“El
Chapo” y “La Barbie” ponen de cabeza al penal del Altiplano/reportaje de ANABEL
HERNÁNDEZ
Revista Proceso. Portada, # 1968, 19 de julio de 2014
Si
bien el gobierno de Enrique Peña Nieto confía en tener neutralizado al Chapo
Guzmán, el líder del Cártel de Sinaloa acaba de darle una prueba de que aún
tiene poder: aun cuando se encuentra recluido en una celda de aislamiento en el
penal del Altiplano, logró comunicarse con otro huésped notable de la prisión,
La Barbie, y entre ambos pusieron de cabeza a esa cárcel de alta seguridad al
organizar una huelga de hambre de casi mil reos. El motivo: presuntas
violaciones a sus derechos humanos.
Joaquín
El Chapo Guzmán, líder del Cártel de Sinaloa, y Édgar Valdez Villarreal, La
Barbie, encarcelados en el penal de máxima seguridad del Altiplano, en Almoloya
de Juárez, Estado de México, hicieron un frente común y la semana pasada le
mostraron su fuerza al gobierno federal: organizaron a casi mil internos de
cinco módulos de la prisión para iniciar una huelga de hambre en protesta por
presuntas violaciones a sus derechos.
Según
información revelada a Proceso desde el interior del penal y confirmada por
abogados de algunos reclusos, la huelga de hambre encabezada por El Chapo y La
Barbie –que fue socio de Guzmán Loera en la llamada Federación y después su
enemigo, como lugarteniente de los Beltrán Leyva– comenzó el miércoles 16 y se
mantendrá “hasta nuevo aviso”.
Los
presos se quejan de que en el penal –cuyo director general es Valentín Cárdenas
Lerma– no se les permite acceder a la tienda en la cual sus familiares hacen
depósitos para que ellos adquieran artículos de higiene personal.
Presuntamente
tampoco se les da atención médica apropiada ni medicamentos. Además el fin de
semana previo a la huelga de hambre más de 20 internos se intoxicaron por
consumir pollo echado a perder, dice a este semanario Martha Gema Pérez
Gorostieta, abogada de George Khoury, uno de los ayunantes del módulo 5.
Otro
de los supuestos motivos de la protesta es que no se lavan con regularidad sus
uniformes, no se les proporciona ropa interior y no se respeta el tiempo de la
visita familiar ni de las llamadas telefónicas a las cuales tienen derecho.
Las
viejas rencillas, los barrotes, la distancia entre sus celdas o las supuestas
medidas de máxima seguridad del penal federal no fueron obstáculo para que El
Chapo y La Barbie desarrollaran su plan exitosamente, aun sin tener
comunicación directa entre ellos o con los demás internos.
Además
del Chapo y La Barbie, en El Altiplano están otros narcotraficantes. Del Cártel
de Sinaloa: Mario Núñez, El M-10; Javier Torres Félix, El JT, y Miguel Ángel
Félix Gallardo. De Los Zetas: Jaime González, El Hummer; Iván Velázquez, El
Z-50; Sigifredo Nájera, El Canicón, y Salvador Martínez Escobedo, La Ardilla,
entre otros.
Del
Cártel de los Beltrán Leyva están Gerardo Álvarez, El Indio; José Jorge
Balderas Garza, El JJ, y Carlos Beltrán Leyva. Del Cártel de Juárez: Ramón
Alcides Magaña, El Metro. Además están recluidos secuestradores como Daniel
Arizmendi, El Mochaorejas.
Si
bien El Chapo Guzmán había dejado de ser noticia luego de su captura el pasado
22 de febrero en Mazatlán, con este acto de control y convocatoria muestra que
aún tras las rejas tiene un gran poder.
El
preso 3578
Pese
a que su uniforme, su calzado y su corte de pelo son como los del resto de los
convictos del Centro Federal de Readaptación Social número 1, el preso número
3578 no es uno más. Es Joaquín Guzmán Loera, líder del Cártel de Sinaloa junto
con Ismael El Mayo Zambada García.
Esta
es la segunda vez que El Chapo es recluido en esa cárcel, antes llamada
Almoloya. La primera fue el 9 de junio de 1993, después de ser capturado en
Guatemala. El gobierno de Carlos Salinas de Gortari lo acusó del homicidio del
cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, ocurrido el 24 de mayo de ese año en el
aeropuerto de Guadalajara.
