Revista Proceso # 2097, a 8 de enero de 2017.
El veneno se distribuyó en la red/JENARO VILLAMIL
Está confirmado: una campaña de amplios alcances, bien organizada y persistente, inundó las redes sociales con rumores, mentiras, terror y desinformación. Parece que, en buena parte, cumplió con su objetivo: relegar el legítimo descontento por el gasolinazo y, en cambio, colocar el miedo por los saqueos como el tema imperante en la agenda. En todo caso, las consecuencias colaterales de esa “victoria” están resultando catastróficas: elevó la ira y el descontento contra el gobierno, que vive sus horas más bajas.
Tan antigua como los consejos de Nicolás Maquiavelo para infundir el miedo y controlar a los gobernados, la estrategia de propagar rumores de golpe de Estado, violencia generalizada y anarquía se volvió a aplicar en estos días en México, como no se veía desde finales de 1976. Pero ahora incluyó el uso intensivo de cuentas falsas en redes sociales (especialmente Twitter y Facebook), de mensajes anónimos en WhatsApp, acompañado con imágenes de saqueos a supermercados en varias partes del país.
“El rumor encontró en la desinformación del mexicano su mejor caldo de cultivo”, resumió un editorial de este semanario a finales de 1976, respecto de las murmuraciones de un golpe de Estado y la animadversión de los empresarios contra el gobierno de Luis Echeverría, tras la devaluación del peso que acabó con el periodo del Desarrollo Estabilizador (Proceso 4).
El cronista mexicano Carlos Monsiváis, al referirse a las reacciones después de la devaluación del peso el 31 de agosto de 1976, escribió lo siguiente en su libro Amor Perdido:
“¡Ya viene el Golpe de Estado! Desmovilizada, casi inerte, la sociedad que recibe los rumores los transforma en histerias lánguidas, almacenamiento de víveres y chistes previsibles: ‘Debían anunciar a qué hora se televisará el Golpe’. Después, el alivio al ver que lo previsto no ha ocurrido, y la disposición absorta del ánimo para compartir, porque se sabe de muy buena fuente, el siguiente rumor. La derecha, al difundir y encomiar los rumores, cumple su rol patriótico: la desestabilización de un aparato político que, aunque a su servicio, no le parece suficientemente servicial.
“Las clases medias, al ingerir crédulamente cualquier rumor, renuncian al derecho de información y aceptan y disfrutan su indigencia cognoscitiva, se solazan en su autocompasión y vuelven, sin remedio, a la condena verbal. ¿Qué otra cosa nos queda?” (Amor Perdido, pagina 48, Ediciones ERA, 1977).
Cuarenta años después, en medio del mayor incremento a las gasolinas de la historia moderna, a las tarifas eléctricas y al gas, las redes sociales devinieron protagonistas desde el 27 de diciembre de 2016: se convirtieron en la palestra desde donde se expresó el descontento a la medida anunciada por el secretario de Hacienda, José Antonio Meade.
En cuatro días los hashtags en Twitter #Gasolinazo y #Gasolinazo2017 registraron 150 mil menciones. Rebasaron, con mucho, el tardío intento del gobierno federal por “explicar” la medida a través del hashtag #HablemosDeGasolinas, que tuvo sólo 12 mil menciones en el mismo periodo.
En Facebook –plataforma con más de 60 millones de cuentas en México– se abrieron varias páginas para convocar a movilizaciones en varias ciudades del país. En menos de tres días alcanzaron 200 mil seguidores, de los que 35 mil confirmaron su presencia para una movilización el lunes 9.
Ante esta expresión espontánea y generalizada de descontento, que comenzó desde el domingo 1, el lunes 2 –pero sobre todo el miércoles 4– surgió una contraofensiva en redes sociales a través de mensajes anónimos en WhatsApp para promover miedo en la población. Los textos hablaban de un supuesto “golpe de Estado” y de órdenes para disparar contra la población.
Las grabaciones anónimas, muy bien producidas, fueron de al menos cuatro tipos distintos. En una se escucha la voz de una mujer “que trabaja en el gobierno” y advierte lo siguiente:
“No es una nota alarmante. Es una nota preventiva, para quien guste tomar la información. Tenemos fuertes rumores de que el Ejército le está dando la espalda al gobierno. Lo cual significa un inminente golpe de Estado. Por favor, no salgan tarde, no se alejen mucho de sus casas. Estos días las cosas se van a poner muy feas. Peña no va a acceder a dejar el gobierno. También viene acá el grupo armado de Jalisco y pues dijeron que a lo que se mueva le van a dar.”
Para darle más credibilidad al mensaje, la voz agregaba: “Repito: todo esto son rumores, información que llega. Mi deber es compartir la información y tomar las medidas pertinentes. Por favor, cuídense mucho. No salgan tarde. Viene ahora una época un poco difícil. El levantamiento viene y viene en serio”.
