Revista
Proceso 2087, 30 de octubre de
2016...
La
mayor batalla para la mariguana/
LOURDES
CÁRDENAS
El
8 de noviembre próximo no sólo se realizarán los comicios para elegir al nuevo
presidente de Estados Unidos. En California también se votará una iniciativa de
gran calado para despenalizar la siembra, distribución y venta de mariguana con
fines recreativos. El resultado marcará un hito en la historia de la yerba,
pues aquel estado, por sí solo, es la sexta economía más grande del mundo, y la
propuesta permitiría la producción a escalas industriales.
El
empresario está preparándose para entrarle al “green rush”, como le llaman a lo
que se prevé será una gran afluencia de dinero si la Propuesta 64, que
legalizaría el consumo de mariguana para uso recreativo, es aprobada por los
votantes de California en las elecciones del próximo 8 de noviembre.
La
Propuesta 64
Estimaciones
de Arcview, una consultora que promueve inversiones y modelos de desarrollo
empresarial para el cannabis, indican que la aprobación de la Propuesta 64 se
traduciría en un mercado de hasta 6 mil millones de dólares en 2020 –una
cantidad que representaría el doble del presupuesto solicitado por la DEA para
2016–. Sólo en el primer año de cannabis legal se generarían ingresos públicos
por cerca de mil 400 millones de dólares.
“Son
estimaciones conservadoras” dice John Geluardi, profesor de economía en
Oaksterdarm, la universidad dedicada al cannabis en Oakland. “El mercado de
California podría ser enorme. En realidad ya es enorme, pero es difícil medir
el impacto porque todavía hay mucho que se mueve en el mercado negro”.
Geluardi,
autor del libro Cannabiz: the explosive rise of the medical marijuana industry,
asegura que los impuestos que podría recibir California como resultado de la
legalización serían muy importantes para enfrentar las dificultades que tiene
el estado para mantener las escuelas, las carreteras, los puentes y generar los
empleos que demanda una creciente población.
La
propuesta 64, también conocida como AUMA (Adult Use Marijuana Act) legalizaría
la posesión de una onza (28 gramos) de mariguana, permitiría el cultivo
personal de hasta seis plantas y despenalizaría la venta y posesión con intento
de distribuir. Al mismo tiempo establecería impuestos estatales y locales para el
cultivo y venta de cannabis en hierba, en flor, concentrados o productos
manufacturados. Los negocios dedicados al cannabis tendrán que solicitar
licencias y cumplir con regulaciones locales y estatales.
Detrás
de la propuesta están poderosos grupos de cabildeo como el Marijuana Policy
Project (NORML, la organización más antigua en pro del cannabis) y la
Asociación Nacional de la Industria del Cannabis (NCIA). La iniciativa cuenta
además con el respaldo absoluto del vicegobernador Gavin Newsom, quien está ya
en campaña por la gubernatura del estado para 2018. Por si eso no bastara,
también recibió el apoyo del multimillonario Sean Parker, cofundador de Napster
y expresidente de Facebook.
Según
cifras de la Secretaría de Estado de California, siete de los 22 millones de
dólares recaudados para apoyar la iniciativa fueron aportados por Parker, lo
que lo convirtió en el impulsor más prominente de la propuesta y, al mismo
tiempo, en la principal razón detrás del rechazo o el escepticismo hacia la
iniciativa.
Irónicamente
los principales cuestionamientos a la Propuesta 64 no provienen de las madres
de familia ni de grupos de ciudadanos preocupados por el efecto de la
legalización del cannabis. El escepticismo mayor hacia la iniciativa proviene
de grupos de consumidores y productores que han participado en el mercado
medicinal de cannabis por más de 20 años, en particular aquellos asentados en
el Triángulo Esmeralda, al norte del estado.
Esa
zona, que abarca los condados de Humboldt, Mendocino y Trinity, es considerada
la cuna de la industria de la mariguana en Estados Unidos y la principal
productora de cannabis doméstico en el país. Cuando los electores de California
aprobaron el uso de mariguana medicinal en 1996, los productores del Triángulo
Mendocino tuvieron oportunidad de salir de la ilegalidad y vivieron un boom
económico que aún continúa.
Sin
embargo, a lo largo de esas dos décadas, las regulaciones para el cultivo y
venta fueron prácticamente inexistentes, lo que dio pie a un enorme mercado
negro que ha operado y crecido bajo un supuesto paraguas de legalidad. Con el
ánimo de ordenar el mercado medicinal, la legislatura aprobó en 2015 una serie
de regulaciones que entrarán en vigor hasta 2018.
Para
algunos cultivadores, la Propuesta 64 derogará de facto esas regulaciones y
desprotegerá a los pequeños productores. A largo plazo, dicen, favorecerá a
consorcios multimillonarios.
“Desafortunadamente
la Propuesta 64 es muy diferente a la ley actual en California, en particular
en la forma en que son tratados los negocios pequeños”, dice Hezekiah Allen,
director ejecutivo de la Asociación de Productores de California, que
representa a unos 700 sembradores en 50 condados. “Nuestra preocupación es que
los productores que hoy están en el negocio sean excluidos y orillados a
permanecer en el mercado negro”.
