BC, bastión
panista que se tambalea/JOSÉ
GIL OLMOS
Proceso # 1909, 2 de junio de 2012;
El
primer gran triunfo del PAN ocurrió en Baja California en 1989. Desde entonces
ese partido no ha soltado la gubernatura pero en las elecciones del próximo
julio se asoma al desbarrancadero. A trompicones desde la debacle de 2012, los
panistas sólo tienen una baza para pelear por su último bastión: el carisma de
un candidato que suele perder los estribos. Y enfrente tienen a un PRI con
consigna: es la primera elección para gobernador durante el gobierno de Peña
Nieto y es imperativo mandar un mensaje de fortaleza.
Baja
California ha sido gobernada por el PAN durante casi un cuarto de siglo. Desde
que en 1989 llegó Ernesto Ruffo Appel, el panismo no ha soltado las riendas del
estado y actualmente ya es la entidad con más tiempo en manos albiazules,
seguida por Guanajuato, que gobierna desde 1995.
Pero
en las elecciones del próximo 7 julio, el candidato del PAN, Francisco Kiko
Vega, está en riesgo. Los priistas, que llegan renovados por la recuperación
del poder presidencial con Enrique Peña Nieto, han lanzado como candidato a
Fernando Castro Trenti, mejor conocido como El Diablo. Él es allegado al
coordinador del PRI en la Cámara de Diputados, Manlio Fabio Beltrones.
A
diferencia de las elecciones anteriores, el PAN llega a estos comicios con una
fuerza menguada tras la derrota histórica de 2012. Esta posibilidad de derrota
ha creado la sospecha de que el líder nacional del PAN, Gustavo Madero, podría
negociar con Peña Nieto la victoria de Kiko Vega, a cambio de la permanencia
panista en el Pacto por México.
El
líder del PRI en la Cámara de Diputados, Manlio Fabio Beltrones, rechazó esta
versión calificándola de “chismografía”, igual que el líder de los diputados
panistas, Luis Alberto Villarreal. Beltrones aseguró que sería tanto como
ofender la inteligencia de los bajalifornianos y aceptar que el triunfo del PAN
en esa entidad sería producto de una negociación. Sin embargo, la especie se
mantiene como una nueva versión de las famosas “concertacesiones” que Carlos
Salinas de Gortari hizo con el PAN: el partido conservador podría acceder a
gubernaturas a cambio de legitimación y apoyo al plan económico salinista.
De
acuerdo con los investigadores Víctor Alejandro Espinoza y José María Ramos
García, miembros del Colegio de la Frontera Norte, ganar la elección de Baja
California es vital para el PAN, pues le daría un poco de oxígeno luego de las
derrotas en la elección local de hace dos años, cuando perdió las cinco
alcaldías y la mayoría en el Congreso.
En
tanto, para el PRI es clave conseguir un triunfo porque mandaría un mensaje de
fortaleza acerca del gobierno de Enrique Peña Nieto: es su primera elección de
gubernatura.
Guerra
sucia
En
la debacle electoral de 2012 el panismo no sólo perdió la Presidencia de la
República, Jalisco, Morelos y Yucatán. Además, se quedó sin 80% de su
militancia: del millón 868 mil 567 que estaban inscritos en el padrón sólo 368
mil 253 refrendaron su militancia.
A
un mes de la elección, el PAN –aliado con el PRD– se ha lanzado contra Castro
Trenti en las redes sociales. En un spot que se puede ver en internet, los
líderes de ambos partidos, Gustavo Madero y Jesús Zambrano, denuncian presuntos
desvíos del Congreso estatal en favor del candidato priista.
“¿Cómo
creerles cuando en Baja California ponen como su candidato a gobernador a
alguien que ni los de su partido quieren?”, cuestiona Zambrano. Y el presidente
del PAN abunda: “La transparencia en la gestión de Castro Trenti ha sido muy
cuestionada”. Ambos terminan el anuncio con un grito al unísono: “En Baja
California… ¡Kiko Vega es el bueno!”.
