Revista
Proceso # 2048, 30 de enero de 2016
Estrategias
de conveniencia/COLUMBA VÉRTIZ DE LA FUENTE
Para
Roberto Saviano, el escritor y periodista italiano célebre por su libro Gomorra
–en el que retrata a la mafia napolitana, por lo que recibió amenazas de muerte
desde 2006, cuando apareció el volumen– dice categórico: el gobierno de Enrique
Peña Nieto aceleró la tercera aprehensión de Joaquín El Chapo Guzmán, el
narcotraficante más buscado por el FBI y la Interpol, para “tapar” el homicidio
de la alcaldesa Gisela Mota, de Temixco, “porque ese hecho escandalizó al
mundo”.
En
entrevista por skype, el especialista en temas de narcotráfico comenta que Peña
Nieto demostró “que sabe arrestar al más peligroso hombre, pero todo lo
convirtió en un teatro”.
Y
agrega: “Aprovechó que el líder del Cártel de Sinaloa se encuentra en
dificultades como comandante en jefe. Por
ello, el capo quería una película en Hollywood y se dejó entrevistar por
el famoso Sean Penn, siendo el contacto la actriz mexicana Kate del Castillo…
“Que
el narcotraficante haya aceptado un encuentro de dos actores y dos destacados
productores de la Meca del cine, el argentino Fernando Sulichin y el
hispano-argentino José Ibáñez Martín Pira, demuestra que El Chapo estaba
viviendo como un rockstar para dar mensajes fuertes de que aún se encontraba en
la cima, es decir, que era un boss con el poder verdadero.”
A
decir suyo, las autoridades de México todo lo transformaron en una puesta en
escena para distraer a la opinión pública y no hablar de la extradición del
narcotraficante a Estados Unidos ni de la alcaldesa ejecutada:
“A
México no le conviene la extradición porque El Chapo puede hablar de la
política mexicana; de decir quiénes participan en el narcotráfico. Ese es el
miedo del gobierno de Peña Nieto, aunque al mismo Joaquín le beneficia el
silencio: sabe que es su seguro de vida.
“De
lo contrario, la organización enemiga de Sinaloa, La Familia Michoacana, Los
Zetas, pueden empezar a matar a sus seres queridos. Pero si las autoridades
estadunidenses le garantizan la protección de su familia, El Chapo se puede
arrepentir de callar, y quizá se decida a hablar, porque él sabe todo.”
El
narrador dice que antes Peña Nieto consideraba riesgosa la extradición “porque
era la muestra de un México débil e incapaz de lavar su ropa sucia en casa,
pero la segunda fuga de Guzmán Loera destruyó la credibilidad de la justicia
mexicana ante los ojos del mundo”.
Resalta:
“Peña
Nieto no quisiera extraditar a Joaquín, pero no tiene alternativa.”
Enseguida,
critica al mandatario:
“El
error más grande es que el presidente mexicano considera al narcotráfico un
problema militar y judicial, y no es así. Lo que pasa es que Peña Nieto no
quiere ser como los presidentes anteriores, quienes hablaban mucho del
narcotráfico y lo consideraban el principal problema. Él quiere que se olvide
el hecho de que se asocie que México es igual a narcotráfico, lo que genera un
conflicto, ya que Peña Nieto subvalora ese problema y se da cuenta de la
cuestión cuando la noticia sale en los medios internacionales.”
–¿Cómo
se le ve a Enrique Peña Nieto en el extranjero por haber encarcelado al Chapo?
–Su
mensaje es que México no se dobla ante el narcotráfico… pero ha demostrado lo
contrario, pues Guzmán ha tenido todo en la cárcel: televisión y computadora,
hasta celular. Es decir, México no es un país en condiciones de manejar a los
jefes del narco.
“Cuando
Peña Nieto sale a otras naciones porta una imagen de sí muy segura, agradable.
Parece un presidente de un Estado europeo, del primer mundo, y no del tercer
mundo. Por eso ha creado una estrategia muy precisa: que sean las autoridades
locales las que enfrenten el problema del narcotráfico, como si quisiera alejar
el conflicto de las ciudades y del gobierno central.”
El
autor de CeroCeroCero considera que al presidente de México no le gusta que los
medios informativos aborden el asunto:
“Lo
hace en la lógica de que México no sea mal visto en el extranjero. Es un método
terrible, pero exitoso. Es como el primer ministro de Italia, Matteo Renzi,
quien considera que cuando se habla de la mafia, se habla mal de Italia. Peña
Nieto tiene esa misma idea: si se habla del narcotráfico, se habla mal de
México.”