El
21 de noviembre de 1995 la defensa de Guzmán logró que lo trasladaran al penal
federal de Puente Grande, Jalisco, donde encontró el ambiente propicio para
tomar el control mediante pagos a directivos, custodios y presos, además de
conseguir la complicidad de funcionarios responsables de los centros de
readaptación social. En enero de 2001 se fugó de esa prisión.
Durante
los 13 años que estuvo prófugo, El Chapo se convirtió en el barón mexicano de
las drogas más conocido, rico y supuestamente perseguido. En enero de 2012 el
Departamento del Tesoro de Estados Unidos lo declaró el narcotraficante “más
poderoso del mundo”.
Tras
su regreso al Altiplano en febrero último, la seguridad externa del penal se
reforzó. Kilómetros antes de la entrada al perímetro del penal se colocaron dos
retenes, uno militar y otro de la Policía Federal (PF).
Guzmán
Loera se encuentra aislado del resto de la población penitenciaria, en una
celda del área de Tratamientos Especiales donde se recluye a los presos de
mayor peligrosidad y que podrían vulnerar la estabilidad y seguridad del penal.
Dicha
zona está apartada del resto de los módulos del complejo penitenciario
supuestamente para evitar que los detenidos tengan contacto con los demás
internos, y es donde se aplica un dispositivo de seguridad mayor, lo que no le
impidió al Chapo organizar la huelga de hambre masiva.
El
personal del Altiplano o representantes del Poder Judicial que le han llevado
notificaciones lo describen como un hombre muy educado, amable, nada
prepotente, de buena complexión y un cutis bien cuidado.
La
descripción hace recordar la que hicieron Larry Villalobos y Joe Bond, agentes
antidrogas estadunidenses, quienes se entrevistaron con él en Puente Grande en
octubre de 1998, cuando el narcotraficante quería darles información para
acabar con sus rivales del Cártel de Tijuana, los Arellano Félix (Proceso
1948).
Todos
los días sin falta, su abogado Óscar Gómez Núñez iba a visitar al preso 3578 en
la zona de locutorios para atender sus asuntos jurídicos y personales. Gómez es
un litigante de confianza del Mayo Zambada: defendió a su hijo Vicente Zambada
Niebla, detenido en marzo de 2009 en la Ciudad de México, y a su sobrino Omar
Zambada Apodaca. Hace unos días tuvo un accidente en el cual casi pierde una
pierna; mientras él se restablece, otro abogado de la defensa, Andrés Granados
Flores, atiende los asuntos del Chapo.
Las
huelgas de “La Barbie”
No
es la primera vez que Guzmán y Valdez establecen acuerdos. Cuando El Chapo
formó la llamada Federación a finales de 2001 –a la cual se sumaron
narcotraficantes como El Mayo Zambada; Juan José Esparragoza Moreno, El Azul;
Ignacio Coronel; Vicente Carrillo Fuentes y Arturo Beltrán Leyva–, La Barbie
fue parte del acuerdo y participó en numerosas reuniones de esa agrupación
criminal, según averiguaciones previas de la Procuraduría General de la
República a las que la reportera ha tenido acceso.
Los
gobiernos de México y Estados Unidos acusan a La Barbie de narcotráfico y de
ser operador del brazo armado de la Federación. Se le adjudica la creación de
grupos de sicarios como Los Negros, Los Chachos y la Mexican Mafia, y el
reclutamiento de integrantes de la centroamericana Mara Salvatrucha, para
contrarrestar los ataques de Los Zetas.
En
enero de 2008, cuando los Beltrán Leyva rompieron con El Chapo y El Mayo, La
Barbie se mantuvo del lado de los hermanos. Fue detenido en agosto de 2010 en
una carretera del municipio de Lerma, Estado de México, aunque en una carta
publicada en noviembre de 2012 él afirmó que la detención ocurrió en su casa y
que la orden de la PF era asesinarlo.
El
26 de septiembre de 2012, en el Juzgado Tercero de Distrito en Materia de
Procesos Penales Federales en el Estado de México, La Barbie declaró ante el
juez Raúl Valerio Ramírez que en mayo de ese año funcionarios de la entonces
llamada Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada
lo presionaron para que inventara cargos contra los generales Tomás Ángeles
Dauahare, Roberto Dawe González, Ricardo Vargas Escorcia, Rubén Pérez Ramírez;
el coronel Silvio Isidro de Jesús Hernández Soto y el mayor Iván Reyna Muñoz,
acusados de narcotráfico y delincuencia organizada (Proceso 1881).
Al
final todos estos militares fueron puestos en libertad en 2013 y 2014 por falta
de pruebas.