Los
senadores panistas Ernesto Ruffo Appel y el perredista Armando Ríos Piter
lanzaron otro spot contra el candidato de la coalición PRI-PT-PVEM y Partido
Encuentro Social. Ahí se escucha: “Primero me Castro antes que votar por
Trenti”, “Por algo le dicen El Diablo”, “Ni en su casa lo quieren” y “Árbol que
nace torcido ni la gubernatura lo endereza”. El mensaje muestra una imagen
caricaturizada de Castro Trenti, con cuernos de diablo y luciendo como el Señor
Burns, personaje aborrecible de la serie Los Simpson.
Los
panistas y perredistas, aliados con el Panal y el Partido Estatal de Baja
California, también interpusieron una queja ante el IFE por la contratación de
propaganda en la final de futbol entre América y Cruz Azul.
En
los espacios de publicidad estática alrededor de la cancha del estadio Azteca
aparecieron los mensajes de “Vota” y “Gobernador” con el logo de la coalición
Compromiso por Baja California, que apoya a Castro Trenti. Esto, para panistas
y perredistas, es una violación a la ley electoral, pues se trata de propaganda
en televisión que, además, puede significar el rebase en los topes de campaña.
Manlio
Fabio Beltrones, líder de la bancada del PRI en la Cámara de Diputados, salió a
defender a su amigo. Dijo que se trataba de actos desesperados del PAN y del
PRD, y que estas campañas sucias no ayudan a los bajacalifornianos que quieren
paz y tranquilidad.
Es
posible, afirmó, “que estos partidos políticos que han iniciado las guerras
sucias y las campañas de lodo tengan las mismas encuestas que nosotros, que nos
dan como triunfadores al PRI y a Fernando Castro Trenti”.
De
hecho, según un sondeo telefónico hecho por el PAN, en este momento se
registraría un empate. Y en la encuesta del PRI, Castro Trenti tiene una
ventaja de 10 puntos sobre Vega.
Ante
este panorama, el aspirante panista apuesta a su carisma y los líderes del PAN
y PRD, a los golpes bajos.
Desgaste
natural
En
los últimos cuatro años de la administración del panista José Guadalupe Osuna
Millán los delitos de alto impacto –extorsión, homicidio y robo de auto– se han
reducido entre 4.6% y 15%. El proceso judicial en Estados Unidos contra los
hermanos Arellano presuntamente ha tenido un efecto de pacificación, pues ahora
son los delitos del fuero común los que se han incrementado en la entidad,
sobre todo en Mexicali y Tijuana.
Sin
embargo, en las elecciones para gobernador, uno de los temas que tendrán más
peso es precisamente el de la inseguridad, sostiene el investigador José María
Ramos García.
“Durante
esta administración, en el tema de delitos de alto impacto, los logros son
importantes. Sin embargo, en los delitos del orden común estamos en los diez
primeros lugares a escala nacional. Esto tiene que ver con lo que implica
gobernar un estado fronterizo con problemas característicos como inseguridad,
migración y narcotráfico”, señala el director del Departamento de Estudios de
Administración Pública de El Colegio de la Frontera Norte.
Doctor
en gobierno y administración pública por la Universidad Complutense de Madrid,
participante activo en el Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia,
Ramos García destaca que gracias a la ayuda del gobierno federal encabezado por
Felipe Calderón, la inseguridad que se vivió en 2011 por las disputas entre los
grupos delictivos bajó considerablemente.
No
obstante los logros obtenidos, advierte que en los próximos comicios todo depende
de la valoración que hagan los ciudadanos y del marketing en las campañas.
“Hay
una serie de indicadores que prueban que se está administrando bien. Por
ejemplo, cuando el PAN pierde hace tres años en Tijuana, los niveles de
inseguridad se estaban controlando. Además, se había llevado a cabo la obra más
importante, que es la pavimentación de casi 80% de las calles de la ciudad. Sin
embargo, el PAN perdió”, dijo.
–¿Qué
evaluación hace del gobierno panista de 1989 a la fecha?
