- "A la señorita (Perla Gómez) yo no la conozco, pero es propuesta de Manuel (Granados) y hay que apoyarla”..."Héctor Serrano, por mandato de Mancera.
- Manuel Fuentes Muñoz, consejero de la CDHDF, y Édgar Cortez Morales, investigador del Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia, se manifestaron contra Gómez, a quien llamaron “candidata manipulable” y “candidata oficial”.
- 2. Perla -dice Ernesto Villanueva- es decente, muy capaz y con una gran habilidad para la academia y el litigio estratégico. Y le creemos a nuestro amigo Ernesto. Ese no es el quid...Yo le tengo respeto a Perla, he seguido su trabajo como abogada defensora. Pero hoy es Ombudperson, y recordemos que origen es destino..Espero que si cumplió el compromiso, sea el único.
- Me llamó la atención lo que escribió sobre ella Hermenegildo Castro en La Silla Rota, 8 de noviembre de 2013, y ahora este reportaje de Gloria Leticia Diaz en Proceso.
- ¿Qué nos dice el Dr. Mancera?
Perla
Gómez, una de las especialistas en transparencia más reputadas del país, fue
elegida titular de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal. Sin
embargo el desgaste del proceso previo, la negociación gracias a la cual llegó
y el primer nombramiento que hizo despertaron suspicacias entre los otros
candidatos y grupos políticos, que temen por la autonomía del organismo. La
nueva defensora revira: cada decisión podrá escrutarse.
Luego
del fallido proceso de ratificación de Luis González Placencia para un segundo
periodo al frente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal
(CDHDF), ese organismo autónomo –considerado uno de los más avanzados en el
país– corre el riesgo de desdibujarse por la intromisión del gobierno de Miguel
Ángel Mancera en el proceso de elección de la nueva titular, Perla Gómez
Gallardo.
Electa
por 57 de los 66 diputados de la Asamblea Legislativa el martes 5, Gómez se vio
obligada a cumplir, en su primer día, con un acuerdo político entre el
presidente de la Comisión de Gobierno de la ALDF, Manuel Granados Covarrubias,
y el secretario de Gobierno capitalino, Héctor Serrano: nombrar como tercer
visitador al compadre del encargado de la política interna capitalina, Sergio
Jesús González Muñoz.
El
mismo martes 5, tras recorrer las instalaciones de la CDHDF, Gómez Gallardo dio
posesión a González Muñoz, porque la tercera visitaduría –que dejara José
Antonio Guevara para competir por la presidencia del organismo– “estaba
acéfala”, sostuvo en entrevista Gómez Gallardo el jueves 7.
González
Muñoz y Héctor Serrano, amigos desde hace casi 20 años, sellaron su compadrazgo
el 3 de agosto pasado. Ese día Serrano se convirtió en padrino de primera
comunión de dos hijos que el ahora tercer visitador tiene con Adriana América
Ramírez Anguiano.
Fuentes
consultadas por Proceso confirmaron que González Muñoz fue el primer nombre
propuesto por Héctor Serrano cuando no se lograron los amarres en la ALDF para
reelegir a González Placencia. Así las cosas, el ómbudsman renunció el 31 de
septiembre, para no enfrentar una votación desafortunada en la ALDF.
Granados
Covarrubias, confrontado con el secretario de Gobierno, detuvo el proceso de
elección del titular de la CDHDF. Una vez que surgió el nombre de Perla Gómez
Gallardo –propuesta principalmente por la Fundación Manuel Buendía, dos semanas
antes de concluir el proceso– todo se definió.
Granados
conocía a Gómez, doctora en derecho, porque fue su maestra cinco años antes, en
el posgrado de la UNAM. La impulsó convencido de que generaba consenso con los
otros grupos parlamentarios, sobre todo el PAN, que en el proceso de
ratificación de González Placencia fue rotundo al negarle su apoyo.
Objeciones
La
fracción comandada por el panista Federico Döring reprochaba a González
Placencia su posición frente a las movilizaciones de la Ciudad de México
ocurridas desde el 1 de diciembre de 2012. Lo acusaba de haber influido en el
cambio del tipo penal a favor de los manifestantes detenidos, lo que a la
postre redundó en sus liberaciones.
