El
PAN, hacia su “maderización”/ÁLVARO
DELGADO
Revista Proceso # 1933, 16 de noviembre de 2013
Con
las reglas del proceso sucesorio hechas a su medida y el grupo calderonista
minimizado, Gustavo Madero avanza a paso firme hacia su reelección como
presidente del PAN. Aparentemente no le hacen sombra otros posibles candidatos,
como Ernesto Cordero, Gabriela Ruiz, Juan Carlos Romero Hicks o Juan Manuel
Oliva. La incógnita sigue siendo Josefina Vázquez Mota, en quien cifran sus
esperanzas algunos militantes blanquiazules, pero ella no ha dicho si va o no
por la dirigencia panista.
Con
Josefina Vázquez Mota indecisa, Ernesto Cordero huérfano de poder y Gabriela
Ruiz cooptada, así como con Juan Carlos Romero Hicks, Juan Manuel Oliva y
Héctor Larios faltos de apoyos, Gustavo Madero perfila su reelección como
presidente del Partido Acción Nacional (PAN) con reglas de competencia
ajustadas a su proyecto.
Respaldado
por el gobierno de Enrique Peña Nieto, quien lo mantiene cautivado pese al
choque por la reforma fiscal –aunque unidos en la energética–, Madero y su
equipo prevén que Vázquez Mota desista de participar y que el conflicto se
intensifique con Felipe Calderón, tutor de Cordero.
Se
va configurando un escenario de guerra: Madero perfila como coordinador de su
campaña al michoacano Marko Cortés Mendoza, enemigo de Calderón, quien a su vez
apuesta con Cordero a la polarización de fuerzas para imponerse.
“Para
uno que polariza (Madero), otro que polariza (Cordero)”, le confesó Calderón al
senador Héctor Larios, quien por su parte adelanta que esta semana decidirá si
desiste de ser uno de los inicialmente siete aspirantes a la presidencia del
PAN. “El piso no está parejo”, se queja.
Pero
además Madero ha diseñado un plan para el manejo a su favor de los tiempos de
la elección –se separará del cargo cuando él decida y habrá una campaña de sólo
45 días– y un esquema de alianzas que le garanticen su reelección, con el
estreno del método abierto a los 220 mil militantes activos.
Por
ejemplo, de acuerdo con información de su equipo, Madero dejará como interina
hasta la elección –prevista para el domingo 4 de marzo– a la secretaria general
del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), Cecilia Romero, quien se convertirá en la
primera presidenta del PAN en su historia, algo que ambiciona Vázquez Mota.
El
interinato de Romero Castillo, durante cuya gestión como comisionada del
Instituto Nacional de Migración ocurrió la matanza de 72 centroamericanos en
San Fernando, Tamaulipas, no es fortuito: forma parte del pacto de Madero con
El Yunque, la organización ultraderechista que lo ha respaldado desde 2010,
cuando venció a Roberto Gil Zuarth, otro delfín de Calderón.
Parte
de ese pacto es la incorporación de Emilio González Márquez al CEN, el 14 de
octubre, y la designación de Marco Antonio Adame como miembro del Consejo
Rector del Pacto por México, pese a perder las gubernatura de Jalisco y
Morelos, respectivamente, y en medio de escándalos de corrupción.
El
arreglo con El Yunque incluiría, según la versión de allegados a Madero, usar
la buena relación con el gobierno de Peña para enviar como cónsul de México en
Barcelona a Luis Felipe Bravo Mena, a quien también se señaló internamente como
coordinador de la campaña de Vázquez Mota.
Madero
se ufana también de tener el apoyo de todos los gobernadores panistas: Miguel
Márquez, de Guanajuato; Francisco Vega, de Baja California; Guillermo Padrés,
de Sonora; Marcos Covarrubias, de Baja California Sur, y Rafael Moreno Valle,
de Puebla, presidente de la Conferencia Nacional de Gobernadores.
Ya
desactivó, además, la candidatura de Ruiz del Rincón, promovida por el operador
electoral Jorge Manzanera Quintana y, según información de sus allegados, le
encomendó revisar los gastos que hizo Cordero antes de ser depuesto como
coordinador del grupo parlamentario en el Senado.
“La
candidatura de Gabriela nunca tomó fuerza”, reconoció Manzanera ante su equipo,
pero él también busca, por separado, un pacto con Madero, a quien acusa de
haber aprobado los nuevos estatutos de manera ilegal: se reunió con él y
algunos de sus allegados la semana antepasada para “identificar coincidencias”.