–Hay
que tomar en cuenta que ha habido diferentes personalidades. Estamos hablando
de cuatro gobiernos en 23 años; cada uno mantuvo su visión, sus propias formas
de conducir las cuentas públicas. En estos años el estado tuvo problemas de
inseguridad, pero a raíz de las presiones del gobierno federal se han logrado
controlar. Han quedado rezagos, y si las políticas públicas no han logrado
concretar la competitividad y el bienestar de manera paralela, pueden opacarse
ciertos éxitos.
Víctor
Alejandro Espinoza, doctor en sociología política por la Universidad
Complutense de Madrid, maestro y doctor en ciencia política por la UNAM y
consejero electoral del Instituto Federal Electoral en Baja California durante
los procesos electorales 2005-2006; 2008-2009 y 2011-2012, advierte de la posibilidad
de una derrota del PAN, producto de un desgaste natural tras 23 años de
gobierno, y como secuela de la caída histórica tras la derrota de Josefina
Vázquez Mota.
“Desde
1989 el PAN ha gobernado en Baja California. Es el gobierno panista más longevo
y el más emblemático; eso tiene varias consecuencias: un desgaste natural, un
continuismo de muchos años de políticas aplicadas que ya tuvo sus facturas: en
2010 perdió los cinco ayuntamientos y la mayoría en el Congreso, en 2012
Josefina Vázquez Mota no ganó en ninguno de los ocho distritos federales. Esos
dos datos son interesantes para ver cómo se llega a esta elección”, señala el
investigador.
–¿En
qué sentido hay un desgaste natural?
–Es
natural por tanto tiempo en el gobierno y eso tiene un impacto tanto para la
candidatura de Francisco Kiko Vega como de Fernando Castro Trenti.
Afirma
que Vega enfrenta el mismo dilema que tuvo Josefina Vázquez Mota en la elección
presidencial: ser considerado “el candidato de la continuidad”.
Tal
situación, explica, hace difícil que el panista lance críticas al gobernador
José Guadalupe Osuna Millán, por ejemplo. Recuerda que, durante la contienda
interna, Kiko Vega recibió duras críticas de su adversario, el exdirector de la
Cofetel Héctor Ozuna Jaime, quien se quejó de que los dados estaban cargados.
“Entonces
Kiko Vega, con el apoyo del aparato del grupo del gobernador –que era el mismo
de Francisco Blake Mora, allegado a Felipe Calderón– es el candidato del
continuismo, y ahora dice que por fin ya están sentadas las bases del
desarrollo; es decir, que después de 24 años por fin ya se tienen.”
El
investigador dice que Castro Trenti ha mostrado ser un político muy hábil, que
usó su estancia de seis años en el Senado para fabricarse una gran proyección,
que contrasta notablemente con la de Kiko Vega: durante la contienda interna,
el panista tuvo problemas graves en los debates porque es muy poco hábil en el
discurso y pierde la cabeza fácilmente.
Resume:
“El escenario es interesante. Kiko Vega apuesta al populismo, a la imagen, es
el típico panista dicharachero, que cae bien. A eso le apuestan en su campaña,
pero también a la división que hubo en la contienda interna del PRI entre Jorge
Hank y Castro Trenti, quien ganó a pesar de que no era del grupo del presidente
Peña Nieto.
A
pesar de los logros en seguridad, el investigador señala que éste es
precisamente uno de los puntos de más desgaste que enfrenta el PAN: “Es un
asunto muy sentido, porque el gobernador apoyó sin reservas la política militar
y policiaca de Felipe Calderón. Se han querido matizar las cifras, que todo
está bien, pero no es así. Lo mismo pasa con el empleo. Dicen que estamos bien,
pero hay una precarización del trabajo; está creciendo la informalidad y eso
tiene que ver con problemas de delincuencia del fuero común, que se ha
multiplicado.