La
fama
Roberto
Saviano, quien estudió filosofía moderna en la Universidad de Nápoles Federico
II y es autor de gran renombre dentro y fuera de su país, relata que el
gobierno mexicano ya tenía que atrapar al principal traficante de drogas de
México:
“El
error del Chapo es que se volvió muy famoso en todo el mundo, y a Peña Nieto ya
no le quedaba de otra más que detenerlo. Los de la Camorra italiana dicen que
no deben ser importantes. Si su fama (la del Chapo) sólo se fincara en Sinaloa,
al gobierno no le importaría, pero como es conocido en todos los países, el
mundo se enoja y se pregunta: ¿por qué no lo agarran? Entonces, el gobierno
debe atraparlo para dar una buena imagen a nivel internacional.”
Colaborador
del diario La Repubblica y un sinnúmero de publicaciones internacionales, y
autor de Vente conmigo, que reúne ocho relatos de la Italia de hoy, a Saviano
le preocupa que no se le confisquen los bienes al jefe del Cártel de Sinaloa:
“No
existe ninguna verdadera lucha contra el narcotráfico si no se le decomisan su
dinero y bienes. Deben confiscar todo lo que sea posible. Si eso no se hace, no
tiene sentido. Eso pasó en Italia: les quitaron todo el dinero y propiedades a
los mafiosos. Así le quitan la fuerza al narco, porque ¿qué hacen sin dinero?”
–¿Cómo
define usted al Chapo?
–La
diferencia con todos los otros jefes históricos del narcotráfico de Sudamérica
es mucha. Por ejemplo, Pablo Escobar decía que era un empresario; Salvatore El
Mono Mancuso Gómez, comandante de las Autodefensas Unidas de Colombia, dice ser
un guerrillero; Miguel Ángel Félix Gallardo, conocido en México como El
Padrino, decía que era un transportista, y El Chapo le declaró a Kate del
Castillo y Sean Penn que es un narco.
“Es
la primera vez que eso pasa públicamente. Significa que está cambiando
totalmente la cultura comunicativa del Cártel de Sinaloa. Quiere decir que él
ha dejado de ser un mafioso silencioso de origen campesino y se ha transformado
en un rockstar. Necesitaba gritar su poder criminal para sostenerlo. Por eso
digo que El Chapo está en una gran dificultad: no se encuentra para nada en una
situación de fortaleza.”
–¿Qué
opina sobre la pretensión de él de que se realizara una película de su vida en
Hollywood?
–¡Es
normal!… Los mafiosos han entendido que la gente los ama porque le dan dinero a
su pueblo y la prensa los odia. Un periodista no puede hablar bien de un narco.
Así que la mediación entre estas dos posiciones es la película. Él no quería
cualquier largometraje con los narcocorridos, ¡no!, sino una cinta muy grande.
Quizá tipo Pablo Escobar en Netflix.
–Entonces,
¿perdió la cabeza por su fama?
–¡No!…
Según yo, es lo contrario. Era la única manera para dejarse retratar y contar
su vida de manera diferente. Ya contaba con la fama. La película es la manera
de demostrar su poder simbólico porque está perdiendo el poder real.
–¿Ya
lo perdió?
–No
totalmente, pero, repito, se encuentra en dificultad. Su hijo Iván Archibaldo,
El Chapito, como éste mismo lo transmitió por Twitter, es quien ahora está al
mando del Cártel de Sinaloa. Ahora el conflicto de este grupo es entre los
hijos de Joaquín y la vieja guardia, sobre todo con Ismael El Mayo Zambada. Es
un signo importante de que El Chapo no ha delegado el poder en los viejos.
“Ahora
el Cártel de Sinaloa está dividido en dos. No sé si habrá guerra entre ellos.
El Mayo no es un hombre que fácilmente se deje llevar por la guerra, pero Iván
Archibaldo sí puede dejarse llevar. Es decir, si los familiares de Joaquín se
oponen al leadership de la vieja guardia, sí puede brotar la violencia. De
todas maneras, la detención del Chapo no modifica el mercado de la cocaína. El
poder del narcotráfico queda igual.”
Saviano
aclara: “Por eso ya no se puede uno referir a narcos mexicanos. Es impropio. La
palabra apropiada es mafia mexicana. La diferencia entre el narco –que es un
gánster– y el mafioso es que el primero trabaja por el dinero; el segundo, por
el poder.
“En
este momento la organización mexicana es la más poderosa del mundo. Veamos si
el gobierno mexicano luchará contra el narco o es puro teatro, porque para una
parte de la izquierda radical europea México ya es un narco-Estado.”
Saviano,
quien afirma que aún sigue sorprendido porque su libro CeroCeroCero se
encontraba en la cama del último refugio del capo en Los Mochis, Sinaloa,
considera que México “es sin duda el centro del mundo en este momento, porque
la economía más importante del mundo es la economía criminal”. l
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