Revista
Proceso
#2078, a 28 de agosto de 2016..
Ciudad Judicial, un
refugio de priistas/PATRICIA MAYORGA
CHIHUAHUA,
CHIH.- La construcción de la Ciudad Judicial en la capital es uno de los
proyectos más importantes de la administración estatal y uno de los motivos del
incremento
El
presidente Enrique Peña Nieto inauguró el centro del Tribunal Superior de
Justicia el 30 de octubre de 2015, pero las deficiencias de la construcción se
evidenciaron las primeras semanas: se inundó el estacionamiento, los vidrios se
quebraron con los primeros vientos, los pisos se desgastaron y las paredes se resquebrajaron
rápidamente, además de presentar fallas eléctricas.
Las
empresas que ganaron la licitación son Ingeniería y Diseño Van, a cargo de
Jorge Rodrigo Valles Morales; Afirma Inmobiliaria, de Carlos Javier Romero
Barraza; Arve Constructora, de Arturo Velázquez Herrera, y el particular Jorge
Arturo Moreno Torres.
De
acuerdo con el reglamento de la Ley de Obra Pública, “cada uno de los
contratistas que se asocien deberán acreditar, con su registro en el padrón,
que cuentan en lo individual con las especialidades requeridas con la
convocante, por lo que no será válido el complemento o la suma de las
especialidades de los asociados para cumplir dicho requisito”. No obstante,
ninguna de las constructoras mencionadas reunió todos los requisitos que exigía
la convocatoria de licitación SCOP-DOP-03-2013.
El
padrón único de contratistas del estado evidencia que ninguna de las cuatro
empresas beneficiadas reúne las especialidades como lo establece esa norma.
El
inmueble debía quedar listo el 11 de septiembre de 2014, pero aún no se
concluye. Incluso el anterior presidente del Tribunal Superior del Estado, José
Miguel Salcido Romero, se negó a recibir la obra porque no reunía los
requisitos mínimos de Protección Civil.
Al
particular Moreno Torres, uno de los ganadores de contrato, también se le
relaciona con la constructora parralense Del Roble, de la cual anteriormente
fue socio el gobernador César Duarte Jáquez.
Los
contratistas entrevistados señalan que Ingeniería y Diseño Van tiene prestigio
y es una a las que más les debe dinero el gobierno del estado. Sus asuntos
legales los lleva el despacho del exprocurador Arturo Chávez Chávez.
El
segundo contrato que otorgó el gobierno estatal para la construcción de la
Ciudad Judicial (DOP A-63/13) está fechado el 22 de julio de 2013, su monto fue
de 269 mil 259 pesos y se le dio al arquitecto Francisco Escárcega García para
adecuar el proyecto de la obra.
El
tercer contrato, por 1 millón 715 mil 106 pesos, se le entregó a Laboratorio y
Consultoría, de Francisco Ubaldo Ramírez Luján.
El
3 de agosto de 2015, el gobierno estatal adjudicó de manera directa la
construcción del edificio norte, que ya había sido presupuestado y licitado dos
años antes.
Esa
adjudicación, de acuerdo con el contrato 114-OP-066/15 DOP-OBRA, fue por 313
millones 30 mil 92 pesos, cantidad que sobrepasa el monto permitido por la ley
para hacer adjudicaciones directas. Debió convocarse a una licitación.
Las
empresas favorecidas fueron, de nuevo, Ingeniería y Diseño Van, Afirma
Inmobiliaria y Jorge Arturo Moreno, pero dejaron fuera a Arve Constructora e
incluyeron a la juarense Urbanissa, cuyo representante es Luis Balderrama
Neder. Al respecto, los empresarios consultados indican que esa constructora es
en realidad de Everardo Medina Maldonado, subsecretario de Comunicaciones y
Obras Públicas y encargado del desarrollo del proyecto, además de primo de
César Duarte.
El
acuerdo lleva la firma del secretario de Comunicaciones y Obras Públicas, Eduardo
Esperón González, y fue adjudicado para justificar el recurso otorgado por la
Secretaría Técnica (Setec) de la Secretaría de Gobernación, etiquetado como
apoyo al Sistema Penal Acusatorio. Supuestamente se destinaría a construir
celdas para los detenidos, aunque esa área ya estaba concluida.
Otras
empresas fueron beneficiadas con la compra del equipamiento del inmueble:
Comercializadora de Franquicias Internacionales, de Eduardo Almeida; Insolatum,
de Eduardo Esperón, y el empresario mueblero Jaime Galván Guerrero.
Justificación
de la deuda
El
secretario de Hacienda, Jaime Herrera Corral, ha dado a conocer que parte del
dinero de la deuda pública fue utilizado para la construcción de la Ciudad
Judicial, aunque no precisó la cantidad.
