Inmunidad que
se resquebraja/JORGE CARRASCO ARAIZAGA Y J. JESÚS ESQUIVEL
Revista
Proceso
No. 1897, 10 de marzo de 2013
Juristas
estadunidenses que representan a las víctimas de la matanza de Acteal marchan
con pasos firmes gracias a la resolución de un juzgado mexicano para demostrar
la improcedencia de la inmunidad otorgada a Ernesto Zedillo por el gobierno de
Barack Obama. Todo se decidirá en los tribunales de México, y a menos que
Enrique Peña Nieto impugne la resolución que recomienda retirar la protección
diplomática al expresidente, es probable que concluya la impunidad de la que ha
gozado todos estos años.
La
defensa legal del expresidente Ernesto Zedillo recibió un revés ante la demanda
civil que enfrenta en Estados Unidos por la matanza de 45 tzotziles en Acteal
el 22 de diciembre de 1997, luego de que un juzgado mexicano recomendó se le
anule la inmunidad diplomática concedida por el gobierno de Barack Obama.
El
miércoles 6 el Juzgado Décimo Sexto de Distrito en Materia Administrativa del
Distrito Federal concedió un amparo “para efectos” a los familiares de las
víctimas de Acteal, quienes impugnaron las gestiones del gobierno de Felipe
Calderón a fin de solicitarle al Departamento de Estado inmunidad para Zedillo.
La
decisión del juez Ricardo Gallardo Vara de conceder el amparo se publicó al día
siguiente en la lista de acuerdo del Consejo de la Judicatura Federal. “Ampara
para efectos”, dice la sentencia del caso que se sigue con el expediente número
1093/2012.
El
recurso fue interpuesto en septiembre pasado, entre otros, por Mariano Luna
Ruiz, una de las víctimas de la matanza de Acteal (Proceso 1886).
El
amparo concedido en principio a los demandantes de Zedillo se sostiene sobre la
base legal y jurídica de que “el respeto a los derechos humanos supera al
interés de la autoridad responsable”, en este caso la Secretaría de Relaciones
Exteriores (SRE), y por recomendar a una corte extranjera otorgar inmunidad a
un expresidente, por encima de los artículos 108 y 111 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, referentes a los motivos y
procedimientos para someter a juicio al presidente de la República.
“Es
una excelente noticia para los familiares de las víctimas”, declara a Proceso Roger
S. Kobert, abogado quien junto con sus colegas Matthew D. Gordon y Marc
Pugliese representan a los demandantes de Zedillo en el juicio civil
interpuesto ante la Corte Federal de Distrito en el estado de Connecticut.
“Revisaremos
el amparo y en el tiempo adecuado notificaremos a la Corte y al Departamento de
Estado del procedimiento a seguir para con el juicio”, dice Kobert en
entrevista telefónica.
El
amparo establece que la SRE retire la nota diplomática que la embajada de
México en Washington presentó durante el gobierno de Calderón ante el
Departamento de Estado (Proceso 1885).
Amenazado
él mismo con ser llevado a la Corte Penal Internacional (CPI) por la muerte de
más de 70 mil personas y la desaparición de más de 20 mil durante su gobierno a
consecuencia de su política violenta contra el narcotráfico, Calderón no
escatimó esfuerzos en gestionar la inmunidad para Zedillo.
La
demanda contra Calderón fue presentada en noviembre de 2011 en la sede de la
CPI en La Haya, Holanda, y en ella se responsabiliza al Estado mexicano de
delitos de lesa humanidad. El caso aún está en proceso de admisión.
Triquiñuelas
El
4 de noviembre de 2011 la embajada de México en Estados Unidos envió al
Departamento de Estado la nota diplomática 07654, en la cual la SRE aboga por
la inmunidad para Zedillo. Como consecuencia el Departamento de Justicia de
Estados Unidos recomendó a la Corte de Connecticut otorgarle inmunidad al
expresidente mexicano ante el juicio iniciado por los familiares de las
víctimas de Acteal.
Ante
la decisión del gobierno de Barack Obama a favor de Zedillo, el pasado 22 de
octubre los familiares de los tzotziles asesinados en el municipio de Chenalhó,
Chiapas, solicitaron un amparo ante el Juzgado Décimo Sexto argumentando que la
recomendación de la SRE al gobierno de Obama era inconstitucional, y que el
entonces embajador mexicano en Washington Arturo Sarukhán recurrió al engaño
para manipular el buen juicio de las autoridades del Departamento de Estado y
del Departamento de Justicia.
Luna
Ruiz, uno de quienes promovieron el amparo, sufrió la pérdida de su esposa
Juana Pérez, de 33 años, y de su hijo Juan Carlos Luna Pérez, de sólo dos. El
recurso también fue solicitado por Ernestina Pérez Luna, quien al momento de la
matanza tenía 10 años. Ella perdió a su padre Miguel Pérez Jiménez, de 40 años;
a su madre Marcela Luna Ruiz, de 35, y a sus hermanos Juana, Silvia y
Alejandro, de 10, seis y 16 años, respectivamente. Además su hermana Zenaida,
de cuatro años, quedó ciega por el ataque. Ernestina se hizo cargo de Zenaida y
de Rosela, quien entonces tenía dos años.
En
total fueron asesinadas 45 personas: 18 mujeres –cinco embarazadas–; siete
hombres; 16 niñas de entre ocho meses y 17 años, y cuatro niños de entre dos y
15 años. Además 26 personas, en su mayoría menores de edad, fueron heridas;
cuatro con daños permanentes.