En otro mensaje se escucha la voz de un supuesto soldado: “¡Qué onda, grupo! Les voy a pasar un aviso: por favor, no salgan. A nosotros nos están dando la orden de que nos pongamos de civil, pero vamos a salir armados, otros van a salir uniformados. Esto se va a poner muy feo. A la hora que se active la emergencia, vamos a disparar a fuego abierto. Por favor, no salgan, no salgan. Yo me voy a hacer pendejo, yo no voy a disparar a mi propio México porque yo estoy en contra de todo eso. Por favor, no salgan!”.
En WhatsApp y en Facebook comenzó a circular un tercer mensaje que se viralizó sobre la “teoría del pánico”, que supuestamente explica lo que está haciendo el gobierno. El objetivo también es infundir miedo: “Teoría del Pánico: 1.-Se aplica la acción (reformas), 2.-El Estado genera el pánico (saqueadores y violencia), 3.-Algunos piden la presencia del Estado a través de sus fuerzas para restablecer el orden, 4.-El Estado entra con sus fuerzas (incluyendo al ejército), 5.-Resultado: a) Se engrandece al Estado como ente ‘salvador’ por restablecer el orden y se genera una aparente paz y tranquilidad desviándose así la atención de origen del problema (las reformas), b) Se justifica la militarización del país bajo el pretexto de mantener la paz social, c) Se acaba con las protestas y manifestaciones. Muy escueto pero así funciona esto. Stanley Cohen lo menciona en su libro Pánico moral. Sistema que se aplicó en Europa iniciando el siglo XXI”.
Lo sintomático de estos mensajes anónimos es que ninguno tiene las palabras “gasolinazo”, “alza a las gasolinas” o “revertir el alza de las gasolinas”, que habían sido los mensajes más intensos en las redes sociales.
Tampoco ofrecen una fecha o una ubicación precisas. Incluso son similares a algunos que circularon en el Estado de México y en la Ciudad de México en vísperas de la toma de protesta de Enrique Peña Nieto como presidente de la República el 1 de diciembre de 2012.
Los “bots”
El miércoles 4, el mismo día que Peña Nieto anunció el retorno de Luis Videgaray al gabinete como canciller y lanzó su primer mensaje público desde que se anunció el alza a los combustibles, la palabra gasolinazo se viralizó en redes, pero en los canales de televisión se multiplicó otra: saqueos.
Y desde la mañana, el hashtag #SaqueaUnWalmart se difundió en Twitter por un total de 480 cuentas, la mayoría falsas –o bots–, que se caracterizan por emitir mensajes automáticos y de manera simultánea, tener pocos seguidores y con identidades ficticias.
Una investigación del sitio www.loquesigue.tv detectó que desde la mañana cerca de 500 cuentas “difundían información falsa provocando el cierre de tiendas, pánico colectivo y reportes falsos de robos.
“Afortunadamente, muchos informadores ciudadanos salieron a las calles a verificar lo que realmente pasaba y desmintieron lo que estos perfiles tóxicos difundían”, agregó el sitio dirigido por Alberto Escorcia.
El seguimiento completo de las cuentas falsas se encuentra en la página www.pastebin.com, utilizada tradicionalmente por Anonymous y otros grupos de ciberactivistas para difundir filtraciones u ataques digitales.
Otras cuentas difundieron rumores sobre saqueos en tiendas de Huixquilucan, Interlomas y Naucalpan (Estado de México). También promovieron psicosis colectiva en las delegaciones Azcapotzalco y Gustavo A. Madero de la Ciudad de México.
Y no sólo se utilizaron bots de Twitter, sino también imágenes falsas, fotos truqueadas en las que aparecían tanques militares en Ecatepec y llamados a toque de queda en Facebook. Por ejemplo, un mensaje que simulaba ser de la página oficial del ayuntamiento de Cuautitlán Izcalli, en el Estado de México, difundió el siguiente “comunicado”: “Debido a los diversos acontecimientos se hace mención que habrá un toque de queda en todo el municipio a partir de las 6:00 PM. En caso de salir favor de llevar identificación. Se hará un operativo a nivel municipal en la tarde-noche de hoy, 4 de enero de 2017”.
En YouTube se utilizó un video de un supuesto vecino de Azcapotzalco que mira a la cámara, muestra una pistola y dice: “Peña, mira. Aquí estamos preparados. A punta de vergazos nos vamos a morir todos”.
Esta imagen tiene el crédito de un sitio llamado CityMex.
Como éste, otros ciberpasquines difundieron durante todo el 4 y el 5 de enero información falsa, atribuyéndosela a medios reales, como Excélsior o a la página de Aristegui Noticias. En Facebook circularon cientos de mensajes con este tipo de afirmaciones tóxicas.