Allen,
quien viene de una familia de productores en el Triángulo Esmeralda, dice que
su organización no tiene una postura oficial y unánime frente a la Propuesta
64: “No estamos promoviendo el ‘no’ a la propuesta, pero queremos que la gente
la lea bien, porque el diablo está en los detalles”.
Por
ejemplo, abunda, la ley actual permite que los productores puedan cultivar
hasta un acre (4 mil metros cuadrados), pero la propuesta permitiría cultivos
en áreas ilimitadas. Además de ello, la ley actual requiere que el negocio
escoja un segmento del mercado; es decir, debe ser productor o manufacturar o
vender. En contraste, la Propuesta 64 promovería negocios de integración
vertical; es decir, alguien podría abarcar todo el proceso.
Plan
de negocios
“Esos
tributos son regresivos y se aplicarán de manera pareja a todos los
productores, sin importar su tamaño”, subraya Allen. “Muchos pequeños
productores serán afectados”.
La
Propuesta 64, además, establece un plazo de cinco años antes de otorgar
licencias para cultivos en áreas ilimitadas. Este punto favorecerá la creación
de monopolios similares a los del alcohol y el tabaco, señalan opositores.
“El
proyecto es en realidad un plan de negocios para el cannabis”, denuncia Lauren
Michaels, cabildera de la Asociación de Jefes de Policía de California.
“Nosotros apoyamos las regulaciones estatales para el cannabis medicinal, pero
la Propuesta 64 es más para abrir la puerta a la gran industria de la mariguana
sin considerar asuntos de salud o seguridad pública.”
Una
encuesta reciente del Instituto de Estudios Gubernamentales encontró que 60% de
los electores californianos estarían a favor de la Propuesta 64. Sólo 31% dijo
estar en contra y 9% respondió estar indeciso.
Los
resultados de este sondeo respaldan una tendencia nacional que favorece la
legalización de la yerba. De acuerdo con encuestas de Gallup, el apoyo a la
legalización ha crecido de manera constante desde 1970. Actualmente más de 58%
de la población estadunidense cree que el cannabis debe ser legal.
Aun
con esas tendencias, el vicegobernador Newsom aseguró en una entrevista que no
se puede dar por hecho que la Propuesta 64 pasará. Hace seis años, los
electores de California rechazaron una iniciativa similar: “Nadie puede asumir
que la iniciativa pasará, pero si pasa, tenemos que estar preparados para hacer
las cosas bien”, dijo Newsom al Sacramento Bee.
Aunque
es uno de sus principales impulsores, el vicegobernador también ha dicho que
los californianos no quieren que la mariguana se convierta en la próxima fiebre
verde –green rush.
“No
estamos haciendo esto por las ganancias, o al menos eso no es lo más importante
para mí. Para generar más recursos necesitas más consumo y yo no soy fan de
incrementar el consumo. Tenemos que moderar algo de ese apetito capitalista”,
asentó.
Newsom
arguye que los beneficios de la legalización son variados; entre ellos, reducir
la influencia de los cárteles de la droga, crear regulaciones fuertes para
prevenir que los niños la consuman y mitigar los efectos dañinos que ha tenido
la prohibición en las comunidades minoritarias. “La guerra contra las drogas no
puede persistir sin la guerra contra la mariguana”.
Otros
cuatro estados decidirán sobre la legalización de la mariguana recreativa en
las elecciones próximas: Arizona, Massachussets, Maine y Nevada. Además,
Florida, Arkansas y North Dakota pondrán a votación iniciativas sobre el uso de
mariguana medicinal. Por el tamaño de su economía y su papel en la producción
de cannabis, los resultados de California pueden desatar un efecto dominó en el
resto del país y acelerar los procesos de legalización.
Aunque
la Propuesta 64 sea aprobada, la mariguana seguirá siendo considerada una
sustancia ilegal a escala federal. En agosto pasado la DEA dio a conocer que no
modificaría el estatus legal de la mariguana, por lo que seguirá siendo
combatida como una droga peligrosa. Eso significa que los negocios vivirán en
un clima de incertidumbre tal y como sucede en Colorado, Oregon, Washington o
Alaska, donde la mayoría de las instituciones financieras, bancarias o de
seguros se rehúsa a brindar sus servicios por temor a una intervención federal.
Si la Propuesta 64 es aprobada, California y el resto de los estados con
mariguana legal serán considerados law-breakers: quebrantadores de la ley.
Eso
no le quita el sueño al empresario de Boyle Heights. En los más de dos años que
ha operado su dispensario medicinal ha aprendido a vivir y a lidiar con la
incertidumbre y la falta de garantías de un mercado pobremente regulado.
“Esta
es la única industria en la que he trabajado en la que quiero regulaciones del
gobierno estatal”, dice el empresario. “Aunque no estoy totalmente convencido
de la Propuesta 64 nos puede ayudar a meter orden a un mercado que hasta ahora
ha sido confuso y caótico”.
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