- El mundo al revés de la Sociedad Interamericana de Prensa/FLORENCE TOUSSAINT
Revista Proceso
No. 1897, 10 de marzo de 2013.
La
reunión semestral de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) tuvo lugar en
Puebla los días 8, 9 y 10 de marzo. A ésta asistió una representación del
organismo mexicano Fundalex (Fundación para la Libertad de Expresión), así como
miembros del gobierno de Peña Nieto. La SIP se ha especializado desde su
desarrollo a partir de 1950 en el agrupamiento de los dueños, presidentes,
directores de periódicos conservadores del continente, con el fin de imponer a
los gobiernos y a la sociedad su muy peculiar concepto de “libertad de
expresión”.
En
su diario ejercicio ha defendido de manera beligerante la libertad de empresa,
es decir la posibilidad de utilizar a la prensa para hacer negocios, impulsar
el capital y mantener la lealtad de la gente hacia los valores del liberalismo
más atrasado. No atacan a los gobiernos afines, sí cuando alguno intenta
imponer límites y aplicar las leyes vigentes.
Si
bien se trata de una organización de
empresarios con sede en
Miami y amplios
vínculos con el Departamento de Estado de Estados Unidos, señalan, entre
sus tareas, la de vigilar que los periodistas puedan ejercer su labor de
acuerdo con los cánones de la SIP, que no se les agreda ni persiga, a más de
proporcionar becas y premios; lugar ideal para darle foro a personajes
opositores a gobiernos decididos a poner coto a las empresas que lucran con lo
informativo, usando a sus medios como presión política. En México destacó, como
se tenía previsto, la presencia de la llamada “bloguera” cubana Yoani Sánchez.
Hace
tiempo que los opositores cubanos han encontrado que la vía para obtener apoyo,
dinero y reflectores es vincularse con los antagonistas externos, ese fue el
camino de Yoani para convertirse en una celebridad. Salió de Cuba, vivió dos
años en Suiza, volvió a la isla para desde ahí montar un blog, publicar
mensajes en la red y administrar la supuesta rebeldía interna en estrecha
colaboración con la Sección de Intereses Norteamericanos en La Habana, según
muestran informes de Wikileaks. Ello le ha valido gran cantidad de premios
periodísticos acompañados por metálico. Con esos recursos mantiene la emisión
de mensajes diarios, nueve en promedio con un costo mensual aproximado de 25
mil euros sólo en twitter.
¿De dónde puede
una cubana obtener tales montos? Ciertamente no de su trabajo productivo dentro
de su país.
Pero tampoco de su calidad informativa reflejada en el seguimiento de su cuenta
en todo el mundo. Se ha descubierto ya que Yoani ni sigue las cuentas que
reporta, ni ella tiene tantos seguidores como afirma. De acuerdo con sitios web
que permiten analizar el tráfico en internet, se ha descubierto que quien
inscribe a la bloguera en las cuentas que sigue es un robot, mientras que las
cuentas de sus seguidores son fantasmas o están inactivas. La de Sánchez no es
una estrategia que ella haya inventado. Desde que las campañas políticas han
pasado a la red, los políticos se suscriben a empresas que les llevan sus
cuentas, emiten sus tuits, mandan mensajes en Facebook y les inventan miles y
millones de seguidores.
Ya
fuera de Cuba, iniciando una gira mundial, Yoani Sánchez es tratada como una
heroína de la libertad de expresión y presentada por la SIP como un ejemplo a
seguir. Una burbuja que no tarda en desinflarse.
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