Y menos quedarse callado!
Primero
extorsionado, luego asesinado/Veronica Espinoza
Revista Proceso # 1932, 9 de noviembre de 2013
GUANAJUATO,
GTO.- En septiembre último se plantó durante 18 días afuera del Senado, en el
Distrito Federal, donde se mantuvo en huelga de hambre en protesta por la falta
de recursos para su municipio, Santa Ana Maya, Michoacán. El jueves 7, el
alcalde Ygnacio López Mendoza fue ejecutado.
Recién
afiliado al Movimiento de Regeneración Nacional y miembro de la mesa directiva
de la Asociación de Autoridades Locales de México (AALMAC), que agrupa a las
autoridades municipales de extracción izquierdista en el país, tenía otra
preocupación que lo agobiaba. Ya había hablado de ella en varias ocasiones con
sus compañeros de la asociación.
Los
Caballeros Templarios no le daban tregua, como a la mayoría de los municipios
michoacanos y algunos del sur de Guanajuato, estado con el que limita Santa Ana
Maya. La extorsión, el cobro de diezmo por obra pública y las amenazas se
multiplicaron desde el día en que asumió el cargo. Tenía que entregar 100 mil
pesos al mes, decía.
Cerca
del mediodía del jueves 7 circuló la versión de que López Mendoza había sufrido
un accidente automovilístico en la carretera Acámbaro-Moroleón, cerca de la
comunidad Las Cabras. Ahí fue encontrado, en su camioneta Ford Escape.
Sin
embargo, conforme transcurrieron las horas la historia cambió de rumbo, hasta
que una versión muy distinta fue confirmada la noche del viernes por el
procurador de Guanajuato, Carlos Zamarripa Aguirre: López Mendoza había sido
asesinado.
Una
llamada al sistema de emergencias 066 informó del hallazgo del vehículo. Estaba
junto a la carretera, sobre un camino de terracería, sin huellas de choque o
volcadura, salvo un leve golpe en el costado derecho. La parte delantera de la
camioneta estaba metida entre unos arbustos.
El
cuerpo del alcalde, inclinado hacia adelante, tenía raspones en la espalda y
algunos golpes. Los peritajes criminológicos, de química y patología forense no
habían sido terminados el jueves 7, según informó al mediodía del viernes 8 el
subprocurador Armando Amaro Vallejo.
Más
tarde se difundió la causa de la muerte en términos periciales: Asfixia
mecánica secundaria por traumatismo en el cuello. En una breve entrevista
telefónica el procurador Zamarripa lo trasladó a lenguaje cotidiano: a López
Mendoza lo mataron.
“(Por
los resultados de la necropsia) se hablaba de una asfixia mecánica, alguien lo
asfixió”, dijo el procurador vía telefónica desde Puerto Vallarta, donde se
encontraba asistiendo a la Conferencia Nacional de Procuradores.
Zamarripa
no habló sobre el reporte dado por familiares del presidente municipal a la
directiva de la AALMAC: la noche del miércoles 6, tras volver de la Ciudad de
México de una reunión con la asociación, López fue sacado a la fuerza de su
domicilio por un grupo de personas. Desde ese momento se desconocía su
paradero.
El
parte inicial señalaba que en el lugar donde se encontró el cadáver los
ministeriales entrevistaron a un primo de López Mendoza, quien refirió que éste
salió a la Ciudad de México el martes 5 a una reunión de la AALMAC y volvió al
día siguiente cerca de las 23:00 horas; se dirigió a dejar a su secretaria a su
domicilio, en la comunidad de Cuiritzeo, y desde esa hora ya no hubo noticias
de él.
El
cuerpo del alcalde fue trasladado al Servicio Médico Forense de la Subprocuraduría
de Justicia, en Celaya, donde se le practicó la autopsia. El viernes fue
entregado a su familia. El sepelio se programó para el sábado 9, en Santa Ana
Maya.