Un reporte de Erin Gallagher, titulado Mexican media botnet study documentó estas cuentas falsas que se la atribuían a Excélsior. Ejemplificó con el caso de una página titulada El Ojo Cibernético.
“La pequeña tormenta tuitera ocurre en el contexto de las protestas contra el #Gasolinazo que están ocurriendo en todo México por el alza de los precios. Hay protestas en al menos 20 carreteras del país alrededor de las gasolineras de todo el país.”
Un monitoreo de medios del miércoles 4, al cual tuvo acceso Proceso, revela que fue mayor el número de protestas y bloqueos en carreteras –que se venían dando desde el 28 de diciembre– al de saqueos, pero el impacto mediático y en las redes sociales se concentró en los saqueos que ocurrieron en algunos municipios mexiquenses y dos delegaciones del Distrito Federal.
Hubo bloqueos y cierres carreteros en Mexicali-Tijuana; en cinco carreteras de Chiapas; en algunas de Chihuahua (encabezados por El Barzón); en Puebla; en la autopista México-Querétaro; en la caseta de entrada a Hermosillo; en la autopista Tlaxcala-Apizaco; en la carretera La Tinaja-Cosoleacaque, en Veracruz, y en la Monclova-Saltillo.
Sin embargo, en la Ciudad de México cerraron desde las 17:30 horas los locales comerciales del Centro Histórico, la Plaza Oasis de Coyoacán, el Wal-Mart de Copilco y Pabellón Azcapotzalco ante los rumores de saqueos.
La secretaria de Gobierno capitalino, Patricia Mercado, hizo un llamado a no caer en pánico y señaló, al final del día, que hubo “29 eventos entre saqueos y robos” y poco más de 20 personas detenidas.
Propagación de rumores
y saqueos
El jueves 5 y viernes 6 de enero, las imágenes y rumores de saqueos ya no sólo se concentraron en el Estado de México y la Ciudad de México. Se trasladaron a Veracruz, Hidalgo, Chiapas, Puebla, Tabasco y Quintana Roo.
Según la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD) el jueves 5 sumaron 370 establecimientos que registraron actos de rapiña y saqueos en 10 entidades, contra 79 que se reportaron el miércoles 4.
En Villahermosa y Macuspana fueron detenidas 17 personas y en Chiapas fueron capturados 25 jóvenes que protagonizaron actos vandálicos. Informes de Tapachula indican que no fueron más de 20 jóvenes quienes encabezaron inicialmente los saqueos.
Informes de Tapachula indican que no fueron más de 20 jóvenes quienes encabezaron inicialmente los saqueos. “Eran originarios del centro del país, no eran ni migrantes ni personas de la localidad”, comentó a Proceso un comerciante que pidió el anonimato. Ante la inacción de la policía municipal, la población de Tapachula se organizó vía whatsApp y expulsó a los saqueadores.
La Procuraduría General de Justicia de Chiapas informó que detuvieron a más de 200 personas por actos de pandillerismo y saqueo en Tapachula, Huixtla y Reforma.
La ANTAD publicó el viernes 6 un desplegado en los diarios del país exigiendo “la presencia de las fuerzas federales en las principales ciudades afectadas”, “la intervención activa de la policía cibernética de la Policía Federal para realizar las investigaciones detrás de las masivas convocatorias a robos y saqueos que se están haciendo por diferentes redes sociales” y que “se instrumenten procesos judiciales más ágiles para este tipo de situaciones”.
Por primera vez la ANTAD citó directamente las convocatorias a saqueos en las redes sociales como causa de los hechos delictivos.
La Policía Cibernética de la Ciudad de México informó que había detectado “más de mil 500 publicaciones difundidas a través de redes sociales sobre saqueos, explosiones y actos violentos que resultaron falsos”.
Según el titular de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina, Hiram Almeida, lograron detectar 205 cuentas en redes sociales que interactúan entre sí, difundiendo rumores.
El jueves 5 circularon de nuevo en Twitter y en Facebook, en cuentas apócrifas atribuidas a Grupo Fórmula, imágenes de la guerra en Medio Oriente, en Venezuela y hasta en Turquía que se atribuían a enfrentamientos en Tultepec, Estado de México.
Según el estudio de www.loquesigue.tv se han registrado “más de 5 mil tuits que convocan o difunden protestas pacíficas” en todo el país, pero los saqueos “creemos que fueron incitados desde cuentas de Twitter que tradicionalmente participan en amenazas y acosos a periodistas y activistas, y generan trending topics de odio”.
El mecanismo para propagar los rumores y el pánico “es en parte bots alimentados principalmente por el software Tweedeck y también cuentas de mal llamados influencers que al escribir reciben decenas de RT (retuits o compartir el mensaje) o menciones de las cuentas que son automatizadas”.
Sólo con los programas Tweedeck o Hootsuite “se puede crear un pequeño ejército” para generar pánico y miedo, destacó el port
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