La
Iglesia, fuera de la realidad/Bernardo Barranco V.
Revista Proceso # 1945, 8 de febrero de 2014
Los
graves problemas que enfrenta la Iglesia católica–entre
los que destacan la pederastia y su encubrimiento institucional– evidencian que
la estructura eclesiástica ya no da para más, sostiene uno de los prelados más
progresistas de México. En el libro El evangelio social del obispo Raúl Vera,
puesto en circulación por Grijalbo, el investigador y periodista Bernardo
Barranco le pide su opinión sobre Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. Al
primero lo considera “hipócrita” y dice que al segundo “no le confiaría el
cambio del país”. Con la autorización del autor y la editorial, aquí se
adelantan fragmentos del libro.
Bernardo
Barranco: ¿Hay falta de sensibilidad (en el tema de la pederastia)?
Raúl
Vera: Más bien vivimos fuera de la realidad. Como Iglesia, muchos se sienten
como una sociedad de excepción. Te pongo un ejemplo: un día, en las reuniones
de la Conferencia Episcopal Mexicana (CEM), cuando empezaba a resonar el tema
de la pederastia, de un día para otro, para que los obispos no tuvieran que
enfrentar a la prensa porque ese tema era una pregunta reiterativa por parte de
los medios, se decidió suprimir las ruedas de prensa que se realizaban durante
todos los días de la conferencia.
BB:
¿Por qué esa actitud de silencio?
RV:
Es por una mentalidad clerical de que si la Iglesia pierde autoridad moral,
nosotros dejamos de ser el instrumento de Cristo para salvar al mundo.
Pero
la Iglesia no pierde autoridad nada más porque se den cuenta de nuestras
incoherencias, de nuestros pecados. La Iglesia pierde autoridad cuando nos
salimos de nuestra responsabilidad ética y perdemos el horizonte de la
realidad.
BB:
Hay un tema que me gustaría tratar. La no presencia con las víctimas de la
pederastia clerical. Para muchos resultó incomprensible por qué el papa
(Benedicto XVI) en otros países, como Estados Unidos, Inglaterra, Irlanda, se
reúna con las víctimas; hasta en la pequeña Malta. Y en México (en la visita de
2012) les niega una audiencia. (…) Esas víctimas son de la Iglesia. Son
damnificados de la propia Iglesia. Aquí la Iglesia tiene una responsabilidad
directa que no quiso afrontar.
RV:
Yo especialmente pienso que en el equipo organizador no hubo una persona que
prefiriera correr los riesgos encontrando una fórmula para que personas
representativas de los distintos sectores de víctimas de la sociedad pudieran
encontrarse con él y que las víctimas pudieran escucharlo en un mensaje directo
a ellas. Creo que hubiera sido mucho más positivo enfrentar riesgos que
eludirlos; las reacciones negativas fueron peores.
Se
intentó abordar el tema de la pederastia a través de un mensaje de respeto,
cuidado y promoción de la niñez, pero en absoluto cubrió las expectativas. Es
más, dio la impresión de una solución fácil, y hay que reconocer que no es un
asunto del santo padre, sino de quienes organizan sus visitas pastorales, sea en
Roma o en el Estado por visitar.
BB:
Era algo tan evidente como para haberlo previsto.
RV:
No, lo calculan todo. Yo considero que hubo estupor al enfrentar el tema y ese
temor no vino de Su Santidad. No fue el santo padre quien decidió que fueran
así las cosas, sino quienes arreglaron el viaje.
Nosotros,
por ejemplo, no pudimos entregarle una carta al santo padre. Le pedí de favor a
un cardenal y le dije que se la entregara al secretario del papa; en el sobre
decía: “De los obispos de la provincia eclesiástica para un caso de
beatificación”. Ni siquiera nosotros los obispos, como grupo, pudimos
acercarnos un momento al santo padre. No nos dieron un espacio. Estaba súper
controlado el acceso a Benedicto.
BB:
Joseph Ratzinger (…) está recogiendo amargos frutos que sembró como prefecto de
la Sagrada Congregación de la Doctrina de la Fe, desde el disciplinamiento de
la Iglesia encabezado por él.
