Aquella
portada/GERMAN
CANSECO
Revista Proceso No. 1993, 11 de enero de 2015
Era
1995. Tenía escasos meses de haber ingresado a Proceso y tuve la oportunidad de
cubrir el conflicto armado en Chiapas. A mi regreso a la Ciudad de México logré
el sueño de cualquier fotógrafo: ¡la portada de Proceso! Se trataba de una
imagen del obispo Samuel Ruiz con los ojos cerrados y el encabezado El obispo
resiste.
Con
21 años de edad mi ego andaba por los cielos, allá… hasta arriba, como el piso
que ocupaba el Departamento de Fotografía en nuestra casa de Fresas 13. Ese
lunes, al bajar las escaleras me encontré con don Julio, quien detuvo mi paso
acelerado: “Don Germán, ¡qué portada, don Germán!…”. Sentí que las paredes no
eran lo suficientemente grandes para contener mi felicidad, sin embargo, un
segundo después don Julio me tomó del brazo y me miró con esa mirada que veía
hasta adentro de los huesos y me dijo: “¡Recuerde, don Germán: Aquí el triunfo
dura hasta el domingo. El lunes siguiente seguimos siendo los mismos de
siempre. Recuérdelo siempre, don Germán…”. Me dio un abrazo y regresó sobre sus
pasos.
Solo,
en el pasillo, mi cabeza se convirtió en una cámara y muchos flashes pasaron
ante mis ojos, imágenes y más imágenes, mis cinco meses de trabajo en Chiapas.
Bajé las escaleras con un sentir diferente, tal vez un menor peso, y con una
nueva convicción: la vida está hecha de trabajo diario, en mi caso de foto tras
foto. Hoy, 25 años después de ese encuentro y de mi primera portada, me sigo
emocionando cuando veo alguna foto mía en el semanario, la disfruto como la
primera y luego… salgo a la calle en busca de una nueva historia.
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