En
septiembre de 2012, el Congreso del estado aprobó un financiamiento de 200
millones de pesos para concretar el proyecto judicial. Bajo el esquema de
potenciación, el cálculo arrojó mil 20 millones de pesos, que aportaría
Banobras y se pagarían en 20 años.
En
la iniciativa presentada por el gobernador Duarte Jáquez se estableció que el
capital sería pagado por el Poder Judicial, mientras que el Ejecutivo aportaría
los intereses y accesorios en los plazos convenidos.
Otra
parte de la inversión fue tomada de los 2 mil 800 millones de pesos que se
obtuvieron a través de Bono Cupón Cero que el Ejecutivo había adquirido hasta
2015, informó Herrera Corral.
En
el Presupuesto de Egresos 2016 el Poder Judicial recibió mil 536 millones de
pesos, 370 millones más que el año anterior, de los cuales 36 millones se
asignaron al Centro de Implementación del Sistema Penal Acusatorio (Cispen), a
cargo del magistrado de la Primera Sala Penal, Jorge Abraham Ramírez Alvídrez,
quien fue diputado por el PRI de la Legislatura pasada y cuestionado con otros
12 magistrados por la falta de transparencia en sus nombramientos.
“Los
moches que los constructores tuvieron que dar eran muy altos, hasta de 20%.
Generalmente los entregaban en efectivo y en un sobre”, detalló un proyectista
que participó en las obras.
Y
un arquitecto señala que el gobierno del estado aún les debe a los proveedores:
“Hay empresarios que tienen problemas de salud por el estrés que les ha
generado la afectación a sus finanzas”.
Asimismo,
aún persisten litigios por las propiedades antiguas que había alrededor del
predio donde fue construida la Ciudad Judicial, ya que el gobierno del estado
las compró pero algunos dueños no querían vender y algunos terrenos no estaban
regularizados.
El
personal del Poder Judicial consultado afirma que, desde que asumió la
presidencia del TSJ, el priista Gabriel Sepúlveda Reyes se empeña en deshacerse
de todo el personal que según él tiene relación con su antecesor, Salcido
Romero.
Desde
sus primeros días bajó las compensaciones hasta 2 mil pesos y posteriormente
liquidaron a varias personas contratadas en el periodo de Salcido. Llegó a
extremos: “No dejó que se graduaran más de 900 personas del Diplomado en
Desarrollo Humano y Profesional que estudiaron en el Tec de Monterrey”, dice
una funcionaria.
Para
el personal del TSJ, éste se ha convertido en refugio de priistas. Actualmente
hay 40 jueces provisionales a quienes Sepúlveda Reyes y el gobernador Duarte
Jáquez pretenden darles nombramientos definitivos, porque son “su gente”.
Por
ejemplo, alertan, buscan dejar ya instalados a Enrique Villarreal Díaz, hijo
del fiscal de la Zona Norte, Enrique Villarreal Macías, y a Luis Enrique
González Rodríguez, hijo del fiscal general Jorge Enrique González Nicolás.
Ambos fueron nombrados jueces provisionales el año pasado.
Además,
buscan dejar como jueces al actual presidente de la fracción del PRI en el
Congreso del estado, Rodrigo de la Rosa Ramírez; a la excontralora y secretaria
general del PRI, Liz Aguilera García, así como a Laura Maro, funcionaria de la
Fiscalía Zona Norte, a quien le crearon un puesto como encargada de una reforma
administrativa.
Este
afán de apoderarse del Poder Judicial provoca abusos. Por ejemplo, dicen los
entrevistados, “la esposa del presidente del TSJ, Silvia Ramírez, es regidora
en Parral pero se la pasa en la sala de juntas que usa como su oficina”.
Agregan
que “en la campaña del priista Enrique Serrano (por la gubernatura) el Poder
Judicial le organizó una comida en tres tiempos a su esposa; fue para 500
personas y las atendió personal del tribunal”.
“Quieren
Ciudad Judicial y sin presupuesto,
prueba es que no han pagado más que la mitad del sueldo (…) Cuando el que
gobierna pierde la vergüenza, los gobernados pierden el respeto”, publicó en su
perfil de Facebook Ricardo Yépez Serrano, juez de Parral.
Se
refiere a que el viernes 19 únicamente los magistrados recibieron su
compensación mensual; el resto del personal se quedó sin ella porque “no había
recursos”.
Cuando
reclamaron, les prometieron pagar la mitad de la compensación la tarde de ese
viernes o el lunes, y la otra a fin de mes, pero no les garantizaron que haya
dinero para la compensación de septiembre.
Finalmente
les pagaron la segunda mitad el lunes. Los entrevistados se enteraron de que el
Comité de Administración del Tribunal tuvo que pedir prestado al Fondo
Auxiliar, que resguarda el dinero de las fianzas, para completar las
compensaciones.
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