RV:
Aquí hay otro problema: ya no se puede sostener –a lo mejor por algunos siglos
sirvió– la estructura que actualmente tenemos en la Iglesia. Pero al día de hoy
–es mi opinión personal– tiene que cambiar la manera como el santo padre se
acerque a las iglesias locales. En el mundo eclesiástico hay un dicho tremendo
que dice: “De Roma viene lo que a Roma va”.
BB:
¿Cómo percibió la actitud de Felipe Calderón durante la visita?
RV:
La califico de sumamente hipócrita. En primer lugar, un presidente no se
improvisa con posturas ni con discursos, pues lo respaldan sus obras. La obra
que él tiene atrás son 60 mil muertos, una nula procuración de justicia, una
falta de responsabilidad y poca estatura como estadista.
Es
como cuando nos vamos a presentar ante Cristo; yo así lo veo. Para quienes
hemos estado atentos y hemos dado seguimiento al proceso de su mandato y a la
manera tan irresponsable y mentirosa como lo ha ejercido, nos queda claro que
no tiene aprobación ante un examen en materia de justicia que viene de Dios. No
sólo es responsabilidad suya una cantidad incalculable de muertes; ha dejado a
muchas familias mexicanas sin su fuente de trabajo. Y esto lo hizo a través de
un decreto irresponsable con el que dejó en la calle a 44 mil obreros de un
solo plumazo; ha permitido que se instale la corrupción en las estructuras del
gobierno mexicano, con su constante negación a fortalecer la procuración de
justicia de la nación; ha permitido el fortalecimiento de sus estructuras
internas y la multiplicación de los cárteles, con la diversificación de
modalidades en los crímenes del hampa. Eso no se improvisa. Los discursos del
señor presidente sonaban huecos. La virtud y la calidad ética no se improvisan
en una visita papal; nuestras obras nos acompañan.
La
hipocresía política
BB:
¿Cómo queda México después del pasado proceso electoral? Concretamente me
gustaría conocer su opinión acerca del regreso del PRI al poder.
RV:
En este proceso electoral por la Presidencia de la República no dudé ni tantito
que las cosas fueran a seguir como siempre. Y esto es lo que a mí me preocupa.
Yo creo que ahora hay un desfase en la mentalidad de quien gobierna. A quien le
toca decidir y organizar, si lo hace con una mentalidad antigua,
antidemocrática y de poca participación ciudadana, como si estuviésemos antes
de los cincuenta, va a confrontar una situación que ya no coincide con ese modo
de pensar.
BB:
El presidente consejero (del IFE), Leonardo Valdés Zurita, a unos días de la
jornada electoral (del 1 de julio de 2012), desestimó las denuncias de la
compra y la coacción del voto.
–Hace
unos 30 años metíamos al poder, a través de la venta del voto, a personajes
abusivos que iban a robar, a hacer uso del tráfico de influencias y a favorecer
los compadrazgos.
Pero
el día de hoy estamos hablando de complicidades con criminales. La compra del
voto ya no nos está exponiendo a eso; estamos hablando de que va a correr más
sangre. El daño hoy se da de otro modo; ya no es de compadres, ahora quieren
que se les permita hacer cosas que no tienen nombre. No es tanto que sea o no
sea el PRI; es una forma de pensar, una no mentalidad, una no evolución hacia
un modelo político de convivencia social. Eso es lo que me preocupa.
BB:
¿Cuáles considera que son las grandes prioridades que debe atender el gobierno
de Enrique Peña Nieto?
RV:
Una de ellas es una reforma política auténtica. (…) Pero yo sé que le estoy
pidiendo peras al olmo. (…)
Yo
no le confiaría el cambio del país a Peña Nieto. Sinceramente siento hipocresía
en el discurso, muy alejado de la realidad, y con muy poca apertura a un cambio
de mentalidad.