En
agosto de 2010, cuando la PF presentó a La Barbie ante los medios, el
delincuente se veía robusto y sonriente; ahora, según testimonios de los
abogados entrevistados, pesa alrededor de 17 kilos menos y dentro de la prisión
se convirtió al cristianismo.
Desde
su llegada al Altiplano, Valdez Villarreal también fue recluido en el área de
Tratamientos Especiales y por lo menos 10 veces se ha puesto en huelga de
hambre en protesta porque durante año y medio no le permitieron ver a su
esposa. También se quejaba de la falta de limpieza de su entorno, de la mala
alimentación y atención médica.
La
pasada cuaresma La Barbie ayunó varios días, como lo dispone su nueva religión.
Ayuno
Aunque
Guzmán y Valdez se encuentran en el área de mayor seguridad del penal y se
supone que no pueden comunicarse entre ellos ni con otros presos, lograron
organizar la huelga de hambre, a la cual se sumaron casi mil internos, más de
la mitad de la población del penal.
Las
reglas de Tratamientos Especiales disponen que todos los presos de este sector
coman en sus celdas, no en el comedor. Desde el miércoles 16 El Chapo y La
Barbie han rechazado los tres alimentos diarios que les llevan. Según la
información recabada hasta el viernes 18, el ayuno continuaba.
En
respuesta, las autoridades del penal repartieron a los huelguistas calcetines y
ropa interior, y el director ha intentado dialogar con ellos. No lo ha logrado.
En
entrevista con Proceso efectuada el viernes 18, Pérez Gorostieta explicó que el
día de inicio de la huelga de hambre su cliente fue designado vocero del módulo
5 para hablar con Cárdenas.
“Él
estuvo antier de vocero con el director porque acá las condiciones son pésimas
tanto de comida como en situación para ellos. Él está en el módulo 5 y a él lo
escogieron como representante de todos los internos de ese módulo”, señaló.
La
abogada afirmó que su cliente le dijo el jueves 17 que todo el módulo 5 estaba
en la huelga. “Todo el módulo 1, el 7, pues de hecho ayer que lo vi me mencionó
a más de cinco módulos que están completos, no bajaron ni a desayunar ni a
comer; no han comido nada, sólo toman agua”.
“Están
pidiendo que se les permita ingresar una televisión de 9 pulgadas, como lo
permite el reglamento, que la tienda se aumente a mil 300 pesos, al igual que
el Cefereso de Matamoros. La entrada de la visita es muy lenta y no les dan el
tiempo completo; entonces que la entrada sea ágil y que les otorguen el tiempo
completo, que sus llamadas en vez de dos intentos sean tres.
“La
atención médica está horrible, no los atienden, no hay medicamentos. La gente a
veces se está muriendo ahí y no les hacen caso. También piden que la comida sea
de mayor cantidad y mayor calidad, porque el sábado (12) más de 20 internos
estaban enfermos del estómago, les dio vómito y diarrea porque les dieron pollo
echado a perder; a veces les dan el pollo verde o negro. Cuando les dan atún o
camarones, luego están echados a perder”, denunció la abogada.
El
día de inicio de la protesta en el penal, en los registros de información
pública del Consejo de la Judicatura constaba que el Juzgado Primero de
Distrito en Materias de Amparo y de Juicios Civiles Federales en el Estado de
México desechó una decena de amparos interpuestos por distintos presos contra
la jefa del servicio médico del Cefereso y contra el director general.
Un
exfuncionario del Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y
Readaptación Social –entrevistado por este semanario a condición del anonimato–
explica que las huelgas de hambre en el caso del Altiplano son un recurso para
desestabilizar el penal.
Cuando
un interno ayuna, los custodios fotografían que le están dando comida, para evitar
que se les finquen responsabilidades.
Señala
que este tipo de protestas han ocurrido en algunos módulos de penales de máxima
seguridad, pero hasta ahora no masivamente, como se afirma que es la actual
huelga de hambre orquestada por los dos capos. El único antecedente es la
huelga organizada en 2004 por Osiel Cárdenas Guillén, cabeza del Cártel del
Golfo, cuando estaba preso en el mismo penal del Altiplano. La exitosa
organización de la huelga, hasta el cierre de esta edición, revela que tras las
rejas, y aunque el gobierno de Enrique Peña Nieto pretenda hacer creer que el
capo está neutralizado, El Chapo Guzmán aún tiene poder y sabe cómo manejarlo.
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