Revista
Proceso
#2078, a 28 de agosto de 2016..
avier
Corral Jurado, gobernador electo de Chihuahua, así como funcionarios mexicanos
y estadunidenses de inteligencia coinciden en que son falsas las versiones que
indican que Rafael Caro Quintero volvió por sus fueros y trata de arrebatarle
al Cártel de Sinaloa la plaza de Ciudad Juárez. Aún más, según ellos, en el
fondo se trata de una cortina de humo tendida por el actual mandatario, César
Duarte, a quien le preocupa que una vez que deje el cargo se le finquen cargos
por corrupción.
En
entrevista con Proceso, Javier Corral, gobernador electo y exlegislador federal
panista, sostiene que, contrariamente a lo que dijo el fiscal González –lo cual
después fue ratificado por el gobernador Duarte en una entrevista con la
estación de radio MVS–, no se tienen pruebas para sostener esa afirmación.
“No
hay ningún elemento, ninguna fuente policiaca confiable tanto de la Policía
Federal como militar, que confirme ese dicho”, dice Corral al reportero.
Las
fuentes de inteligencia consultadas, tanto de Estados Unidos como de México y que
aceptaron hablar a condición del anonimato, no descartan que Caro Quintero
–exlíder del Cártel de Guadalajara– aún trafique drogas, pero sostienen que no
tiene la capacidad ni el poder para arrebatar una plaza, y menos una tan
importante como Ciudad Juárez.
“Caro
Quintero ya está viejo (64 años), no tiene los hombres ni el poder para
disputar algo como Juárez y menos al Cártel de Sinaloa, que la domina junto
con los grupos que quedaron del Cártel de Juárez. Lo que se dijo es un truco
político de Duarte para desviar la atención de lo que venía diciendo Corral:
que lo va a meter a la cárcel por corrupto”, comenta una fuente de los
servicios de inteligencia mexicanos encargados de Chihuahua.
En
El Paso, Texas, los agentes federales de Estados Unidos incluso admiten haberse
sorprendido por la declaración del fiscal González.
“Lo
que menos quiere Caro Quintero es acercarse a Estados Unidos. Lo queremos y lo
vamos a llevar ante la justicia para que pague por la muerte de (Enrique) Kiki
Camarena” –agente de la DEA asesinado en febrero de 1985 en Guadalajara–,
explica uno los funcionarios estadunidenses.
El
gobernador electo de Chihuahua, quien reemplazará al actual mandatario priista
el próximo 4 de octubre, admite tener conocimiento de que la presunta incursión
de Caro Quintero a su estado es una jugarreta política para distraer la
atención pública del escándalo de corrupción que rodea a Duarte.
Para
darle más énfasis al hecho de que la llegada a Chihuahua del exlíder del Cártel
de Guadalajara es un mito, Corral menciona como “una tesis, hasta cierto punto
creíble, (que es) un hombre ya de edad que quiere, casi, casi, retirarse del
asunto”, en referencia a la entrevista que concedió a Proceso (2073) ese
narcotraficante.
“En
Chihuahua no hay, según las fuentes de que yo ahora dispongo –que todavía no
son las formales ni institucionales de un gobernador constitucional–, no hay
ningún elemento para hacer esa afirmación”, apunta Corral Jurado.
Trampas
para el entrante
El
próximo mandatario de Chihuahua afirma que lo que en realidad le preocupa es el
reto que le lanzó el mismo Duarte en materia de seguridad en el estado: que
mantenga los avances que él presuntamente logró.
Para
Corral, el reto es una provocación por el repunte real que hay de violencia en
el estado. Especialmente en Ciudad Juárez, donde en las semanas recientes
aumentó el número de ejecuciones.
Como
ejemplo, Corral dice que hasta hace unas semanas en Juárez había un promedio de
18 a 20 asesinatos al mes, cifra que en julio pasado se elevó a casi 50, amén
de los secuestros que a su vez se han denunciado en otras ciudades del estado,
como Cuauhtémoc y Guachochi.
“Hay
una intención, por lo menos así propagada por las mismas autoridades de
Chihuahua, de descomponernos el ambiente con el propósito de decir o de
comprobar, vamos a decirlo, en los hechos lo que usaron en la campaña”, apunta
el gobernador electo.
La
referencia que hace Corral a las acciones proselitistas previas a los comicios
del pasado 5 de junio, en las cuales el PAN derrotó al PRI y le arrebató la
gubernatura, es al lema de campaña del PRI que amenazaba a la ciudadanía: “La
inexperiencia de otros pone en riesgo la seguridad pública”. Esta leyenda fue
intensamente promovida por el Partido Verde, en colusión con el gobierno de
Duarte, en todo el estado.
De
la realidad del problema del narcotráfico en la entidad, y en especial en la
plaza de Ciudad Juárez, Corral hace unas observaciones que coinciden con
algunos análisis de los servicios de inteligencia de Estados Unidos y de
México.
Entre
2010 y 2013 en la entidad fronteriza disminuyeron casi 72% los delitos de alto
impacto. La razón, según los expertos en esta materia, fue la coordinación de
jefes policiacos a distintos niveles para combatir la criminalidad.
El
paso de la efectividad al deterioro se inició a finales de 2013 con la
reubicación de los cárteles del narcotráfico y sus zonas de operación en
Chihuahua.
