Oh, magnífico canto de la noche!“...Amo la noche, sombrero de todos los días.
La noche, la noche del día, del día al día siguiente….“Huidobro.
La
flor nocturna
Dicha
y pena y lamentos de amor
Se
acercan de manera tan confusa
En
la suave oleada.
Navegan
por los espacios silenciosos,
¿Quién
reconoce en el ligero viento
Si
son sueños o pensamientos? -
Que
tan gustosos a las estrellas se lamentan:
Callada
en el fondo del alma
Queda
la suave oleada.
∞∞
De
noche
Deslizase
la luna cautelosa
A
veces de entre las oscuras nubes
Y
a un lado y otro del valle
Despierta
el ruiseñor,
Luego
todo gris y en calma.
A
lo lejos el paso de los ríos,
Suave
temblor en los oscuros árboles -
Tú
me confundes las ideas,
Mi
canto confuso es sólo
Como
un clamor del mundo de los sueños.
Saludo
nocturno
De
noche pasamos por la costa
De
la que me marché hace tantos años.
Allí
está la casa de mi amada, donde fuimos felices.
¡Que
Dios la ampare!
Cantan
aún en el jardín los ruiseñores
Como
en aquellos días hermosos y tranquilos.
¿Cuál
será ahora su queja?
Por
mí no pregunta nadie.
Cuando
antaño el tilo estaba en flor
Salías
a mi espera, hace ya tantos años -,
He
de pasar de largo.
¡Que
Dios te ampare!
Versión
de Alfonsina Janés
∞∞
Venus
Un
soplo extraordinario corre sobre la tierra
Y
hace resucitar todo antiguo deseo.
Dulce
estremecimiento provoca esto en mi cuerpo.
Que,
rejuvenecida, con la corona nupcial nos embelesa;
El
bosque quiere hablar, los ríos corren con un murmullo,
Las
náyades cantando surgen y se sumergen.
Y,
al soplar los aires seductores,
Sonrojada
extenderse en la tibia corriente.
Y
con dolor tengo que sonreír ahora en primavera,
Hundiéndome
de anhelo en medio de perfumes y clamores.
Versión
de Alfonsina Janés
En alta mar
¡Adiós costa llena de equivocadas penas,
Temor, felicidad y miseria, hundíos en el mar!
Ahora libre soy, por fin me siento a salvo.
No hay esperanzas vanas que lleguen hasta aquí.
¡Qué paz donde se posa mi mirada!
¡Qué amplitud y qué altura sin fin en derredor!
Los astros, las nubes ascienden y descienden
y se reflejan en el plácido océano,
El cielo sobre mí, y debajo el cielo,
¡Mi frágil nave en medio tan pequeña!
Sea lo que Dios quiera, a él se lo he entregado todo.
¡Ven, temporal, no temo ni la muerte ni la vida!
Versión de Alfonsina Janés
∞∞
Nuevo amor
Corazón, mi corazón ¿por qué estás tan ufano,
Inquieto y distraído,
Como si ya, alegre, llegara por los montes
La hermosa primavera?
Porque de nuevo una gentil muchacha
Cordialmente te estrecha el corazón,
Te deleitas feliz al contemplar
Cielo y tierra.
Dejé abiertas las ventanas,
¡Entra de nuevo en el mundo
Viejo temor y esperanza!
¡Que llegue la primavera!
No puedo seguir callado,
Recorre mi pecho una canción,
Mas hay demasiada luz para escribir,
Y siento tan gozosa confusión.
Paseo, pues, por las callejas,
La gente va aquí y allá,
No sé qué hago o no hago,
Sólo que soy tan feliz.
Publicada en la edición de 1837
Versión de Alfonsina Janés
∞∞∞∞∞
Joseph
Von Eichendorff (1788–18570
Poeta
lírico y novelista alemán nacido en Lubowitz el 10 de marzo de 1788, difunto en Neisse el 26 de noviembre 1857.
Fue
un versátil traductor y dramaturgo dedicado en sus últimos años al estudio de
la literatura germana. Su más famoso
trabajo "Life of a Good for nothing",
es considerado como el más perfecto ejemplo de la narrativa romántica
alemana.
De
su trabajo poético merecen destacarse "De lo hondo en la frescura",
"De lo hondo hasta las cumbres" y "Oh,
silencio admirable y profundo".
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