20 jul 2014

Recompondrán Tacubaya en torno a la Casa Barragán

Recompondrán Tacubaya en torno a la Casa Barragán/JUDITH AMADOR TELLO
Revista Proceso # 1968, 19 de julio de 2014;
En el ir y venir de la construcción de una ciudad y destruirla, nace otra. Pero la destrucción, casi siempre, borra lo mejor de la anterior en aras de una supuesta modernidad. Eso es lo que pasó con Tacubaya, pueblo emblemático en las cercanías de la Ciudad de México donde, ya barrio, el arquitecto Luis Barragán eligió vivir. Su casa ha sobrevivido al vendaval. Y ahora, con un proyecto sin precedentes, se intenta defender su entorno, a 10 años de que la mansión fuera declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO.
Con una historia que se remonta a la época prehispánica, el pueblo de Tacubaya –barrio histórico y popular que el reconocido arquitecto jalisciense Luis Barragán (1902-1988) eligió para construir su casa-estudio– tendrá un nuevo orden urbano de concretarse el proyecto Tacubaya Vive, en el que la delegación Miguel Hidalgo invertirá más de 800 millones de pesos.
El propósito es construir un corredor cultural que unirá el Metro Constituyentes con el mercado Gonzalo Peña Manterola.

El programa de rehabilitación se antoja ambicioso pues abarca al comercio, el transporte y espacios culturales. Inició con el mejoramiento de la calle General Francisco Ramírez, en la colonia Daniel Garza, en cuyos números 12 y 14 se encuentra la Casa Luis Barragán y de la cual se celebró, el viernes 4, el décimo aniversario de su inscripción en la Lista del Patrimonio Mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la cultura (UNESCO).
La mira del jefe delegacional Víctor Hugo Romo Guerra es la construcción de un gran corredor cultural y peatonal desde la Casa Barragán, en la zona del Metro Constituyentes, hasta la Alameda Tacubaya, incluyendo el remozamiento del Parque Lira y el Museo Casa de la Bola.
El plan comprende el reordenamiento del comercio ambulante en la Plaza Charles de Gaulle; la restauración del mercado Gonzalo Peña Manterola (conocido también como Cartagena, inaugurado por el entonces regente Ernesto P. Uruchurtu, el 22 de julio de 1957); la creación de un Centro de Transferencia Modal (Cetram) para ordenar el transporte público; y la remodelación de fachadas que ofrezcan una nueva imagen del área de fondas y comedores ubicados en la esquina de Parque Lira y avenida Observatorio, a la manera del Corredor Regina del Centro Histórico.
Con un paisaje urbano que mezcla la belleza e intimidad de recintos como la Casa Barragán, construida en 1947, con su sobria y discreta fachada, o misteriosos y abundantes en vegetación como el Museo Casa de la Bola (localizado en Parque Lira 136), hasta el desorden, bullicio y falta de limpieza en las inmediaciones de las estaciones de Metro Tacubaya, Observatorio o Constituyentes, la imagen de Tacubaya es completamente disímbola.
Conserva algunas calles que remiten a la organización del antiguo barrio, con sus casas de uno o dos niveles, sus estanquillos y locales de abarrotes o comida preparada, paleterías, refaccionarias o tintorerías, entre otros comercios. Pero hace tiempo que comenzaron a levantarse edificios de departamentos de más de tres niveles que poco a poco han ido desfigurando la fisonomía del que fuera uno de los pueblos con mayor cohesión de los alrededores de la Ciudad de México.
Finalmente acabó siendo devorado por ésta y su unidad como barrio se fracturó desde mediados del siglo pasado, cuando Uruchurtu ordenó la construcción de grandes vialidades. Hoy la Tacubaya elegida por Barragán –quien pudo vivir en el fraccionamiento Jardines del Pedregal, realizado por él hacia los años cincuenta– está rodeada y atravesada por grandes arterias como el Anillo Periférico, el Viaducto y la avenida Observatorio. Ésta última separa al Parque Vía de la zona del mercado Peña Manterola y el Metro Tacubaya.
La preponderancia del automóvil le fue dando otro perfil a la zona. Cruzar cualquiera de esas avenidas podría convertir a cualquier peatón en un moderno “mártir de Tacubaya”. Y sin embargo, a decir del arquitecto Carlos Ruiz de Chávez, director de Proyectos Especiales de la Delegación Miguel Hidalgo, reúne todas las condiciones para ser considerado un “Barrio mágico”.
Con el proyecto, las autoridades de la Delegación buscan recomponerlo al unificar la zona con nuevos espacios y corredores peatonales, así como rutas de bicicleta, y preservar así sus zonas culturales.
El arquitecto Ruiz de Chávez, responsable de la ejecución de Tacubaya Vive, y de Alejandro Zúñiga Olmos, asesor del delegado, guiaron a esta reportera en el recorrido por los espacios contemplados en el proyecto, sólo ahora plasmado en papel. Dentro de la primera etapa se intervino ya el Parque Lira y se reparó el puente peatonal que va de Constituyentes a la calle General Francisco Ramírez, con iluminación, vigilancia constante, y hasta música, según dijeron, pero las fuertes lluvias filtradas en el túnel al grado de encharcarlo impidieron que se escuchara.
Barragán, piedra de toque