El
encuentro se produjo en vísperas de que, el viernes 8, Manzanera impugnara los
estatutos ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF),
luego de que fueron aprobados por el Instituto Federal Electoral y publicados
el martes 5 en el Diario Oficial de la Federación.
“Vamos
a platicar con todos los contendientes”, comunicó Manzanera a sus colaboradores
y el reportero confirmó que ya se reunió también con Calderón, a quien acusó de
haber traicionado a Gil Zuarth y apoyar a Madero en la elección de 2010
(Proceso 1920).
Descartada
Ruiz del Rincón y previsiblemente Larios, se cree que también desistirá de su
candidatura el exgobernador de Guanajuato Romero Hicks, de escaso conocimiento
entre la militancia, pero el sucesor de éste, Juan Manuel Oliva, se asegura que
sí se inscribirá.
“Es
el único con perfil adecuado para ser presidente nacional del PAN”, asegura
Fernando Palma, miembro del equipo de estrategia de Oliva, quien cuenta, según
él, con una estructura en cada uno de los estados y el apoyo de al menos 19
jefes estatales.
“Su
ventaja es que ha sido militante de a pie: dirigente municipal, estatal
reelecto y nacional, así como gobernador y senador. Ni Madero tiene ese
perfil”, aduce Palma, miembro del CEN del PAN de Manuel Espino, su amigo.
Josefina
no se anima
La
incógnita principal es si Vázquez Mota se inscribirá para buscar la presidencia
del PAN, luego de haber llevado a su partido al tercer lugar en la elección
presidencial del año pasado y ocultarse durante 16 meses de la actividad
política y partidista.
Herida
por la derrota, que atribuyó en privado a “traiciones” de Calderón, Madero y
gobernadores del PAN, Vázquez Mota expresó públicamente que analiza contender
por la presidencia de su partido tras pedírselo el grupo Panistas por México,
encabezado por los exgobernadores Ernesto Ruffo, Carlos Medina Plascencia y
Fernando Canales Clariond.
Tras
reunirse con ellos el pasado 15 de octubre, la excandidata se dijo honrada por
la invitación. “Estoy justamente valorando la posibilidad, la alternativa tan
exigente y responsable de aceptar la candidatura a la presidencia de mi
partido, lo cual posiblemente se resolverá en los días que están por venir”.
Lo
que le urge al PAN, adujo, es unidad y honradez: “El propósito primero y más
importante es recuperar, reconstruir nuestro partido y tener el partido fuerte,
honorable, distinguible, respetado que merecemos tener en este país”.
Sin
embargo a más de un mes de ese pronunciamiento no ha tomado ninguna decisión y
hasta quienes simpatizan con ella se muestran desesperados por no enviar una
señal en ningún sentido.
“He
recibido algunos mensajes de que no se va a lanzar”, revela el exsenador Juan
José Rodríguez Prats, quien apoyó en la contienda interna a Vázquez Mota luego
de que Alonso Lujambio, ya fallecido, desistió de buscar la candidatura
presidencial.
“No
se produjo la reacción que Josefina esperaba”, explica. “Pensó que al momento
de anunciar que podría inscribirse habría una especie de cargada y, como no se
dio, podría no lanzarse. La semana pasada que sesionó el CEN, por ejemplo, ese
era el comentario”.
Al
final habrá tres contendientes, cree el exlegislador: Madero, Cordero y Oliva,
aunque él desea que se inscriba Romero Hicks, al cual públicamente respalda y
quien en una comida hace un par de semanas le garantizó que no se descarta.
“Los
tres que quedan muestran una enorme crisis en el PAN”, afirma Rodríguez Prats,
empezando por Madero: “Ha conducido al partido de una forma desaseada,
incurriendo en actos de corrupción y olvidando totalmente los principios de
doctrina”.
Sobre
Cordero afirma que “dirigiría al partido de manera facciosa, viendo quién es
calderonista y quién no es calderonista”, mientras que a Oliva “lo aprecio como
operador político pero hay señalamientos graves de ser de una facción y de su
desempeño como gobernador de Guanajuato”.
Por
su parte, aun sin descartarse, Larios cree que Vázquez Mota sería una candidata
muy fuerte: “Josefina es el personaje del partido que tiene un mayor
posicionamiento; todos los panistas saben quién es y en general tienen una
buena opinión de ella, pero no sé si se decida y qué capacidad de cobertura
geográfica tenga”.
Sobre
Cordero, a quien como secretario de Gobierno de Sonora apoyó en la contienda
interna, Larios compara: “No sé qué atributos tenga. Comparativamente con
Josefina sería mucho más fuerte ella”.