Con
el proceso político de México, la manera en la cual (los priistas) actuaron
durante las elecciones, podemos esperar lo peor. Es evidente que los mexicanos
no queremos entrar en una crisis, en la que no se excluyen levantamientos
armados, pues es mucho el crecimiento de las injusticias. En este momento
pienso que la prioridad se la debemos dar a la ciudadanía.
Los
métodos que usaron durante estas últimas elecciones federales revelan que
quienes ahora nos gobiernan se comprometieron con lo peor de nuestra sociedad,
aunque su voz anuncia otra cosa. Lo que nos recuerda la advertencia de Jesús,
de tener cuidado con los lobos con piel de oveja y con la falta de estructura
moral y ética. Y mira que a estas alturas de mi vida ya no me espanto con
cualquier cosa, pero me choca y me irrita la falta de escrúpulos de muchos
miembros de la clase política.
El
ataque a los homosexuales
BB:
Otro tema: el de los homosexuales. Se trata de sujetos que han hecho una
irrupción muy importante en el mundo de la cultura contemporánea que aspiran a
una mayor tolerancia y a la apertura de lo considerado diferente. Eso ha creado
mucho ruido en el interior de la Iglesia.
RV:
El tema de los homosexuales está muy minado, pues la Iglesia se limita a decir
que psíquicamente no hay explicaciones claras. Si oficialmente cerramos los
ojos ante lo que se dice a nivel científico sobre la homosexualidad, la Iglesia
queda atrapada en la reducción: “Es una enfermedad, es una desviación, es una
perversión”. Si en este campo no dialogamos objetivamente como Iglesia con el mundo
científico, en este campo incluso se llega a decir entre nosotros que los
estudios científicos son explicaciones que han promovido los homosexuales, es
decir, que se trata de investigaciones científicas pagadas por ellos mismos
para justificarse. (…)
Pero
no es posible que en nuestra relación con los homosexuales todo se vea desde el
lente de la promiscuidad; este es uno de los aspectos más deplorables entre
quienes padecen la homofobia. Debemos hacer una lectura mucho más objetiva. Si
alguien dice “soy homosexual y tengo dignidad” o “soy lesbiana y tengo
dignidad”, eso no significa que va a promover una depravación. Nos tenemos que
abrir a una manifestación de la dignidad humana que exige de parte de todos una
actitud mucho más amplia y respetuosa de lo que hoy significa la dignidad de la
persona.
BB:
Usted ha tenido la valentía de abrigar a una pastoral de homosexuales. La ha
tenido en Saltillo y ha sido muy mal leída y mal aceptada por ciertos sectores
conservadores de la comunidad católica.
RV:
En la diócesis de Saltillo se realiza trabajo pastoral con la comunidad
lésbico-gay, con una misa mensual, con conferencias y retiros espirituales. Es
de lamentar que cerca de 90% haya sido dañado por los prejuicios, la
discriminación y la exclusión por sus familias y por parte de la sociedad. La
Iglesia no puede ignorar este hecho, ni mucho menos sumarse a la condena que se
hace de las personas homosexuales. No podemos desamparar a los feligreses
debido a su orientación sexual.
BB:
Pese a las presiones de Roma, ¿cómo se encuentra actualmente la pastoral con
los homosexuales?
RV:
En este momento hay algún problema con el grupo San Elredo, que es una
asociación civil; así lo tuvimos que hacer para poder subsistir. Frente a los
cuestionamientos de parte de Roma, hubo una reacción bastante negativa, no en
todos los integrantes, pero sí en alguna persona que era muy importante para
este grupo. Una de estas personas más radicales me dijo: “Se ve que usted sí
nos quiere, pero que la Iglesia no”. Ahora esa asociación civil está actuando
por su cuenta y ha tomado distancia de la diócesis.
La
oscuridad de la minería
BB:
Vamos a pasar a otro sector, donde usted se ha convertido en un icono: el
sector minero.
