30 nov 2014

La vía de lo posible/FRANCISCO OLASO

Revista Proceso, No. 1987, 29 de noviembre de 2014
 La vía de lo posible/FRANCISCO OLASO
BUENOS AIRES.-Tabaré Vázquez se encamina hacia un segundo mandato presidencial en Uruguay. Así lo determinan todas las encuestadoras de ese país.
De cara a la segunda vuelta electoral (balotaje) este domingo 30, el candidato del oficialista Frente Amplio (FA) tiene una intención de entre 52% y 53%. La previsión para su contendiente, el candidato del Partido Nacional (PN), Luis Lacalle Pou, va de 35% a 39%. Las encuestadoras estiman que Vázquez volverá a ocupar el cargo que ya ostentó entre 2005 y 2010.
 La votación en la segunda vuelta se define por mayoría simple. El candidato del FA tiene la aprobación de más de la mitad del electorado. El opositor no alcanzaría el triunfo ni siquiera si sumara todo el voto que hoy se expresa como indeciso, en blanco y nulo.
 La ventaja obtenida por el FA en la primera vuelta se volvió decisiva. Allí la fórmula Tabaré Vázquez-Raúl Sendic derrotó con 47.8% de los votos al binomio del PN, Luis Lacalle Pou-Jorge Larrañaga, que obtuvo 30.9%. El Frente Amplio logró así la mayoría absoluta en el Parlamento uruguayo. Y la conseguirá también en el Senado en caso de triunfar este domingo 30.
 Desde la coalición oficialista se ha llamado a los militantes a no confundir la segunda vuelta con un mero trámite y trabajar una vez más por el triunfo.

 “Creemos que es muy difícil que la tendencia actual se pueda revertir: no es sólo que todas las encuestas marcan eso sino además viendo lo que ha sido la campaña, donde el Partido Nacional ha tenido poca fuerza, poca capacidad de convencer”, dice a Proceso Mariana Pomiés, directora de Opinión Pública de la consultora CIFRA, en diálogo telefónico desde Montevideo.

Médico oncólogo, exdirigente deportivo, masón, Vázquez fue el primer representante de una fuerza de izquierda, el FA, en llegar en 2005 a la presidencia uruguaya. En 2010 fue sucedido por José Pepe Mujica, un exguerrillero tupamaro que había pasado tres lustros en prisión.

Un segundo mandato de Vázquez significaría el tercer periodo consecutivo del FA al frente del gobierno. El candidato se plantea un gobierno diferente respecto del que encabezó en su primera administración, donde se iniciaron reformas estructurales, combatiendo los altísimos niveles de pobreza y desempleo que había dejado la crisis de 2002.

El actual gobierno de Mujica “profundizó los cambios y los arraigó”, dijo Vázquez.

El eventual nuevo mandato enfrentará nuevas aspiraciones de la ciudadanía, surgidas tras una década de crecimiento económico.

En la política económica no se esperan grandes cambios. Vázquez ha anunciado que su ministro de Economía será Danilo Astori, quien ya estuvo a cargo de dicha cartera entre 2005 y 2008 y hoy ocupa la vicepresidencia. Se trata de un claro mensaje para los sectores que dentro de la coalición reclaman un “giro a la izquierda” en la política económica.

La nueva bancada del FA en la Cámara de Diputados tendrá un tono distinto, debido a la buena elección de sus sectores de izquierda, entre ellos el Movimiento de Participación Popular (MPP), de Mujica. Tanto Vázquez como Astori representan a los moderados.

“Si no hubo un giro a la izquierda con el MPP en el Poder Ejecutivo, dudo que vaya a ser con Tabaré Vázquez, aunque el Parlamento tenga una composición más emepepista”, sostiene Pomiés.

El MPP fue formado por exguerrilleros tupamaros que optaron por la vía política tras la dictadura (1873-1985). Se sumó al FA en 1989.

“Tabaré ya dijo que va a seguir la línea que ya había marcado y que Mujica también siguió –refiere Pomiés–: Tabaré va a hacer lo que dice, porque ya lo hizo en su gobierno pasado, y porque además sabe que ahí está la clave de su éxito.”

Astori ha declarado que no habrá un aumento del Impuesto a la Renta de las Personas Físicas de 25% a 30%, como reclamaba el ala izquierda de la coalición. Se restablecerá, sin embargo, el cobro del Impuesto de Primaria para los productores agropecuarios de más de 200 hectáreas.

El peso de la demanda

Vázquez se propone mejorar la infraestructura. Dice que invertirá en obras viales, ferroviarias, portuarias, aeroportuarias y de telecomunicaciones. Afirma que universalizará la atención a la salud. El “buque insignia” de su gobierno será el Sistema Nacional de Cuidados, un programa de políticas sociales orientadas a asistir a las familias en la atención de discapacitados, adultos mayores y niños desde los seis meses hasta los tres años de vida. Se pretende así que unas 200 mil mujeres se reintegren al mercado laboral.

Vázquez ha señalado que de acceder al gobierno, se implementaría una reforma estructural en educación. Se destinaría 6% del presupuesto a dicha cartera. El objetivo es que 100% de los estudiantes termine el ciclo básico y que 75% como mínimo egrese de secundaria.

“Tabaré habla de reformar el ADN del sistema educativo: Es difícil entender a qué se refiere con eso –dice Pomiés–. No sé si va a hacer una reforma estructural o más pequeña, pero la educación necesita una reforma muy profunda. El tema es si la quiere llevar adelante y pagar el costo político, porque va a tener un costo político.”

Vázquez ha dicho que no cambiará la actual política de seguridad, a pesar de que el crecimiento de la criminalidad es uno de los temas que más preocupa a la opinión pública. En una eventual presidencia se comprometió a bajar 30% las rapiñas (asaltos), a ser “muy duro con el delito”, pero “más duro todavía con las causas sociales y culturales” que llevan al mismo.

En el plano internacional promueve un “regionalismo abierto”, que prioriza al Mercosur pero también la apertura al resto del mundo.

“Uruguay es un país muy pequeño y dependiente de lo que pasa en el contexto –explica Pomiés–. A lo largo de estos años ha tratado de generar lazos que lo independicen al menos en parte de Brasil y de Argentina, pero es muy difícil para un país con un mercado tan pequeño y una capacidad industrial mínima. Por más que queramos más Mercosur o menos Mercosur, estamos acá, no nos podemos mover, y los vecinos son los vecinos.”

En un futuro gobierno del FA se prevé una continuidad en la política exportadora de productos primarios, como soya transgénica, carne bovina, lácteos, maderas y pasta celulosa. “El tamaño de marcado del país y su capacidad económica, le hacen muy difícil hacer una revolución que implique un cambio profundo en la matriz productiva”, explica Pomiés.

“Nos encantaría dar un paso más en la cadena productiva de la carne, en el cuero, pero no ha sido posible por el costo que significa hacerlo en un país tan pequeño. El mercado europeo no nos permite hacer muchas transformaciones, no quieren eso de nosotros, entonces uno tiene que ‘vender lo que te piden’, como dice Mujica”, sostiene.


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