- Eruviel Ávila, el motivo del encono entre Gordillo y Peña Nieto/JENARO VILLAMIL
Revista
Proceso
No. 1896, 3 de marzo de 2013
La
caída de Elba Esther Gordillo comenzó a gestarse hace dos años, cuando se
impuso para que el entonces gobernador del Estado de México, Enrique Peña
Nieto, cambiara su decisión sobre quién lo sucedería en el cargo. Testigos de
una reunión en la que presuntamente se operó el ungimiento del candidato
priista a la gubernatura refieren a Proceso que la presión ejercida por la
maestra benefició finalmente a Eruviel Ávila, actual mandatario estatal. A la
postre, sostienen fuentes cercanas al presidente Peña Nieto, este último hecho
provocó el alejamiento entre la lideresa del SNTE y el jefe del Ejecutivo
federal.
La
historia del reciente epitafio de Elba Esther Gordillo, la “amiga del Estado de
México”, como la definió Enrique Peña Nieto en 2008, comenzó a escribirse la
noche del viernes 25 de marzo de 2011, en vísperas del destape del candidato
priista a gobernador de esa entidad.
Peña
Nieto ya había reunido el 23 de marzo a los cinco principales precandidatos: su
delfín y primo, Alfredo del Mazo Maza; su principal asesor y cerebro
financiero, Luis Videgaray; el alcalde de Ecatepec, Eruviel Ávila; el líder del
Congreso estatal, Ernesto Némer, y el joven dirigente del PRI estatal, Ricardo
Aguilar Castillo, hechura del propio Peña.
El
secretario general de Gobierno y compadre de Peña Nieto, Luis Enrique Miranda
Nava, acordó ese 23 de marzo, aniversario del asesinato de Luis Donaldo
Colosio, que todos debían aceptar al “candidato de unidad” que sería el alcalde
de Huixquilucan, Alfredo del Mazo Maza, hijo y nieto de exgobernadores.
Todos
aceptaron, menos el alcalde de Ecatepec, Eruviel Ávila, cercano en las
encuestas a Del Mazo, quien declaró que buscaría la candidatura del PRI “hasta
el último momento”. Y la obtuvo.
Con
el apoyo de Gordillo y del exgobernador y tío de Peña Nieto, Arturo Montiel,
Ávila logró dos días después, el 25 de marzo, doblegar la decisión del
gobernador saliente.
Testigos
de los hechos que ocurrieron ese día comentan que la lideresa sindical llegó acompañada
del dirigente nacional del PRI, Humberto Moreira. Ella argumentó que el
candidato debía ser el alcalde de Ecatepec, el municipio más poblado del país;
de lo contrario, advirtió, podría darse una ruptura similar a la ocurrida en
Sinaloa con Mario López Valdez y en Guerrero con Ángel Aguirre. Ambos,
despreciados por el PRI, se convirtieron en candidatos ganadores de coaliciones
del PRD y el PAN.
El
principal temor de Peña Nieto y de su equipo, abundan los testigos, era perder
el Estado de México frente a una alianza opositora, lo que hubiera sido un
descalabro en su camino a la Presidencia. Añadieron que el argumento
contundente lo dio Montiel, quien impulsó la carrera de Peña Nieto y también la
de Ávila.
“Recuerda
que no fue Alfredo del Mazo (padre del alcalde de Huixquilucan) quien te hizo
gobernador. No le debes nada a él”, le dijo a Peña Nieto.
La
voluntad de Peña Nieto fue doblegada. Aceptó modificar su decisión a cambio de
que el coordinador de la campaña lo designara él. El cargo recayó en Videgaray,
ahora poderoso secretario de Hacienda, el mismo que ordenó investigar las
cuentas de la maestra en diciembre de 2012 mediante la Unidad de Inteligencia
Financiera encabezada por Alberto Bazbaz, el polémico procurador estatal
durante el caso de la niña Paulette.