El
mismo jueves 7, la Asociación de Autoridades Locales de México suscribió a
través de un comunicado la versión de que Ygnacio López Mendoza había sido
secuestrado la medianoche del miércoles al llegar a su hogar “por un grupo de
personas” que dejó abierta la reja de la casa.
“Es
inaceptable que le hayan quitado la vida al doctor Ygnacio, hombre convencido y
leal a la causa de los gobiernos democráticos y progresistas”, expresó la
AALMAC.
A
lo largo de su gestión como alcalde, López “Mendoza padeció no solamente la
falta de recursos, sino el acoso del crimen organizado, al que enfrentó con su reconocida
valentía”, publicó en su portal la organización.
El
procurador Zamarripa afirmó desconocer con qué mataron al edil. “Eso no lo sé;
recuerde que tenemos pendientes varios peritajes, la mecánica
víctima-victimario de cómo acontecieron estos hechos. Una vez que tengamos
todos los peritajes deberemos tener más elementos para presumir una posible
mecánica de los hechos”.
–¿Es
verdad que lo arrastraron y le pegaron con unas piedras?
–Tenía
lesiones, en efecto, escoriaciones… por tallamiento, arrastre, por cualquier
otra cosa. La realidad es que no lo sabemos. Es parte de la investigación saber
la mecánica de cómo sucedió.
**
54
municipios sin ley/LA
REDACCIÓN
De
acuerdo con el documento que se dio conocer la semana pasada en este semanario
con el título Quiénes y cómo gobiernan realmente en Michoacán, elaborado por el
Centro Nacional de Planeación, Análisis e Información para el Combate a la
Delincuencia de la Procuraduría General de la República, los grupos de la
delincuencia organizada en Michoacán (La Familia, Los Caballeros Templarios, El
Cártel Jalisco Nueva Generación, La Resistencia y bandas menores) tienen
presencia en 54 de los 113 municipios del estado.
Un
cálculo de la población afectada directamente en la entidad por la violencia
del crimen organizado sería de 2 millones 974 mil 254 personas. Según la última
encuesta nacional del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (2010), la
población de esos 54 municipios es:
Acuitzio
(10 mil 987), Aguililla (16 mil 214), Álvaro Obregón (20 mil 913), Angamacutiro
(14 mil 684), Apatzingán (123 mil 649), Aquila (23 mil 536), Ario (34 mil 848),
Arteaga (21 mil 790), Briseñas (10 mil 653), Buenavista (42 mil 234), Carácuaro
(9 mil 212), Charapan (12 mil 163), Charo (21 mil 723), Cherán (18 mil 141),
Churumuco (14 mil 366) , Coahuayana (14 mil 136), Coalcomán de Vázquez Pallares
(17 mil 615), Cuitzeo (28 mil 227), Ecuandureo (12 mil 855), Gabriel Zamora (21
mil 294), Huandacareo (11 mil 592), Huetamo (41 mil 937), Jiquilpan ( 34 mil
99), José Sixto Verduzco (25 mil 576), La Huacana (32 mil 577), La Piedad (99
mil 576), Lázaro Cárdenas (178 mil 817), Madero (17 mil 427), Maravatío (80 mil
258), Marcos Castellanos (13 mil 31), Morelia (729 mil 279), Múgica (44 mil
963), Nahuatzen (27 mil 174), Nocupétaro (7 mil 799), Nuevo Urecho (8 mil 240),
Panindícuaro (16 mil 64), Paracho (34 mil 721), Parácuaro (25 mil 343),
Pátzcuaro (87 mil 794), Penjamillo (17 mil 159), Puruándiro (67 mil 837), San
Lucas (18 mil 461), Tacámbaro (69 mil 955), Tancítaro (29 mil 414), Tanhuato
(15 mil 176), Taretan (13 mil 558), Tepalcatepec (22 mil 987), Tumbiscatío (7
mil 980), Turicato (31 mil 877), Tzitzio (9 mil 166), Uruapan (315 mil 350),
Villa Morelos (8 mil 91), Zamora (186 mil 102) y Zitácuaro (155 mil 534).
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