También
le imputaba el asunto judicial que implicó a Genaro Góngora Pimentel,
exministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y la madre
de dos de sus hijos, Ana María Orozco, quien denunció que la CDHDF la había
maltratado. Se quejó ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y ello
derivó en una recomendación del organismo nacional a González Placencia y al
presidente del Tribunal Superior de Justicia, Édgar Elías Azar, en agosto
pasado.
Granados
y Serrano operaron entre los grupos parlamentarios para apuntalar a Gómez
Gallardo, mientras los 28 aspirantes que se inscribieron presentaban sus
propuestas ante los asambleístas de la Comisión de Derechos Humanos.
En
un desayuno el viernes 1, antes de que la Comisión de Derechos Humanos de la
ALDF definiera el método de selección, Serrano se reunió con 22 diputados
afines a Miguel Ángel Mancera y dejó en claro: “A la señorita (Perla Gómez) yo
no la conozco, pero es propuesta de Manuel (Granados) y hay que apoyarla”.
Granados
se reuniría después con 12 diputados de Izquierda Democrática Nacional (IDN, el
grupo de René Bejarano), a quienes anunciaría que Gómez era la candidata que
contaba con el respaldo del gobierno de Mancera y las demás fuerzas en la ALDF,
y que sólo faltaban los bejaranistas.
Lo
que siguió fue trámite. Entre el sábado 2 y el lunes 4, Granados encomendó al
diputado Efraín Morales “recordar el sentido del voto” a los legisladores; el
martes 5, con 57 votos a favor, cero en contra y cero abstenciones, Gómez
Gallardo fue nombrada presidenta de la CDHDF.
Lo
que Serrano y Granados no dijeron a los diputados es que la condición para que
transitara la candidatura de Gómez Gallardo era que ella debía integrar al organismo
al gran amigo del secretario de Gobierno.
Ya
a principios de enero, Serrano había intentado colar a González Muñoz en la
CDHDF. Pidió para él un espacio a González Placencia, quien no le dio entrada,
en buena parte porque la esposa de González Muñoz, Adriana América Ramírez
Anguiano, laboró en el organismo como jefa del Departamento de Vinculación
Internacional y Relaciones Institucionales.
Abogado
especializado en temas electorales, González Muñoz buscó llegar a la CDHDF tras
fracasar como secretario ejecutivo del Instituto Electoral del DF (2008-2010),
cargo al que llegó recomendado por el entonces secretario de Gobierno, José
Ángel Ávila.
Después
fue vetado por el propio Mancera para ser consejero electoral local en
diciembre de 2012, y posteriormente rechazado por representantes de partidos
políticos en el mismo órgano cuando aspiraba a regresar a la Secretaría
Ejecutiva, en mayo pasado.
Sobre
el personaje, Gómez responde en entrevista que para ocupar la tercera
visitaduría que dejó José Antonio Guevara “se buscó un perfil que tuviera la
trayectoria por el tema que se está manejando en esa visitaduría”.
–¿Cuál
sería el perfil de Sergio González?
–Ha
estado trabajando mucho en el tema de derechos humanos. Me interesa que en la
página se agregue el perfil de quien se va integrando, sus currícula, para que
se pueda constatar qué trayectoria han tenido y si hay una congruencia entre el
tema que trata y el que está atendiendo.
La
tercera visitaduría de la CDHDF atiende los casos relacionados con los derechos
económicos, sociales, culturales y ambientales de la ciudad, en tanto que
Sergio González Muñoz es un académico de la Facultad de Derecho de la UNAM
especializado en temas electorales; recientemente ha realizado giras por varias
universidades para dar conferencias sobre el proyecto del Instituto Nacional de
Elecciones.
Columnista
del diario La Crónica de Hoy, escribe también en varias páginas y blogs de
internet con análisis políticos. En la colaboración de mayo de 2012 en la
página desmesura.org se lee: “Desde el 1 de septiembre de 2011 es coordinador
de asesores del consejero presidente del IFE”, es decir, de Leonardo Valdés
Zurita.