“También
están los problemas de educación, los jóvenes que no tienen oportunidades de
estudiar y de las universidades que surgen como hongos para dar un espacio. El
tema de los jóvenes es importante por el papel que pudieran jugar en las
próximas elecciones. Por ejemplo: 30% del listado nominal de electores son
jóvenes de 18 a 29 años. Es una generación que no ha conocido otro tipo de
gobierno y que participó ya en la elección federal pasada en una gran movilización
como no se veía antes de 1989. A diferencia de 2009, llamaron a votar y
participó 45%, algo que no teníamos desde hacía tiempo, pues hemos alcanzado
hasta 69.4% de abstención. Somos el penúltimo lugar de participación”, admite.
Para
el investigador es importante observar que, a pesar de que el PAN ha salido
triunfante en las elecciones a gobernador desde 1989, la entidad tiene una
composición más cercana al bipartidismo.
“Si
uno revisa los datos de la historia electoral de Baja California, encontramos
que hay alta concentración del voto en dos partidos, PRI y PAN. En 2007, en la
elección de gobernador, entre los dos se repartieron 94% de los votos. Eso da
idea de cómo ha sido el comportamiento electoral, pero si se revisa más atrás,
se nota que es una entidad bipartidista.”
–¿Cuál
sería el impacto de una derrota tanto para el PAN como para el PRI?
–Sería
muy duro para el PAN porque es su último gran bastión. El PAN perdió todas las
elecciones locales en Baja California durante el calderonismo. Fue una
catástrofe todo el sexenio pasado, y eso explica lo que le pasó a Josefina
Vázquez Mota. Por eso, ganar para el PAN es una bocanada de oxígeno.
El
investigador asegura que en estos comicios el candidato tendrá más peso que las
circunstancias o el propio partido, ya que así pasa en un sistema
presidencialista como el mexicano. Caso contrario de las elecciones
legislativas, donde importan más los partidos.
Y
por esta razón, explica, cada coalición está centrando sus campañas en la
figura de sus candidatos y, sólo posteriormente, en las propuestas.
**
Baja
California: elección caliente(JESÚS
CANTÚ
El
PAN está en riesgo de perder la primera gubernatura que conquistó en 1989, y
por ello no escatimará recursos para retenerla en las elecciones del próximo 7
de julio. El resultado es de tal importancia para el panismo que los mismos
dirigentes nacionales del PAN y el PRD, Gustavo Madero y Jesús Zambrano,
abrieron la guerra de descalificaciones en contra del candidato tricolor,
Fernando Castro Trenti, con un spot que se difunde a través del canal
UnidosporBC, del sitio Youtube. Y cuatro días después, el martes 28 de mayo,
los respaldaron el primer gobernador panista del país, Ernesto Ruffo, y el exlíder
de los diputados perredistas y actual senador Armando Ríos Pitter, con otro
spot, en el que dicen que no se puede confiar en el candidato tricolor y
afirman, entre otras cosas, que cuando fue alcalde de Tijuana “…el muy tímido
se dobló su salario a 150 mil pesos mensuales…”.
Seguramente
los dirigentes partidistas conocen bien la distribución de las preferencias
electorales en estos momentos, y en función de ello realizan sus campañas. Y
una de las reglas inviolables es que recurrir a las campañas negativas
únicamente es recomendable cuando no se encabezan las encuestas, pues el
hacerlo siempre puede revertirse.
A
juzgar por el tono de las campañas, en estos momentos el candidato de la
coalición Compromiso por Baja California, conformada por PRI, PT, PVEM y el
partido estatal Encuentro Social (PES), Fernando Castro Trenti, va arriba del
candidato de la coalición Unidos por Baja California, integrada por PAN, PRD,
Panal y el Partido Estatal de Baja California (PEBC), Francisco Vega.
Sin
embargo, lo más extraño es que prácticamente hay una veda de encuestas, pues
cuando faltan cinco semanas para las elecciones ninguna de las encuestadoras
nacionales o de los diarios locales han difundido encuestas propias. Las que se
conocen son de dos firmas locales, dedicadas principalmente al levantamiento de
encuestas comerciales, no a los estudios de opinión pública en temas políticos
y/o electorales. En tres encuestas cuyos resultados se conocen públicamente
aparece el candidato priista adelante en las preferencias, aunque con
importantes diferencias entre ellas.