En
su demanda de amparo, ampliada en noviembre pasado, las víctimas de Acteal
impugnaron la “falta de argumento legal y motivo” del gobierno calderonista
para pedir la inmunidad para Zedillo. También se quejaron del “memorando de
puntos” presentado por Sarukhán al Departamento de Estado.
Argumentaron
que Calderón, la entonces titular de la SRE, Patricia Espinosa y Sarukhán
violaron las garantías previstas en la Constitución y transgredieron el derecho
de acceso pleno a la justicia.
Le
dijeron al juez que al ordenar la protección para Zedillo, Calderón quiso
“utilizar un mecanismo de carácter político y diplomático para violentar
nuestros derechos fundamentales de acceso a la justicia y tutela judicial
efectiva”.
Incluso
alegaron discriminación “en nuestra condición de integrantes de un pueblo
indígena con derecho legítimo al reconocimiento por los daños y perjuicios
generados por la actuación de servidores públicos del Estado mexicano”.
Aseguraron
que Zedillo “no debe ni puede” gozar de ningún tipo de inmunidad y menos de la
diplomática. También criticaron el argumento de soberanía que Sarukhán esgrimió
ante el Departamento de Estado.
Además
le hicieron saber al juez que ante la falta de justicia en México algunos de
ellos recurrieron a instancias internacionales para interponer demandas penales
contra los responsables del crimen.
Revocación
Respaldados
en esa demanda de amparo presentada en la Ciudad de México, el pasado 7 de
diciembre Kobert, Gordon y Pugliese pidieron a la Corte Federal de Connecticut
que deseche el pedido de inmunidad para Zedillo con el argumento de que
Sarukhán omitió intencionalmente la inconstitucionalidad de la solicitud, con
lo cual logró engañar al gobierno de Obama.
En
un documento de 10 páginas los abogados estadunidenses explican a la Corte de
Connecticut que la Constitución mexicana establece en sus artículos 108 y 111
que el presidente goza de inmunidad durante su mandato salvo que sea acusado de
traición a la patria y de delitos graves del orden común, como en el caso de
una matanza.
Esta
determinación constitucional, que se publicó en el Diario Oficial de la
Federación el 5 de febrero de 1917, es la base del argumento legal con el que
Kobert, Pugliese y Gordon sustentan ante la Corte de Connecticut que “la
Constitución mexicana guarda un perfecto silencio sobre el derecho de inmunidad
para un presidente al concluir su mandato; bajo la interpretación jurídica
expresio unius est exclusio alterius (expresar o incluir un cosa implica la
exclusión de la alternativa)”.
En
el juicio civil contra Zedillo en Estados Unidos, las víctimas de Acteal y sus
familiares incluyeron al procurador General de la República durante su
gobierno, Jorge Madrazo Cuéllar. A ambos los acusan de conspirar para encubrir
la supuesta responsabilidad gubernamental antes, durante y después de la
matanza.
Las
víctimas buscan la reparación del daño moral y pretenden que la Corte de
Connecticut se limite a decidir si procede o no el pago de una indemnización
que cifran en 50 millones de dólares. Zedillo rechaza la acusación y asegura
que se trata de “un caso calumnioso”. En sus alegatos ante la Corte
estadunidense recurrió a defender su inmunidad tomando como ejemplo el caso del
exdictador de Filipinas Ferdinand Marcos, a quien Estados Unidos le concedió la
inmunidad diplomática para no ser enjuiciado en su país, acusado de corrupción
y represión.
La
Corte de Connecticut determinó que se procedería con el caso de la demanda contra
Zedillo una vez que se emita un fallo final en los tribunales mexicanos,
respecto a la inmunidad recomendada para el expresidente y ahora académico en
la Universidad de Yale.
De
acuerdo con las consultas judiciales realizadas por los reporteros en Estados
Unidos y en México, ante la emisión del amparo contra los intereses de Zedillo
el gobierno de México –si así lo determina ahora la Presidencia de Enrique Peña
Nieto– impugnaría el fallo del juez décimo sexto. La petición de reconsiderar
el amparo se sustentaría en el tono vinculante relativo a la recomendación de
inmunidad, que en este caso compete al presidente de Estados Unidos frente a la
Corte Federal de Connecticut.
El
argumento a favor de la inmunidad diplomática para Zedillo contra la demanda se
concentraría en demostrar que la acusación se deriva de actos consumados.
La
defensa de los familiares de las víctimas de Acteal está consciente de que el
gobierno mexicano –con el fin de evitar que se sienten precedentes legales que
posteriormente se usen contra otros exfuncionarios por demandas similares–,
hará todo lo que esté a su alcance para anular cualquier posibilidad de retiro
de la moción con la que Departamento de Justicia de Estados Unidos favoreció a
Zedillo.
En
defensa de la inmunidad al expresidente participaría la Consejería Jurídica del
Ejecutivo Federal para exigir y obtener a través de la PGR la revisión del
amparo ante el Poder Judicial de la Federación.
Mientras
tanto la Corte Federal de Distrito en Connecticut se mantiene al margen del
proceso judicial en México, aunque está a la espera de que los abogados
Pugliese, Gordon y Kobert presenten otras mociones solicitando la realización
de audiencias para exponer oralmente los argumentos de la inconstitucionalidad
de la inmunidad concedida a Zedillo por el gobierno de Obama.
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