Sierra
Gorda: Las mineras van ganando la partida/Veronica Espinosa
Revista Proceso # 1933, 16 de noviembre de 2013
Convertido
en reserva de la biosfera por decreto presidencial en febrero de 2007, el
corazón de la Sierra Gorda de Guanajuato, rica en vida vegetal y animal única
en el mundo, tiene una maldición: está llena de minerales susceptibles de
explotación. Ahora hay rastros –tóxicos casi todos ellos– de actividad
extractiva anterior. Los grandes consorcios de la minería no quieren soltar la
presa y cabildean para echar abajo las medidas de protección de la
biodiversidad.
XICHÚ,
GTO.- El camino de terracería que sale de la cabecera de este municipio y se
adentra en la Sierra Gorda está bordeado por montones de desechos tóxicos,
pilas de residuos y jales mineros abandonados por las empresas que explotaron
los yacimientos de la región hace décadas.
A
lo largo del recorrido hasta los ejidos del Toro, Buenavista y la comunidad de
Majadas, en los límites de los municipios de Xichú y Atarjea, se perciben los
olores de óxidos y arsénico que desprenden esos cerros de desperdicios
minerales.
Esto
ocurre en el corazón de la Reserva de la Biosfera de la Sierra Gorda de
Guanajuato (RBSGG), creada por decreto de Felipe Calderón publicado en el
Diario Oficial de la Federación el 2 de febrero de 2007.
Pero
la voracidad de las compañías mineras –sobre todo las canadienses– no ha desaparecido,
se ha avivado y presiona a las autoridades municipales, a legisladores y
comuneros, en un intento de modificar el decreto presidencial y que se reabran
varias minas.
La
reserva abarca 236 mil 882 hectáreas en cinco municipios del noreste de Guanajuato:
San Luis de la Paz, Santa Catarina, Victoria, Xichú y Atarjea. Las zonas núcleo
abarcan 78 mil 304 hectáreas.
En
el decreto de creación de la RBSGG se estipula:
“Que
la Sierra Gorda de Guanajuato es una zona en México que aún conserva importantes
mecanismos ecológicos en cuanto a regulación climática e hidrológica, alta
biodiversidad de especies y recursos biológicos; alberga, en su parte alta,
zonas compactas y en buen estado de conservación de bosques templados y
tropicales, así como de diversos tipos de matorral resguardados por lo abrupto
del macizo montañoso y la falta de vías de comunicación adecuadas,
constituyendo una importante zona de recarga de los mantos acuíferos, las
cuales alimentan las principales corrientes de agua de importancia en la
región, de las que dependen varias poblaciones, así como sus actividades
productivas.
“Que
en la región de la Sierra Gorda de Guanajuato existe una diversidad biológica
notable por la variedad de su orografía, que permite el desarrollo de una gran
diversidad de especies de flora y fauna, en las que se comprenden 31 familias,
56 géneros y 84 especies de las cuales, 39 son de la forma arbórea, 18
arbustivas, 27 herbáceas y una epífita; que posee una riqueza de especies en
riesgo incluidas en la NOM-059-SEMARNAT-2001”, así como 182 especies de aves y
42 de mamíferos.
Para
elaborar el decreto, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas
(Conanp), el gobierno de Guanajuato y los de los cinco municipios mencionados
realizaron los estudios técnicos de los cuales se desprendió que la zona “posee
una extraordinaria riqueza a nivel mundial” y constituye una región de alta
fragilidad, con muestras representativas de ecosistemas originales.
El
decreto limita la exploración y explotación minera en las denominadas zonas de
amortiguamiento de la reserva y prohíbe terminantemente dichas actividades en
las “zonas núcleo”, clasificadas así por la riqueza natural que presentan.
No
obstante los empresarios mineros se afanan en echar abajo esta prohibición
mediante la modificación del decreto presidencial.
Un
mapa oficial da cuenta de 39 minas de plata, cobre, plomo, zinc, mercurio,
fluorita y barita en la RBSGG, de las cuales se identifican al menos 13 vetas.
Otro mapa, en poder del director de la reserva, le pone nombre a la propiedad
de las minas ubicadas en parte de la zona núcleo y de amortiguamiento entre
Xichú y Atarjea: es la canadiense Goldcorp.
La
reactivación de la explotación minera daría empleos, tan escasos en la región
(una de las de más alta marginación en Guanajuato), argumentan los empresarios,
unidos a algunas autoridades municipales, legisladores locales y federales.
