiernos anteriores no es una cuestión de venganza política o cacería de brujas. Es una obligación fundamental que pesa sobre su gobierno, independientemente de quienes estuvieron en el poder cuando se cometieron los abusos.
 La historia ha demostrado que las comisiones de la verdad no socavan los mecanismos judiciales existentes, sino que por el contrario, los fortalecen. Por ejemplo, en Argentina, Chile, y Guatemala, las comisiones de la verdad han desempeñado un papel crucial en la mejora de la capacidad del Poder Judicial para ocuparse de casos de derechos humanos. No sólo han identificado nuevas pruebas necesarias para el procesamiento de los responsables sino que también han ayudado a estas sociedades a conocer y corregir las falencias de las instituciones de la administración de justicia que permitieron que estos crímenes quedaran sin castigo. Las comisiones de Chile y de Argentina dedicaron capítulos enteros de sus informes finales a describir las circunstancias en que sus sistemas judiciales no se habían ocupado debidamente de casos de abusos. Para garantizar que se adopten medidas inspiradas en estas lecciones, los informes de las comisiones de la verdad suelen incluir recomendaciones generales sobre cómo reformar y fortalecer las instituciones judiciales mas débiles o ineficaces.
 El valor de las comisiones de la verdad como desencadenante de investigaciones judiciales es especialmente obvio cuando las organizaciones del sector no han administrado justicia de manera imparcial y adecuada en el pasado. Este ha sido lamentablemente el caso de México.
 Cabe subrayar, por supuesto, que cualquier comisión de la verdad que se establezca debe constituirse apropiadamente, financiarse adecuadamente y ser dotada de la autoridad legal necesaria. Tiene que ser por lo tanto un organismo independiente del poder político integrado por personas de reconocida calidad moral. La comisión debe disponer también de los recursos necesarios para realizar investigaciones exhaustivas e imparciales. Finalmente, tiene que contar con la autoridad legal para obtener documentos y la cooperación de otros organismos del estado. Una comisión que no cumpla con estos requisitos carecería de la credibilidad necesaria para llevar a cabo sus tareas eficazmente.
 Cuando S.E. tomó posesión como Presidente de México, heredó un Estado en el cual la impunidad había imperado durante décadas. Entendiendo el alto precio de éste fenómeno endémico que facilita la injusticia y perpetúa la desigualdad, S.E. prometió que adoptaría medidas para aclarar y resolver los abusos pasados. Respaldamos enérgicamente sus esfuerzos en este sentido y creemos que ha llegado el momento de poner en práctica lo que prometió como una nueva política para México.
 Aprovecho la oportunidad para expresar a S.E. mis sentimientos de la más alta estima y consideración.
 José Miguel Vivanco
Director Ejecutivo
 cc:
Dr. Adolfo Aguilar Zinser, Consejero de Seguridad Nacional
Dr. Jorge G. Castañeda, Secretario de Relaciones Exteriores
Dr. Santiago Creel, Secretario de Gobernación
Gral. Rafael Macedo de la Concha, Procurador General de la República
Dr. Mariclaire Acosta, Embajadora Especial para los Derechos Humanos y la Democracia
** 
Carta al Presidente Vicente Fox
Washington, DC, 9 de marzo de 2001
Su Excelencia Presidente Vicente Fox Quesada
Residencia Oficial de los Pinos
Puerta Central
Primer Piso
Colonia San Miguel Chapultepec
11850 México D.F.
De mi mayor consideración:
Tengo el honor de dirigirme a S.E. en relación a materias de la mayor importancia en el ámbito de los derechos humanos donde hasta ahora no hemos logrado constatar progresos significativos. En todo caso, quisiera dejar constancia de nuestra convicción acerca de la relevancia que su Ilustrado Gobierno le asigna a estos temas. En efecto, antes de la inauguración presidencial -- con ocasión de la reunión que sostuvimos en Washington junto a varios representantes de la sociedad civil -- S.E. se refirió en términos muy firmes a la necesidad de enfrentar a la brevedad los numerosos problemas de derechos humanos de México. Compartimos la preocupación de S.E. sobre estos temas y estamos seguros de su afán por enfrentarlos. En particular, quisiera referirme a tres situaciones que me parecen paradigmáticas porque reflejan los serios desafíos que su Ilustrado Gobierno ha heredado en materia de derechos humanos.
