Malova no pudo jugar golf con Peña Nieto/ Juan Bustillos,
Impacto, 2 de febrero de 2016..
Mario
López Valdez es fanático del golf, pero lo es más del poder; hoy en ambas
especialidades rumia su frustración y no porque esté próximo el final de su
gubernatura, sino porque es evidente que el Centro le puso distancia y perdió
hegemonía sobre el sucesor, a menos que haga otra travesura como cuando
traicionó al PRI apoyado por Juan Millán y Francisco Labastida.
Lo
que el gobernador sinaloense habría dado por colarse este “fin de semana largo”
al campo de golf mazatleco y participar por lo menos unos minutos, no en los 18
hoyos reglamentarios, sino en el importante, el 19, con el Presidente Peña
Nieto, Alfredo del Mazo, Luis Miranda y Pepe Miguel, que cambiaron el clima de
Ixtapan de la Sal por el calor sinaloense.
Pero
en política y en la vida hay una conseja de observancia obligatoria: “no
asistas a fiestas que no te inviten ni des opiniones que no te pidan”.
Y
Malova (así le llaman sus amigos) no fue invitado (si bien le fue informado que
los visitantes ilustres por allá andaban) y no le pidieron opinión.
Es
cierto que es un buen jugador de golf, pero hasta en el deporte hay clases
sociales, y en cuanto a opiniones, lo último que en días de descanso el
Presidente hubiese querido escuchar del ex priísta que llegó a gobernador con
la siglas del PAN y del PRD, son los lamentos, quejas o amenazas disfrazadas de
advertencias sobre la “equivocación” con
Quirino.
Antes
de viajar a los países árabes y a Davos, el Presidente Peña Nieto canceló una
visita a Sinaloa; la causa no fue tanto razones de agenda, sino el frenesí del
gobernador López Valdez empecinado en imponer como su sucesor a su secretario
general de Gobierno, Gerardo Vargas Landeros.
Para
entonces IMPACTO ya había dejado claro a Malova (así conocen sus amigos al
gobernador) que el candidato del PRI sería el diputado federal Ordaz Coppel, un empresario mazatleco cuyo
pecado, único por cierto, había constituido mantener cerrada la boca y no haber
hecho pública su aspiración de buscar la gubernatura.
En
realidad no había mantenido sus aspiraciones tan en secreto, pues en su
momento, apenas candidato a diputado, se las comunicó a César Camacho que por
aquel entonces era líder nacional del priísmo.
En
principio, una de las intenciones de la visita cancelada de Peña Nieto a
Sinaloa era explicar de viva voz a Malova las razones por las que el PRI se
inclinó por Quirino entre 10 aspirantes, uno de ellos de los pocos muy cercanos
al mandatario, David López.
Pero
¿cómo decirle que en principio se trata de romper el cacicazgo de un cuarto de
siglo de Juan Millán?, pero además ¿cómo
convencer a los priístas de que Vargas Landeros seguía siendo su compañero
militante si coordinó la campaña de un tránsfuga que buscó al PAN y al PRD para
cerrar el camino a Jesús Vizcarra?
Más
aún, ¿era necesario explicarle que tanto Vargas Landeros como varios de la
lista de 10 aspirantes a la candidatura serían derrotados en el Tribunal
Federal Electoral por sus descarados actos anticipados de campaña?
Lo
cierto es que Peña Nieto canceló aquella gira del 13 de enero para no dar
oportunidad al gobernador de meter las manos en un asunto ya cocinado, pero
sigue montado en su macho y ahí en donde todo lo ven y todo lo saben han
percibido ciertos movimientos para hacer la vida pesada a Quirino.
Con
la no invitación al golf en Mazatlán le enviaron una señal que no debe dejar de
leer.
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