Nota de RODRIGO VERA , 8 JUNIO, 2016
CIUDAD
DE MÉXICO (apro).- La casa Alberione de Tlaquepaque, Jalisco, manejada por la
arquidiócesis de Guadalajara, daba rehabilitación a sacerdotes pederastas,
confirmó Juan Sandoval Iñiguez, arzobispo emérito de esa circunscripción
eclesiástica.
Sandoval
precisó que este albergue para sacerdotes dejó de atender a pederastas debido a
que, en 2001, el papa Juan Pablo II envió una carta a todos los episcopados
pidiéndoles que dejaran de encubrir a los clérigos que estuviera abusando
sexualmente de menores de edad.
En
una entrevista para la agencia EFE, a propósito de la presentación de su libro
de memorias “Con mi propia voz”, el prelado dijo:
“Desde
que estaba yo en el cargo, antes sí, pero cuando en 2001 el Papa Juan Pablo II
dijo que los pederastas tenían que salir del ministerio, entonces di la
disposición a la casa Alberione para que no admitiera ningún sacerdote
pederasta”.
Y
agregó:
“Un
pederasta no (es aceptado), primero porque nos va a dañar la obra, y segundo
porque de todas maneras tiene que dejar el sacerdocio, ¿para qué estamos ya
gastando en él?”.
Indica
que la prohibición de Juan Pablo II se dio a raíz de los escándalos de
pederastia sacerdotal ocurridos en la arquidiócesis de Boston, Estados Unidos.
Entonces el Papa elaboró un documento que clasificaba a la pedofilia como un
pecado, y “puso en marcha reformas que se han ido endureciendo cada vez”,
añadió Sandoval.
Con
estas reformas, los obispos tienen hoy la obligación de investigar
“inmediatamente” y “a fondo” si saben de un caso de pederastia, para enviar el
expediente a Roma.
Entrevistado
en su casa, situada en el centro de Tlaquepaque, a poca distancia del albergue,
el cardenal retirado en 2011 señala que durante los 17 años que estuvo al
frente de la arquidiócesis afrontó “un solo caso” de pederastia clerical.
Señala
que el cura abusador “fue a dar a la cárcel, ahí lo dejé y después lo soltaron
porque ya estaba viejo”.
La
casa Alberione de Tlaquepaque pertenece a la red de albergues que en todo el
país tiene la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), a fin de dar atención
médica y sicológica a los clérigos que tienen problemas de alcoholismo,
drogadicción, depresión u otras enfermedades.
Por
lo general, estos centros de rehabilitación cuentan con un equipo de médicos,
sicólogos y siquiatras. Uno de sus principales impulsores es el obispo
Marcelino Hernández, quien además de clérigo es sicólogo.
Siempre
ha corrido la versión de que ahí van a recluirse varios sacerdotes pederastas
para recibir tratamiento sicológico… y para evadir a las autoridades
judiciales.
Ahora
Sandoval Iñiguez confirma que, por lo menos en la casa de Tlaquepaque, se
atendía a estos curas abusadores.
Actualmente,
el papa Francisco ha endurecido las medidas contra la pederastia sacerdotal, al
grado de que anunció la creación de un tribunal para juzgar exclusivamente a
los obispos que encubran a sus sacerdotes abusadores.
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