Testa
Marketing dio a conocer una encuesta el 21 de febrero de este año, antes de que
se definiera el candidato panista, en la que las preferencias favorecían a
Castro Trenti con una ventaja de 4.2 puntos porcentuales, es decir, dentro de
los márgenes de error y, por lo tanto, en el denominado empate técnico, con
40.6% para Castro Trenti, 36.4% para el PAN y un 19.6% de indecisos. La misma
casa concluyó el 10 de abril el levantamiento de otra encuesta, en la que el
candidato priista se sostuvo en 40% de las preferencias electorales; la
coalición Unidos por Baja California, ya con Kiko Vega como candidato, cayó a
28%, es decir, tuvo ocho puntos menos que en febrero; el candidato del
Movimiento Ciudadano, Felipe Ruanova, registró 3%, y hubo 29% de indecisos, o
sea, 10 puntos más que en febrero, para lo cual la única explicación plausible
es que el proceso interno blanquiazul provocó una división en dicho partido,
que se tradujo en la migración de votos panistas a indecisos.
La
otra encuesta fue una levantada por Explora Investigación Estratégica, que
difundió el periódico El Mexicano, donde se afirma que Castro Trenti tiene
30.9% de las preferencias electorales, y Vega 29.9%. Como puede verse en el
caso del panista, los números de las dos casas encuestadoras para el mes de
abril son coincidentes, pero en el caso del tricolor la diferencia es de 10
puntos porcentuales.
Tras
más de un mes de campañas electorales, la única encuesta que se dio a conocer
fue una publicada por el dirigente estatal del PAN, Sócrates Bastidas, donde
afirmaba que su candidato superaba con una amplia ventaja a Castro Trenti; no
obstante, de inmediato la descalificó el Instituto Electoral y de Participación
Ciudadana de Baja California, ya que no les había entregado, “…por lo menos 48
horas antes de su publicación, una copia del estudio completo y la base de
datos, copia de la información como se publicara, la metodología utilizada y
los resultados obtenidos al director general, anexando la información en medio
magnético…”, como marca el artículo 3 de los lineamientos que emitió el Consejo
General del Instituto.
Así
que, de acuerdo con el tono de las campañas y las encuestas dadas a conocer en
Baja California, el candidato de la coalición Compromiso por Baja California,
Fernando Castro Trenti, encabeza las preferencias electorales, aunque seguido
de cerca (sin poder determinar qué tanto) por el candidato de la coalición
Unidos por Baja California, Francisco Vega.
Lo
cierto es que la gubernatura de Baja California es vital para el panismo, pues
hay que recordar que de los estados que ganó el blanquiazul antes del triunfo
presidencial de 2000, los únicos que retiene son Baja California y Guanajuato,
ya que con anterioridad perdió las gubernaturas de Chihuahua (1991-1997),
Jalisco (1996-2013), Nuevo León (1997-2003), Querétaro (1997-2009),
Aguascalientes (1998-2010) y Morelos (2000-2012).
Para
el tricolor, las elecciones en dicha entidad no revisten la misma importancia
que para los blanquiazules, pero son importantes porque un triunfo le
permitiría continuar el proceso de recuperación de gubernaturas.
Seguramente
en el último mes las campañas subirán de tono e intensidad. Por lo pronto, el
PAN y el PRD ya abrieron fuego, aunque hasta hoy no han recibido respuesta,
pues el único que intervino por parte del PRI fue el líder de la bancada
priista en la Cámara de Diputados y muy amigo del candidato tricolor, Manlio
Fabio Beltrones, y sólo para condenar lo que llamó “las guerras sucias y las
campañas de lodo”.
Por
último, dado que es la primera entidad que tiene elecciones de gobernador tras
el retorno del PRI a Los Pinos, Baja California empezará a develar la
estrategia del gobierno federal en los comicios estatales.
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