Días antes del recorrido, el delegado Romo Guerra destacó en entrevista que se planea también la rehabilitación de espacios del patrimonio cultural, como la Casa de la Bola, la antigua entrada al Parque Lira, que es un arco de piedra de estilo neoclásico, ahora muy deteriorado. En una segunda etapa se recuperarán la explanada delegacional y la llamada Casa Amarilla, sede actual de la delegación, junto con su antigua Capilla de Guadalupe.
En su oficina de la delegación, invadida por modelos de bicicleta de todos tipos, tamaños y colores, el funcionario puso énfasis en que la primera etapa se centró en el entorno de la Casa Luis Barragán, no sólo por tratarse de un bien declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad, sino porque pretenden que los bienes catalogados como artísticos por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) “se apropien del barrio” y sean un punto de referencia y de identidad cultural para sus vecinos y también sus visitantes.
“Hoy la gente que vive ahí dice, ‘¡Ah bueno, éste es el corredor Luis Barragán, no, la casa que está en el rincón de la calle!’, pues prácticamente se saben la obra del artista, su historia, su contenido y su filosofía a la calle. O sea la señora Juana de la calle que secunda, ya conoce la historia, ya tiene identidad, ya tiene un corredor”, afirma con vehemencia y agrega:
“Por eso creo que ese tipo de intervenciones son las que mejor se pueden realizar porque se hacen con una lógica barrial, pero también con una lógica patrimonial y cultural, y principalmente generando nuevos entornos y nuevos espacios para que la gente conviva, cohabite y genere comunidad.”
Relata que desde el inicio de su administración, en octubre de 2012, propuso cinco ejes de gobierno. Uno de ellos es la reconstrucción, dentro de la cual se inscribe la recuperación de la infraestructura cultural. Decidió partir de la Casa Barragán pues si bien hay otros inmuebles con valor artístico en la zona (la Casa Ortega construida por el mismo Barragán a un costado de la suya y que está casi en el abandono es un ejemplo, o la Casa de la Bola), la casa-estudio es la única declarada por la UNESCO.
El funcionario destacó que Barragán y su casa-estudio son un referente en la arquitectura universal. Ganó el Premio Pritzker de arquitectura en 1980, que solamente han ganado dos latinoamericanos: el jalisciense y el brasileño Oscar Niemeyer, constructor de la ciudad de Brasilia.
Sin embargo, pese a ese reconocimiento y al hecho de ser visitada anualmente por 12 mil personas, principalmente extranjeros, Romo consideró que “parecía aislada del ambiente urbano, del barrio popular, cercana a la delegación, pero con poca accesibilidad”.
Se invirtieron entonces cerca de 7 millones de pesos en la calle General Francisco Ramírez para hacerla semipeatonal, abierta sólo al tránsito local, más amable para quienes van a pie desde el Metro Constituyentes a la Casa Barragán. Este punto es ahora el inicio del corredor que irá hacia la Plaza Charles de Gaulle, el mercado Peña Manterola y la Alameda de Tacubaya.
Según el arquitecto Ruiz de Chávez, se dejará un proyecto para construir un puente peatonal que cruce la avenida Constituyentes hacia la zona del Auditorio Nacional para años venideros, y de llevarse a cabo sería uno de los mayores corredores culturales para peatones y bicicletas de la ciudad.
El primer tramo del Corredor Luis Barragán contó con el apoyo de la Fundación Luis Barragán, dirigida por Catalina Corcuera, propietaria junto con el gobierno de Jalisco de la casa-estudio, que contribuyó a que el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) etiquetara recursos financieros para las obras; el INBA, que ha otorgado los permisos correspondientes; la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda; y la Comisión Federal de Electricidad, que renovó sus instalaciones eléctricas.
“Son mil 200 metros cuadrados de intervención y prácticamente se le cambia la fisonomía al exterior de la casa. Se pretende un fácil acceso desde Constituyentes y desde Parque Lira”, enfatizó el delegado.

