“El
Vicentillo”, forzado a hablar... y a callar/J.
JESÚS ESQUIVEL, reportero.
Revista Proceso # 1954, 12 de abril de 2014
El
acuerdo al que llegó Vicente Zambada Niebla con el Departamento de Justicia de
Estados Unidos para convertirse en testigo protegido lo obliga a declarar
contra los operadores y los mandos del Cártel de Sinaloa que caigan en manos de
la DEA, incluido su padre, Ismael El Mayo Zambada. Paralelamente, el gobierno
estadunidense logró que en el juicio no se ventilara la información que dio El
Vicentillo sobre el supuesto convenio de inmunidad que tenía con la agencia
antinarcóticos.
WASHINGTON.-
El acuerdo de culpabilidad que firmó Jesús Vicente Zambada Niebla, El
Vicentillo, con el gobierno de Estados Unidos lo convierte en testigo protegido
de la DEA y lo obliga a delatar las actividades del narcotráfico en México, lo
que implica traicionar a la cúpula del Cártel de Sinaloa, de la que forma parte
su padre, Ismael El Mayo Zambada García.
“El
acusado acepta cooperar total y verazmente en cualquier asunto en el que sea
requerido por parte de la Fiscalía Federal del Distrito Norte (en Chicago,
Illinois)”, dice el acuerdo suscrito entre El Vicentillo y el Departamento de
Justicia de Estados Unidos, fechado el 3 de abril de 2013, del cual Proceso
tiene una copia y del que dio cuenta en su edición 1947.
“Esta
cooperación incluirá el proporcionar toda la información testimonial verdadera
de cualquier investigación para la preparación de juicios preliminares
(encausamientos); en cualquier procedimiento administrativo, criminal o civil”,
enfatiza el acuerdo, que consta de 23 páginas y que hizo público el jueves 10
la Corte Federal del Distrito Norte en Chicago.
Al
asumir la categoría de testigo protegido de la Administración Federal
Antidrogas (DEA), desde hace poco más de un año, Zambada Niebla ha
proporcionado al gobierno de Estados Unidos información privilegiada sobre las
actividades ilícitas de grupos delictivos mexicanos. Y como se desprende del
expediente entregado al juez federal y presidente de la mencionada corte en
Chicago, Rubén Castillo, entre los datos aportados a la DEA algunos podrían
implicar una traición a su propio padre, El Mayo, quien tras el arresto de
Joaquín El Chapo Guzmán Loera, el pasado 22 de febrero, presuntamente quedará
al mando del Cártel de Sinaloa junto con Juan José Esparragoza Moreno, El Azul.
Actualmente
de 39 años, Zambada Niebla fue detenido por militares mexicanos la madrugada
del 18 de marzo de 2009 en el hotel Sheraton de la Ciudad de México, bajo los
cargos de delincuencia organizada como mando del Cártel de Sinaloa. Después de
que el gobierno estadunidense solicitara su extradición al entonces presidente
Felipe Calderón, El Vicentillo fue llevado el 18 de febrero de 2010 a Chicago,
donde se le procesaría por tráfico de drogas y lavado de dinero.
En
el arreglo al que llegó con la fiscalía federal en Chicago, Zambada Niebla
“acepta” la culpabilidad en la “distribución de cocaína y heroína en la zona de
Chicago entre mayo de 2005 y diciembre de 2008”. La fiscalía señala que en este
delito el imputado es “cómplice” y socio de El Chapo Guzmán, El Mayo Zambada,
Alfredo Guzmán Salazar, Alfredillo, Alfredo Vásquez Hernández, Compadre
Alfredo, Juan Guzmán Rocha, Juancho, así como de Germán Olivares, Felipe
Cabrera Sarabia, Tomás Arévalo Rentería y los hermanos Pedro y Margarito
Flores, entre otras personas.
Con
el compromiso que firmó desde abril de 2013, El Vicentillo se pone a
disponibilidad de las autoridades estadunidenses para testificar como
integrante de la parte acusadora en los juicios por tráfico de drogas y lavado
de dinero que la Corte de Chicago realice en los próximos meses contra los
hermanos Flores, Cabrera Sarabia y Arévalo Rentería.
Los
Flores serán enjuiciados como presuntos distribuidores de cocaína y heroína del
Cártel de Sinaloa en la zona de Chicago y otras del estado de Illinois.