Conocedores
del temperamento de Peña Nieto y de los entretelones de la política en el
Estado de México comentan al reportero que este episodio fue decisivo en el
gradual distanciamiento del mexiquense con la profesora. Su alianza fue mutuamente
beneficiosa en los comicios estatales y federales de 2009 –cuando el PRI
recuperó el control del Congreso estatal, de los municipios en manos de la
oposición y la mayoría de las curules federales–, pero no resultó tan
redituable en 2012.
En
enero de ese año el PRI rompió el acuerdo con el Partido Nueva Alianza (Panal)
para cederle 24 de los 126 distritos electorales que irían en coalición con el
tricolor y con el Partido Verde para la Cámara de Diputados. En el caso del
Senado, de los 20 estados, cuatro serían para el Panal, cinco para el Verde y
11 para el PRI.
El
acuerdo, firmado por Humberto Moreira, aliado de la maestra, se rompió con la
llegada de Pedro Joaquín Coldwell a la dirigencia nacional del PRI y tras
airadas reacciones de varios priistas, entre ellos el senador Francisco
Labastida Ochoa, candidato presidencial perdedor en 2000.
“Nos
quita más de lo que nos da”, afirmó en varias ocasiones Labastida al referirse
a la alianza con el Panal. “Creo que nosotros tenemos que buscar con los maestros
–con quienes tenemos buena relación–, y no tanto con la profesora, una alianza
electoral”, planteó el exgobernador de Sinaloa y exsecretario de Gobernación.
En
privado, Videgaray, a la sazón coordinador general de la campaña presidencial
de Peña Nieto, también se manifestó contra la alianza con el Panal. Recordó que
en el Estado de México ese partido sólo obtuvo 12 mil 601 votos directos en las
elecciones locales del 2 de julio de 2009, pero gracias al convenio de
coalición pudo colocarse como cuarta fuerza partidista en la entidad.
Guiños
Desde
el gobierno de Montiel, Gordillo y los 50 mil maestros del Sindicato Nacional
de Trabajadores de la Educación (SNTE) en toda la entidad se convirtieron en
aliados fundamentales para las aspiraciones presidenciales del entonces
gobernador.
Los
dos tenían un adversario común: Roberto Madrazo, dirigente nacional del PRI que
se confrontó con Gordillo –quien fue expulsada del tricolor– y contendió con
Montiel por la nominación presidencial priista en 2006.
Experta
en navegar en dos aguas al mismo tiempo, la lideresa apoyó al gobierno de
Calderón en tanto que el 5 de marzo de 2008 selló un pacto con Peña Nieto para
llevarlo a la Presidencia.
En
aquella ocasión el gobernador mexiquense inauguró los congresos de las
secciones 17 y 36 del SNTE en la entidad. Gordillo inició su carrera política y
magisterial en la Sección 36, de la cual fue secretaria general antes de
ascender al liderazgo nacional del sindicato, tras la defenestración de Carlos
Jonguitud, su mentor. Esa sección abarca los municipios más poblados de la
entidad, como Ciudad Nezahualcóyotl, Ecatepec y otros del Valle de México.
Gracias
a esa alianza Peña Nieto le otorgó privilegios y beneficios a la maestra. Le
respetó el pago de dos salarios que cobraba desde 1992 sin trabajar: como
directora y maestra de primaria. Sólo en 2007 los Servicios Educativos
Integrados del Estado de México (SEIEM) le pagaron 252 mil 280 pesos por
concepto de sueldos, aguinaldo, prima vacacional, bonos y otros rubros.
Al
mismo tiempo el SEIEM, organismo responsable de administrar el pago a los
maestros del SNTE en la entidad, autorizó que 227 profesores cobraran su
salario sin trabajar por estar “comisionados” en actividades sindicales. En
realidad se volvieron operadores electorales de las campañas de 2009 y 2011.
La
protección de Peña Nieto a la maestra incluía a la familia. Su hermana Marta
Leticia Gordillo Morales trabajó en el SEIEM con un sueldo mensual de 36 mil
184 pesos como jefa de sección. Su plaza magisterial, ubicada en Tlalnepantla
de Baz, incluyó desde 2009 el pago de varios “apoyos” mensuales, de acuerdo con
una investigación divulgada por MVS Noticias en mayo de 2012.
