Revista
Proceso 2087, 30 de octubre de
2016...
Seis
días para pervertir la justicia electoral/JENARO VILLAMIL
La
mañana del miércoles 19 la comparecencia en el Senado del secretario de
Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, se canceló porque los tres principales
partidos no se habían logrado poner de acuerdo en torno al reparto de las siete
posiciones para la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de
la Federación.
“Es
la decisión más importante para este año y para los próximos nueve años”,
afirmó Emilio Gamboa Patrón, presidente de la Junta de Coordinación Política y
dirigente de la bancada del PRI. En su oficina se estaban realizando los
últimos y delicados amarres.
Una
parte de la bancada del PAN, encabezada por Ernesto Cordero, se oponía a
incluir en la lista de los siete magistrados a José Luis Vargas Valdés, efímero
titular de la Fiscalía Especial para Delitos Electorales (Fepade) durante el
gobierno de Felipe Calderón, con quien tuvo un altercado por no haber ayudado a
su hermana Luisa María Calderón cuando buscó ser gobernadora de Michoacán en
2015.
Además,
Vargas Valdés escribió el 28 de junio de 2013 un artículo en Excélsior que
tituló “Cinismo es…”. “Cinismo es que –indicó– la totalidad de los senadores
del PAN reciban 430 mil pesos provenientes del erario y no tengan la obligación
de transparentar el destino del dinero y mucho menos que la mayoría de ellos no
tenga la vergüenza de devolverlos; pero, más bien, cinismo es que se trata de
un esquema de corrupción institucional”.
Vargas
Valdés añadió: “Cinismo es que el senador Ernesto Cordero tenga que pagar con
recursos públicos artículos como el champú para su calvicie o los chicles para
disimular el mal aliento”.
Esto
ofendió a Cordero, quien presionó para que se sustituyera a Vargas Valdés por
Daniel Francisco Cabeza de Vaca, apoyado por Vicente Fox y Marta Sahagún. Pero
ese intento se vio frustrado por el pésimo desempeño del aspirante en las
largas comparecencias de la Comisión de Justicia.
Finalmente,
el pasado miércoles 19, los tres coordinadores de las bancadas principales del
Senado –Emilio Gamboa, del PRI; Fernando Herrera, del PAN, y Miguel Barbosa,
del PRD– acordaron y “plancharon”, como se dice en el argot legislativo, el
reparto de las siete posiciones en el TEPJF con el siguiente esquema de
escalonamiento:
–Para
un periodo de nueve años quedaron las dos mujeres finalistas: Janine Otalora,
quien se perfila como posible magistrada presidenta y quien contó con el apoyo
de las tres fuerzas; Mónica Soto, exmagistrada de Guadalajara respaldada por el
PRI, y Felipe de la Mata, excoordinador general de asesores y secretario
general de acuerdos en el TEPJF, respaldado por el PRI y el Verde.
–Para
un periodo de seis años quedaron en la lista final Felipe Fuentes Barrera,
apoyado por el PRI y cercano al consejero jurídico de Los Pinos, Humberto
Castillejos, y Reyes Rodríguez Mondragón, apoyado por el PAN y especialmente
por el senador Roberto Gil Zuarth. Fue magistrado en la sala regional de
Monterrey.
–Para
un periodo de sólo tres años dejaron a Indalfer Infante, respaldado por el PRD,
y a José Luis Vargas Valdés, con el apoyo de una fracción del PAN y del PRI.
El
“reparto de cuotas” fue denunciado en la tribuna, el jueves 20, sólo por los
senadores del PT, coordinados por Manuel Bartlett, quien no se sumó al acuerdo
de la Junta de Coordinación Política.
Layda
Sansores ironizó diciendo que no se sabía “en qué sótano, cantina o yate se
tomó la decisión”, y calificó la selección como un proceso “fraudulento, ilegal
y dañino”.
Sin
embargo, la mayoría de los aspirantes a magistrados fueron electos por más de
95 votos a favor y sólo uno tuvo 88 (Indalfer Infante). La operación para
“planchar” entre los partidos la integración del máximo órgano electoral que
calificará la elección presidencial de 2018 y también la federal de 2021 ya
estaba tomada.
Los
errores del “fast track”
Sin
que fuera dictaminada en la Comisión de Justicia, el martes 25 los
coordinadores de las bancadas del PRI, PAN, PRD y PVEM anunciaron que
presentaban una iniciativa para ampliar el periodo de cuatro de los siete
magistrados electos: de tres a siete años y de seis a años años. El único que
no firmó fue el PT.
Argumentaron
que con esta expansión del plazo “se favorecía la pluralidad de los criterios
que conformarán dicha instancia jurisdiccional, lo que mejora la calidad de la
misma”, y también que así garantizarán que la labor de los tribunales
electorales “se ejercerá con plena imparcialidad”.
La
iniciativa era una reforma al artículo 4 de las disposiciones transitorias de
la Ley Orgánica del Poder Judicial y de la Ley General del Sistema de Medios de
Impugnación en Materia Electoral, donde se establece el sistema de
escalonamiento de los siete nuevos magistrados del TEPJF.
El
cambio de última hora tuvo dos problemas que ensuciaron la decisión: el
coordinador de la bancada del PAN, Fernando Herrera, no consensuó con sus
senadores esta decisión y provocó un agrio debate en tribuna el jueves 27, así
como el voto en contra de 10 legisladores panistas; y a los senadores también
se les ocurrió “tachar” en el dictamen original la firma de Raúl Cervantes
Andrade, integrante de la Comisión de Justicia, que ese mismo día pidió
licencia para irse como nuevo procurador general de la República.
“Habían
convertido el proceso en una mierda y ahora quieren aromatizarlo”, les reprochó
en tribuna la senadora Layda Sansores, quien ventiló que “el PRI quedó ardido
porque el PAN les salió más priista que ellos y se quedó con las mejores
canicas” del TEPJF.
De
manera airada, la senadora Ivonne Álvarez, del PRI, regañó a la senadora
campechana, y el panista Roberto Gil Zuarth fue el único de su bancada que
argumentó a favor de la decisión porque, dijo, “tiene por objeto establecer una
temporalidad razonable que abona a la consolidación del estado de derecho”.
Manuel
Bartlett fue el crítico más duro en la tribuna. Acusó a los coordinadores del
PRI, PAN y PRD de repartirse el TEPJF. Calificó como “inconstitucional” que fuera
la Junta de Coordinación Política y no la Comisión de Justicia la que
dictaminara, y adelantó que esta nueva composición del tribunal está
“prefigurando el fraude electoral de 2018”.
Por
primera vez, senadores como los panistas Luis María Calderón, Jorge Luis
Preciado, José María Martínez y Héctor Larios coincidieron en tribuna con las
críticas de los legisladores del PT. “Las cuotas y los cuates” no fueron “bien
planchados”, ironizó el senador Mario Delgado.
El
fast track provocó que 17 senadores votaran en contra de que se modifiquen los
periodos de duración escalonada, pero se impuso la mayoría por 68 votos a favor
de los senadores del PRI, PRD, PVEM y PAN.
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