Para
cumplir el acuerdo, Zambada Niebla también tendría que testificar en contra de
su padre, del Chapo, y todos los demás integrantes del Cártel de Sinaloa
encausados judicialmente en Estados Unidos, en caso de que sean detenidos y
eventualmente extraditados por el gobierno mexicano.
Detalles
del acuerdo
El
Vicentillo le ha proporcionado a la DEA en Chicago, a cargo de Jack Riley,
datos sobre los métodos operativos del Cártel de Sinaloa.
El
documento que se dio a conocer la semana pasada en Chicago da cuenta de que
Zambada Niebla reveló a la DEA la ubicación de bodegas del Cártel de Sinaloa en
Ciudad Juárez, Chihuahua, y de casas de seguridad donde se guardan drogas,
dinero y armas, tanto en Culiacán, Sinaloa; Ciudad Juárez, Chihuahua; Mexicali,
Baja California, como en otros lugares que no se especifican.
Zambada
Niebla aceptó su culpabilidad como encargado de la “importación de drogas de
Centro y Sudamérica” y que para introducir estupefacientes a México utilizó
“submarinos, transportes sumergibles y semi sumergibles, veleros, contenedores
de carga, lanchas rápidas, barcos de pesca, autobuses, vagones ferroviarios,
automóviles y tractocamiones”.
En
otro inciso del capítulo de “Hechos factibles” del acuerdo con el Departamento
de Justicia, el hijo de El Mayo Zambada reconoce haber participado bajo las
órdenes de su padre en el pago de sobornos a funcionarios mexicanos. “En
múltiples ocasiones Zambada Niebla hizo el arreglo para el pago de sobornos a
funcionarios y agentes de la aplicación de la ley a nivel local, estatal y
federal, con el objeto de facilitar el negocio del trasiego de drogas”, se lee
en el expediente.
Sin
embargo, al aceptar su culpabilidad en el tráfico y distribución de grandes
cantidades de cocaína y heroína en Chicago entre 2005 y 2008, El Vicentillo se
libró de ser sentenciado a cadena perpetua, como posiblemente lo hubiera
condenado el juez Castillo. En cambio, como testigo protegido, puede recibir
sentencia de 10 años de cárcel como mínimo y pagar una multa de hasta 4
millones de dólares, como lo estipula el acuerdo.
“El
acusado entiende que el juez (Castillo) también podría imponerle una libertad
condicional bajo supervisión durante un periodo de cinco años, como mínimo; o
de muchos años más e incluso hasta podría ser de por vida”, indica el
expediente.
Junto
a su esposa e hijos, si los tiene, Zambada Niebla queda bajo la protección económica
del gobierno de Estados Unidos y los familiares mencionados podrán vivir en el
país mientras él cumpla su sentencia. Una vez transcurrido el tiempo de cárcel,
ellos podrían incluso obtener la residencia permanente como inmigrantes
extranjeros, con lo que tendrían la oportunidad de trabajar.
Durante
el periodo de libertad condicional y supervisada, Zambada Niebla estará
obligado a usar, todo el tiempo que lo determine el juez, un grillete
electrónico en un tobillo para ser monitoreado por la policía.
La
fiscalía federal en Chicago informó a Proceso que aún no se sabe cuándo ni en
cuál formato el juez Castillo dictará la sentencia de Zambada Niebla. “Es
prerrogativa del juez, lo puede hacer en una audiencia en la corte o
simplemente enviarnos una notificación con copia para el acusado y sus
abogados”, señala un funcionario de relaciones públicas de la fiscalía.
Cuando
el juez le dé a conocer su dictamen, El Vicentillo tendrá que pagar 100 dólares
con un cheque certificado para cubrir los gastos administrativos de la Corte.
Aunque
el acuerdo de culpabilidad con el Departamento de Justicia es benévolo en
general para Zambada Niebla, advierte: “En caso de incumplimiento con el
compromiso, el acusado queda sujeto a sanciones financieras de un costo aproximado
de mil 373 millones 415 mil dólares”. Este monto proviene del cálculo que hace
el gobierno de Estados Unidos de las ganancias obtenidas por el reo con el
tráfico de cocaína y heroína en Illinois.
Pero
en ese caso se le confiscarían también “propiedades identificadas” y cuentas
bancarias a su nombre sin que pueda pelear legalmente por su devolución, además
de ser enviado a prisión de por vida.
