Palabras
del Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, licenciado Enrique Peña Nieto,
durante la Imposición de la Condecoración de la Orden Mexicana del Águila
Azteca al Presidente de República Oriental del Uruguay, señor José Mujica
Cordano; 28 de enero de 2014;
Señoras
y señores:
Muy
buenas tardes a todas y a todos ustedes.
Agradecemos,
el Presidente Mujica y un servidor, la comprensión por la, espero no tan
prolongada, espera para tener este homenaje en favor y en honor del señor
Presidente de la República hermana del Uruguay.
Pero
el evento del que venimos se ha prolongado. De hecho, lo abandonamos antes de
que concluyera el primer encuentro que hemos sostenido Presidentas y
Presidentes de los países de la región latinoamericana y del Caribe.
Pero
no puedo dejar de reconocer aquí, en la participación del Presidente Mujica, su
vehemencia y la defensa que hizo a la posición claramente en favor de encontrar
en este espacio de diálogo, que hemos creado en la CELAC y que pareciera un
tema o un evento común, él lo ha señalado, me lo venía compartiendo, es algo
que ha tomado décadas, la construcción de un espacio de diálogo y de
acercamiento entre los países latinoamericanos y del Caribe.
Por
eso, me congratulo de participar en este evento, de encabezar esta ceremonia en
la que habremos de otorgar la Medalla Águila Azteca al excelentísimo señor
Presidente de la República Oriental del Uruguay, José Alberto Mujica Cordano.
En
este encuentro, me da mucho gusto saludar a varios representantes de la
comunidad intelectual, académica y de distintos sectores de la sociedad
uruguaya que están aquí, acompañando a su Presidente.
Saludar,
también, a quienes representan a nuestro país, tanto en el ámbito diplomático
como representantes de otros sectores de la sociedad mexicana.
Y
también saludar y agradecer la hospitalidad de quienes representan a la
República hermana de Cuba, a quienes están hoy, aquí, entre nosotros, y que
agradecemos su presencia.
Señores
representantes de los medios de comunicación.
Señoras
y señores:
México
es un país profundamente identificado y comprometido con las mejores causas y
anhelos de la comunidad internacional. Y de manera especial, con aquellos que
compartimos las naciones latinoamericanas y caribeñas.
Los
pueblos latinos, además de impulsar valores fundamentales, como la paz, la
libertad, la tolerancia y la cooperación, también nos sentimos identificados en
la lucha permanente por lograr un desarrollo equitativo, justo y armónico para
nuestras sociedades.
En
este esfuerzo colectivo, grandes mujeres y hombres han forjado el alma
latinoamericana que nos une desde México hasta la Patagonia.
Me
refiero a talentos ejemplares cuya vida y obra son fundamentales en la
identidad americana.
Libertadores
como Simón Bolívar, José María Morelos o José Artigas, así como pensadores y poetas
universales como José Martí, Octavio Paz o Mario Benedetti, entre otros.
En
la actualidad, su tenacidad y ejemplo nos siguen motivando para continuar
trabajando por la justicia y la equidad en nuestra Patria común, que es América
Latina.
Precisamente,
uno de estos luchadores sociales es nuestro amigo don José Mujica, quien desde
su temprana juventud y con gran audacia asumió la vocación de convertirse y ser
un agente transformador de su país.
En
incontables ocasiones, la vida lo llevó por senderos arriesgados que pusieron
al límite su voluntad e, incluso, lo privaron de libertades fundamentales.
Sin
embargo, por más ardua que fue la prueba, José Mujica se levantó, una y otra
vez, para seguir andando el camino.
Y
cito textualmente lo que han sido sus palabras: Yendo liviano de equipaje, como
él mismo ha dicho, de esta forma ha aprendido a atesorar lo más sencillo y, a
la vez, lo más importante de la vida.
Uno
de los mensajes más importantes de nuestro homenajeado es que tenemos que
seguir soñando y creando, día a día, la región moderna, productiva, competitiva
y de mayores oportunidades para quienes forman parte de la sociedad
latinoamericana.
En
este ideal, el pueblo charrúa se ha convertido en un gran referente del
carácter y determinación que inspira a América Latina y el Caribe.
Uruguay
suma más de 10 años de crecimiento económico con estabilidad. Además de ello,
se han impulsado políticas sociales que han hecho de este país el más
equitativo de América Latina.
Señor
Presidente:
Bajo
su liderazgo, Uruguay se ha distinguido por ser un país conciliador, que
contribuye decididamente a la unidad de los pueblos latinoamericanos. Es
admirable su forma de entender y hacer política.
Su
experiencia y filosofía de vida, lo hacen un gran estadista de nuestro siglo.
Como
hombre sobrio, líder social y ciudadano del mundo, estoy seguro de que usted
seguirá siendo ejemplo para ésta y las futuras generaciones de uruguayos y
latinoamericanos.
Señoras
y señores:
La
Condecoración de la Orden Mexicana del Águila Azteca es el máximo
reconocimiento que el pueblo de México otorga a quienes han realizado grandes
aportaciones en el porvenir de nuestra Nación y del mundo entero.
En
este acto, también le brindamos nuestro mayor agradecimiento por ser, el
Presidente Mujica, un verdadero amigo y un gran aliado del pueblo mexicano.
De
manera especial, valoramos su apertura y disposición para compartirnos
experiencias exitosas, como lo ha sido el Plan Ceibal, que inspiró un programa
similar en nuestro país y que nos está permitiendo llevar computadoras a niños
de quinto y sexto de primaria en México.
Desde
hace más de 180 años, y a pesar de la distancia geográfica que aparentemente
nos separa, Uruguay y México siempre hemos sido y seremos pueblos cercanos.
Uruguay
fue el primer país que visité oficialmente como Presidente de México, debido a
la importancia que mi Gobierno otorga a nuestra relación.
Estoy
seguro de que Uruguay y México serán actores responsables y proactivos en la
construcción de una región latinoamericana más fuerte, más unida y más
próspera.
Por
todas estas razones, como Presidente de México, es un honor imponer este día al
excelentísimo señor José Alberto Mujica Cordano la Condecoración de la Orden
Mexicana Águila Azteca.
Muchas
felicidades.
Y
gracias por la amistad que dispensa al pueblo de México.
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