Francisco Yáñez Herrera, director general de la Lotería Nacional durante el gobierno de Felipe Calderón, está involucrado en el caso de corrupción, lavado de dinero y delincuencia organizada que la Procuraduría General de la República (PGR) abrió contra Elba Esther Gordillo. Durante años, él creció bajo la sombra de la líder sindical y, como ella, disfrutó del poder; como ella, está en desgracia.
Según datos oficiales de la Oficina de Recaudación de Impuestos del condado de San Diego, California, actualizados al 27 de febrero último, Yáñez está vinculado con una propiedad que la PGR atribuye a Gordillo: la de 23 Green Turtle, en el lujoso club de yates Coronado Cays.
A ese domicilio, indica la documentación consultada por Proceso, llega la cuenta de impuestos locales para el pago de derechos de una embarcación que aparece como “propiedad personal” del exdirector de la Lotería Nacional.
El yate está valuado en 90 mil 387 dólares (1.1 millones de pesos), y Yáñez presuntamente pagó 949 dólares por la embarcación (poco más de 12 mil pesos) en 2012 para que navegue en las aguas jurisdiccionales del condado de San Diego y pueda anclar en los muelles de la localidad.
La cuenta fiscal llega a 23 Green Turtle y el cobro se hace según la tasa aplicable al área 2002 correspondiente al club de yates Coronado Cays. Probablemente el yate que se le adjudica al exfuncionario cercano a la maestra está anclado en el muelle de la residencia a nombre de Comercializadora TTS, S.A. de C.V., cuya accionista mayoritaria es Zoila Esther Morales de Armendáriz, madre de Elba Esther Gordillo, según informó la PGR.
Al domicilio de Green Turtle también llega el cobro de derechos de otro yate valuado en 10 mil 849 dólares (137 mil pesos) a nombre de la madre de la líder sindical, quien murió en 2009. Aun así, el año pasado fueron pagados 113 dólares de impuestos a su nombre.
Tras la detención de la presidenta vitalicia del SNTE el 26 de febrero, la PGR anunció que había localizado dos propiedades en la isla de Coronado presuntamente adquiridas en “operaciones de triangulación” con fondos provenientes del sindicato magisterial.
En agosto de 2003, este semanario publicó un reportaje sobre una de las casas de Gordillo en San Diego –que ahora investiga la PGR– y el yate de su propiedad. En esa época Elba Esther era protegida por el presidente Vicente Fox y amiga de Marta Sahagún (Proceso 1400).
De acuerdo con las normas del condado de San Diego toda propiedad personal de negocios y propiedades de lujo en California deben pagar sus impuestos cada año. Las embarcaciones, con excepción de las que se utilizan en el comercio o la pesca, se consideran artículos de lujo. Es el caso de los yates que presuntamente pertenecen a Yáñez y a la madre de Elba Esther.
“El hombre del portafolios negro”
Durante años, Francisco Yáñez ha sido la sombra de Elba Esther Gordillo. Al principio fue su secretario particular en el SNTE. Protegido por su jefa, llegó a ser director del Fideicomiso de Vivienda Magisterial (Vima) en el sindicato; también fungió como oficial mayor de la bancada del PRI en la Cámara de Diputados cuando Gordillo fue coordinadora de la fracción parlamentaria en 2003.
En la prensa se referían a él como “el hombre del portafolios negro”, pues cargaba los costosísimos bolsos de mano de su jefa; también se le consideraba el cerebro financiero de las operaciones del SNTE y su lideresa.
El 1 de diciembre de 2006 Elba Esther le propuso a Felipe Calderón nombrar a Yáñez director de la Lotería Nacional. El presidente lo colocó ahí como pago por los favores recibidos por el SNTE y su dirigente vitalicia en las polémicas elecciones presidenciales de 2006. Yáñez duró en el puesto hasta el 19 de enero de 2009. Lo sustituyó Miguel Ángel Jiménez, también impuesto por Gordillo. El día en que fue relevado del cargo, Calderón agradeció a Yáñez sus servicios al frente de la institución.
Durante su gestión, Yáñez protagonizó un escándalo al intervenir ante autoridades judiciales para que liberaran a su pareja sentimental Beatriz Enríquez Valles, quien fue detenida en Chihuahua por tropas del Ejército el 28 de marzo de 2008 junto con un grupo de sicarios del Cártel de Juárez cuando subían más de 600 kilos de mariguana a varias camionetas.
Ese episodio, que ventilaron los medios, molestó más a Elba Esther que al propio presidente Calderón. Fuentes cercanas a la dirigente señalaron que fue ella quien exigió la remoción de Yáñez porque presuntamente “tenía una relación sentimental con él” y se sintió engañada.
En 2011 Miguel Ángel Yunes, expriista y amigo de Gordillo durante algunos años, la denunció porque, dijo, cuando él fue director del ISSSTE –cargo que ella peleó para él– le exigió una cuota mensual de 20 millones de pesos para el Partido Nueva Alianza; lo mismo hizo con Yáñez cuando estuvo en la Lotería Nacional, según Yunes.
De acuerdo con él, Elba Esther le pidió dinero para el Panal cuando la visitó en su casa de San Diego, delante del entonces titular de la Lotería Nacional.
Para salir al paso, Yáñez afirmó públicamente que en diciembre de 2008 Fernando Gómez Mont, Josefina Vázquez Mota y Miguel Ángel Yunes, titulares de las secretarías de Gobernación, de Educación Pública y del ISSSTE, respectivamente, le pidieron información sobre la vida interna del SNTE. Incluso comentó que fue despedido meses después por haberse negado.
La casa por la ventana
A finales de la administración calderonista la lideresa sindical emprendió la remodelación de su residencia del número 1 de Green Turtle, en San Diego, ubicada casi frente a la del número 23 adquirida con anterioridad.
La remodelación duplicó el costo del inmueble, según la licencia de construcción emitida por el condado de San Diego consultada por Proceso. Hoy, ese “pequeño palacio ubicado a la orilla del mar” está valuado en 7 millones de dólares.
De acuerdo con los registros revisados por la reportera, en agosto de 2010 Elba Esther les compró esa residencia de Coronado Cays a Isaac y Bonny Levy a través de la empresa Comercializadora TTS México, S.A. de C.V., que “sirvió como fachada”, según la PGR. El valor del terreno es de 2 millones 800 mil dólares y el de la construcción es de 1 millón 200 mil dólares.
Pero ella quería más.
El 28 de marzo de 2012 solicitó al condado un permiso para demoler la residencia y reedificarla. Las obras incluyeron la construcción de una alberca-spa, cinco habitaciones y cuatro baños. Se invirtieron 3 millones 198 mil dólares, por lo que el valor de la propiedad se elevó a 7 millones 198 mil dólares.
La compañía encargada de la remodelación fue Sweig General Contracting, Inc., asentada en San Diego, que suele promocionarse como una firma especializada “en la exquisita creación de interiores artesanales y lujosas residencias”.
Presidida por Jim Sweig, la firma añade: “Juntos, con un equipo cuidadosamente seleccionado de artesanos y subcontratistas especializados, Sweig General Contracting Inc., produce productos superiores”.
En agosto de 2003, cuando Proceso denunció la existencia de la otra mansión de Elba Esther –la de 23 Green Turtle– consultó documentos oficiales según los cuales fue adquirida por 1 millón 700 mil dólares. Hoy, su valor catastral oficial es de 4 millones 717 mil 867 millones de dólares.
En 2013, Elba Esther deberá pagar 52 mil 450 dólares de impuestos por sus dos propiedades de Green Turtle.
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