Columna TINERARIO
POLÍTICO/Ricardo Alemán
El
Universal, 11 de marzo de 2014
‘El
Chayo’; las preguntas
No, no es un
asunto menor el engaño oficial que llevó a Alejandro Poiré y al propio Felipe
Calderón a declarar muerto a Nazario Moreno González El Chayo, fundador de La
Familia Michoacana y de Los Caballeros Templarios.
Y
no es menor porque si en un tema tan delicado —como la muerte de uno de los
criminales más buscados— el gobierno de Calderón engañó a los ciudadanos,
entonces podemos suponer que el recurso del engaño también se utilizó en otros
casos de presuntos criminales abatidos y/o en otros temas de igual o mayor
importancia.
Y
tampoco basta con un vulgar “usted disculpe”, como el externado por un mediocre
servidor público como Alejandro Poiré. No, en realidad el tema de la mentirosa
muerte de El Chayo y la supuesta muerte de otros criminales abatidos, amerita
una profunda investigación y el castigo a los mentirosos. Por eso las
preguntas.
¿De
quién fue la “brillante” idea de “pararse el cuello” con una mentira como la
supuesta muerte de El Chayo?
¿Será cierto que es el caso de El Lazca,
supuestamente abatido y cuyo cadáver nunca apareció? ¿Será que se trató de un montaje como el de la secuestradora francesa
Florence Cassez? ¿Cuántos montajes de esa naturaleza existen? ¿No son parte
de esos montajes la acusación, proceso penal y cárcel decretadas en el gobierno
de Calderón contra militantes como el general Tomás Ángeles Dauahare
—subsecretario de la Sedena—, y de los generales también de alto rango, Roberto
Dawe González, Ricardo Escorcia Vargas y Rubén Pérez Ramírez, los que una vez
que llegó el gobierno de Peña Nieto resultaron absueltos y fueron liberados con
otro grosero “usted disculpe”?
¿Por qué un
gobierno como el de Felipe Calderón, que surgió del PAN, que siempre cuestionó
la mentira,
el engaño, la corrupción y la ineficacia de los gobiernos del PRI, terminó por
ser un gobierno corrupto, ineficaz y que recurrió a la mentira y el engaño a la
sociedad en casos como el de El Chayo; como el de la secuestradora francesa y
los militares injustamente encarcelados? ¿Cuántos muertos más que supuestamente
abatió el gobierno de Calderón, hoy gozan de cabal salud? ¿Cuántas
perversidades como la de la secuestradora francesa se cometieron en el gobierno
de Calderón? ¿Cuántos mexicanos más también fueron víctimas de la persecución
política disfrazada de persecución penal, como el caso de los generales
encarcelados? ¿No será que mañana nos van a salir con que está vivo el fundador
de Los Zetas, a quien incluso construyeron un mausoleo? ¿Qué otras mentiras de
Estado vamos a descubrir —por ejemplo—, en casos como los de Oceánica, Pemex, el
SNTE y la señora Gordillo…? ¿Qué tiene que decir y qué va a decir sobre las
escandalosas mentiras el señor Calderón, que gusta de abrir la boca por
cualquier cosa?
¿A poco Felipe
Calderón, Alejandro Poiré, Genaro García Luna, Guillermo Galván Galván; Mariano
Francisco Saynez Mendoza o Guillermo Valdés Castellanos y Arturo Chávez Chávez
no sabían que era mentira la muerte de El Chayo? ¿Por qué ni el
presidente de la República, ni los secretarios de Gobernación, Seguridad
Pública, Defensa, Marina, y los titulares del Cisen y la PGR se atrevieron a
decir la verdad? ¿Será cierto que engañaron al presidente? ¿Será cierto que
Felipe Calderón fue engañado y manipulado por sus subalternos? ¿De verdad nunca
se dio cuenta del engaño? ¿Si no engañaron a Calderón, y si el presidente sabía
el engaño de El Chayo, por qué el presidente se prestó a engañar a los
ciudadanos?
¿Si
eran tan malos los servicios de inteligencia del Cisen, como para prestarse a
montar un engaño como el de la supuesta muerte del “Chayo”, por qué nadie ha
fincado responsabilidad en los malos servidores públicos? ¿Quién va a sancionar
a toda la cadena de mentirosos que se aventaron la puntada de decir que habían
abatido a El Chayo, cuando el criminal seguía secuestrando, extorsionando,
matando? ¿Quién será el valiente que ordenará una investigación? ¿La ordenará
Enrique Peña Nieto; de oficio la iniciará la PGR; la llevará a cabo el
Congreso? ¿O será que veremos de nueva cuenta la impunidad de malos servidores
públicos, sean del PAN —como es el caso—, sean del PRI o del PRD? ¿Será que son
impunes los ex secretarios del gabinete anterior? ¿Será que el ex presidente
Calderón no recibirá siquiera una llamada de atención de la sociedad agraviada?
¿Dónde está el Congreso en todo esto?
Sí,
los ex presidentes y ex secretarios de Estado, ex legisladores y ex ministros
de la Corte deben ser llamados a cuentas, cuantas veces sea necesario, por sus
errores, mentiras y omisiones. ¿O no? Al tiempo.
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