Y
el propio director de la reserva, Víctor Manuel Ildefonso Apolinar, justifica,
defiende y promueve la apertura a la minería, en medio de las señales confusas
que dan el gobierno federal y las autoridades estatales sobre el tema.
Aunque
el gobernador de Guanajuato, Miguel Márquez Márquez ha expresado un rotundo no
a la explotación minera en la zona, el director de la reserva asegura que tiene
la instrucción de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales
(Semarnat) y la aprobación de todas las instancias implicadas para tramitar la
modificación del decreto.
“Cuando
se da el decreto prácticamente no se estaban trabajando las minas, pero varios
denuncios están activos… el mapa que tenemos actualmente de la zonificación
tiene apartadas varias superficies que son denuncios, ya desde ese momento no
está prohibida la minería, alguien la consideró una posibilidad, aún con la zona
núcleo como está ahorita”, dice el funcionario a Proceso.
Consultados
por este semanario habitantes de la región y comisariados ejidales de
Buenavista, El Toro, Río Abajo, manifiestan opiniones divididas: Ignacio
González y Julio Vargas, de los dos primeros ejidos, esperan los empleos de la
minería “porque trabajo no hay aquí”. Para Adán Velázquez, de Río Abajo, “sería
destrozar los recursos naturales. ¿Fuentes de empleo? Sí, un tiempo. Los nietos
ya no tendrán nada”.
“Un
tajante no a la explotación minera en la Reserva de la Biosfera de la Sierra
Gorda. No nos vamos a acabar lo único que tenemos protegido”, declaró el
gobernador Márquez el viernes 8 al diario Correo.
Muchos
intereses
Ildefonso
ha cabildeado con alcaldes, legisladores e integrantes del consejo asesor de la
reserva en favor de la reactivación minera. “Todo depende de un estudio técnico
justificativo que elabora un especialista con las normas que envía la Comisión
Nacional de Áreas Naturales Protegidas”, se justifica.
Asegura
que fueron los presidentes municipales (del trienio anterior) quienes
plantearon –mediante una carta a Calderón– que la zona núcleo les estorbaba
para llevar a cabo algunas actividades. “Los presidentes municipales, la hoy
diputada Petra Barrera, entregaron el escrito; se viene en cascada, llega a mí
como encargado de la reserva y estamos tratando de proceder”.
Esta
petición, aprobada en Querétaro en noviembre de 2011, no fue ratificada por los
presidentes municipales actuales, quienes iniciaron el trienio en octubre de
2012. “Pero yo ya me he entrevistado con todos y están de acuerdo en las
modificaciones”, insiste Ildefonso.
–¿Como
director de la reserva usted considera que se justifica la modificación,
principalmente para la minería? –se le pregunta.
–Las
minas subterráneas prácticamente no tienen impactos al medio ambiente, menos
ahora cuando se está pidiendo a los mineros que no hagan el beneficio in situ,
con la idea de no dejar residuos peligrosos.
“También
hablamos de limpieza de jales y terreros antiguos, que es parte de los trabajos
que queremos hacer… no sólo trabajar en minas. Pero quienes las trabajan son
los dueños de los denuncios, no nosotros. No me corresponde decir si apoyo la
minería porque mi papel es imparcial. No estoy promoviendo ninguna minería.”
–¿Usted
está formalizando la petición de los exalcaldes?
–Me
ha tocado recibirla. Los que la formalizaron fueron los anteriores presidentes
municipales. El procedimiento viene desde el secretario de Agricultura, el de
Semarnat, el comisionado de áreas naturales protegidas (Luis Fueyo MacDonald)
pero yo no participé en la formulación del documento.
Lo
que sigue, explica, es la contratación de un técnico para elaborar una nueva
cartografía con las modificaciones. Originalmente este cartógrafo sería
contratado por la Semarnat o la Conanp, pero nadie previó recursos para ello en
el presupuesto del presente año.
Ildefonso
dice que hasta un donador puede pagar al cartógrafo. “Unos posibles donadores
eran los mineros; otro, el diputado local Francisco Flores Solano (del PAN) y
una más la diputada Barrera, a quien ya le perdimos la pista, así que el
próximo año se liberan recursos federales para contratar al cartógrafo”.
