30 abr 2013

José Antonio Meade, entrevista


EL PAÍS, 29 de abril de 2013
'Queremos una relación pragmática con EU': Meade
Entrevistado por  Salvador Camarena:
El canciller mexicano José Antonio Meade (ciudad de México, 1969) es el único funcionario que estuvo en una posición de primera línea en el anterior Gobierno (fue ministro de Energía y de Hacienda) que antes que irse a su casa fue invitado por el presidente Enrique Peña Nieto a ocupar de nuevo una secretaría de estado. En entrevista con EL PAÍS, el secretario Meade explica que además de seguridad, con Estados Unidos quieren hablar de más temas: de economía, de ciencia y tecnología, de jóvenes, de educación, asuntos que estarán en la agenda la semana entrante cuando el presidente Barack Obama visite la capital mexicana.
El funcionario rechaza que el nuevo Gobierno mexicano sea un actor pasivo en los debates que sobre armas y reforma migratoria se desarrollan desde hace meses en Estados Unidos. “Somos actores. No se traduce ni se acota la posibilidad y los canales de participación con mensajes y estrategias mediáticas. Eso fue parte de una estrategia que en el pasado no fue exitosa”. De igual forma, al sostener que desarrollarán una “diplomacia pragmática”, sostiene que la “expresión de la importancia que para México tienen esos temas, y la generación de una estrategia para tratar de que los dos temas tengan un resultado que sea positivo para México, no exige ni de estridencias ni de declaraciones mediáticas escandalosas”.

 Pregunta. ¿Cuáles van a ser los acentos de la visita del presidente Barack Obama?
Respuesta. Arrancan desde la definición de que de lo que se va a hablar es fundamentalmente de economía, de las oportunidades que la relación presenta, de educación, de ciencia y tecnología y de innovación, eso pone de relieve el que en ambos presidentes hay la convicción de que la agenda tiene una riqueza amplia que debemos explotar para crear mejores condiciones de crecimiento y de bienestar para nuestras dos comunidades.

P. ¿A una semana ese encuentro, cómo define la relación entre México y Estados Unidos?
R. Cualquier indicador que uno escoja para ponderar la relación da cuenta de que es una relación intensa, constructiva, productiva, que nos ofrece a ambos países oportunidades importantes. Hay datos que permiten ponerla en perspectiva: tenemos más de un millón de dólares en transacciones por minuto y más de un millón de cruces fronterizos por día, eso da una idea de la escala.

P. ¿Qué problemática destacaría?
-R. Destacaría más bien las oportunidades, en este universo grande de interacciones, ciertamente hay temas que preocupan, el de seguridad, el de migración, la frontera, pero si uno pondera el gran volumen cotidiano de los intercambios y las interacciones, son muchos más los positivos que los negativos. Es mucho el potencial que todavía tiene un enfoque bilateral para hacerle frente a los retos que nos son comunes que las tensiones, las divisiones y la problemática cotidiana.

P. ¿Qué tipo de relación le ha planteado este nuevo Gobierno de México a EE UU?
R. Queremos que sea una relación amplia, con un diálogo estructurado alrededor de muchos temas que sentimos que son importantes; parte esencial de ese diálogo siempre será el generar las mejores condiciones de seguridad en la región y también el tema migratorio, pero lo que queremos es construir un andamiaje que nos permita hablar de inversiones, de empleo, de la frontera como un espacio logístico que le da competitividad a Norteamérica, de educación, de jóvenes, de inversión en infraestructura, y sentimos que todo eso le hace más justicia a la relación que hoy tenemos, y que nos permite fomentarla y consolidarla para hacer una región competitiva y dinámica.

P. Hay críticas de que este gobierno se ha quedado callado en torno a los debates sobre armas y reforma migratoria que hay en estos momentos en Estado Unidos.
R. La expresión de la importancia que para México tienen esos temas, y la generación de una estrategia para tratar de que los dos temas tengan un resultado que sea positivo para México, no exige ni de estridencias ni de declaraciones mediáticas escandalosas. Exige del trabajo coordinado, exige de poner información sobre la mesa, exige de estar cerca de nuestras comunidades, de estar cerca de los actores que están participando en el debate, exige construir sobre el entendimiento.
México es actor y es contraparte y es interesado en los dos debates, no se puede pensar en una reforma migratoria sin un diálogo cercano con México como el que está habiendo a diario.

P. ¿Pero cuál ha sido el input de México?
R. Varios y por muchos años, el debate migratorio no arrancó ayer, es uno que tiene mucho tiempo, en el que se han ensayado muchas estrategias, alrededor del cual se han venido generando condiciones por muchos años, y que hoy cristaliza en una iniciativa que recoge mucho de lo que México, sus comunidades y sus migrantes han venido poniendo sobre la mesa.