A
cambio de su renuncia a la apelación de la sentencia que reciba, el tiempo que
Zambada Niebla ha estado bajo la custodia de las autoridades de Estados Unidos
desde el día de su extradición de México se le contará como cumplimiento de la
pena. Si en estos momentos fuera sentenciado, tiene derecho a deducir cuatro
años y dos meses de la pena de prisión.
El
gobierno, exhibido
Con
este acuerdo de culpabilidad se pone fin a un proceso complicado y escandaloso
en la historia judicial de Estados Unidos.
Desde
que llegó a ese país, El Vicentillo fue una papa caliente para el Departamento
de Justicia. En el verano de 2010, cuando se iniciaron los juicios preliminares
del caso, por medio de su equipo de abogados el detenido notificó al juez que
él tenía un “acuerdo de inmunidad con la DEA”, por lo cual solicitaba su
libertad condicional bajo fianza. El juez la negó, ya que la fiscalía rechazó
que existiera dicho compromiso.
En
noviembre de 2010, la defensa de Zambada Niebla presentó al juez Castillo
documentos con la transcripción de conversaciones con Humberto Loya Castro,
señalado como el abogado del Cártel de Sinaloa e informante de la DEA desde
hace años.
Frente
a esa evidencia, el Departamento de Justicia aceptó que Loya Castro era
informante de la DEA y que como tal se le perdonaron los delitos de lavado de
dinero y tráfico de drogas contenidos en un encausamiento judicial en su contra
ante una corte federal de California, que databa de 1995.
Como
establecen los documentos del caso Zambada Niebla en la corte federal en
Chicago, precisamente Loya Castro fue el intermediario para que agentes de la
DEA se entrevistaran con el hijo de El Mayo Zambada aquel 18 de marzo de 2009
en el Sheraton de la Ciudad de México.
Los
agentes estadunidenses se reunieron con Zambada Niebla en una habitación del
hotel, aunque a Loya Castro le habían notificado que el encuentro se cancelaba
porque días antes alguien había filtrado a un diario de Culiacán que un alto
mando del Cártel de Sinaloa se reuniría en la capital mexicana con agentes
antinarcóticos estadunidenses.
En
el recuento puntual que ha dado al caso de El Vicentillo por ser el único medio
mexicano que asistió por lo menos a 90% de las audiencias preliminares, Proceso
reportó que en el encuentro del Sheraton la DEA rechazó el acuerdo que les
propuso Zambada Niebla. Horas después de que los agentes salieran del hotel,
militares mexicanos arrestaron al hijo de El Mayo.
“Las
autoridades mexicanas nos estuvieron grabando y siguiendo todo el tiempo ese
día; por eso se enteraron de la presencia de El Vicentillo y por eso lo
capturaron”, declaró una fuente de la DEA al corresponsal en su momento.
Por
eso los abogados de Zambada Niebla propusieron a Castillo que se llamara a
declarar a Loya Castro como testigo, pero el Departamento de Justicia apeló a
la seguridad nacional y logró que eso no sucediera, además de que, a partir de
entonces, toda la información gubernamental del caso fuera clasificada y se
guardara en una caja fuerte, en las oficinas personales de Castillo.
Desde
el 12 de diciembre de 2012, ya aceptada la petición oficial de resguardo a la
seguridad nacional, en ocasiones por argumentos de la fiscalía y en otras por
los de la defensa se postergó la audiencia en la que el juez Castillo debía
anunciar la fecha del juicio contra Zambada Niebla.
Ante
la falta de informes sobre la situación, tanto por parte de la defensa como de
la fiscalía, en los pasillos de la Corte federal en Chicago se rumoreaba la
posibilidad de que El Vicentillo estuviera negociando un acuerdo con la
fiscalía, tomando en cuenta que desde su arresto en México el hijo de El Mayo
Zambada pretendía convertirse en informante de la DEA.
La
última audiencia para anunciar el arranque del juicio se había agendado para el
miércoles 16, pero con la revelación del acuerdo el jueves 10 quedó anulada.
En
la última página del acuerdo de culpabilidad aparecen las firmas de los
fiscales federales Gary S. Shapiro, Thomas D. Shakeshaft y Michael J. Ferrara.
En el extremo derecho se ve la rúbrica de Zambada Niebla y las de sus abogados
George Santangelo, Edward Panzer, Alvin Michaelson y Fernando X. Gaxiola.
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