03/11/2014
La
“metamorfosis”: de Bergoglio a Francisco
Tres
personalidades argentinas cercanas a Jorge Mario Bergoglio cuentan su
transformación inesperada en un jovial y sonriente Papa Francisco
Nota de ANDRÉS
BELTRAMO ÁLVAREZ para Vatican Insider.
Era
un arzobispo reflexivo, de mirada incisiva y de sonrisa difícil. Un “hombre
gris”, según sus detractores. Doce meses atrás Jorge Mario Bergoglio se
preparaba para el retiro, tras haber presentado su renuncia al cumplir 75 años.
Pero en cuestión de días vivió una verdadera “metamorfosis” hasta convertirse
en Francisco, el Papa jovial y fascinante que ha conquistado al mundo.
“Voy
a Roma y vuelvo antes de Semana Santa”. Esa frase repitió infinidad de veces el
entonces arzobispo de Buenos Aires a sus conocidos y colaboradores. Corría
febrero de 2013 y se alistaba para participar en el Cónclave que elegiría
sucesor de Benedicto XVI.
Su
elección sorprendió a todos y cambió para siempre a Bergoglio. “Él hubiese
querido que otra persona mas joven fuese la elegida. A Jorge no le gustaban los
primeros planos, él siempre ha sido muy humilde y trataba de que otras personas
ocuparan ese rol. Siempre prefería sentarse atrás de todo y ayudar a la gente
sin que se sepa que había sido él”, relató al Vatican Insider Gustavo Vera, el
activista argentino de derechos humanos amigo del pontífice.
Ellos
se conocieron gracias al trabajo de Vera, actual diputado en la capital
argentina, en la asociación “La Alameda” que defiende a las víctimas de la
trata de personas. Recordó que ese
organismo tiene mucho material fotográfico de Bergoglio, quien siempre
preguntaba para qué le sacaban tantas fotos y le respondían: “Para cuando seas
Papa”. El “padre Jorge” se reía.
“Cuando
fue elegido muchos medios del mundo vinieron a buscar la inmensa cantidad de
fotos que sólo teníamos nosotros porque innumerables veces él pedía que los
medios no fueran (a las actividades) porque no era un objetivo mediático,
excepto cuando quería proteger a una víctima (de abuso) o una organización
(amenazada). No era de mediatizar su accionar, por eso no era tan conocido
masivamente”, contó.
“Recordemos
que es jesuita y muy disciplinado. Él cuando era obispo y cardenal tenía
obligaciones y deberes en el marco de la estructura de la Iglesia y su accionar
estaba limitado por esa estructura, no podía ir por arriba de ella. Ahora él
puede ser lo que en realidad siempre fue y en determinadas ocasiones no podía
ser. Ahora lo vemos en su plenitud, porque siendo el Papa tiene una libertad de
movimiento que antes no tenía en toda su dimensión”, agregó.
Para
el sacerdote Guillermo Marcó, quien por muchos años se desempeñó como portavoz
de la Arquidiócesis de Buenos Aires, lo más rescatable de este año de
pontificado es que “un cura de parroquia” ha llegado hasta el puesto más
importante de la Iglesia.
“Lo
que está marcando Francisco es esa vuelta a la búsqueda del rebaño, acompañado
por los gestos maravillosos como los que él tiene”, estableció.
Mientras
Jorge Telerman, judío y presidente del Instituto Cultural de la Provincia de
Buenos Aires, subrayó que se ha convertido en el “argentino más universal”,
capaz de inyectar una “fantástica corriente de aire fresco” que está
recorriendo el mundo.
Destacó
que desde los sectores más impensados actualmente se le presta atención a
Francisco en su palabra y en su acción, en la prédica y en la práctica.
“Quienes
ya lo conocemos sabemos que su palabra renovadora siempre está acompañada de
una práctica comprometida, el mundo hoy lo está viendo. No es sólo una palabra
o unos gestos como los de los primeros días, que asombraban y generaban
admiración, sus acciones siempre van acompañadas de un mensaje, hoy Francisco,
ayer el padre Jorge. Eso nos satisface porque va mucho más allá de la grey
católica: los judíos, los musulmanes y hasta los no creyentes miran y se
admiran por la capacidad de acción de este gran hombre, inspirador y sabio”,
sentenció.
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