P. ¿Pareciera que México es un actor pasivo?
R. No lo somos. Somos actores. No se traduce ni se acota la posibilidad y los canales de participación con mensajes y estrategias mediáticas. Eso fue parte de una estrategia que en el pasado no fue exitosa. El acompañamiento de este proceso es uno multidimensional, en donde el gobierno es una parte, pero en donde es actor la comunidad, en donde es actor los mexicanos organizados, es actor la empresa, en el que es actor México a través de su relación con el congreso de EEUU, con la administración y con las comunidades. Y estamos muy satisfechos de que lo que hoy se está discutiendo ofrece un entorno y una solución porque hacía mucho se anhelaba y hoy parece estar al alcance.

P. ¿EEUU pidió que esa participación fuera discreta?
R. Nuestra participación es una en la que buscamos una buena coordinación con la administración, una buena coordinación con el congreso y con las comunidades. Así lo hemos venido haciendo, y sentimos que el ambiente que hoy rodea a esa iniciativa es un ambiente positivo, que nosotros estamos en el ánimo de cuidar, al que le hemos dado la bienvenida de manera muy clara y contundente.

P. ¿Cree que en el tema de las armas fueron contraproducente los reclamos del anterior gobierno a EEUU de que hubiera corresponsabilidad?

R. Sentimos que hoy, en el diálogo que se tiene con Estados Unidos, esa corresponsabilidad se asume plenamente.

P. ¿Se acabó la diplomacia del reclamo al vecino?
R. Nosotros estamos buscando encabezar un esfuerzo de diplomacia pragmática, en donde los resultados se den de la mejor forma posible, dispuestos a utilizar los mejores instrumentos en los distintos momentos, y los que hoy hemos utilizado, a nuestro juicio, han sido asertivos y exitosos.

P. En la anterior ocasión en que gobernaba el PRI, expresiones como la que tuvo recientemente el nuevo secretario de Estado estadounidense, John Kerry, que ha dicho que América Latina es el patio trasero de su país, habría provocado un gran debate en México. En esta ocasión no hubo tal ¿por qué?
 R. Porque son sociedades que están compenetradas, son sociedades en donde la relación no depende, no está colgada, de una señal o de una declaración particular, sino que dependen de una multiplicidad de vínculos, de contactos, de acciones, en donde la sola visita en un momento tan temprano de la segunda administración del presidente Obama y arrancando la administración del presidente Peña Nieto es mucho más elocuente que un matiz o un giro ciertamente no el más afortunado.

P. ¿Lamentable?
R. No el más afortunado.

P. ¿Cómo califica la cooperación con EEUU que tuvo en materia de lucha antinarco el Gobierno anterior? ¿Qué cambia con la llegada de un nuevo Gobierno?
 R. La iniciativa Mérida es un mecanismo flexible que debe ser ajustado, en función no solo del cambio de administración, no solamente en los diferentes acentos que en materia de la estrategia tiene esta administración respecto a la anterior, acentos que se recargan más en la prevención, en una mejor coordinación entre la federación, los estados y los municipios, pero también en un diferente momento, y en una diferente capacidad institucional del gobierno mexicano que la que se tenía cuando originalmente se concibió. Se están haciendo los ajustes a la iniciativa por parte de quienes la operan para que siga siendo uno más de los instrumentos valiosos con los que México cuenta para armar una estrategia exitosa de seguridad.

P. Se ha hablado de que EEUU está nervioso porque no entiende la nueva estrategia. ¿Qué mensajes han recibido sobre eso?
R. A nosotros no nos han comunicado más allá de la disposición, del interés de tener un diálogo fluido, una relación cercana, de aprovechar los espacios de cooperación y de generar condiciones para que los dos sigamos trabajando en que nuestros ciudadanos tengan los mejores elementos de seguridad en cada uno de nuestros países y en la región en su conjunto.

P. ¿Cómo califica la cooperación en la anterior administración? ¿Fue demasiada?
R. No es lo mismo un esfuerzo de cooperación cuando se está en el proceso de fortalecer la capacidad institucional, que uno cuando se lleva ya un periodo importante fortaleciendo esa capacidad institucional y se han alcanzado algunos logros importantes.

P. ¿Va a disminuir la cooperación?
R. No, el mecanismo conceptual seguirá siendo el mismo, los montos involucrados serán en principio siendo los mismos, el destino de esos montos y la traducción específica de la cooperación será la que con flexibilidad se vaya acordando entre las partes para ir reflejando los diferentes momentos y las estrategias, no es una colaboración que haya estado escrita en piedra en materia de su contenido.

P. ¿Los drones de EEUU sobrevuelan territorio mexicano?
R. Es un tema que se discute y coordina en instancias distintas de aquí (de la cancillería).

P ¿Pero tendría que ver en ello la soberanía?
R. No es un tema en el que yo esté puesto.

P. ¿La relación con EEUU dejará de ser una relación narcotizada?
R. Nuestra aspiración con EEUU es llegar a tener una relación que le haga justicia a las oportunidades que los dos países presentan, y que se multiplican cuando actuamos en conjunto, el enfoque de solución a muchos problemas comunes pasa por una estrategia coordinada, pasa por un actuar en conjunto. Lo que nosotros queremos en esa relación es que cada vez más y más hablemos de empleos de oportunidades, de infraestructura, de una frontera con una logística moderna, de economía, del futuro de nuestros jóvenes, y en esa labor estaremos empeñados.

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