RV:
He intentado caminar muy cerca del mundo. (…) Cuando ocurrió el desastre de
Pasta de Conchos (…) no sólo la empresa dijo que no iba a entregar los cuerpos,
sino que fue solapada por el gobierno federal por medio de la Secretaría del
Trabajo. El señor Álvaro Castro, el subsecretario, quien daba la cara, todo el
tiempo contestó de manera altanera cuando se le dijo que queríamos rescatar los
cuerpos o los restos. Lo mismo le respondió a un senador de la República, y
Castro terminó perdiendo el puesto. Esto demuestra que se trataba de una
consigna para no llevar a cabo el rescate.
En
más de 100 años, el único caso de mineros cuyos cuerpos no se han rescatado es
el de Pasta de Conchos. Ha habido muchos incidentes de ese tipo. En el primer
gran incidente que ocurrió, como nadie sabía trabajar el carbón, había muchos
chinos. A mí me habían dicho que en ese primer incidente no habían sacado los
cuerpos, pero me dieron unas memorias del suceso y descubrí que sí habían
logrado sacar más de 50% de los cuerpos. Aunque muchos no fueron identificados,
pues eran migrantes.
Más
tarde, el caso chileno llenó de indignación a los familiares, cuando vieron que
después de algunos días ya les estaban mandando de comer a los sobrevivientes a
700 metros de profundidad. En Pasta de Conchos estaban a 150 metros.
Después
de Pasta de Conchos han muerto otros 80 mineros en accidentes; es decir, la
cifra se ha duplicado.
Los
retos de Francisco
BB:
(En el cónclave para elegir nuevo Papa) se mostró una voluntad de cambio porque
todo se decantó muy rápido por un candidato que no figuraba en las
negociaciones. Desde cómo se elige, el tiempo y la persona, hasta las señales
que ha mandado el cónclave, son claras por ciertos cambios. ¿Que piensa?
RV:
Estoy contento con la elección del Papa Francisco. Es un signo muy positivo el
hecho de que sea latinoamericano, porque América Latina es una región del
continente americano donde se ha aplicado el Concilio Vaticano II de la manera
más completa y más eficaz, en comparación con los episcopados de todo el mundo.
Siendo
que la mayoría de los cardenales son europeos, esta designación manifiesta un
signo de libertad dentro de los caminos de la Iglesia.
No
lo conozco personalmente (al Papa Francisco). Pero tengo muy buenas referencias
de personas que han trabajado con él. Muy respetuoso, dialogante y, sobre todo,
muy pastoral. Durante el golpe de los militares (argentinos, en 1976), él era
provincial, muy joven por cierto y con poca experiencia; eran tiempos muy
difíciles en medio de tanta violencia durante la dictadura militar. Yo lo
entiendo, no es fácil quedar al margen. Lo que lo salvó, y esto es un buen
referente, fue que él habló sobre el asunto mucho antes del cónclave; no habló
después porque no hubiera valido de nada.
El
cardenal (Jorge) Bergoglio afrontó de manera directa las críticas y los
señalamientos sobre su desempeño. Lo dijo abiertamente: “Yo hice lo que pude
con la dictadura, yo no tenía peso, era un provincial que no contaba; lo que
hice fue esto”. Lo que más ruido ha causado es el caso de dos jesuitas
detenidos y torturados que llegaron a incriminarlo por su secuestro. Pero uno
de ellos ya aclaró sus reclamos y se reconcilió con Bergoglio. El otro, me
parece que murió.
BB:
¿Qué viene para la Iglesia? Con tantos gestos, símbolos y palabras sugerentes
no alcanza para gobernar la Iglesia. ¿Qué espera Raúl Vera?
RV:
Que se le dé la importancia debida a la colegialidad episcopal, que haya signos
efectivos en el papado de que en la toma de decisiones se tenga en cuenta a los
obispos de las iglesias locales, como lo he repetido ya mucho.
Por
ello esta comisión para la reforma de la curia me parece muy buena señal.
También cambiaría el perfil de los nuncios, porque muchas veces entran en
conflicto de intereses, ya que, por un lado, tienen que quedar bien con el
gobierno y, por otro, deben quedar bien con nosotros. Y muchas veces nosotros
los obispos somos los que perdemos; es decir, que el rebaño que tenemos
encargado es el que se debilita y se ve dañado.
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