En
tanto, con una amplia trayectoria como académica en la UNAM y en la UAM, así
como en el litigio de la defensa de la libertad de expresión, Gómez asegura que
decidió competir por la presidencia de la CDHDF cuando ella y la Fundación
Manuel Buendía vieron que “había viabilidad” de alcanzar el cargo.
Ello
lo advirtió, asegura, cuando organizaciones de la sociedad civil la
seleccionaron junto con otros siete personajes como candidatos que contaban con
el perfil adecuado para presidir la CDHDF.
Quienes
le han ayudado en el proceso de vinculación con las organizaciones, reconoce,
son los abogados David Peña Rodríguez y Karla Michel Salas Ramírez, integrantes
de la Asociación Nacional de Abogados Democráticos, que llevaron ante la Corte
Interamericana de Derechos Humanos el caso de los feminicidios del Campo
Algodonero, Ciudad Juárez.
Peña
Rodríguez fue asesor de la diputada Aleida Alavez, de IDN, y junto a Salas
Ramírez colaboró con el gobierno de Guerrero para que se concretaran las
reparaciones de daño a las víctimas de la represión estudiantil en la normal de
Ayotzinapa, Chilpancingo, el 12 de diciembre de 2011. Esa represión fue motivo
de una recomendación de la CNDH.
Según
Gómez Gallardo (quien ha litigado a favor de columnistas como Miguel Ángel
Granados Chapa, Eduardo Huchim, Froylán López, Lorenzo Meyer, Alfredo Rivera y
al exrector Jorge Carpizo), el siguiente paso fue presentarse ante las diversas
fuerzas políticas de la ciudad representadas en la Asamblea.
El
mismo día en que Serrano se reunía con legisladores afines al gobierno de
Mancera, el viernes 1, mensajes que alertaban de la llegada de Perla Gómez empezaron
a difundirse en internet a través de correos electrónicos anónimos.
Manuel
Fuentes Muñoz, consejero de la CDHDF, y Édgar Cortez Morales, investigador del
Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia –ambos formaban parte de la
lista de los ocho aspirantes aceptados por la sociedad civil–, se manifestaron
contra Gómez, a quien llamaron “candidata manipulable” y “candidata oficial” en
comunicados por separado.
Los
defensores alertaban sobre el riesgo de que el organismo público perdiera
autonomía ante la “intervención del Gobierno del Distrito Federal” –señaló
Fuentes Muñiz–. Ello convertiría a la institución, dijo, en un organismo que
“defienda los intereses del gobierno en turno a costa de la pérdida de la
autonomía que esa instancia había alcanzado y de su compromiso con la
protección de los derechos humanos de la ciudad”.
Ante
los señalamientos, Gómez sostiene que entre los ocho seleccionados por la
sociedad civil “hubo un acuerdo de civilidad y de respeto a la pluralidad”,
Admite, sin embargo, que los dos aspirantes “están en su libertad de
expresión”.
De
entre los señalamientos que se hicieron en su contra, destaca que prefiere no
caer “en ese jueguito”, pero reconoce que en efecto fue profesora de Manuel
Granados, aunque no asesora de tesis de doctorado, como se difundió.
“Yo
como maestra de posgrado doy clase a jueces, magistrados y demás; hace más de
cinco años le di clases a personas, incluyendo al propio Manuel Granados… Si
quieren que no sea compatible una postulación cuando uno dio clases a
legisladores, que lo pongan en la ley; además yo le di clase cuando ni siquiera
era diputado”, dice en tono recio.
–¿Qué
garantías da de que su trabajo no responderá a condicionamientos políticos?
–El
escrutinio, inmediatamente que estén ahí muy atentos; y la otra, los
resultados. Este tipo de responsabilidades no es menor. En este tipo de órganos
de Estado lo más importante es la pluralidad, la apertura; si ya le empiezas a
poner de un color, la que pierde es la institución, no yo.
“Me
queda claro que de lo que yo haga me pueden descalificar y demás. Pero me queda
más claro que al hacer omisiones y tener cierto tipo de trabajo debilito la
institución, lo que está en juego es la institución”, puntualiza.
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