Esa
cartografía se enviará a la coordinación regional, cuyo cuerpo técnico
elaborará el programa de manejo y todo se entregará para pedirle al presidente
Enrique Peña Nieto un nuevo decreto, posiblemente con la gestión de los
diputados federales.
“Los
trámites se pueden agilizar vía los políticos, con mucha más facilidad, que por
el trámite propio de la Conanp o de la Semarnat. Sería relativamente sencillo,
pienso, que el año próximo tengamos una zonificación nueva.”
–¿Le
parece que la declaratoria de 2007 estuvo mal hecha?
–Creo
que sí. Y lo dice toda la región. Era un problema social cuando yo llegué;
había muchas trabas para los proyectos, como los de la Comisión Nacional
Forestal. Las vías de comunicación no se han hecho porque están en la zona
núcleo.
–El
gobernador Márquez también ha dicho “rotundamente no” a la reactivación minera.
–No
lo he leído.
–Algunos
consejeros, especialmente investigadores universitarios, también están en
contra de la modificación de la declaratoria.
–Todo
mundo puede opinar, pero nosotros estamos buscando hacer esta nueva
modificación con términos de referencia que dará la Semarnat, no el consejo
asesor. Las universidades pueden desear una reserva hermética, ellos trabajan
en la conservación a ultranza, pero la realidad es otra: los productores están
buscando aprovechamientos de bosques y otros recursos. Los académicos estarán
en desacuerdo, pero muchos no viven en la reserva, es una posición un tanto
cómoda, cuando en la realidad hay para todos.
Aunque
fue designado director de la reserva en agosto de 2011 –en relevo del primer
director, Gabriel Vázquez, con quien hizo un enroque en la Reserva de la
Biosfera de la Sierra Gorda de Querétaro– Ildefonso no convocó a la instalación
del consejo asesor sino hasta marzo de 2012.
En
su opinión los académicos e investigadores universitarios –como Gloria Magaña Cota,
directora del Museo de Historia Natural Alfredo Dugés, de la Universidad de
Guanajuato, quienes manifestaron su desaprobación a sus gestiones y a la
modificación del decreto de la reserva en declaraciones al Correo– “están
sobrerrepresentados” y su postura está “fuera de la realidad” porque no viven
en la reserva y tienen una tendencia “a defender la conservación a ultranza”.
El
director de la RBSGG dice que “quiere balancear” la representatividad dentro
del consejo asesor, donde participan universitarios, alcaldes, organizaciones
sociales y algunos productores, por lo que ya promueve la integración de
representantes de otros sectores productivos… empezando por los mineros.
En
una segunda convocatoria al consejo a principios de septiembre pasado, el director
de la reserva llevó como invitado al empresario minero Gerardo Favila Flores,
quien en un punto de la reunión pidió la palabra pese a carecer de ese derecho
por no ser integrante del consejo ni estar en calidad de invitado especial del
mismo.
El
empresario, confirmaron Correo y a este semanario el delegado de la
Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) José Isaac González
Calderón, enfrenta actualmente un procedimiento ante esta instancia por la
explotación ilegal de una mina de barita en el ejido El Charco, Atarjea, la
cual fue clausurada el pasado 19 de julio pues carece de permiso y está en una
zona prohibida.
El
procedimiento sigue abierto, en etapa de presentación de alegatos por parte del
empresario; no obstante el delegado de la Profepa dejó en claro que aunque se
levantó una suspensión provisional, “si está en la zona núcleo no podrá operar
nunca”.
Pero
ya hay al menos dos empresas trabajando en la zona. Una es Mexichem, interesada
en la fluorita. “El principal yacimiento de fluorita del mundo está en los
límites entre Guanajuato y San Luis Potosí, por El Realito. A ellos les está
pidiendo Semarnat que formalicen sus procesos y presenten su manifiesto de
impacto ambiental, para que se defina si los dejarán trabajar o no”, señala el
director de la RBSGG.
La
otra es Autlán. Proceso constató que empleados de la empresa y habitantes del
ejido del Toro –quienes reciben una paga de 150 pesos diarios– hacen trabajos
de muestreo y exploración para la posible explotación en una mina a cielo
abierto… con autorización de la Semarnat.
“Los
mineros están en su derecho de presentar sus manifiestos de impacto ambiental y
sus medidas de compensación y mitigación del impacto, y pueden pasar. No están
prohibidos”, es la defensa de Ildefonso.
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