Barragán + Legorreta

Luego del arreglo del tramo de General Francisco Ramírez, entre las calles Gobernador Luis G. Curiel y Gobernador José Ceballos, se intenta conectar el corredor hacia Parque Lira, en donde se encuentra el edificio delegacional. Ahí se hará una nueva explanada y se construirá otra sede para las oficinas de la delegación. Con ello se liberará la Casa Amarilla, que se adecuará como centro cultural.
El proyecto fue diseñado por el arquitecto Ricardo Legorreta (1931-2011) para el entonces delegado Arne Aus den Ruthen Haag, pero no llegó a concretarse. Ahora será su hijo, el también arquitecto Víctor Legorreta, del despacho Legorreta + Legorreta, quien materialice la obra.
Romo, a pregunta expresa, expresó que la delegación requiere de un nuevo edificio pues varias de las oficinas están dispersas en alrededor de otras ocho rentadas. Se necesita entonces optimizar espacios y recursos, concentrar en un solo espacio la sede y los servicios. Asimismo, mayor número de lugares para estacionamiento. Será un edificio “moderno y funcional” pero que no rompa con la armonía de la Casa Amarilla, por ello se invitó a Víctor Legorreta, adelanta.
Hace algunos meses se publicó en el diario La Jornada una imagen de lo que sería parte de las nuevas instalaciones de la Delegación. Por sus dimensiones, mayores a la Casa Amarilla y algunos elementos característicos de la arquitectura “Legorreta”, recibió algunas críticas en la revista Arquine (http://www.arquine.com/tag/corredor-turistico-cultural-luis-barragan/). Se le llamó “el adefesio de Tacubaya”, y se cuestionó que destacara el estilo Legorreta, cuando se supone aludiría a Barragán y se objetó el hecho de que se hubiese asignado el proyecto sin mediar un concurso.
Para el delegado la ley le permite asignar directamente proyectos de este tipo, “sin problema”, porque son por “derecho de autor”. Recordó el caso del Cine Cosmos, también a cargo de esta Delegación, fue asignado (y no bajo concurso) al arquitecto Enrique Norten. Se estableció un Consejo Consultivo.
Agregó que hay “muy buenos arquitectos”, de la Universidad Iberoamericana principalmente, que desean participar en este tipo de proyectos, y se comprometió a abrir concursos tanto para ellos como para estudiantes de las universidades Nacional Autónoma de México, Autónoma Metropolitana y el Colegio de Arquitectos para que puedan participar de algún modo en los proyectos de la delegación.
A decir suyo el proyecto original, si bien es muy parecido al impugnado por la revista de arquitectura, “ha sufrido algunas modificaciones”, pues se ha ido “puliendo y afinando”, aunque con el mismo sentido de conectar al Metro Constituyentes con la Casa Barragán, Parque Lira, hasta llegar a la Antigua Alameda, la Plaza Charles de Gaulle y el mercado Peña Manterola. Asegura que las críticas han contribuido y se han recogido también opiniones técnicas en las reuniones del consejo consultivo:
“Le hicimos caso a la crítica. Soy de los gobernantes que hace caso a la crítica para bien o para mal y en este caso fue para bien porque mejoramos, readecuamos, simplificamos, lo hicimos más cultural, más funcional, más peatonal, más corredor, respetando el origen del barrio.”
–¿De qué manera colabora la Fundación Luis Barragán?
–Prácticamente es una coparticipación, estamos trabajando de manera conjunta. La fundación ayudó para que el Conaculta nos diera los recursos etiquetados. Nosotros los ejecutamos y nuestro arquitecto titular, que es Ruiz de Chávez, está en contacto de manera permanente con ellos.
A principios de 2004 se construyó en la esquina de la calle General Francisco Ramírez, frente a la Casa Ortega, un edificio de seis pisos que alteró la visibilidad de la Casa Barragán, sin que el INBA pudiera detener la obra pues la autorizó la Delegación, entonces a cargo de Ruthen Haag. El asunto abrió nuevamente la discusión sobre la necesidad de una declaratoria de zona pues la declaratoria de monumento que protege en forma individual a la Casa Barragán sólo incluye los predios colindantes y no fue suficiente (Proceso, 1418).
Romo aseguró que se han hecho las verificaciones y Seduvi ratificó el uso de suelo, el tamaño y certificados de esas edificaciones y no hay ningún dictamen que determine violación a las normas. Añadió que en su administración no ha habido desarrollos inmobiliarios que afecten de esa manera el entorno de la Casa Barragán.
Al interrogársele qué hará si se presenta un proyecto que altere la zona, apegarse a la cuestión legalista o poner la preservación del patrimonio por encima de todo, expresó:
“Hay que tratar de que no rompa con el sentido del corredor. En lo subsecuente, si existe alguna obra nueva trataremos de armonizar el corredor.”
–¿Le interesaría a la Delegación promover una declaratoria de zona patrimonial?
–Sí nos interesa porque hacer el corredor no significa poner bien una calle sino preservar. Efectivamente ya se nos fueron algunos inmuebles que afectaron el entorno, como bien lo describes, pero con esa experiencia vamos a hacer lo propio e ir cuidando algunas residencias o casas de la zona. Es una de las cosas que vamos a pedirle a Rafael Tovar y de Teresa (presidente del Conaculta), trabajar para declarar zona patrimonial, sería muy importante.
El delegado, que se asumió defensor del patrimonio cultural, está hoy en un berenjenal luego de que la Rotonda de las Personas Ilustres, en el Panteón Civil de Dolores, fue el escenario para la fiesta de cumpleaños de la actriz Claudia Cervantes Hinojosa, sobrina de Felipe Calderón.

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