“De
2013 a 2016 hay otra historia, y es una historia más de negociación política. Y
son prácticamente reenviadas las principales bandas (del narcotráfico) a la
Sierra de Chihuahua, donde están básicamente enquistadas, coludidas con las
policías, de una manera ostensible”, explica Corral.
Agrega:
“Varios alcaldes ceden al comandante policiaco a los grupos mafiosos en la
Sierra de Chihuahua. Hoy esos mismos grupos, en este momento, están presionando
a varios alcaldes para mantener a esos jefes policiacos y para tratar de
imponer en otros municipios a gente cercana a ellos. Esa colusión de policías
municipales con bandas delincuenciales no ha tenido una persecución real, un
contrapeso real, por parte de ninguna autoridad local ni federal. El tema de la
inseguridad, el tema de que el control de la violencia en el estado está
agarrado con alfileres, es porque hay una gran colusión policiaca”, subraya.
Corral
denuncia que durante el último año, en el gobierno del estado hubo un
desmantelamiento de los principales instrumentos de inteligencia y de las áreas
de investigación: “Particularmente desde que González toma a su cargo la
fiscalía del estado, y el comandante Pablo Ernesto Rocha, director de seguridad
pública, asume el mando policiaco único de varias corporaciones. A partir de
ahí viene un desmantelamiento brutal. El Grupo Antisecuestros propiamente no
existe en el estado. Todas las áreas de estadística e información fueron
aisladas.
“Un
elemento muy importante, que era el subprocurador, queda en ese tema
prácticamente aislado hasta que lo echan. Y otras áreas de investigación de
grupos especializados terminan también desmanteladas. Hoy tenemos una fiscalía
con múltiples problemas, donde la depuración de los mandos va a ser nuestro
gran reto. Ahí hemos decidido actuar con mucho cuidado.”
Corrupción
y colusión
En
El Paso, el diagnóstico que tienen las agencias de inteligencia sobre lo que
ocurre en Chihuahua con el crimen organizado y el narcotráfico no tiene otra
vertiente más que la de la corrupción policiaca y gubernamental.
“No
es algo nuevo, Ciudad Juárez estaba controlada porque los narcotraficantes
negociaron con los policías y las autoridades. Fue el Cártel de Sinaloa el que
ganó el control del estado, el que impuso la tranquilidad al no tener rival
para sus operaciones”, destaca el funcionario estadunidense.
“Las
autoridades locales están muy metidas en el negocio del narcotráfico. Tenemos
algunos reportes de que las ejecuciones que se han dado recientemente fueron
intencionales”, declara el agente de inteligencia de México consultado por este
semanario.
–¿A
qué se refiere con eso de ejecuciones intencionales? –se le pregunta.
–A
que al parecer los muertos no son por una disputa de la plaza, como está
haciendo creer el gobierno. Tenemos reportes bien fundados de que los muertos
pertenecían a los grupos que los eliminaron. Que los eliminaron por otras
razones; por robo de droga o dinero y no porque sean de grupos rivales. Las
autoridades quieren calentar la plaza para los que vienen –responde.
–Gobernador,
¿ha escuchado la versión de que le quieren calentar la plaza, como se dice en
el argot del narcotráfico, para entregarle un estado violento? –se le inquiere
a Corral Jurado.
–También
he escuchado mucha de esa información. No tengo ningún elemento que me
compruebe que eso está pasando, que esa es la idea del gobierno del estado. Lo
que sí es cierto es que se han empezado a generar enfrentamientos y aparecen
como una nueva disputa por la plaza. La plaza nunca ha estado limpia,
simplemente ha estado bajo un control. Incluso muchos jefes del narco están
desde ahí operando también la sierra y, efectivamente, me llega información,
comentarios y también mucha especulación en ese sentido –responde el gobernador
electo.
Los
agentes federales estadunidenses rechazan hacer conclusiones con matices
políticos de lo que pasa en Ciudad Juárez y otros lugares del estado respecto
al narcotráfico.
Dice
uno de ellos: “Lo único que podemos decir, y esto es con base en la información
de inteligencia y las líneas de investigación que seguimos contra los grupos
que operan en Chihuahua, es que no hemos recogido un solo indicio o información
de que al Cártel de Sinaloa otro cártel le esté peleando la plaza”.
Corral,
quien no quita el dedo del renglón de que llevará a la cárcel a Duarte por
cargos de corrupción, pese a los problemas de seguridad con los que reciba el
mando del gobierno de Chihuahua, se proclama muy interesado en conseguir la
colaboración del gobierno federal y de autoridades extranjeras para abatir al
trasiego de drogas.
“Estamos
muy atentos, muy alertas, porque esa es el área más sensible, y es por cierto
el área en donde nosotros vamos a actuar con mucho cuidado, con mucha
prudencia. Primero para identificar precisamente lo que constituye un avance o
una base de la estructura que esté sana, limpia, como para detectar
efectivamente lo que está contaminado, coludido.
“Ahí
es donde haremos un pacto obviamente firme, pero será el área más lenta del
cambio que vamos a buscar, porque no queremos darle un frente a aquellos que
quieren que hagamos toda una reestructura, que luego se nos salga de control
hacia fuera”, remata Corral.
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