Acerca
de la tutoría de Calderón a Cordero, expone: “No hay duda de que Cordero es muy
cercano a Calderón, pero eso no necesariamente significa que Cordero sea un
cordero de Calderón, un delfín autómata. Yo no creo en esas cosas”.
–¿Y
Madero?
–Sin
duda tiene el conocimiento de todos los miembros del partido y hasta en los
spots del partido aparece. Es muy difícil saber cuál es la percepción de todos
los panistas, pero no cabe duda de que es un candidato fuerte.
Reglas
a la medida
En
efecto, pese a que tras la peor derrota del PAN en su historia se presagiaba su
renuncia, Madero capitalizó el activismo de Calderón en su contra y tras dejar
éste la Presidencia de la República, lo aisló hasta arrebatarle la única fuente
de su poder: La coordinación del PAN en el Senado que ostentaba Cordero.
Con
los consejos de Juan Molinar Horcasitas, su principal estratega, Madero
consolidó alianzas y un equipo cuyo primer círculo forman Santiago Creel, Jorge
Villalobos Seáñez, Alejandro Zapata Perogordo, Laura Ballesteros, Raúl
Tortolero, Jorge Luis Preciado, Eduardo Aguilar, Lourdes Medina, Laura Rojas y
Marko Cortés.
Afines
a Madero son también panistas de la talla de Federico Doring, coordinador de la
bancada en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal; Salvador Vega
Casillas, exsecretario de la Función Pública con Calderón; Ulises Ramírez,
cacique del PAN en el Estado de México; Carlos Olson, tesorero nacional del
PAN, así como los diputados Aurora Aguilar y Víctor Serralde.
Uno
de los principales allegados a Madero es Luis Alberto Villarreal, coordinador
de los diputados federales del PAN, quien fue acusado por alcaldes y
constructores de condicionar recursos para obras y solicitar 10% de comisión,
según información publicada el viernes 15 en el diario Reforma, un esquema en
el que participa su hermano Ricardo, también legislador federal.
Luis
Alberto y Ricardo Villarreal García, oriundos de San Miguel de Allende,
Guanajuato, están implicados también en el negocio de los casinos, lo mismo que
Madero y otros miembros de su equipo, señalados por panistas de haber recibido
financiamiento para la campaña de 2010 de Juan José Rojas Cardona, El Rey de
los Casinos (Proceso 1819, 1820, 1874 y 1895).
En
medio del escándalo por los casinos y sus nexos con panistas, el Consejo
Nacional del PAN creó, en febrero de este año, una comisión investigadora que
sólo sirvió para encubrir a los involucrados, empezando por Madero quien luego
se montó en la depuración del padrón y en la reforma a los Estatutos.
Ahora,
ya con los estatutos validados –aunque falta la decisión del TEPJF–, Madero
elaboró proyectos de reglamento para el proceso de elección con criterios que
lo favorecen, como los 45 días de campaña y el control del padrón de militantes
para, por ejemplo, enviarles correspondencia, como la exhortación que hace para
renovar la credencial.
Al
respecto, Larios afirma: “El método de elección abierta genera inequidad:
requiere el uso de recursos económicos en consideración y el problema es el
origen de éstos que puede tener algún interés, y lo segundo es que también pone
la cancha dispareja, porque antes los miembros del Consejo Nacional eran
electores ciertos y hoy de los siete aspirantes quizá nada más uno sabe quiénes
son los panistas”.
Por
eso propone que al concluir este proceso se revise el método: “Tendremos que
poner la cancha pareja en ese sentido. No puede ser que tú recibas los nombres
de quiénes son los miembros del partido 45 días antes de la elección y alguien
lo tenga con mucha antelación”.
Añade:
“La prueba del ácido de este método, que no fue fruto de un consenso sino de un
momento de euforia, sin reflexión, es esta elección. Habrá que ver si le
conviene o no al partido seguir con él. Quien se elija desde luego estará
legitimado, pero eso no quiere decir que lo escribamos en piedra. Podrá echarse
reversa”.
Rodríguez
Prats dice que sería inaceptable que Madero controle el órgano conductor de la
elección.
“Voy
a proponer que sea la comisión electoral, que encabeza José Espina, que ya
tiene una larga carrera en la organización de elecciones.”
Y
advierte: “Puede ocurrir lo del IFE, integrado por cuotas, que Gustavo diga a
Cordero que proponga uno, Josefina otro y Oliva uno más. Ese sería un camino
totalmente equivocado. Pudiera darse una manipulación del proceso que sería
lamentabilísimo para el futuro del partido.”
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