Otro
evento clave en la alianza entre Peña Nieto y la lideresa sindical ocurrió el
19 de noviembre de 2010. Ambos posaron para la foto durante la inauguración de
las oficinas de la sección 36 del SNTE en Ecatepec, municipio gobernado por
Ávila. El gobierno peñista invirtió 70 millones de pesos en la nueva sede
sindical.
Ahí
la maestra le dio todo su apoyo a Peña Nieto y marcó un deslinde frente a la
administración de Felipe Calderón. “Nuestro reconocimiento y gratitud a su
gobierno y nuestro deseo de que los sueños seamos capaces de hacerlos
realidad”, le dijo. Más aún, le guiñó el ojo cuando anunció que el SNTE
aportaría 50 millones de pesos de las cuotas sindicales para otorgar becas a
niños destacados del país, incluyendo a los del Estado de México.
Para
los buenos entendedores de la operación electoral, la maestra anunciaba así la
disposición del sindicato magisterial de ofrecer recursos y sus bases de datos
para hacer realidad el “sueño” compartido: ganar la Presidencia en julio de
2012.
Además,
la alianza con Gordillo le garantizó a Peña Nieto el apoyo de otros
gobernadores con los que ella tenía una relación especial: Humberto Moreira, a
quien ambos impulsaron para que llegara a la presidencia nacional del PRI;
César Duarte, de Chihuahua; Rafael Moreno Valle, de Puebla; Egidio Torres
Cantú, de Tamaulipas; Ángel Aguirre, de Guerrero, y Juan Sabines, de Chiapas,
entre otros.
Alineaciones
“Necesito
de la maestra Elba Esther; necesito de los maestros del Estado de México del
sector federalizado; necesito de todos”, clamó Ávila en el último día de su
precampaña para la gubernatura en 2011.
La
dirigente sindical le cumplió a Eruviel y éste se comprometió desde entonces
con ella. Los últimos actos públicos de la “presidenta vitalicia” del sindicato
magisterial se realizaron en territorio mexiquense, con la presencia del
gobernador.
El
pasado 6 de febrero, día de su cumpleaños, y en pleno conflicto por la
aprobación de la reforma educativa a la que se opuso una y otra vez, la maestra
le encargó a Ávila que llevara un “mensaje” a Peña Nieto.
“Doctor
Eruviel Ávila, por favor transmita al señor presidente que los maestros de
México somos sus amigos, lo hemos sido siempre y lo seguiremos siendo por el
bien de la patria”, afirmó.
Conocedora
de las formas y fórmulas del poder priista, por primera vez Gordillo hacía
pública su falta de interlocución directa con Peña Nieto y le “encomendaba” al
gobernador que fuera su intermediario.
Conciliador,
Ávila exhortó a los maestros reunidos con motivo de la trigésima sexta reunión
de la unidad de los trabajadores de la educación del Estado de México a que
“todos sigamos haciendo la tarea, para que todos sigamos haciendo y aportando
la parte que nos corresponde. El ejemplo lo pone a nivel nacional nuestro
presidente de la República”.
La
reunión entre Ávila y la dirigencia sindical encabezada por Gordillo se realizó
en un contexto especial: las versiones insistentes en el Estado de México de un
presunto distanciamiento entre Ávila y Peña Nieto a raíz de las designaciones
de integrantes del gabinete estatal y de un realineamiento a favor de los
montielistas.
Uno
de esos nombramientos fue el de Isidro Pastor, exdirigente estatal priista y
adversario interno de Peña Nieto durante el proceso de sucesión de Montiel en
2005. Ávila designó a Pastor secretario de Desarrollo Metropolitano.
La
detención de la profesora también tomó por sorpresa a Ávila. Fue uno de los 11
gobernadores reunidos en la Secretaría de Gobernación para evitar
movilizaciones y actos de protesta del sindicato.
El
pasado 28 de febrero afirmó: “En el Estado de México tenemos nuestra actividad educativa
normal. Ya tuve contacto telefónico con líderes (magisteriales) y así que hay
que trabajar por el bien de la educación de calidad, y este incidente que todos
conocemos (la detención de Gordillo) deberá seguir su cauce legal”.
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