 El caso de los dos ecologistas campesinos, Teodoro Cabrera García y Rodolfo Montiel Flores, encarcelados por supuesta posesión de drogas y armas en 1999, después de protestar el daño ecológico que se estaba cometiendo en su estado natal de Guerrero. En julio del 2000, la Comisión Nacional de Derechos Humanos concluyó que Montiel y Cabrera habían sido detenidos ilegalmente y aparentemente torturados por soldados, y que no estaban en posesión de armas ni drogas cuando fueron detenidos.
 Recibimos con satisfacción su promesa reciente de que se estudiaría el caso. Dada la gravedad de esta injusticia, es imperativo que el mencionado estudio se realice a la brevedad y que posibilite la puesta en libertad incondicional y compensación debida a los ecologistas encarcelados injustamente y el castigo a los responsables por estas violaciones a los derechos fundamentales. Sobre este punto es fundamental que su Ilustrado Gobierno examine los problemas endémicos del sistema de administración de justicia de México que ha puesto de manifiesto este caso. Por ejemplo, ¿porqué no fue adecuadamente tratado este caso por el Poder Judicial? ¿Y porqué la Procuraduría Militar ha tardado tanto en iniciar las investigaciones por las violaciones ocurridas cuando los dos ecologistas fueron detenidos? Entendemos que en los próximos dias se presentará un recurso de amparo en defensa de los ecologistas detenidos. Confiamos en que, después de una revisión exhaustiva de los hechos del caso, la Procuraduría General de la República presente una petición de inocencia y facilite de este modo la resolución del caso.
 Un segundo caso que nos preocupa es el del General José Francisco Gallardo, encarcelado por expresar sus opiniones sobre las prácticas de derechos humanos del Ejército. En 1997, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos pidió la puesta en libertad inmediata del Gral. Gallardo y una investigación exhaustiva por la violación flagrante de sus derechos. Confiamos en que el Poder Judicial podrá procesar el recurso de amparo presentado por el General Gallardo sin la injerencia de los que han buscado su silencio en el pasado. Entendemos que su Ilustrado Gobierno tiene la intención de prevenir cualquier interferencia de este tipo. Sin embargo, también creemos que su Ilustrado Gobierno puede participar más decididamente en la investigación de lo que llevó a esta terrible farsa judicial y exigir cuentas a los responsables de este asunto.
 Por último también quisiéramos reiterar a S.E. nuestra preocupación por las restricciones de visados impuestas a organizaciones de derechos humanos extranjeras. Aunque reconocemos que todo gobierno tiene derecho a regular la entrada de extranjeros a su territorio, consideramos que las restricciones aplicadas por México a ONG internacionales representan un grave obstáculo a nuestra misión de llevar a cabo investigaciones acerca de la vigencia de los derechos humanos. Estas restricciones son tan exigentes, requieren de tanto detalle y establecen un plazo de espera tan largo que obstaculizan la observación de los derechos humanos. En este sentido, nos alegró muchísimo conocer la decisión de su Ilustrado Gobierno en diciembre pasado de terminar con esta política. Sin embargo, desafortunadamente, la nueva política aún no está en vigencia. Los representantes consulares de México todavía no han recibido nuevas instrucciones para el procesamiento de peticiones de visado para ONG de derechos humanos y por lo tanto tienen que seguir la práctica anterior.
 Aprovecho la oportunidad para expresar a S.E. mis sentimientos de la más alta estima y consideración.
 /f/
 José Miguel Vivanco
 cc:
 Dr. Jorge Castañeda, Secretario de Relaciones Exteriores
Dra. Mariclaire Acosta, Embajadora Especial para los
Derechos Humanos y la Democracia
Dr. Santiago Creel, Secretario de Gobernación
Dr. Adolfo Aguillar Zinser
Gral. Gerardo Clemente Ricardo Vega, Secretario de la Defensa Nacional
Gral. Brig. Justicia Militar Jaime Antonio López Portillo, Procuraduría General de Justicia Militar

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